InuYasha Fan Fiction ❯ Un principe enamorado ❯ Que esperas Monstruo? ( Chapter 22 )

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Hola! Gracias por sus amables reviews siempre es un gusto que me amenacen con una muerte lenta sino actualizo pronto ^-^'

Yo creo que todos conocen a Sukime, la nana de Rin, se las presenté en el fic La Protegida. Bueno para los que no la conocen Sukime es algo así como nana/dama de compañía.

……..

Capitulo 22

Que esperas Mounstro?

Inuyasha y Kagome disfrutaban de un almuerzo al aire libre tratando de aliviar la preocupación por su amiga. Inuyasha abrazaba a Kagome por la espalda recostado en uno de los árboles del patio del castillo. En esa posición, oliendo el dulce perfume del cabello de su esposa, Inuyasha podía imaginar que Rin solo estaba durmiendo.

Kagome podía sentirse optimista en brazos de su hanyou, después de todo Sesshoumaru había ayudado a Rin y eso era un avance, pero lo que la sacerdotisa realmente quería saber era si finalmente el youkai correspondía el amor de Rin.

Se acomodó en el pecho de Inuyasha y cerró los ojos para disfrutar de la suave brisa y el olor a flores frescas en el aire.

……………..

Sukime peinaba y aseaba a la princesa mientras tatareaba la canción de cuna que durante tantos años la había cantado siendo una niña. Sukime era su nana, su consejera y su los últimos meses su confidente, la youkai conocía el sufrimiento de Rin por el amor no correspondido de su amo y aunque era triste y desolador que no despertara, tenerla en el castillo era una alegría.

No se molestó en voltear al oír que alguien entraba, supuso que era Moru o Folken que traía más agua.

"Moru deja el agua aquí por favor!"

Al no recibir respuesta la youkai miró a su alrededor y se extrañó al ver al muchacho en la puerta con el agua, podía jurar que había escuchado a alguien.

"Acabas de llegar muchacho?"

"Hai…porque?"

"Que raro!"

"Que?"

"Nada pensé que había alguien…!"

Moru iba a salir del cuarto pero se detuvo al ver que Sesshoumaru se aproximaba con la vista fija en Rin, cuando Sukime lo vio comprendió que era él a quien había escuchado, distraída en su tarea lo saludo efusivamente sin notar la extraña mirada.

"Amo como está?"

"Está despierta?"

"No solo la estoy aseando para cuando lo haga!"

"Claro…Moru saca a Sukime de aquí!"

El muchacho dudó un momento porque no entendía que pretendía su Amo, al escucharlo Sukime se quedó se inmóvil, de pronto sintió miedo y se asustó aún más al sentir que Rin estrechaba tímidamente su mano. Al principio la voz de Rin fue un murmullo, tomando fuerza con cada palabra.

"Sukime-sama hazle caso a tu Amo vete ya!"

"Rin estas despierta que maravilla!"

"No seas terca nana, no tengo mucho tiempo…!"

Sukime enmudeció al escuchar el tono brusco en la voz de Rin y se separó de ella un poco al verla sentada sobre el futón con la cabeza baja y haciendo ruidos con la boca, que más bien parecían gruñidos. Rin movía las manos probando cuanta de su fuerza había recuperado, no era mucha pero si suficiente para levantarse con la ayuda de su espada, que reposaba junto al futón.

Moru reaccionó el instante que vio el resplandor púrpura formarse en torno a Rin, la princesa sentía pulsaciones en todo el cuerpo y la herida de su hombro no tardó en comenzar a sangrar.

Como pudo Rin sujetó la empuñadura de su espada con Sukime frente a ella, que se negaba a levantarse al verla en aquel estado y con las almas de Sokoe resplandeciendo a su alrededor.

"Rin…!"

"Sukime apártate debo levantarme!"

A regañadientes la youkai se incorporó ayudada por Moru, podía ver la mano de Rin como si luchara por controlarse, al notar que tenía los ojos como dos lagunas de sangre, la mujer comprendió que Rin luchaba por el control de su cuerpo.

"…todavía estás muy débil Florecita que haces?"

"Grr! Moru no molestes, por última vez llévate a Sukime y no llames a nadie!"

El joven posó sus ojos en el príncipe y luego en Rin estaba por irse pero en cambio se alejó hasta la pared opuesta, le angustiaba ver, a quien consideraba como su hermana menor subyugada al poder de la loba.

"NO!, si piensas que te vamos a dejar sola estas muy equivocada!"

La voz de Moru sonaba tan decidida que Rin no tuvo otra opción más que sonreír. Conocía a su amigo y sabía que era la terquedad personificada.

"Que terco eres!! Hazme un favor cuando ya no esté aquí no me recuerdes con esta patética apariencia…aaahh!" - Rin hizo un gesto de dolor pero siguió hablando - "acuérdate de cuando íbamos al bosque a jugar!"

"Maldita seas Rin te vas a dejar así nada más eres una debilucha!"

"BAKA!"

Rin miró a su amigo y le sonrió al tiempo que se enderezaba apoyándose en su espada. Sesshoumaru la detalló, la mano izquierda le goteaba sangre y por la cantidad de sangre que estaba perdiendo, tenía el kimono pegado a la piel. Su rostro estaba de un blanco tal que hacía resaltar los ojos completamente rojos y llenos de lágrimas.

Al verla supo que no podía perder más tiempo, si quería salvar a su protegida tenía que hacerlo de inmediato por lo que se adelantó hacia ella en una actitud hostil.

"Que piensas hacer con esa espada?"

"Lo estás viendo…grrr! Cállate Sokoe no puedes impedir que me mate…!"

La energía alrededor de Rin se arremolinó y ella flaqueó por un instante pero siguió de pie y con una voz apagada, le pidió a su Amo que la matara, cuando el youkai se negó Rin sacudió la cabeza y vociferó.

"HAZLO!! Que no ves? Es la única forma, además esta herida no para de sangrar, mi cuerpo no soportará por más tiempo…observa!"

Rin sostenía la mano izquierda levantada de tal forma que las gotas de sangre caían una detrás de la otra, formando una mancha oscura a sus pies. Verla en esa actitud y con el brazo cubierto de sangre le sacudía las entrañas al youkai pero conservando su aplomo, y con la expresión más gélida que de costumbre Sesshoumaru negó una vez más con la cabeza.

"Hazle caso `esposo' mátala y así quedarás solo como el perro que eres.."

"Sokoe déjala!"

"Ja ja me niego, sino la matas tu haré que pierda hasta la última gota de sangre…"

"No te atrevas maldita, déjala!"

Rin se dio un golpe ella misma en el estómago con todas sus fuerzas, sujetó la espada y la levantó apuntando a Sesshoumaru.

"Que estás esperando Mounstro MATAME!!"

"…no hables Rin!"

"Demonios termina lo que viniste a hacer…maldito cobarde!"

"No quieres vivir?"

"…acaso no me escuchaste, moriré de todas maneras, si alguna vez te importé descarga a Tokiyin con toda tu fuerza, así podremos descansar!"

"No…lo… haré!"

Rin se llevó la mano a la sien como para aplacar un dolor, podía escuchar la voz de Sokoe burlándose de ella una vez más.

"Pero porque? No entiendes que mi vida es miserable, ya perdí toda esperanza de cumplir mi único deseo y ya no soporto escuchar a esa loba en mi cabeza a todas horas del día, te lo suplico por lo que más quieras MATAME!"

"Exacto! Por eso no lo haré!"

"Youkai testarudo te importé por 20 años…!"

Rin iba a seguir hablando pero Sesshoumaru levantó su espada y el brillante resplandor obligó a Rin a cerrar los ojos, podía escuchar los gritos de Sokoe en su mente y luego nada, solo silencio…perfecto y apacible silencio.

Había algo en su hombro, una energía maravillosa y potente que se llevaba el dolor de su herida. Después de eso le pareció que flotaba y pudo ver la imagen de su amo acercándose a ella.

…………

Miroku estaba de pie detrás de Rin, mientras Folken la sostenía completamente inconsciente, los dos habían permanecido ocultos tanto de Rin como de Sokoe, gracias a los poderes del mayordomo.

Sesshoumaru no lo mostraba pero estaba aliviado y feliz que su pequeña estuviera finalmente a salvo de las almas de Sokoe. Ahora podía recuperarse en paz para cuando despertara poder demostrarle cuan importante era ella en su vida.

Estaba admirado con la fortaleza y resolución de su protegida que estaba dispuesta a morir, en su mente las palabras de Rin: `perdí toda esperanza de cumplir mi único deseo' se repetían una y otra vez dándole a él esperanza y la ilusión de una familia completamente diferente a la que él había visualizado por tanto tiempo.

(Que ciego he sido, mi pequeña…todos estos años contigo y yo no fui capaz…me pregunto desde cuando tienes esos sentimientos por mí? Debes haber sufrido mucho, tanto…despierta pronto para poder ver tus hermosos ojos nuevamente…!)

En ese momento todo lo relacionado con Rin inundó su mente como una gigantesca ola. En su mente vio a Rin en todas las etapas de su vida juntos. El recuerdo de la noche que le pidió que se cuidara, antes de separarse, resonaba en su mente, aquellas lágrimas tenía un nuevo significado porque ahora él comprendía lo duro que había sido para ella separarse.

Miles de preguntas parecían tomar forma, atormentándolo. Los constantes viajes de Rin no eran para ver a Inuyasha y su familia como él había pensado, lo hacía para escapar de él y de sus sentimientos.

Se sintió insignificante y estúpido la había hecho vivir un infierno, a ella la única persona en el mundo que realmente importaba…Sesshoumaru se rió de sí mismo como alguien tan fuerte y poderoso podía ser tan ciego, había tenido a la mujer perfecta a su lado y simplemente la había apartado. Tenía que hacer algo, mucho, todo, para aliviar el dolor que le había provocado y empezaría ahora mismo.

El youkai dirigió su mirada a Miroku que observaba el pergamino desvanecerse sobre el hombro de Rin, sellando la herida. Al notar que Sesshoumaru lo miraba con insistencia, Miroku se volvió, no dijo nada pero se asombró de la expresión de felicidad que se reflejaba en los ojos dorados frente a él.

"Miroku, tus poderes fueron de mucha ayuda!"

Miroku sonrió, no esperaba que Sesshoumaru le agradeciera directamente lo que había hecho con tanto gusto por Rin, pero aquellas palabras eran suficientes para sentirse satisfecho.

"Fue un placer y un honor ayudarte con la princesa!"

"…ahora, Folken quítale las vendas del hombro"

En ese momento se escucharon los pasos de Jaken que se acercaba corriendo, cuando se asomó venía acompañado de Inuyasha y Kagome. La sacerdotisa se acercó a donde estaba Moru y Sukime para preguntarles que había sucedido. Mientras Sukime le contaba Kagome percibió como su esposo apoyaba la barbilla en su hombro para escuchar.

Cuando Sukime terminó de hablar tanto Inuyasha como Kagome tenían una mirada de asombro tal que ninguno decía nada. Jaken por su parte sonreía porque sabía que considerar a su Amo bonito como un héroe era, según él, una verdad absoluta.

Con todas las palabras de Sukime aún zumbando en sus oídos Inuyasha, Kagome y los demás se acercaron para ver lo que Sesshoumaru estaba a punto de hacer.

Folken estaba terminando de quitar los vendajes, dejando el hombro descubierto. Era una herida larga que abarcaba desde debajo del brazo hasta la clavícula y continuaba por la espalda, estaba abierta y llena de sangre, en la piel alrededor se veían claramente las marcas de los colmillos de Sokoe.

Al ver que la herida estaba llena de sangre, Miroku preguntó si no era mejor limpiarla, pero Folken negó con la cabeza. Después de acomodar a Rin en el futón y con una audiencia impaciente y maravillada, Sesshoumaru se arrodilló frente a Rin, dejó la espadas a un lado se quitó la armadura y se dispuso a curarla.

Interrumpiendo el silencio Inuyasha, presa de la curiosidad habló sobresaltando a todos a su alrededor.

"Hermano que vas hacer?"

"…"

"Sesshoumaru…!"

"Ssshhhh!"

Kagome lo tomó por una oreja y lo amenazó, que si no guardaba silencio gustosamente le daría una dosis de `abajos' que nunca olvidaría. Inuyasha torció la boca y supuso que era mejor aguantar su curiosidad, tiernamente se acercó a su esposa le dio un beso en los labios y la abrazó por la cintura, susurrándole un `como tu digas querida!"

Ahora seguro que no habría más interrupciones Sesshoumaru alargó el brazo y Folken le entregó un recipiente con varias hierbas mezcladas y transformadas en una suave pasta de color verde oscuro.

El youkai puso el recipiente entre él y el futón y recibió la pequeña daga que Folken sacaba de entre sus ropas. Era una daga hermosa, el mango era color negro y se veía claramente el bello tallado color arena que resaltaba la imagen de un pájaro con las alas extendidas y varios símbolos que Sesshoumaru reconoció como el nombre de Folken.

El youkai tomó la daga y con un rápido movimiento hizo un corte en la palma de su mano que inmediatamente empezó a sangrar, luego puso su palma sobre la herida de Rin dejando que la sangre se mezclara.

Acto seguido, sacó de su kimono una aguja tomó uno de sus largos y plateados cabellos, enhebró la aguja y comenzó a coser la herida ante el asombro de todos y la sonrisa de Folken que al verlo pensaba que era la viva imagen del padre.

En el instante que dio la última puntada el cabello pareció fundirse con la piel de Rin dejando ver una leve y roja silueta de la `costura', luego con una agilidad increíble Sesshoumaru aplicó las hierbas y vendó el mismo el hombro de Rin, una vez que estuvo satisfecho con su trabajo se incorporó y salió de la habitación sin decir nada.

Una vez fuera se permitió admirar su hermoso castillo, estaba tan feliz y liberado que le pareció descubrir todos los detalles bonitos de aquel lugar que era su casa y la de Rin. Ahora mas que nunca deseaba verla pasearse por los pasillos como siempre solo que quería ser la persona que caminara a su lado.

Miroku salió del cuarto y se dirigió en silencio hacia su habitación, deseaba descansar, quería volver a la aldea para ver a Sango, extrañaba poder acariciar la pancita de su esposa. Cuando se volvió vio a Sesshoumaru contemplando los alrededores, daba la impresión de estar viendo el castillo por primera vez en su vida. Sintiéndose afortunado y feliz llegó hasta su habitación tomo un baño y después se acostó, tan pronto puso la cabeza en el futón se quedó dormido.

……..

Inuyasha se acercó a Rin y se agachó aspirando el aire a su alrededor, Kagome sonrió divertida, su esposo le parecía simplemente adorable cuando se comportaba como un perrito.

"Inuyasha que haces?"

"mmm…ya no huele a esa desgraciada…su aroma es el del infeliz, mas bien huele a los dos!"

Kagome y Sukime se tomaron de las manos y rieron como dos niñas, Moru soltó una risita, comprendía muy bien la emoción de ellas. Recordando que tenía varias cosas pendientes salió de la habitación muy animado. Cuando finalmente solo estuvieron Inuyasha y Kagome con Folken el mayordomo parecía meditar.

"Que piensa Folken-sama?"

"Mi querida Kagome creo que es hora de que la princesa tenga una larga recuperación. Me parece bien que vaya a traer a sus cachorros y a mi pequeña, pero por favor tómese su tiempo!"

Cuando el youkai terminó la frase le cerró el ojo, cuando Inuyasha lo vio se erizó como un perro rabioso y emitió un gruñido grave y amenazador que rebotó contra la mirada burlona de Folken.

"Anciano que te has creído?"

"Pero que muchacho tan tonto!"

"Oye!! Porque quieres que nos vayamos?!"

"Inuyasha-sama si no hay tanta gente en el castillo, el tendrá tiempo de estar con ella."

"Ah?"

"...mejor que se lo explique su bella esposa, ella si me entiende!"

Kagome se acercó y le susurró que si ellos se iban Sesshoumaru se sentiría más a gusto con Rin y podría cuidarla para después pasar a otras cosas cuando despertara.

"Few! Eso lo quiero ver…Rin lloró todas las noches por ese imbécil cabeza hueca; espero que no haga nada estúpido como perdonarlo así nada mas. El tenía una responsabilidad con ella y no la cumplió, que sufra!!!"

Kagome y Folken se quedaron viendo al hanyou asombrados por una agudeza que casi nunca estaba presente en él, lo mejor era que las palabras de Inuyasha eran todas ciertas. Viendo la gran sonrisa que su esposa le daba, la tomó en brazos y se movió para llevarla al ala sur.

"Que haces Inuyasha, yo puedo caminar!"

"No quiero, me gusta llevarte cállate si?"

"mmm!"

"Oye estaba pensando…no crees que el enano está muy solo?!"

Kagome iba a contestarle pero comprendió la insinuación de su esposo ruborizándose al instante.

"Inuyasha!!"

"…mañana nos iremos a buscar a los enanos, pero ahora tu y yo pasaremos el resto del día juntos para ver si resolvemos la soledad de Van!"

La voz llena de sensualidad de Inuyasha le causó escalofríos y la obligó a sepultar su cabeza en el pecho de su esposo riendo como una niña.

"Inu basta!!"

"Queee??"

"Como dices esas cosas enfrente de ellos?"

"Tonta! Tu eres mi mujer no tiene nada de malo…!"

"Ja ja y vamos a ir o no?"

"Grrr!"

Salieron de la habitación con la actitud despreocupada de una pareja de amantes. Sesshoumaru los vio desde el otro lado del patio principal, caminaba entre las flores de Rin evocando sus innumerables recuerdos meditando de cuanto tiempo tendría que esperar para llevar a Rin en brazos sonriente.

(Se ven muy felices juntos, siempre están muy cerca uno del otro, tocándose, abrazándose, riendo juntos, cuidando a sus cachorros..Rin quiero que tu seas la madre de mis cachorros…nuestros cachorros)

Después de un rato entró al cuarto de Rin, solo estaba Folken dormitando; al sentir su presencia el youkai abrió los ojos.

"Folken-sama vete a descansar, yo cuidaré de ella!"

"Como usted diga Amo!"

Sesshoumaru dudó un segundo y después habló con su serenidad de siempre.

"Anciano…sabes que no lo hubiera logrado sin tu ayuda!"

"No fue nada fue un enorme placer!"

"Arigato!"

El sirviente hizo una reverencia y se levantó, recogió las vendas y salió a traer mas agua antes de retirarse a descansar. Al ver que estaba solo Sesshoumaru estiró tímidamente su mano hasta el cabello de Rin, y deslizó sus dedos con suavidad cerrando los ojos. Retiró la mano rápido al escuchar que Folken regresaba.

"Dejaré esto aquí!"

"…"

Nadie más entró a la habitación, parecía como una conspiración para que Sesshoumaru disfrutara las horas viendo a Rin dormir.

………

Inuyasha, Kagome y Miroku estaban junto al dragón despidiéndose de Folken, Sukime y Moru. Sesshoumaru los observaba desde la habitación de Rin.

"Nos veremos en unos días, crees que sean suficientes para que ella despierte?"

"No sé Kagome-sama, ojalá que sí!"

"Humph! Ojalá el príncipe no sufra el mismo mal de ciertas personas!"

Folken y Miroku soltaron la risa al instante, Inuyasha solo bufó.

"Que tratas de decir humana tonta?"

"Espero que tu hermano sea mas hábil que tu en cuestiones amorosas!"

"Que demonios significa eso?"

"Grr! Tuve que esperar años para que finalmente me dijeras lo que sentías por mí…no quiero que Rin pase por lo mismo!"

"K-kagome pero es que yo…"

"Sí lo sé eres un perro indeciso!"

"Oye!!"

"Mejor vámonos quiero ver a mis pequeños y a Sango. Folken-sama gracias por todo!"

"Claro un placer señora!"

Al escuchar al youkai Inuyasha soltó la risa repitiendo la palabra señora como si la acabara de descubrir, irritada Kagome le recordó con una sonrisa que aún llevaba el collar de la anciana Kaede.

"P-pero Folken te dijo…ya no eres ninguna niña, tienes como 35 de tus años y tu dijiste que eso era ser viejo…"

Inuyasha se arrepintió en ese instante cuando vio el fuego en los ojos de su mujer y escuchó un calmado `Abajo' que lo mandó a probar el pasto bajo sus pies.

"Baka!! No me digas vieja!"

"Kagome…rayos estúpido collar!"

Sobre A-UN Kagome se acomodó muy junto a su esposo haciendo que olvidara el abajo, la estrechó por la cintura y le pidió al dragón que se elevara.

Folken los despidió con la mano mientras repasaba todo lo que debía coordinar con Sukime para que el castillo funcionara bien en su ausencia. Cuando llegó a la cocina, la youkai estaba hablando con Moru.

"Sukime saldré dentro de un rato, todo en orden?"

"Hai…el Amo te necesita!"

"Muy bien!"

A mitad del camino Sesshoumaru le salió al paso con una seria expresión.

"Amo me estaba buscando?"

"Quiero saber porque el ala sur está abierta?"

"Su hermano necesitaba un lugar privado donde descansar!"

"Este es mi castillo tenías que consultarme, Anciano insolente!"

"Solo cumplí los deseos de la princesa del castillo!"

El demonio no supo que contestar, nunca admitiría lo divertido que le parecía que su mayordomo lo desafiara de esa forma con tal de complacer a Rin, por lo que torció la boca aparentando indiferencia.

(La princesa del castillo eso suena perfecto!!)

"Príncipe quería decirle que saldré a buscar más hierbas, volveré en un par de días!"

"Cuando te irás?"

"En un rato, ya todos tienen sus instrucciones…las suyas…"

"Disculpa Anciano????"

La expresión de genuino desconcierto del youkai frente a él le dibujó una sonrisa a Folken

"Como decía, el príncipe tiene la tarea más importante…cuidar a la pequeña!"

Sesshoumaru entrecerró los ojos para ver al anciano que ahora sonreía abiertamente.

"Está a gusto con sus instrucciones Amo?"

"Me estoy cansando de tus ironías viejo emplumado…!"

Le dijo eso mientras se alejaba del sirviente, casi sonriendo al pensar en sus `instrucciones". Una hora después vio a Folken abandonar el castillo desde su alcoba mientras se cambiaba a un kimono azul oscuro.

Una vez que terminó de acomodar el kimono sobre sus hombros, dio un vistazo a su armadura y espadas, las sostuvo un instante el las manos recordando los innumerables demonios que había derrotado usándolas; luego con extremo cuidado abrió un armario de madera y guardó todo ahí, giró la llave y la dejó dentro del baúl donde guardaba las cosas de Rin.

…………

"…y entonces él sacó una aguja y con uno de sus cabellos plateados cosió tu herida...lo hubieras visto, tienes que despertar para que ustedes…"

"Porque le hablas si no puede escucharte?"

La anciana ahogó la risa porque probablemente el youkai había escuchado todo, dándole un beso en la frente a Rin salió del cuarto topándose con Jaken.

"Amo bonito!"

"Que quieres?"

"Puedo quedarme con usted?"

"…"

El sapo se acomodó muy cerca de Rin ante la mirada incrédula de Sesshoumaru.

"Que rayos haces porque te le pegas tanto?"

"Pero Amo a ella no le molesta!"

"Explícate!"

"B-bueno ella es muy cariñosa, me hace mucha falta!"

"Como sea…hace unos días dijiste que Sokoe te daba miedo!"

"Cuando usted no la veía sus ojos se ponían azules"

"Como fue la pelea entre ella y yo?"

"Fue impresionante yo creí que me iba a infartar, rodó por el piso y el amo descargaba su látigo y aún así se puso de pie, es muy fuerte y con esa armadura que le dio Folken se veía muy linda…Amo porque la atacó?"

"No preguntes!"

"Pero ahora se va a quedar con nosotros para siempre verdad Amo? Además el ala sur está abierta!"

"mmm! El ala sur le pertenece a mi estúpido hermano meno no puedo hacer nada al respecto"

Jaken cerró la boca y trató de lucir sereno, la verdad era que estaba emocionado porque nunca en todos sus años junto al youkai había conversado tan fluidamente como ahora. Dejó el báculo en el piso y se recostó abrazándola por el cuello, al verlo Sesshoumaru apretó los dientes pero se contuvo, quería preguntarle una cosa más a Jaken.

"Tienes que acostarte tan cerca?"

"Solo un momento, dos meses sin ella…onegai?"

"Grrr! Jaken tu la conoces muy bien!"

"Eso creo Amo porque?"

"Y la quieres?"

"Sin duda…pero ella quiere más al Amo que a ninguna persona"

Con los ojos iluminados el youkai le preguntó que como sabía eso Jaken le dijo que era muy simple, bastaba ver la forma como lo miraba cuando el Amo no estaba atento. Con la información que necesitaba y crispado por la confianza del sapo con Rin, le dijo que se fuera.

"Suficiente Jaken retírate!"

"Pero Amo…"

"YA!!"

"Si Amo…"

Una vez que su sirviente estuvo fuera Sesshoumaru se acercó a Rin y tomándola entre sus brazos observó su rostro un momento antes de atraerla hacia él abrazándola muy estrechamente. El príncipe se quedó disfrutando de su aroma y la sensación de su cuerpo pegado al suyo.

Sin pensarlo siquiera y atraído por la sedosa piel, Sesshoumaru comenzó a besar el cuello de Rin; al contacto con sus labios el príncipe percibió como algo parecía agitarse dentro de ella.

Se llenó con el aroma de Rin que era intoxicante mezclado con el olor de sangre y hierbas. El youkai recorrió el cuello marcado con la lengua, delineando con especial cuidado las cicatrices de sus garras.

Recordaba vagamente haberla sujetado, pero más que un recuerdo era una realidad. Sostuvo la cabeza sin fuerza con mucha delicadeza para poder deslizar un dedo por los labios de Rin, se sentía atrapado, acorralado. Las palabras las tenía clavadas en su pecho y en su conciencia, cerró los ojos un instante como si eso le diera fuerza para liberarse.

Se acercó al oído de su protegida y susurró las palabras que lo atormentaban, palabras que lograban calmar la inquietud que estremecía su corazón y su alma.

"Perdóname por favor, no puedes dejarme solo…no ahora!!"

Sesshoumaru se quedó así, disfrutando la sensación de tenerla entre sus brazos solo para él. Su corazón latía acelerado y sentía un bienestar que lo envolvía con suavidad, llevándose cualquier pensamiento desagradable.

No podía pensar en nada, solo quería que el olor de Rin se le metiera por los poros. Se sentía extraño y deseaba saber que era aquel estremecimiento tan fuerte, avasallador y maravillosamente delicioso que parecía consumirlo.

…………