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[ P - Pre-Teen ]

STIGMATA
 
 
Prologo
 
Las salas de espera casi siempre son un lugar repleto gente irónicamente, desesperada; tratando de tolerar el paso del tiempo que transcurre mas que en ningún otro lugar de una manera lenta y pausada; inundadas de revistas antiguas y de miradas que tratan de ignorar a los demás o que tratan de comenzar conversaciones forzadas. Esta sala de espera no era la excepción, pero Miroku llevaba años visitando este lugar y parecía ser inmune a todos estos signos de ansiedad .
 
Por fin llego su turno, entro a la elegante oficina decorada al mas puro estilo oriental y plagado con imágenes Budistas, en su interior, sentado en un cómodo sillón de piel se encontraba el Dr. Mushin, quien siempre lo recibía con la mejor y mas cariñosa de sus sonrisas.
 
Mushin: Hola Miroku. Toma asiento por favor.
 
Miroku: Hola Dr. Mushin, gracias.
 
Mushin: Y bien, ¿de que quieres hablar esta semana? ¿cómo has estado?
 
Miroku: Bien gracias.
 
Mushin: Siempre respondes eso, pero tu rostro siempre me dice otra cosa.
 
Miroku: Si, lo se, pero usted siempre pregunta lo mismo cuando ya sabe la respuesta.
 
Mushin: ¿siguen las pesadillas?
 
Miroku: Si, nunca se han detenido.
 
Mushin: ¿hiciste lo que te pedí? ¿Anotaste todo con detalle?
 
Miroku: Si, pero no creo que sirva de mucho.
 
Mushin: no seas escéptico, vamos, léelo.
 
Miroku: Usted ya conoce estas pesadillas, se las he relatado un millar de veces.
 
Mushin: No me importara escucharlo una vez mas.
 
Miroku: Esta bien. Si usted lo dice..
 
El joven de cabello azabache y blanca piel saco un cuaderno de su mochila con varios dibujos en su interior, comenzó a hojearlo hasta que encontró entre todo ese arte un par de hojas llenas con su propia letra, aclaro su garganta, volteo a ver al anciano que se encontraba sentado enfrente de el, y comenzó a leer.
 
Miroku: Mi sueño.. comienza como siempre con el rostro sonriente de mi Madre, quien me toma entre sus brazos y me sube a mi recamara para dormir, juega conmigo por unos momentos, me hace cosquillas en el estomago y me da un beso en la nariz. Luego veo oscuridad, la luz esta apagada, comienzo a escuchar el latido de mi corazón acelerándose cada vez mas. Comienzo a escuchar gritos, alaridos llenos de terror y desesperación, me levanto de mi cama y me asomo por una pequeña abertura en la puerta, la cual deja entrar un pequeño destello de luz. Los gritos siguen y aumentan, camino hacia el cuarto de mis padres, lugar de donde provienen los gritos, súbitamente el silencio llena cada espacio, escucho pasos aproximándose hacia la puerta aun cerrada del cuarto de mis padres, siento un gran temor y me alejo de ahí, no regreso a mi cuarto, mas bien me acerco a las escaleras al final del pasillo. Veo a mi padre abrir la puerta, esta lleno de sangre y tiene una mirada extraña para mi, diferente a la cálida que siempre nos dedico a mi a mi madre y recientemente a mi nuevo hermano. Algo destella en sus manos, dirijo mi mirada hacia ese destello y noto que su ropa esta llena de sangre, y que en su mano sostiene un cuchillo de igual manera ensangrentado. Siento como mi respiración se hace mas rápida mientras que el miedo se apodera de mi. Mojo mis pantalones y mis piernas comienzan a temblar. El comienza a caminar hacia mi, su mirada sigue extraña, yo estoy paralizado, pero de un momento a otro reacciono y comienzo a correr, me tropiezo en las escaleras y choco con la pared blanca que las divide por la mitad, trato de levantarme, pero el esta parado frente a mi... su mirada sigue...
 
En ese momento la voz del joven comenzó a quebrarse. Nunca desde que su padre asesino a su mama y a su hermano había podido relatar los hechos sin quebrar en llanto, nunca pese a que en ese momento el tenia solo 6 años, nunca pese a que 12 largos años habían pasado desde esa noche fatídica.
 
Mushin: Tranquilo Miroku, trata de respirar.
 
La voz calmada del Doctor no ayudaba mucho al joven de bellos ojos color índigo, quien luchaba desesperadamente por encerrar su lagrimas en ellos.
 
Mushin: Respira Miroku..
 
Era como si su respiración se encontrara minimizada a tal punto de que cualquier aparato medico hubiera tenido un camino duro tratando de detectarla y registrarla. Sin embargo poco a poco logro dar pequeñas y dolorosas respiraciones, mientras que su piel al mismo tiempo trataba de contener el sudor frió que comenzaba a deslizarse en ella.
 
Mushin: Ahora dime ¿qué nivel de ansiedad tienes?
 
Miroku: Un ocho..
 
Mushin: Sigue respirando, deja salir tus lagrimas.
 
Miroku: ¡ NO!..
 
Nunca, en todo ese tiempo Miroku lloro, ni aun después de recuperarse de las heridas que su propio padre le había infligido, no lloro tampoco al visitar las tumbas de su madre y su hermano. Mushin sabia esto y pese a que una de las metas de la terapia era lograr que el joven lograra exteriorizar todo, sabia que no debía presionarlo. Todo el dolor que sentía vivía oculto en el, la única forma en la que lograba sacarlo era a través de sus pinturas. Pero lo mas extraño en el joven que nunca lloraba, era que no tenia ningún problema en demostrar alegría, lo hacia rara vez, pero en general tenia muy buen sentido del humor, al menos, así se mostraba hacia la gente importante para el, por lo tanto, no muchos conocían ese lado luminoso de Miroku.
 
Mushin: Sigue respirando.. vas muy bien.
 
La mejor amiga de su madre, Izaori, lo adopto , y desde entonces ella, Inoutasshio, Inuyasha y algunas veces Sesshoumaru, se habían convertido en una familia para el. Izaori no hacia diferencia entre el y sus hijos “reales” y siempre trataba de apoyarlo pues sabia que lo que vivió lo tendría marcado de por vida.
 
Mushin: Mas profundamente.. muy bien..¿ahora en que nivel de ansiedad estas?
 
Miroku: En .. en seis.
 
Después de meses de investigación la policía concluyo que el ataque se debía a que el padre de Miroku tenia esquizofrenia, y nadie lo había detectado oportunamente, lo descubrieron cuando leyeron en un diario que el mismo llevaba algo que los dejo helados “ El diablo me pide que mate a mi hijo mayor, antes de que algo terrible ocurra, pero mi esposa no lo permitirá, tengo que matarla a ella primero”.
 
Mushin: Muy bien Miroku... ¿ahora en que nivel estas?
 
Miroku: En 4, ya estoy casi normal...
 
También descubrieron que llevaba meses, o tal vez años luchando contra “la voces” que le pedían hacer eso, su lucha estaba siendo tan bien librada que nadie noto su enfermedad. Cuando la policía llego a la escena del crimen encontraron a la madre abrazando al pequeño Haruto, el murió al caer al piso, y también encontraron al pequeño Miroku tirado en las escaleras, con tres puñaladas en su pequeño cuerpo, pero aun luchando por su vida. Su padre por su parte, se encontraba tratando de suicidarse, pero no lo logro.
 
Mushin: ¿y ahora?
 
Miroku: Estoy listo para continuar Mushin.
 
En su juicio la defensa utilizo su diario para alegar “demencia” y en vez de ser confinado en una cárcel fue sentenciado a pasar sus días en un sanatorio mental de alta seguridad. Muchas veces pidió ver a su hijo, le tenia que decir algo importante, pero Miroku por supuesto, no quería saber nada de el ni de su fortuna. Las empresas que deberían pasar a manos de Miroku fueron vendidas, y el chico poseía un Fideicomiso millonario, pero no pensaba tocar ni un centavo, tampoco permitía que la familia que lo adopto solventara todos sus gastos, trabajaba desde que tenia 12 años. Mushin le pidió a la familia que se lo permitiera ya que todo eso era parte de su proceso de recuperación.
 
Mushin: ¿seguro?
 
Miroku: Si.
 
En ocasiones la depresión se apoderaba de Miroku, en sus pocos años de vida había tratado de suicidarse dos veces, y el mismo tuvo que vivir la experiencia de ser internado en un instituto mental durante varios meses, hasta que “se recupero”, la condición por supuesto era visitar al Doctor Mushin, quien tomo el caso desde que la tragedia ocurrió. Pese a que los Psicólogos no deben involucrarse con los pacientes a nivel emocional, Mushin no pudo evitar encariñarse con el joven tras largos años de tratamiento.
 
Mushin: Muy bien, entonces cuéntame, ¿cómo va el colegio.?
 
Miroku: No se, todos son muy superficiales.
 
El talento de Miroku para la pintura y para el arte en general era increíble, y por ello, recibía el apoyo de instituciones y de sus padres adoptivos. La beca que le habían otorgado en la mas prestigiosa Escuela de Arte del país era prueba fehaciente de eso.
 
Mushin: No son superficiales Miroku, son jóvenes. Tu también eres joven.
 
Miroku: Si, lo se.
 
Mushin: ¿cómo van tus pinturas?
 
Miroku: Bien, Inuyasha consiguió que una becaria de la Galería de Arte Moderno vaya a ver mi trabajo, tal vez , si ella lo recomienda y sus jefes lo aprueban, puedo tener mi propia exposición.
 
Mushin: Eso es muy importante, es la galería mas importante del País, te felicito.
 
Miroku: Si, gracias.
 
Mushin: ¿no estas emocionado?
 
Miroku: Hasta las lagrimas.
 
 
 
 
 
Nota de la autora: Bueno, espero que este nuevo proyecto que emprendo les parezca interesante, también será un fic oscuro, pero confió en que lo encontraran interesante, si, ya se que tome prestado el titulo de una película conocida, pero la palabra es bella y no pude evitar utilizarla. Mas adelante verán la relación entre esa palabra y el fic.
 
Espero sus reviews, ya saben, buenos o malos y díganme si continuo con este proyecto o mejor me dedico a vender dulces en el transporte publico. Saludos.