Saint Seiya Fan Fiction ❯ Ayoros ❯ Novena casa ( Chapter 12 )

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XII. Novena casa.

 

A pocas horas de llegar a Grecia, Seiya se dio cuenta de que había cometido un grave error al escribir la nota que había dejado para Shaina...

 

Seiya: (Chasqueando los dedos) Se me olvidó decirle que seguramente no regresaría a Japón en un buen tiempo...

 

Ikki: (Sarcástico como de costumbre) No te preocupes; después de leer tu ridícula nota, ni le va a importar.

 

Seiya: ¿Eh? ¿Ridícula?

 

Los muchachos habían alcanzado lugares en el último vuelo a las islas griegas. Debido a que los lugares eran nada más dobles, por ser éste un vuelo comercial muy sencillo, se habían tenido que acomodar por parejas: de atrás hacia delante, Seiya viajaba con Shiryu (que original), Shun con Ikki (lo siento, mi cerebro actualmente esta estancado) y finalmente Hyoga con Ayoros (bueno, algo nuevo había de salir).

 

Shun: Seiya, no le hagas caso a Ikki. Sólo trata de molestarte...

 

Hyoga: Pues últimamente el malhumor de Ikki nos esta costando demasiada paciencia.

 

Ikki: Ah, vaya, no recuerdo haberte invitado a la conversación pato subdesarrollado...

 

Hyoga: ¿Lo ven?

 

Shiryu: (serio) Ustedes dos no deberían estar peleando; ya están bastante grandecitos como para empezar con esas cosas.

 

Ikki: (desenfadado) Bah... dile a Seiya, él empezó.

 

Seiya: (cara de "what?") ·_·

 

Hyoga: bwam (bostezando), como sea... tu también andas muy susceptible Shiryu...

 

Shiryu: (sin darle importancia) "Equis".

 

Shun: (pensando) Quizá sea solamente que todos nosotros hemos cambiado...

 

Ikki: (sarcasmo) Claro, somos hombres "maduros".

 

Shiryu: (primera llamada, tranquilo) basta...

 

Hyoga: (pícaro) Dile a Seiya, él empezó.

 

Seiya: ¡Pero yo no he dicho nada!

Ikki: ¿Lo ves Shiryu? Cada vez que puede nos hecha pleito.

 

Seiya: ·_·

 

Un minuto de silencio...

 

Shun: Por cierto Hyoga, ¿cómo esta Ayoros?

 

Hyoga: Bien, dormido. (viéndolo) Parece que esta soñando con cosas muy agradables...

 

 

Mientras tanto, la tarde empezaba a caer sobre el Santuario, pintando en el suelo toda clase de siluetas; una de estas, bajaba apaciblemente las escaleras que conectaban la casa de Capricornio (actualmente vacía) con la de Sagitario (actualmente igual de vacía). Se trataba de Ayoria, quien, luego de haber hablado con Mu, decidió bajar a la novena casa para hacer una serie de "investigaciones" (por si no recordabas el capítulo anterior).

Conforme Ayoria descendía, le iban llegando más y más pensamientos a la mente:

La famosa casa de Sagitario, era recinto de aquel personaje digno de portar la armadura del mismo signo y que siempre había estado rodeada de misterios, y en algún pasado, intrigas e incluso muertes.

No era, sin embargo, de la necesidad de Ayoria saber sobre los caballeros de Sagitario que generación tras generación habían ocupado esta casa... en realidad, sólo le interesaba uno, y ese era, obviamente, su hermano Ayoros.

Desde muy pequeño, Ayoria recordaba el escalofrío que le ocasionaba el siquiera acercarse a esta casa siempre llena de trampas y laberintos; la única de las doce casas zodiacales en la que no podías entrar "sólo porque sí", debías conocerla bien si no querías acabar como un recuerdo más entre sus peligrosas paredes.

 

El muchacho caminaba ahora hacia el centro de la casa, donde, seguramente, le esperaba la inanimada armadura de Sagitario. Según Saga, una armadura poderosa; según Seiya, una armadura con vida propia; y según muchos otros, una armadura milagrosa. Lo cierto es que, todas las armaduras tenían vida propia (aunque ninguna había sido tan "carismática" como esta que iba y venía a su voluntad... bueno, en realidad, según Zeus, Ayoros desde un plano "superior" era el que la controlaba...). Para el caso, Ayoria estaba buscando esta preciada armadura por una sola razón; debía ver con sus propios ojos aquello que Mu les había dicho a él y a Camus (por si se te había olvidado el resumen del capítulo anterior)... ¿por qué una armadura dorada estaría rota así por que sí? A menos claro que, de alguna forma, esta misma armadura tuviera algo que ver con la susodicha sombra sin energía y sin cosmos...

Luego de haber recorrido más de la mitad del camino, Ayoria empezó a darse cuenta de lo grande que era esta casa... demasiado grande en realidad...

 

Ayoria: ¿Eh?... ¿qué es aquello?

 

De repente, y luego de voltear a ver uno de los muros de la casa para cerciorarse de que no andaba dando vueltas (¿mencione que sentía que esta casa era demasiado grande?), Ayoria descubrió lo que parecían ser unos "dibujos" pintados en la pared...

Ayoria: (Inclinándose frente al muro) Ah, vaya (picardía) A Máscara de la muerte le dará mucho gusto darse cuenta de que su casa no es la única en la que Ayoros pinta.

 

En efecto, los primeros trazos de Ayoros (prácticas para su obra de arte en Cáncer) se encontraban en Sagitario.

Al parecer, Kanon había instruido muy bien al niño en el arte de los "super-deformed", ya que Ayoros había pintado un batallón completo ahí, que incluía a todos los santos de Atena (conocidos por el niño ¿bien?), cada uno en una actitud muy característica: Aldebarán, muy grande con varias pesas y cuernos y un cuerpo muy ancho; Mu, con cuatro ojos (desde la percepción de Ayoria; la verdad es que los otros dos eran los puntos de su frente); Shaka, dormido (¿?); Milo comiendo y Camus aventándole un enorme trozo de... ¿glaciar?...

 

Ayoria se detuvo un momento para reírse de aquello; Ayoros parecía ser muy perceptivo, ya que Camus y Milo peleaban mucho, y sería realmente divertido ver aquel dibujo en vivo... ¿y qué más había?

 

Ayoria siguió observando uno a uno los dibujos, encontrándose a continuación con Máscara de la muerte con cuernos y lanzando llamas por la boca; también estaban el viejo maestro con "Cinco Picos" de fondo, porque cuando Ayoros fue con Shiryu allá, quedo prendado del lugar; los gemelos Saga y Kanon, no podían faltar, los dos con la misma cara, los mismos gestos, el mismo peinado, los mismos colores... hey, el niño era buen copista; también puso a los santos de bronce todos juntos en bola como de costumbre; ¡ah claro!, Ayoria se encontró a si mismo seguido de un corazón y luego la cara de Marín... ¡! ¡¿qué?!...

 

Ayoria: (Sonrojado) ¡¿Pero cómo se le ocu...

 

Un momento... ahí había algo que para nada le gustó a Ayoria (y no era el corazón)... más abajo, alejado de todos los dibujos "lindos", había uno que le erizó los pelos a Ayoria... un recuadro negro, el crayón estaba muy tallado y en verdad, si no te fijabas bien, parecía un agujero... pero no, era un dibujo... y dentro del recuadro estaban esos ojos rojos, siniestros, quizá como los que Shura y Saga les habían descrito... pero entonces... por qué Ayoros...

 

Ayoria quedó en silencio; de pronto, un ruido resonó con plenitud dentro de esta casa... Era como un coro... y Ayoria conocía bien esa resonancia...

 

Ayoria: (Viendo al fondo) Es... el canto de las armaduras...

 

El muchacho corrió para alcanzar el centro de la casa, dejando aquellos dibujos para después.

Cuando por fin pudo encontrarse con la armadura de Sagitario... se dio cuenta de que esta no estaba sola: Se encontraba dándole el frente a la armadura de Cáncer (¿?) y ambas emitían aquel canto metálico, y brillaban con los acordes del mismo, haciendo aquello un espectáculo...

 

Corriendo a la velocidad de la luz (woopie! ¡Que divertido!), Máscara de la muerte (hablando de...) y Kanon habían llegado en un abrir y cerrar de ojos al Santuario (¿Un abrir y cerrar de ojos sucede a la velocidad de la luz?).

 

Máscara de la Muerte: (Viendo a Kanon) Bien, parece que nos falta algo... (burlón) ¡Ah claro!, olvide que ese mocoso y la mujer no tienen nuestra velocidad...

 

Kanon:...

 

Máscara de la muerte: Ugh, que aburrido eres, no entiendes mis bromas.

 

Kanon: No.

 

Máscara de la muerte: ¬_¬

 

Kiki: Sin embargo, estás en un error.

 

Máscara de la muerte volteó con gran sorpresa al escuchar la voz del joven, sorprendiéndose aún más de verlo frente a ellos junto con Shaina, los dos muy tranquilos esperando sentaditos a la entrada del templo de Aries.

 

Máscara de la muerte: (Acercándose) ¡¿Pero esto cómo es posible?!

 

Shaina: Kiki nos teleportó hasta aquí.

 

Máscara de la muerte: (Mirada ensombrecida) Maldito mocoso...

 

Kanon: No perdamos más el tiempo... (pasando frente a ellos) Vamos, hay que comunicarle a los demás lo que ha pasado (viendo a Kiki, deteniéndose) Tú mientras busca a Mu y pregúntale sobre lo ocurrido en casa de Seiya.

 

Kiki: ¡Sí señor!

 

Acto seguido, Kiki desapareció al teleportarse de nuevo fuera de su alcance.

 

Máscara de la muerte: ¿Y por qué se teleporta? Tiene ahí enfrente su casota.

 

Shaina: Mu no está en Aries.

 

Máscara de la muerte: Ah...claro... Vaya con este hombre tan nefasto.

 

Kanon: ¿Qué están esperando? (viendo a los otros dos) Estoy seguro de que los demás aún se tardarán en llegar al Santuario... confío en que cuidarán bien de Ayoros hasta entonces; (viendo directamente a Máscara de la Muerte) por lo tanto, nosotros tenemos bastante tiempo para que le hables a Atena y los demás sobre lo que nos dijiste en Japón...

 

Máscara de la muerte: Genial...

Los tres emprendieron su camino hacia el Templo Mayor...

 

 

Ayoria: ¿Qué estará haciendo la armadura de Máscara de la muerte aquí?...

 

Ayoria se había quedado pasmado viendo aquellos dos artefactos cantar y brillar. Cada armadura hacía sus propios sonidos, y mientras una entonaba y resplandecía, la otra "escuchaba"...

 

Ayoria: Acaso están... ¿conversando?

 

Bueno, a parte de los santos dorados, las armaduras también eran bien chismosas por lo que veo; aquello era el colmo.

 

En fin: Sin restarle demasiada importancia al acontecimiento, Ayoria trató de acercarse a las armaduras, especialmente a la de Sagitario, para ver el casco... y en efecto, estaba "tronado" exactamente en el centro, en la parte que cubre la frente; aquella hendidura no era nada discreta, ya que parecía que el artefacto iba a acabar de romperse en cualquier instante... eso ameritaba acercarse al máximo para investigar desde una mejor perspectiva; sin embargo, y estando a escasos dos metros de las dichosas armaduras, estas, de súbito, guardaron silencio. Ayoria se detuvo en seco y contempló con escalofríos cómo las dos armaduras empezaban a moverse lentamente... Ambas rechinaban en su rotación contra el suelo, ocasionando que al santo de Leo se le pusiera la carne de gallina. Una vez dándole el frente a Ayoria, se detuvieron y con la misma fuerza invisible con la que habían girado, ahora se colocaban en posiciones bastante agresivas: La armadura de Sagitario tensó su flecha sobre su arco en dirección al corazón de Ayoria, mientras que la de Cáncer alzó amenazante sus dos tenazas para abrirlas después con un rechinido estremecedor...

 

Ayoria: (Empapado en sudor) Esto no esta nada bien...

 

Ayoria empezaba a imaginar lo sensacional que hubiera sido llevar su armadura puesta en aquel momento... por lo menos, con ella no tendría tanto miedo de que le atravesaran el corazón o le desprendieran la cabeza o los brazos... pero no, gran problema. Poco a poco, Ayoria procuró retroceder quietamente hacia atrás... no quería hacer ningún movimiento exagerado que pudiera poner de peor "humor" a las armaduras y atentar contra su vida... Esto pareció dar resultado, ya que conforme se alejaba Ayoria, las dos armaduras bajaban su guardia.

Una vez alejado lo suficiente, las armaduras volvieron a girar sobre su eje para verse nuevamente frente a frente y seguir "chismeando" cómodamente y sin interrupciones.

 

Ayoria: No puedo creerlo... ¡¿Se molestaron porque las interrumpí?!

 

Ayoria pensó en la posibilidad de ir corriendo por Máscara de la muerte y llevarlo para que él también viera aquel extraño comportamiento en su armadura (Ayoria pensaba que Máscara de la muerte había estado en el Santuario todo el tiempo) ... aunado a este impulso, también estaba la creciente curiosidad del muchacho por preguntarle a su hermano sobre el horrible dibujo en la pared, porque si Ayoros ya había tenido algún contacto con aquel "ser", ¿por qué jamás se lo había...

 

Ayoria: (pensando a mil por hora)...Sus pesadillas...

 

Hasta este punto de sus cavilaciones, Ayoria había empezado a editar su teoría sobre todo lo que podría haber estado ocurriendo en Sagitario (que ya llevaba de la mitad del fan fic para acá armándola) ...

 

 

Mientras tanto, Kanon y su comitiva ya se habían abierto camino hasta casa de Escorpión, donde Milo los recibió con curiosidad.

Durante su trayectoria hasta la octava casa, se hicieron a la tarea de recoger a todos los santos dorados con los que se iban topando... en realidad, nada más Aldebarán se había sumado a las filas... no había rastro de los demás... Aunque bueno, Kanon sabía que, seguramente, el viejo maestro estaría en el Templo Mayor, y lo más probable era que Mu también estuviera allí... pero entonces ¿dónde se encontraban Ayoria y Shaka?...

 

Milo: De Ayoria la verdad no he sabido mucho, más que estaba ayudando a Mu a cuidar de Camus; en cuanto a Shaka, acaba de pasar hace poco. Según tengo entendido, él iba hacia Sagitario.

 

Máscara de la Muerte: ¿Sagitario? ¿Qué puede hacer una persona inteligente en Sagitario?

 

Milo: (Encogido de hombros) ¿Cómo voy a saberlo?; quizá quiere meditar...

 

El joven hizo una pausa para recordar que hace como tres o cuatro días se había topado con Afrodita en la novena casa, quien había ido, supuestamente, a aclarar sus ideas.

 

Aldebarán: (concluyendo) Si Shaka fue a Sagitario, seguramente nos toparemos con él de cualquier forma, así que deberíamos seguir nuestro camino.

 

Kanon: Aldebarán tiene razón...

 

Máscara de la muerte: ¡Pues muévanse! Yo nada más los ando esperando a ver a qué hora se cansan de platicar y caminan.

 

Aldebarán: (viendo a Milo) ¿Vienes?

 

Milo: Sí, ¿por qué no?

 

 

El temor de Ayoria se incrementaba al ver que todas aquellas "casualidades" podían tener un eslabón que las uniera para convertirlas en un solo tema; de tener razón, todo lo malo que ocurría en el Santuario, tendría que ver con Ayoros... y desde luego, Ayoria no estaba dispuesto a que algo malo le ocurriera a su hermano... mucho menos a perderlo de nuevo.

Sólo quedaba un problema... ¿Qué hacer ahora?

 

Ayoria: -Lo primero será decirle a Mu lo que he descubierto; luego, debería traer a Máscara de la Muerte, de seguir aquí su armadura... Shura, Saga, Shion y la señorita Kido también deberían saberlo... y por supuesto, debo traer a Ayoros para escuchar su versión... sólo que para eso, debo esperar a que regrese...-

 

En este punto de sus cavilaciones, Ayoria dio un respingo de alerta.

 

Ayoria: Pero... si todo lo que pienso es correcto... Ayoros correría peligro en el Santuario... -De ser así, lo mejor será que permanezca con Hyoga o los demás, lejos de aquí; en Siberia o en donde sea, pero fuera de este lugar...- Debo prevenirlos antes de que regresen...

 

El joven hizo un ademán de acuerdo consigo mismo y dio media vuelta para regresar a la entrada del templo de Sagitario... sólo que nunca llegó... Ni siquiera fue capaz de avanzar un metro cuando, luego de un ruido bastante seco que le causó un fuerte dolor en la parte posterior de su cabeza, Ayoria cayó inconsciente al suelo.

 

 

Ayoros se despertó de súbito. Estaba bastante intranquilo, y sin embargo, sabía que esta sensación no se debía a ninguna clase de "sueños falsos"... ya que, recordaba lo que estaba soñando, y era algo agradable... por lo menos hasta que tuvo esa emergencia por regresar a la realidad...

Volteó a su lado para encontrar a Hyoga profundamente dormido... y atrás, podía escuchar el coro de ronquidos de sus amigos... Luego, se concentró en la ventana y en lo que afuera se podía observar: Dentro de poco, llegarían a Grecia...