Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Sombras del Pasado ❯ Epílogo ( Chapter 12 )

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DISCLAIMER: Los personajes de CardCaptors Sakura y todo lo relacionado con ellos, pertenecen a CLAMP. La trama de Sombras del Pasado es propiedad de Inner Angel

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SOMBRAS DEL PASADO

Epílogo



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En contra del ardiente sol a mis espaldas,
Mi cuerpo ya no proyectaba sombra alguna.

Entonces supe que me encontraba en el paraíso.



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Touya estaba sentado de espaldas a la escena.



En el momento que el mocoso la abrazó y –para su completo horror– tuvo el descaro de besarla, supo que debía voltear antes de asesinar a alguien.



Yukito, de pie a su lado, parecía tan divertido como de costumbre, añadiendo más leña al fuego de su irritación. Estas cosas se le daban fatal y Yuki no lo ayudaba para nada.



En el fondo estaba feliz y satisfecho, todo había que decirlo. Pero sólo verlos le daban ganas de dejar salir lo más bajo de su instinto animal y primitivo. Así era él de sobre protector con su hermanita y definitivamente tenía que acostumbrarse a relajar algo de ese instinto. Le gustara o no, ahora Sakura estaba en la protección de otro hombre.



“¡Waaahhhhhh!”, suspiró frustrado, “bueno, no lo estará si mato al mocoso…”, se dijo por lo bajo, con un placer malicioso brillando en el fondo de sus ojos. Pero tan pronto la idea cruzó su mente, quedó descartada. ‘Claro, eso no le sentaría bien a Sakura…’.



“¡BAH!!!. No se que le ve”.



Yukito no pudo contener más tiempo su risa al ver desplegarse en la cara y por medio de palabras no contenidas, todo el debate interno por el que pasaba su querido Touya. El instinto innato de protección a todo lo que amaba era una de las cosas que lo habían cautivado de él. Claro, a veces se pasaba más allá de los límites de lo razonablemente civilizado, pero para eso estaba él allí. Para equilibrarlo.



La mirada asesina que le envió Touya entonces le dijo que este era uno de esos momentos en que debía intervenir.



“Pues yo creo que hacen una pareja perfecta”.



No se pudo contener, fastidiarlo un poco más sólo hacia más entretenido el aplacarlo.



“¡AGHH, y tu de que lado estas!!!”.



“Del tuyo…”



Dicho esto Yukito se inclinó hacia él para plantar un beso en su frente, tomándolo completamente por sorpresa y calmando de inmediato la furia de su rostro.



“…en realidad estoy orgulloso de lo bien que estas manejando todo esto, ¿sabes?”.



Así de fácil, el obstinado de Kinomoto Touya tuvo que voltear para ocultar el sonrojo que subió por su rostro… y la sonrisa.



“¡Bah, ya cállate tonto…!”.


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“¡Kawaaaaaiiiiiiii!!!!!! 221;



El gran deseo de Tomoyo finalmente se estaba haciendo realidad delante de sus ojos… y de su adorada videocámara. Allí estaba Sakura, temblando en los brazos de Syaoran, incapaz de mirarle a la cara. ‘Se ven tan tiernos juntos’, pensó la chica con estrellas en los ojos. Y lo mejor, cada segundo de este reencuentro quedaría registrado para la posteridad tomando el lugar principal en su extensa videoteca.



Desde que las aventuras de sus dos amigos cardcaptors comenzaron, ella siempre supo que ambos eran el uno para el otro. Les tomó demasiado tiempo darse cuenta, y después… Bueno, era mejor dejar en el pasado los años de separación forzada por los que tuvieron que pasar.



Lo importante era que ahora, finalmente estaban juntos, ¡y ella estaba grabando su primer beso!!.



“¡Ohhhh Kawa… ¿pero qué…?!”. Una sombra se interpuso entre su cámara y el objetivo forzándola a despegar el rostro del visor para ver de qué se trataba.



Eriol estaba de pie delante de ella, con una sonrisa risueña en el rostro.



“¡Eriol-kun, estas arruinando el mejor momento de la grabación”, chilló casi histérica por la interrupción, moviéndose rápido a un lado para continuar tomando a la pareja de enamorados.



Tan pronto reenfocó sobre sus victimas… es decir, amigos, la sombra volvió a instalarse delante de la cámara.



¡Ahora si estaba furiosa!. Si Eriol estaba jugando uno de sus juegos, realmente había elegido el peor instante.



“¡Basta Eriol!! ¡Me haces perder el momento más importante de sus vidas!!”.



Justo cuando se iba a mover para continuar, las manos firmes del mago la sostuvieron por los hombros manteniéndola plantada en su sitio.



“Pues, si sigues grabando, te arriesgas a perderte el momento más importante de la tuya…”.



Las palabras apenas y llegaron a registrarse en su mente cuando sus labios fueron capturados por los del joven hechicero en un beso ligero y lleno de ternura. Ni que decir que toda capacidad de raciocinio desapareció por completo ante el inesperado –pero tantas veces deseado– beso de Eriol.



Cuando sus labios se separaron Tomoyo se encontraba simplemente paralizada.



“Yo también te debo una disculpa Tomoyo”, comenzó a decir Eriol, sin casi apartar su rostro de la joven, “porque de todos tu fuiste la que más sufrió en todo esto, teniendo que mentirle a diario a Sakura, sin poder ayudarla”.



Tomoyo no sabia que decir ni como reaccionar. Había soñado tantas veces con la posibilidad que Eriol tuviese algún sentimiento hacia ella. Pero hacia muchos años ya que se había resignado finalmente, considerándolo un imposible. Era evidente que sólo ella sentía algo o de lo contrario él hubiese dado alguna señal clara. Pero nunca hubo nada más allá de la simpatía y el cariño natural de los amigos.



¿Sería posible soñar de nuevo?. ¿Tener esperanzas?.



“E-Eriol…. yo … tu…”.



Una de sus manos tomó su rostro acallando sus labios con un dedo. “Ahora que la maldición ha terminado, yo tampoco deseo perder más tiempo en una separación forzada. Porque yo jamás me hubiese perdonado si el estar conmigo te hubiese causado algún daño, mi querida Tomoyo”.



Con la videocámara completamente olvidada en el suelo, Tomoyo se entregaba más y más en el abrazo y el beso más importantes de su vida.



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“Awwgg, esos dos también…”, exclamó Meyling mirando con desden a Eriol mientras besaba a Tomoyo, “… debe ser contagioso, que cursis se ponen”.



“Eso no fue lo que dijiste anoche mientras me besabas a mi…”.



“¡RYU!!”.

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La fuerte risa del joven líder del Clan Feng era una especialmente diseñada para sacar de sus casillas a la joven de ojos carmesí. Y nada le gustaba más que hacer enfurecer a la belleza delante de él.



“¡Vas a negarlo, cariñoooooo!”.



“¡Eres un descarado!. ¡Me las vas a pagar!”, gruñó hecha una furia, al tiempo que se lanzaba tras él en una carrera por la cubierta del ferry. Las risas de Chiharu y Rika se dejaron oír ante el espectáculo que estaba montando la inusual parejita.



“Esos dos si que son uno para el otro”, dijo la primera, pensando con nostalgia en volver a casa y a los brazos de su querido Yamazaki, mientras que Rika asentía sonriendo al comentario de su amiga. “Sin duda Meyling ha encontrado la horma de su zapato”.



“Eso claro, si Ryu sobrevive lo suficiente a la furia de Meyling”, concluyó Nakuru entre más risas, mientras Meyling comenzaba a aplicar sus famosas técnicas de estrangulamiento sobre el cuello del desafortunado Ryu.



El Guardián del Sol suspiró contento. Escuchar el entusiasmo juvenil de sus compañeros lo hacia sentir satisfecho después de una jornada tan dura.



“¡Ahhh, el amor está en el aire!, ¿ne?”.



Suppy-chan hundió más su cabeza en el libro delante de sus narices por respuesta.



“¡Meh, eres un aburrido!”.



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Dos semanas después.






Lloví a a cantaros porque no podía ser de otra manera.



Tomoeda estaba de luto. La trágica muerte de cientos de habitantes del tranquilo poblado había marcado sin duda un antes y un después para cada unos de sus ciudadanos. Ya nada volvería a ser igual.



Así, aun a pesar de la lluvia, la ceremonia de despedida por el descanso de las almas de los muertos se desarrolló con total normalidad y con la presencia de la mayoría de los habitantes. Niños, jóvenes y ancianos por igual asistieron sin prestar atención al clima. Era un tributo merecido y necesario para los que se habían marchado. El mal tiempo no detendría la ceremonia ni la voluntad de los asistentes.



El encendido de los tsuyas se repitió por todos los hogares y en todas las calles, acompañado por el fuerte olor a incienso y los cánticos y rezos de sutras tradicionales. La mayoría de la gente se había reunido en la pequeña plaza cerca del parque en donde un altar y un modesto monumento habían sido levantados para recordar y venerar a los fallecidos. Otros prefirieron llevar la ceremonia y su dolor en privado.



Para cada una de las personas que comenzaban a retirarse lentamente hacia sus hogares bajo paraguas multicolores, el envenenamiento accidental de sus conciudadanos y familiares era una tragedia sin sentido. Para la joven hechicera que permanecía inmóvil frente al monumento, la muerte a manos de los mensajeros de tantas personas era su responsabilidad y una parte en su interior encontraba difícil reconciliarse con su propia debilidad.



En las últimas dos semanas desde que volvió a Tomoeda había tenido mucho tiempo para pensar con más cuidado las cosas. Todo lo ocurrido a ratos se le hacia una pesadilla sin sentido, en otros el peso de los acontecimientos le oprimían el pecho con la gran impotencia que sentía. No podía cambiar el pasado pero sin duda comenzaba a ver el futuro con más optimismo y con un sentido de totalidad que no había tenido en años. Al menos el sentimiento constante de sentirse incompleta y sin una meta concreta en la vida había desaparecido por completo.



En su lugar una nueva determinación había nacido y con ella una decisión.



La parte más difícil fue la conversación con su padre y con su hermano para explicarles sus sentimientos y el por qué de sus acciones. Estaba tan nerviosa que las manos le temblaban y las palabras salieron de su boca bastante atropelladas y entrecortadas. Todo el rato fue un sufrimiento, bajo sus miradas inquisitivas y constantes, temiéndose lo peor. Pero para su sorpresa ambos se tomaron las noticias con total tranquilidad, como si ya se lo esperasen. Touya ni siquiera protestó más allá de un: ‘más vale que el mocoso te haga feliz o si no…’.



Esa misma mañana había ido a la secundaria a recoger su título de grado, pues con el luto todas las celebraciones de la graduación fueron suspendidas. Para Sakura estaba bien. La fecha no tendría más significado en el futuro que la de servir de recordatorio por la perdida de vidas causadas por la maldición que casi le cuesta la vida a todos.



Ahora tenía finalmente planes para continuar sus estudios, y más importante aun, un lugar en donde hacerlo. La dureza de los acontecimientos recientes le enseñó que más allá de la importancia de tener amigos y familiares en los que apoyarte para continuar, las heridas del alma son muy profundas y requieren tiempo y en muchos casos, consejo y orientación de personas expresamente dedicadas a ayudar a los demás. El ver trabajando a la psicóloga del colegio con sus compañeros y conversar con ella la había inspirado. Si la magia era un medio para proteger, la psicología sería un medio para sanar. Sakura iría a Hong Kong a estudiar psicología.



A Hong Kong…



Después de años de sentirse en un limbo sin voluntad y ánimo de vivir, ahora la apremiaba un sentido de urgencia. No quería perder más tiempo lejos de Syaoran y era inútil hacerse ilusiones respecto a la posibilidad de que él pudiera venir de nuevo a Tomoeda a vivir como un residente más. La importancia y el poder de su rol como líder del Clan Li y del Consejo de Hechiceros habían quedado más que claros para ella en el tiempo que estuvo allí.



En verdad que la sola idea de acercarse más a su mundo le creaba un nudo en el estomago. Sakura no estaba segura de que clase de relación iba a tener con Syaoran, o como iba a ser su papel en una sociedad tan secreta y estricta como el sistema de Clanes de magia, pero de lo que si estaba segura era que quería estar cerca del hombre que amaba sin importar los sacrificios. De esos, ambos habían tenido bastante ya.



La brisa seguía agitando las grandes gotas de agua contra el monumento. La lluvia caía constante, produciendo un suave ruido que ahogaba parcialmente los sonidos distantes de la gente regresando a sus casas. Sakura cerró los ojos. Podía sin embargo escuchar el sonido de pasos firmes que se acercaban hacia ella.



No necesitaba voltear para reconocer la presencia que se aproximaba lentamente a sus espaldas. La había sentido desde hacia varias horas, cuando su vuelo aterrizó en Japón. Su cercanía provocó una reacción inmediata en su cuerpo, que se estremeció en una extraña combinación del frío por la lluvia a su alrededor y del calor que él era capaz de encender en su interior.



Syaoran por su parte se encontraba hipnotizado con la figura pequeña y femenina a la que se acercaba. Era la imagen de la ternura allí, de pie, aparentemente indefensa bajo un adorable paraguas rosa. Pero el sabía bien de lo que era capaz la mujer delante de él cuando se molestaba o sus seres queridos estaban en peligro. Su fortaleza era impresionante.



¡Kami, como la había extrañado!. Solo pasaron dos semanas y ya se sentía a punto de enloquecer por su ausencia. Había tantas cosas que quería decirle, tanto que expresar, y su presencia lo dejaba simplemente sin palabras, sin ideas. Tan sólo deseando tenerla en sus brazos para perderse en ella.



El ruido de las gotas de agua cayendo sobre el impermeable que cubría su cuerpo y cabeza generaba una pequeña tormenta en sus oídos, lo que aumentaba la sensación de opresión y tristeza que había sentido tan pronto bajó del avión. El luto del pueblo era patente incluso en el clima.



Cuando estuvo de pie detrás de ella tuvo que inclinarse bastante para poder colocarse bajo la protección del pequeño paraguas rosa. Sus manos se deslizaron sobre las de Sakura, pequeñas y pálidas en comparación con las suyas, para tomar el mango de la sombrilla y poder erguirse. De inmediato la joven se volvió hacia él, y sin mediar palabra hundió el rostro en su pecho, rodeando su cintura en un abrazo firme.



“¡Ah! Tomo eso como un: ‘me da gusto verte amor, yo también te extrañé”.



Un golpe más o menos fuerte en su brazo y la media sonrisa que se asomó en sus labios le dijo que su comentario tuvo el efecto deseado. Claro que no detuvo las lágrimas que caían lentamente por sus mejillas, pero eso era algo que por el momento era imposible. Tomaría tiempo antes que ambos pudieran reconciliarse con todo lo que había pasado, sobre todo en las últimas semanas. Pero juntos podían hacerlo.



Tenían todo el tiempo de sus vidas para ello.



Los últimos rayos de sol tomaron un tiente rosa, típico del poniente, coloreando bellamente el cielo.



Así permanecieron de un buen rato, de pie, apoyados uno en el abrazo del otro bajo el paraguas rosa, mientras el atardecer se extendía delante de sus ojos, alargando sus sombras en el pavimento a sus espaldas, diluyéndolas y alejándolas de ellos para siempre.



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INNER ANGEL



(-) Tsuya: especie de cirio usado en ceremonias funerarias.

NDA: Sombras del Pasado está terminada. Para celebrarlo subí un fanart del Capitulo anterior que pueden encontrar en: innerangel (dot) deviantart (dot) com

Para los que en un punto u otro han seguido esta historia, han dejado unas líneas en un review, o simplemente me acompañan silenciosos al otro lado del monitor, ¡Gracias! =3

Angel