Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Sombras del Pasado ❯ Revelaciones ( Chapter 9 )

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DISCLAIMER: Los personajes de CardCaptors Sakura y todo lo relacionado con ellos, pertenecen a CLAMP. La trama de Sombras del Pasado es propiedad de Inner Angel

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SOMBRAS DEL PASADO

Capitulo IX: Revelaciones.

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Mientras mis ojos miren a la distancia,
y no a los tuyos,
Mi corazón buscará incesante,
la señal de tu retorno.

Y así transcurren los días y las noches,
Esperando sentir el delicioso cosquilleo
que señala por fin,
tu presencia anhelada.

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Las imágenes volvían lentamente a estar enfocadas a medida que sus ojos se adaptaban a la luz de la habitación. Su cerebro protestaba por tener que conectar los recuerdos desordenados que aun circulaban frescos de sus pesadillas, con lo que oía y percibía a su alrededor.

Estaba cansada. Exhausta. Machacada, era la palabra exacta. Como si un ejército entero de hombres marchando con pesadas botas hubiera estado caminado sobre ella, dejando su cuerpo adolorido en lugares que no estaba conciente tener. Por si esto fuese poco, un dolor de cabeza punzante acompañaba también el despertar de la Cardmaster en una de las habitaciones de la afamada Mansión del Clan Li.

La molesta claridad en sus ojos empezó a definirse en torno a una silueta más que familiar.

“¿Tomoyo?”.

“¿C ómo te sientes Sakura - chan?”. La joven sólo atinó a mover la cabeza de un lado a otro en negativa. “¡Me duele todo!”.

“¡No me extraña!. Te excediste más allá de los límites de tu magia de acuerdo con Eriol, y eso casi te costó la vida”, la chica replicó de inmediato en un tono de medio regaño. La verdad es que se sentía muy aliviada de ver a su amiga sana y salva, pero al mismo tiempo sumamente triste por las perdidas irreparables de sus amigos a manos de los mensajeros. Ya todos habían sido informados que, además de la muerte de Naoko y Lita, la Secundaria Tomoeda fue atacada y una cantidad desconocida de alumnos, profesores y familiares también habían sido asesinados.

Chiharu cayó de inmediato en una crisis de nervios, preocupada por el paradero de su prometido y compañero de clases Takashi Yamazaki, mientras Rika no se encontraba mejor, enfrentando una realidad de la cual no tenía conocimiento ninguno: descubrir un mundo mágico paralelo que estaba en plena guerra con el mismo infierno. ¡Eso si que era duro de tragar!.

Tan pronto llegaron a Hong Kong transportados por la magia de Eriol, ambas jóvenes junto con Tomoyo y dos malheridos guardianes fueron puestos al cuidado del Clan Li, quienes les explicaron la situación y les brindaron cuidados. Tomoyo había querido entonces ir también a ayudar a su amiga en la lucha, pero Eriol no se lo permitió. A pesar de las muchas protestas por tener que quedarse ella sabía, en el fondo, que su presencia sólo complicaría las cosas lejos de prestar ayuda a Sakura.

Pero lo importante era que Sakura había vuelto. Si bien derrotada, pero con vida. ‘Y mientras haya vida hay esperanzas’, Tomoyo se dijo a si misma mentalmente, al tiempo que la voz de Touya la sacaba de sus cavilaciones.

“¡Vaya si nos diste un gran susto esta vez, Sakura!”.

Sakura parpadeó y todo a su alrededor terminó de entrar en foco. Estaba en una habitación enorme, finamente decorada en colores rosas y amarillos pálidos, con motivos tanto japoneses como chinos, mezclados con sobriedad y buen gusto. El tema principal de la decoración eran las flores de cerezo, cuyas siluetas llenaban los espacios en diversas formas y tamaños. Era como si la habitación hubiese sido preparada especialmente para ella. Había un gran ventanal a su derecha por donde la luz del día se filtraba a través de las largas cortinas que se movían ligeramente con la dócil brisa.

Inclinando su cabeza hacia el lado izquierdo, pudo ver de pie cerca de su cama a Meyling y Rika ofreciéndole una media sonrisa de ánimo. Junto a ellas estaban un par de jóvenes mujeres que parecían vagamente familiares y a quienes luego reconocería como las hijas de la Matriarca de los Li, a las que había conocido años antes en su primera visita a Hong Kong. Finalmente, hacia el fondo de su cama se encontraba la figura seria de su hermano mayor.

“¿Touya?”.

“Estas a salvo ahora Sakura, pero aun te encuentras muy débil”. Su semblante reflejaba el cansancio y la preocupación de las que había sido víctima en las últimas 48 horas. Sin embargo su voz era suave y calmada mientras hablaba dirigiéndole una mirada vacía de reproches. “Es importante que descanses para que recuperes tus fuerzas lo más pronto posible”.

“¿Qué fue lo que pasó?”.

“No debes preocuparte por nada de eso ahora”, dijo dirigiendo su atención al resto de los presentes. “Sakura necesita reposo, así que todos afuera!”. Volviendo su mirada hacia su hermana continuó, “Tomoyo te hará compañía por si necesitas algo Sakura. Vendré a verte más tarde”, y sin más se retiró de la habitación, seguido por Rika y las dos mujeres quienes habían estado atendiendo las heridas de Sakura. Una obstinada Meyling permaneció con Tomoyo en la habitación ignorando decididamente la orden de Touya.

Sakura por su parte parpadeo varias veces siguiendo con una mirada llena de incredulidad a la figura de su hermano mientras se retiraba. Su conducta la estaba comenzando a alarmar realmente. ¿Cómo era posible que el super gruñón de su hermano no la estuviera regañando a todo pulmón por su comportamiento más que imprudente?. Había luchado con los mensajeros e incluso abandonado el país para enfrentar a un enemigo que podía, y de hecho, casi la mata, y nada… ¡el insufrible de su hermano no protestó siquiera!. Definitivamente algo muy raro estaba pasando.

“¿Qué le ocurre a Touya?”, dijo sin rodeos la joven, dirigiendo una mirada cansada pero suspicaz a las dos jóvenes que aun la acompañaban. “No es el mismo de siempre… ni siquiera me alzó la voz una vez”.

“No le pasa nada Sakura, tan sólo que está muy preocupado por ti, y a pesar de lo que crees, el sería incapaz de reprenderte en un momento como este”, le contestó Tomoyo con su habitual paciencia. Pero la siguiente pregunta no sería tan sencilla.

“No… no puedo recordar….”. Sakura cerró los ojos en un intento por poner orden a sus pensamientos. “¿Qué paso con el mensajero Meyling?, ¿Y cómo llegue aquí?. ¿Tu me trajiste?. ¿Dónde están Eriol y los demás?”.

La aludida levantó los brazos defensivamente. “¡Hey!, cálmate Sakura, no es bueno que te agites así. El mensajero fue destruido y todos están sanos y salvos aquí en la Mansión Li. No tienes de que preocuparte ahora más que de reponerte”.

Un suspiro de alivio salió de sus labios al saber que no habían ocurrido más desgracias. No, eso no lo había olvidado, ni aun inconsciente, pérdida en el mundo de sus pesadillas. Naoko y Lita estaban muertas y quien sabe cuantos más de sus compañeros y amigos habían sufrido la misma suerte. Cerró los ojos para contener el ardor de las lágrimas que se asomaban tras sus parpados. El dolor en su corazón era en verdad indescriptible. La pérdida de sus seres queridos la dejaba con una sensación de desesperanza, de estar vacía por dentro. Un vacío que se intensificaba aun más con la presencia familiar y dolorosa que parecía estar a su alrededor como un fantasma que no le permitía enfocar su mente… recordar.

“¿Cómo pasó todo Meyling?. Lo último que recuerdo es estar ante el mensajero… a punto de recibir su ataque y después… yo…”. Sakura se frotó las sienes tratando de recordar pero sólo conseguía intensificar el dolor de cabeza que le taladraba el cerebro.

“Pues lo que pasó es que salvaste el pellejo de milagro, apartándote en el último momento. Entonces Ryu, el líder del Clan Feng, terminó con ese maldito demonio. Tu te desmayaste enseguida, es por eso… por eso, que no recuerdas”, explicó atropelladamente Meyling con un aire de desenfado forzadamente fingido, caminado de un lado para otro, pero sin mirar directamente a los ojos de la Cardmaster.

Sakura caviló la respuesta por unos momentos y todo parecía tener sentido, pero su corazón le gritaba constantemente que algo no encajaba. “¿Por qué tengo la impresión de que todos me ocultan algo...?”, dijo sorprendiendo por un momento a las dos chicas. Sakura era la persona más despistada que conocían, pero increíblemente, esta vez no estaba tan lejos de la verdad. Afortunadamente, Meyling reaccionó de inmediato para calmar sus dudas, haciendo gala de una seriedad muy extraña en ella. Acercándose a Sakura tomó su mano izquierda entre las suyas le dijo con suavidad:

“Se que ahora te encuentras confundida y molesta Sakura. Todos lo estamos. Pero lo más importante es que te repongas. Estuviste muy cerca de pasar al otro barrio y necesitas recuperar tus energías. Esta noche un Concilio de emergencia será llevado a cabo y tú con todos los demás serás recibida. Allí tus dudas se aclararán en cuanto a lo que ha pasado y a lo que está por venir”. Apretando con firmeza su mano la joven hizo una pequeña reverencia de acuerdo con sus costumbres. “Por favor reponte pronto y descansa. Nos veremos esta noche, ¿de acuerdo?”.

Sakura asintió, mucho más aliviada ante las palabras de su amiga. “Gracias”, le contestó a la joven, quien guiñándole un ojo se dio media vuelta y salió de la habitación dejándola a solas con Tomoyo, quien silenciosamente agradecía la intervención de Meyling para poner fin a más preguntas complicadas.

“Bueno, ya escuchaste a Meyling, debes reponer fuerzas para esta noche”. Después de unos segundos de silencio Tomoyo se dio cuenta que sus palabras no tendrían respuesta. Sakura ya había cerrado los ojos y se sumía en un profundo sueño nuevamente.

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“El tiempo se nos ha terminado. Fu-Chou ha logrado su propósito y su poder se concentra en una de las puertas del infierno, listo para salir a llenar de oscuridad este mundo. ¡Es hora de dar la batalla final!”.

Las palabras solemnes de Kuan Kung, patriarca del Clan Li, mantenían la atención de todos los presentes. Particularmente, la de los recién llegados de Japón, quienes estaban sentados en un lugar privilegiado de la primera fila, junto con los miembros más importantes de la familia Li.

“El Clan Li ha trabajado muy duro durante años en preparación para este día. La destrucción definitiva de Fu-Chou está próxima. El Dragón del Tiempo ha detenido el transcurrir de las vidas humanas en todo el planeta, para alimentarse del poder de sus almas, y abrir de nuevo la puerta de salida para que el Vengador cumpla su juramento de dominar la tierra”.

Sakura se revolvió incomoda en su asiento a medida que las palabras del anciano hacían crecer una ansiedad incómoda en su pecho. En ese momento el patriarca fijó sus ojos en la joven.

“Pero esta vez lo estaremos esperando y es allí donde tu Kinomoto Sakura, poseedora del legado de Clow y Maestra de las Cartas, debes ayudarnos”.

Las palabras la sacudieron hasta los huesos y una sensación de desgracia se instaló en su corazón. Pero el juramento silencioso que había hecho durante las horas en que permaneció en su habitación, acostada, fingiendo dormir delante de Tomoyo, fue lo que la hizo ponerse de pie de inmediato. Un juramento para destruir a los que habían arruinado para siempre la vida como la conocía hasta entonces. Un juramento para no permitir que la muerte de Naoko, Lita y todos los demás fuese en vano.

“Dígame por favor, ¿qué es lo que tengo que hacer?”. Todas las miradas se centraron entonces en la pequeña figura de la Cardmaster y un silencio imponente descendió en el amplio y abarrotado salón, generalmente reservado para la celebración de los actos más solemnes del Clan.

Sin apartar la vista de la joven hechicera, Kuan Kung procedió a explicar el plan para destruir a Fu-Chou.

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“Como ya debes saber, nuestro Clan ha ido pasando, generación tras generación, todo el conocimiento relativo a la maldición de Fu-Chou y cómo podía ser controlado y sellado temporalmente. Pero esta no era más que una forma de comprarnos tiempo, pues en verdad no hemos estado ociosos todos estos años. El legado de esta familia ha sido estudiado a fondo, junto con su magia y los limites del cuerpo y el alma humana, en un intento por descifrar el misterio detrás del poder que poseen los demonios sobre el alma del Vengador.

Finalmente, una forma de destruir a Fu-Chou y terminar el trabajo que Clow empezó siglos atrás ha sido hallada:

Es posible, mediante un hechizo más antiguo que el propio Clow, atrapar el alma demoníaca de Fu-Chou dentro de un cuerpo humano para regresarle la mortalidad y atarla al destino humano de trascender y transformarse de nuevo en vida. Una vez que él sea contenido en un cuerpo humano, será posible romper con los lazos que le atan a los demonios al destruir ese cuerpo, permitiendo por fin tanto la purificación como el descanso de su alma, y el paso de su espíritu hacia un nuevo plano. De este modo la maldición llegaría a su fin.

Es aquí donde necesitamos de su intervención Cardmaster Kinimoto. Solo la magia pura del maestro Clow tiene el poder suficiente para destruir este cuerpo temporal que daremos a Fu-Chou y romper con el poder de los demonios sobre su alma.

Nuestro trabajo será colocar en un cuerpo humano a Fu-Chou y mantenerlo inmóvil el tiempo suficiente para que usted concentre toda su magia en un solo ataque fulminante, que lo acabe para siempre”.

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En medio del más denso de los silencios, con la total atención de la multitud a sus espaldas, Kinomoto Sakura inclinó levemente su cabeza en dirección al venerable anciano y dijo con voz firme y sincera:

“Acepto la misión que me encomiendan. ¡Yo acabaré con Fu-Chou!, ¡lo juro por todos los que han muerto en esta batalla. Lo juro por mis amigos que se han ido!. Por Naoko y Lita. ¡Yo mataré a Fu-Chou!”.

Con esas palabras selló definitivamente su destino, sintiendo en su interior que una parte de ella misma, de la inocente y despistada niña de Tomoeda - Japón... se moría.

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Todos salían presurosos del salón donde minutos antes se había dado fin al Concilio. Mucho quedaba por hacer antes de la batalla final con el Demonio Vengador Fu-Chou. Touya, que se había apartado a propósito de los demás, aprovechó la oportunidad entonces para enfrentar a Li Yelan, la matriarca del Clan y dejarle saber una o dos de las cosas que pensaba acerca de su apestosa maldición. Típico en él, no se anduvo ni con rodeos ni con ceremonias:

“¿Qué nos están ocultando?”, la abordó bruscamente cortándole el camino. “Porque es evidente que nos ocultan algo, y ni crea que voy a permitir que mi hermana arriesgue la vida sin saber todo lo que está ocurriendo, sólo para que ustedes salven el pellejo”. La poderosa hechicera sostuvo la mirada furiosa del mayor de los Kinomoto por unos segundos antes de hablar.

“Es cierto que no todo ha sido revelado aun, pero sólo para proteger a la Cardmaster. Lo que se le ha pedido a ella esta noche es todo lo que se espera de ella y nada más. Todos estarán allí para protegerla cuando llegue el momento”. Touya estaba a punto de abrir la boca de nuevo, pero un gesto de la matriarca lo detuvo en seco.

“En cuanto a lo que no hemos dicho esta noche”, continuo impasible, “Eriol tiene instrucciones de revelarlo a usted y a sus amigos antes de la batalla final. Cuando lo sepa entenderá el por qué de muchas cosas que ya fueron, y que aun hoy hieren su corazón, joven Kinomoto”.

Touya quedó perplejo ante las palabras de la Matriarca quien echó a andar de nuevo y ya se alejaba rápidamente de él antes que pudiera reaccionar. Iba seguida de sus cuatro hijas que no dejaban de echarle miradas furtivas y murmurar entre ellas. Las cosas no pintaban nada bien. ‘Esto me gusta menos cada minuto’. Pensó al tiempo que sus pasos sin rumbo lo llevaron a través de los pasillos eternos de la Mansión Li.

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Sakura y sus amigos fueron los últimos en salir del Concilio, acompañados del líder del Clan Feng, quien caminaba cerca de Meyling charlando con ella a media voz mientras atravesaban las imponentes puertas de salida. Todos estaban bastante callados, cada quien reflexionando acerca de todo lo ocurrido y lo que aun quedaba por enfrentar. Las palabras del patriarca resonaban aun en sus oídos. Parecía increíble que estuvieran a punto de librar una batalla que más que sus vidas, definiría el destino de toda la tierra.

Cuando habían avanzado un buen trayecto por el amplio corredor, Sakura lo sintió. Un cosquilleo en la base de su cuello la detuvo en seco y el sobresalto se instaló en el fondo de su estomago, como si una fuerza invisible estuviera apretando sus entrañas. Alguien la observaba. De inmediato volteó y en la penumbra a sus espaldas creyó ver una silueta indefinida deslizarse rápidamente en las sombras. El movimiento fue tan breve y repentino, que de inmediato dudó si en verdad había visto algo. Pero la reacción de su cuerpo le decía que, efectivamente, la habían estado observando.

Corrección. La estaban observando.

“¿Ocurre algo Sakura?”. Eriol regresó sobre sus pasos y se detuvo a su lado mirándola con curiosidad. Sakura despegó entonces sus ojos del oscuro pasillo y los levantó hacia el joven mago.

“Nada… es que… me pareció ver…”.

“¿Qué cosa?”.

“Yo…”. La ansiedad que sentía luego de todo lo dicho en el Concilio aun pesaba en su corazón mientras que en su mente los pensamientos estaban marcados de una cualidad surrealista, lo que honestamente la hacia dudar hasta de su nombre. La inseguridad hizo presa de su ánimo, llena como estaba de emociones que sólo entendía a medias. Cerró entonces los ojos y sacudió con fuerza la cabeza. “No, no fue nada, solo mi imaginación… supongo”.

Una risa natural y contagiosa retumbó en el pecho de Eriol. “No te preocupes. Ver cosas inexplicables en lugares como esta mansión, no es extraño. Muchas cosas son las que se mueven a través del tiempo en lugares antiguos y mágicos como este”. La mano de Eriol se acercó al rostro de Sakura y con suavidad tocó su mejilla.

“Lo que ves son sombras… sombras del pasado, que no debes temer, querida Sakura”.

Si más que decir, Eriol dio media vuelta y continuó caminando con su característica calma y desenfado. Sakura aun permaneció unos instantes cavilando sus palabras y mirando en dirección al corredor. ‘Sólo son sombras del pasado’, murmuró antes de girar y correr para dar alcance a sus amigos.

Recostado de espaldas contra la pared, la figura de Syaoran era apenas visible en la oscuridad del corredor. Sus ojos ambarinos brillaban con la luz propia de su determinación interior.

“Si, sólo una sombra… Sakura”.


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INNER ANGEL



NDA: Este capitulo a pesar de ser de transición y en teoría sencillo, resultó más bien difícil. Ya no se ni cuantas veces lo reescribí. Y la verdad aun no estoy contenta con el, pero creo que es mejor publicarlo de una vez o me voy a estancar de nuevo en las actualizaciones. El próximo capítulo aunque está listo desde hace tiempo (junto con todo el fic), tiene una de esas escenas de batalla tan difíciles de mantener en ritmo, así que también la estoy reescribiendo.

En verdad me gustaría conocer la opinión que tienen hasta ahora de mi trabajo. Para mi no se trata de tener muchos reviews, sino de la calidad y contenido de los mismos. Que sean útiles para aprender de cada uno y mejorar como escritora.

Vamos, no sean tímidos y opinen… ; p