Saint Seiya Fan Fiction ❯ Ayoros ❯ Sombra blanca, sombra oscura ( Chapter 1 )

[ P - Pre-Teen ]

I. Sombra blanca, Sombra oscura.

 

"El mundo ahora era un lugar mejor"... ¡Sí como no! Ni siquiera después de haber estado en el Hades podría considerarse esto un paraíso: Vivir en antiguas ruinas a expensas de que un día se te cayera el techo; con un calor insoportable en el verano y fríos extremos en el invierno; trabajando sin salario para una diosa adolescente; con compañeros más que extraños que nunca te hablaban y ... ¿Alguna vez alguien comía o iba al baño en este lugar? Los días eran monótonos y los pasatiempos se limitaban a un par de cosas que a la larga resultaban aburridas...

 

Todo esto era lo que pensaba uno de los caballeros de Atena después de toda aquella odisea en el averno y de haber regresado -más aún porque le había jurado protegerla y serle fiel porque de no haberlo hecho, no habría ninguna otra forma de regresar a existir -. Tenía que fingir... siempre fingir.

 

En fin, lo que sí sabía era que su casa no estaría decorada a su gusto ya más: Eso de las caras mutiladas colgadas en la pared y usadas también como alfombra, no eran del deleite de la joven diosa (seamos sinceros ¿a quién le gusta entrar a una casa con olor a muerto?), así que ya ni en eso se podía entretener el muchacho. Pobre caballero de la cuarta casa, santo del signo de Cáncer, era el único que aún no se había podido hacer a la idea de estar a las ordenes de una mocosa insensata; porque incluso Afrodita ya se había resignado, y estaba muy tranquilo en la doceava casa... ¡Horror!, a estas alturas creía que sería mejor regresar al hoyo del mal del que la diosa lo había rescatado a cambio de llevar esta "vida digna y serena"

 

Máscara de la muerte: ¡Bah! (murmurando) Mejor me corto las venas con mi casco.

 

Y dicho lo anterior, el joven desapareció entre las sombras de su casa, después de haber estado meditando un largo y tendido rato, a la luz de las estrellas griegas.

 

Viéndolo entrar a su casa, un enanín de pelo rojizo (que, escondido tras los pilares que adornaban las escaleras de las doce casas, lo había estado observando meticulosamente) dio por terminada su tarea y desapareció con ese clásico silbatillo del aire, reapareciendo nuevamente en la primera casa del Zodiaco, la de Aries.

 

Mu: ¿Cómo te fue, Kiki?

 

En las escaleras de la entrada a su templo, Mu esperaba con esa tranquilidad suya tan característica (en realidad ya estaba medio dormido, pero ya ves para qué te sirven los poderes telequinéticos que cualquier bobada te despierta). El niño le sonrió a su maestro, a cuyas espaldas había aparecido, y en seguida se volvió a teleportar para acabar sentándose junto a él.

 

Mu: No es necesario que te teleportes para todo Kiki. Es mejor dominar con pasos las distancias cortas.

 

Kiki: (sin prestarle mínima atención a su maestro) ¿Qué crees Mu?

 

Mu: ¿Qué?

 

Kiki: Esta vez Máscara de la muerte piensa cortarse las venas con su casco para acabar con su agonía.

 

Mu: (Con total serenidad) ¿Por qué será que ya ni me preocupo?

 

El joven cerró los ojos un momento, y prosiguió...

 

Mu: ¿Qué más noticias me tienes?

 

Kiki: (Pensando mucho para que no se le fuera a pasar ningún detalle) A ver, mejor en orden: En casa de géminis, Saga y Kanon viven tranquilos; sin embargo (y con esto volteó a ver fijamente a su maestro) aún retienen ese ambiente frío y penoso... sé que ninguno de los dos se ha dejado de lamentar de tantas cosas... (viendo nuevamente al frente) pero por lo menos se hacen compañía, aunque en silencio... Luego, Mascara de la muerte, del que ya te dije que piensa volver a suicidarse, aunque al principio pensaba hacerlo arrojándose por un hondo precipicio; luego el viejo maestro, meditando como de costumbre, es el más centrado y a menudo recibe visitas de Shiryu; De ahí me pasé con Shura que sigue frecuentando la casa vacía de sagitario cada vez que puede... otro que no deja de echarse culpas ¿sí?... También vi a Camus que es el más sereno de todos y al que también lo visita muy seguido su alumno... sin embargo él y Hyoga no hablan mucho... de hecho nada, se parecen a Saga y a Kanon que nada más se hacen compañía... Finalmente llegué con Afrodita que se dedica en cuerpo y alma a su jardín privado de rosas dentro de su casa... Y ya cuando venía para acá, decidí primero regresar a ver si Máscara de la muerte se había suicidado por fin, pero me encontré con la sorpresa de que había cambiado el abismo por su casco como medio de suicidio...

 

Mu: Sí... nada ha cambiado.

 

Desde el regreso de los santos dorados al santuario, Saori le había encargado a Mu que cuidara de aquellos que habían estado ausentes, cosa que Mu tradujo como "tenerlos bien vigilados", ya que entre la mayoría, no se tenían confianza alguna y menos después de todas las cosas que habían sucedido (Vamos, mitad y mitad).

 

Mu: (Por fin abre los ojos y mira al cielo) Aunque me alegra saber... que los jóvenes de bronce aún nos visitan de vez en cuando...

 

Kiki: Es que cuando viene uno coinciden todos... Y eso que luego anda cada quien por su lado y en diferentes países... Pero cuando se juntan, luego ya siguen la fiesta. Parece que se comunican con la mente ¿no?... Son como una familia, muy extraña...

 

Mu: (Voz baja) Y así debimos haber sido nosotros...

 

Kiki: ¿Eh?

 

Mu: Si Ares nunca hubiera aparecido... Ni Saga hubiera tratado de matar a Atena... (Viendo al suelo) Quizá... nosotros también... hubiéramos sido como ellos... una gran familia...

 

Mu bajó aún más la mirada, luego cerró los ojos y ahí se quedó, quieto, pensando. Kiki sólo pudo optar por mirar a su maestro con cierta pena; luego se dispuso a observar las brillantes estrellas que ya cambiaban de lugar unas con otras por el paso de la noche.

 

Y aquella noche era espléndida por no decir poco, un cielo tan limpio, acompañado por un acogedor aroma de tierra mojada y pastos húmedos, todo consecuencia de las primeras lluvias de la primavera. Un silencio envidiable. El frío, cediendo poco a poco. Mucha paz... Demasiada paz... (Vale, creo que era excesiva esa paz... ¡O.K. era tanto que era obvio que algo podía pasar; no hay que tener la mente tan cerrada!... ¿En qué me quedé?... maldición, por eso no debo divagar tanto ~_~ ... ¡ah sí!:) Paz:

 

Saori: (Para variar) Algo se acerca al Santuario...

 

La muchacha también veía al cielo griego (bien, ¿qué esta tan aburrida la cosa que lo único que hacen todos es ver al cielo?... a-hem ^-^). Ahora que "todo" había vuelto a lo que debía ser la "normalidad", nuestra joven diosa debía dedicar más tiempo al Santuario; debía permanecer ahí la mayor parte de su vida (aunque sé que nunca faltaban las vacaciones de fin de temporada, si no ¿qué haces con ese montonal de dinero que te heredó el abuelito?... en fin) y velar por la paz, bla, bla bla... (¿Por qué escribo lo que es obvio ¿no?)

 

Saori: Pero esta energía es poderosa... muy grande, aunque también es cálida... no parece venir con propósitos de guerra.

 

La chica aclara su mente y permite a su cosmos ir más allá y sentir aquel otro que se acercaba. Y esto último dio resultado, y brindó a la muchacha información valiosa:

 

Saori: (Cierta sorpresa) ¡Esta energía paternal! Sé lo que significa... Sé quién eres...

 

Y continuó comunicándose con su energía, y esta se volvió aún más cálida y acogedora.

 

Saori: (En su mente) -Y eres bienvenido, padre-.

 

Tal fuerza de cosmos pronto aplastó la paz que inundaba al santuario. Una enorme aura dorada corría como un mar de luz, cuya marea crecía más y más hasta que llamó la atención de todos los caballeros que se encontraban en el Santuario - ya que para allá se dirigía -. Fue imposible contener la sorpresa o el susto y no hubo quien no saliera a asomarse fuera de su casa; especialmente en la primera hubo conmoción (pues sí, eso de ser el primero no conviene ni cuanto de trata de porrazos, ni cuando son invitados) y Mu ya se encontraba muy atento, observando aquellas luces doradas acercarse sin ninguna intención de detenerse...

 

Kiki: (Asustado) ¡Maestro ¿qué es...

 

Mu: - No siento ninguna agresión en este cosmos... pero aún así...-

 

Mu dio unos pasos al frente. Fuese lo que fuese, debía proteger la entrada al recinto de Atena... Pero su presencia no bastó; justo frente a la casa de Aries, la energía pronto dejó de ser sólo una marea uniforme y tomó forma humana, visible únicamente por contornos dorados. La figura traía algo en brazos, un "bulto" de mantas el cual era obviamente real, a diferencia de su protector.

 

Mu observaba atónito. Pero la figura humana no tenía ganas de esperar o charlar: Con velocidad, pasó de largo al caballero de Aries, y lo único que dejó a su paso fue aquella elegante cola de luz que desaparecía al poco tiempo de haber pasado, como vapor.

 

Kiki: (Viendo a la figura desaparecer) ¡Oww! (Viendo a Mu) Mu...

 

Pero antes de decir algo más, Mu ya se encontraba en camino para perseguir a aquel espectro.

 

 

Casa por casa, la sombra de luz iba pasando ante la mirada sorprendida de los otros caballeros que nada podían hacer al respecto. Aunque al final, a todos se les ocurría lo mismo:

 

Aldebarán: (corriendo escaleras arriba) ¡¿Dices que sólo lo dejaste pasar así como así?!

 

Mu: (corriendo junto a Aldebarán) Igual que tú; no pude hacer nada, ni siquiera usar mis poderes. Es una energía diferente, muy especial.

 

Máscara de la muerte: (corriendo detrás de Mu y Aldebarán) Pues tu energía diferente y especial venía cargando algo...

 

Aldebarán: ¿Eso qué tiene que ver?

 

Máscara de la muerte: (malicia) Podría ser una bomba o algo horrible ¿sí?

 

Aldebarán: No lo creo. Sería ridículo.

 

Ayoria: (Corriendo delante de los otros tres) ¡Como sea! ¡Dejemos de discutir cosas tan tontas y démonos más prisa!

 

Los tres continuaron corriendo hasta que pronto alcanzaron a otros más (como Saga y Kanon).

Y poco a poco fue creciendo el número de caballeros dorados corriendo escaleras arriba, hasta que uno ya no sabía si era desfile o carnaval.

 

Seiya (Sí está vivo y qué, a mi sí me cae bien): Oigan... (Viendo la entrada del templo del santuario) oigo pasos.

 

¡Adivinaste! Estos cinco niños también se encontraban por aquí, visitando a Saori y a sus maestros (los que tenían). Como había dicho Kiki, casi siempre coincidían en sus visitas. Cuando lo hacían, pasaban un par de días en el Santuario también. Y aprovechando que podían entrar a todos lados ahora, sin la necesidad de pelear, disfrutaban de casi cualquier espacio que se les ofrecía para sentarse (o pararse ^-^) a matar el tiempo y a veces hasta narrar sus más recientes aventuras o incluso recordar heridas pasadas.

Hyoga: Suena como una estampida... ¿qué será?

 

Ni tarde ni perezosa la situación, con un portazo entró en escena la figura dorada con bulto en brazos, y, como costumbre de paso, dejó atrás a los caballeros de bronce. ¡Y mejor aún! Antes de que pudieran siquiera reaccionar, entraron todos en bola los santos dorados.

Nada tontos los muchachos, dejaron pasar aquel ejercito que perseguía, más por curiosidad que por temor, a aquel espectro tan artificial.

 

Seiya: (Sorprendido) Por eso dicen que unidos los santos dorados son temibles.

 

Shun: (observando) ¿Pero qué sería esa cosa que perseguían?

 

Y detrás de ellos, una voz los hizo regresar sus miradas atrás.

 

Dohko: Será interesante... ¿por qué no nos acompañan a ver?

 

El viejo maestro de Shiryu había regresado a su forma falsa, y vivía en paz como un hombre de edad, sin que nadie le molestara (y de paso yo creo que quería vivir más, si no ¿por qué volver a ser una pasa?)

 

Shiryu: (Acercándose, seguido por los demás, a su maestro) ¿De qué se trata?

 

Dohko: (Avanzando, sin detenerse) Si vienen lo verán.

 

Y el viejo maestro siguió su camino, sin pararse a dar explicaciones, y pronto se perdió de la vista de los cinco sorprendidos e incrédulos muchachos que de pie se quedaron esperando respuestas más sustanciosas que la que se les había dado.

 

Seiya: Que hombre tan parsimonioso.

Y los cinco se voltearon a ver. No entendían ni "pío", y el asunto había pasado demasiado rápido como para pensar con éxito las cosas. En fin, a veces hay que tener la cabezota muy fría como para reaccionar con inteligencia:

 

Ikki: Bueno. Yo sí quiero saber que pasa.

 

Y acto seguido, aumentó el número de integrantes en el maratón por alcanzar la luz dorada con bulto: "CASI TODOS" los caballeros dorados, seguidos por "TODOS" los caballeros de bronce (los cinco importantes para no meternos en preámbulos ni otros problemas ¿eh?) y al final "UN" antiguo maestro en la cola (Sí, hasta los de bronce le sacaron ventaja).

 

Shura: (Corriendo a la cabeza del equipo) ¿Se dan cuenta de lo lentos que nos hemos vuelto?

 

Saga: (corriendo casi junto a Shura, delante de su hermano gemelo) No es eso. La energía de Atena chocó con esta a la que perseguimos, y ello creó una barrera invisible... es como si tratáramos de correr bajo el mar...

 

Máscara de la muerte: (En medio, atrás)¡Nada, nada! ¡Somos unos lentos!

 

Ayoria: (corriendo delante de Máscara de la muerte, un poco más adelante a Mu y Aldebarán) ¡¿Quieres callarte?!

 

Afrodita: (Adelante junto a Kanon) Ahora que lo dices, tiene sentido, por eso vamos cada vez más lento... También es lo único que tendría lógica, si recordamos que vamos corriendo todos juntos a pesar de que unos estábamos más cerca que otros...

 

Máscara de la muerte: Le-ntos, le-ntos... ¡LENTOS!

 

Milo: (corriendo delante de Aldebarán y más adelante que Ayoria) Sí claro... El único que ya de haber llegado es Shaka, no lo veo por ningún lado...

 

Camus: (junto a Milo, delante de Mu y Ayoria) Ni lo verás; el nunca salió de su templo.

 

Milo: ¡¿Sigue ahí?!

 

Máscara de la muerte: ¡len-to!

 

Shura: ¡¿Qué importa ahora?! ¡Hay que empujar más esta energía de la que hablaba Saga o nunca llegaremos con Atena!

 

Y mientras: La energía ya había logrado llegar hasta donde se levantaba digna la estatua de la antigua diosa Atena, portadora en su mano derecha de la Nike, y en su izquierda del escudo que le diera en la antigüedad tantas victorias seguras. Delante de la estatua, personificando aquel bello monumento, la joven Saori esperaba con una sonrisa dulce a aquella luz.

El aire se volvió revoltoso y ambas, la joven y la sombra se encontraban ahora frente a frente en un remolino de cosmos dorados.

 

Saori: (Serena) Ahora esta bien... puedes estar en paz.

 

La figura miro a Saori por unos instantes y en un ademán de gratitud absorbió toda su energía, diminuyendo al máximo aquella enorme estela de luz dorada que había dejado en el camino. La muchacha también desapareció su cosmos. El choque de energías cedió y con esto el aire que se había levantado con furia algunos instantes atrás... ¡Ah sí! Y también la presión contra la que luchaban los caballeros dorados, mismo motivo por el cual, salieron los de adelante como tapón de sidra y los de atrás acabaron tropezando o chocando con los que tenían enfrente.

Entre gritos y polvadera, los jóvenes de bronce dieron alcance a los santos dorados y se detuvieron cuando no hallaron por donde pasar.

 

Hyoga: Que vergüenza.

 

Shun: ¿Qué pasó?

 

Dohko: (Alcanzándolos también) Por eso es bueno darte tu tiempo...

 

El viejo maestro ahora pasaba sobre las espaldas, piernas y brazos de sus compañeros, provocando algunos alaridos y quejas, claro está.

 

Dohko: Y ahora pueden ver lo que pasa cuando hay demasiada gente y nadie que los guíe... la falta de costumbre para trabajar en equipo, que nos lleva como consecuencia a "esto"...

 

Y el hombre lila seguía caminando, seguido por los santos de bronce (muy cuidadosos ellos de no pisar a ninguno, el otro podía ser viejo y venerable, pero a estos, si se les ocurría pisar a algún caballero dorado, seguro que les iban a partir todita su...) que muy atentos lo seguían como alumnos que escuchan a su maestro...

Pasaron unos minutos y los caballeros de bronce junto con el viejo maestro ahora tenían la delantera del maratón.

 

Ayoria: (Levantándose con cierto aturdimiento) Maldición (viendo a todos sus compañeros...) ¿Están bien?... ( a ver si no faltaba alguno) ¿Dónde esta Camus?

 

Se escucha una vocecilla apagada: ¡Aquí estoy!

 

Afrodita: (observando) ¡Oh pobre! ¡Creo que Aldebarán lo ha aplastado!

 

Saga: (De pie) ¡¿Qué importa Camus ahora?! ¡Debemos correr!

 

Y de nuevo, Saga sale corriendo seguido muy de cerca por su gemelo (lo prometo, pronto dirá algo, no es mudo ¿eh?). Acto seguido, y elevando su orgullo, los demás se pusieron pronto en pie y los siguieron.

Voz grave y con eco: Atenea, mi hija; diosa de la sabiduría y la guerra pura, me encuentro ante ti hoy para observarte y saludarte como un padre; no como un dios, no como enemigo...

 

Aquella voz, ciertamente perteneciente a un hombre maduro, sonaba con fuerza. Y aunque la figura dorada continuaba ahí, frente a frente con Atena, era obvio que la voz no provenía de esta.

 

Saori: Has venido de muy lejos ¿no es así?...

 

Zeus: Soy un alma errante ahora, pero algún día, volveré a la vida; cuando esto pase, tendrás que dar lo mejor de ti y deberás convencerme para seguir protegiendo a los humanos. De no ser así, una nueva era deberá iniciar de inmediato...

 

Saori: (Mirando al cielo) Pero ahora... No has venido a profetizar... eres mi huésped y me da gusto que te acordaras de mi... ¿Qué sucede?

 

Zeus: Eh venido porque...

 

Pero un montón de pisadas detuvieron la voz. Ahora habían llegado los cinco caballeros de bronce, el viejo maestro y pocos segundos después, los santos dorados. Todos miraron la escena por igual: Saori, muy tranquila, que los veía con cierta curiosidad (recordemos que la pobre es medio despistada, ya sabes), de pie frente a aquel ser luminoso, con bulto, que no estaba tan tranquilo y que menos aún los veía con curiosidad (yo creo que más bien veía con temor a toda aquella bola de montoneros).

 

Seiya: (Porque la costumbre impera) ¿Qué sucede Saori?

 

Y Seiya dio un par de pasos flojos; pero de inmediato se detuvo por la falta de respuesta de la Diosa (es medio contreras el galán).

 

Pero el ambiente comenzó a volverse más y más tenso porque nadie sabía que hacer... pronto, los jóvenes santos comenzaron a desesperarse por falta de respuestas o instrucciones... Y unos instantes después, la figura dorada, que aún se veía algo desconfiada de los caballeros, se volteó a mirar a Atena y se aproximó a ella.

 

Shura: ¡Atena!

 

Y ahora todos avanzaban con paso firme aunque moderado; hasta que una señal de alto de Saori los detuvo.

 

Saori: Todo esta bien... han venido a verme.

 

(¡¿Bueno pero qué tan difícil era haber dicho eso desde un pinch"·$·& principio?!... te digo que era medio despistada la chica)

 

Seiya: ¿A verte?

Saori: Así es (con ternura) Mi padre, el gran dios Zeus, nos hace esta visita.

 

Ikki: ¿Gran dios Zeus?

 

Medio excluidos del asunto, todos miraron a la figura de luz con el bulto.

 

Saori: (Movimiento negativo de la cabeza) No... este es su mensajero...

 

Silencio. ¿Dónde estaba Zeus entonces? (Aún no les cae el veinte a todos ¿verdad?: ¡Zeus! ¡Dios de dioses! ¡Papá de muchos dioses más, y hermano de Poseidón y Hades!)

 

Luego, una luz resplandeciente brilló a un lado de la estatua de Atena. Todos miraron atónitos: Un enorme hombre, quizá del tamaño de esta estatua, flotaba como fantasma en el aire. Era tan sólo una figura espectral, con ese brillo dorado tan característico de grandes deidades, envestido con una armadura finamente tallada, y envuelto en mantas blancas que no dejaban de moverse en ritmo con su largo cabello y barbas blancas. Era notable que aquel enorme aura, era el fantasma del gran Zeus; imponente, poderoso, sentían como a pesar de su inmaterialidad podría destrozar la tierra con una sola mano y arrebatar el azul del cielo con esos ojos blancos, carentes de iris o pupila. Nadie habló más: Algunos tragaron saliva y a otros hasta se les olvidó como respirar. Por fin habían caído en cuenta de que se trataba de algo realmente "grande" (y me refiero a todos los sentidos de la palabra "GRANDE").

 

Zeus: Atenea...

 

Saori: (Mirando a Zeus) Estos son mis queridos caballeros. No sólo mis caballeros, también son mis amigos, maestros y guías... Puedes tenerles confianza porque ante mi debilidad en este cuerpo mortal, ellos han madurado como mi fuerza y aliento...

 

Zeus: Sí... ya veo...

 

Y mirando de reojo a cada uno, Zeus pudo contemplar ese asombro y hasta inocencia en ellos (Los pobres tendrían cara de niños regañados como para parecerle inocentes ¿eh?). Luego prosiguió:

 

Zeus: (Viendo a Atena) He venido porque tengo un obsequio para ti.

 

Saori: (Sorprendida) ¿Un obsequio?

 

Todos los demás a la expectativa (los que habían tragado saliva... pues tragaron más, y los que se olvidaron de respirar... ¡hombre pues ya habrían fallecido después de seis minutos o más de falta de oxígeno al cerebro!).

 

Zeus: Así es...

 

Y Zeus hizo un ademán que resultó en una suave brisa, y con ello dio orden a su representante que inmediatamente ofreció a la joven el bulto que protegía con tanto celo.

Saori, algo confundida, tomó las mantas entre sus brazos y luego volteó de nuevo a ver a su padre, cuestionándolo.

 

Zeus: Hace tiempo, un joven dio su alma por lo que creía, y no le importó jugarse todo por proteger una nueva vida... Vida la cual, por cierto, me pertenecía, y que con mucho trabajo mandé al mundo mortal, para que lo protegiera contra el caos que de vez en vez llega a cernirse sobre la Tierra...

 

El "gran" dios dio una breve pausa (a ver si podían digerir o razonar lo que estaba diciendo) durante la cual muchos de los presentes comenzaron a armar sus propias deducciones: No había muchas personas que encajaran con esa descripción y que de alguna forma pudieran pertenecer a la familia de Atena... de hecho, y por el momento, sólo había una.

 

Ayoria: ...No puede ser...

 

El santo de Leo dio un par de pasos al frente de los demás... Las palabras de Zeus beneficiaron más a sus esperanzas y deseos que a su razón... ¿podría ser?. Aun era pronto para emocionarse, pero ¿por qué no?... ¿qué tenía de malo esperar un poco más de lo que habría esperado? Aunque había que ver que el asunto era algo bizarro porque... ya habían pasado más de trece años desde su fallecimiento...

Mas ya lo había dicho Saga alguna vez, cuando se estuviera haciendo pasar por Patriarca del Santuario: "Su cuerpo jamás fue encontrado". El mismo Saga comenzaba a pensar en lo mismo que deseaba Ayoria con tanta fuerza... Pero para el santo de Géminis, tendría un significado totalmente diferente; porque, más que llenarlo de alegría, le causaba temor, angustia... ¿acaso podría ser un mensaje divino? (pues sí lo era ¿no?) Alguna especie de segunda oportunidad tal vez... ¿o un castigo?... Demasiadas preguntas que quizá no tenían bases (y ya hicimos esperar mucho a Zeus con su pausa):

 

Zeus: Así fue... al salvar el joven a esa creatura, me había honrado con su valor. A cambio, yo le otorgue...

 

Lo cierto era que el interés, o angustia, de los santos de Atenea comenzó a crecer más y más conforme todos iban creando la misma sentencia que Ayoria y Saga; aunque para algunos como Máscara de la muerte o Afrodita era algo que en verdad ni les iba ni les venía y ya ni estaban poniendo atención... o más bien disimulaban no poner atención...

 

Zeus: Otra oportunidad.

 

Saori (que seguramente también ya había considerado lo mismo que sus santos dorados), con los pensamientos algo nublados, desenvolvió las mantas, descubriendo así entre sus brazos a un pequeño niño que venía plácidamente dormido.

 

Saori: (Sorprendida)... (Viendo a su padre) ¿Ayoros...?

 

Seiya y compañía (Ya sé que es lo mismo de siempre, pero que flojera poner Seiya, Shiryu, Hyoga, Shun e Ikki todos juntos dicen:... >_< ugh, ya lo dije... ¡pero no pienso volverlo a hacer!): ¡¿Qué?!

 

Shiryu: (como para asegurarse después del primer coro que sostuvo con sus compatriotas) ¡¿Ayoros?!

 

Ayoria cayó de rodillas al suelo con algo de sorpresa e inseguridad, mezcladas estas con alegría, o tristeza ¿qué clase de sentimiento puede tener un hombre en situaciones tan extrañas como esta?

Otros se sorprendieron aún más (a pesar de ya haber pensado en las posibilidades) y les fue casi imposible pensar en una reacción apropiada (Como el caso del pobre de Shura que no sabía si "saltar" de gusto o "saltar" y esconderse tras alguna roca por vergüenza propia).

Saga por su parte, no mostró reacción alguna, todo lo que podría haber sentido en ese momento, lo escondió perfectamente tras su clásica mirada tranquila y reservada (aún así, muy compadeciente de si mismo).

Los restantes por su parte sólo abrieron bien grandes los ojos y la boca (excepto el buen Milo que ya sabemos que sorprendido, contento o enojado siempre tenía la misma sonrisa maliciosa. Sólo podías ver sus estados de humor porque habría o cerraba más los ojos, pero la sonrisa nadie se la quita).

 

Zeus: Cuando murió, y luego de que te dejara bajo el manto protector de aquel hombre oriental, me tomé la libertad de llevarme su cuerpo y su alma. El proceso, sin embargo, fue muy lento; la falta de fuerza que tengo ahora es grande, porque nos encontramos de repente haciendo dos cuerpos: uno para éste joven y otro en el que yo vendré al mundo mortal en algunos años... Como sea, y mientras estaba listo para regresar a ser mortal, permití que su espíritu te guiara a ti y a tus santos... Pero ya es tiempo... Y aquí esta mi obra maestra que ahora te encargaré.

 

Saori: ¿Encargar?

 

Zeus: Tómalo como mi nuevo representante en tu mundo hija mía. Mientras regreso a la vida, el joven Ayoros será mis ojos; él me mantendrá al tanto de todo lo que suceda aquí. Cuando llegue el momento, regresaré y él permanecerá conmigo entonces...

 

Y todos los presentes se extrañaron aún más (viejito loco ¿quién lo entiende?).

 

Zeus: Pero para eso falta mucho; años, ya lo he dicho... así que te regalo este privilegio; lo verán crecer, y tus caballeros lo educarán bien, y será un buen guerrero que servirá a Atena hasta el día que Yo regrese. Entonces, será el mediador perfecto entre tu punto de vista y el mío.

 

Silencio absoluto... Mínimo, hasta que Saori cambió de su expresión seria a una más jovial y llena de luz:

 

Saori: Entonces lo criaremos bien...

 

Y todos miraron a Saori con gestos mezclados de inconformidad y asombro.

 

Saori: Y le enseñaremos sobre la verdad y la justicia. Aprenderá pronto a amar a este mundo... sé que de igual forma, volverá a defender la vida... será un "hijo" muy querido.

 

Zeus la miró sonriente...

 

Zeus: Que así sea. Este pacto queda sellado entonces.

 

Y cuando comenzaba a desvanecerse en son de fuga... su voz con eco resonó una última vez:

 

Voz con eco de Zeus: Por cierto, hija mía..."Nació el mismo día..."

 

Luego se desvaneció su figura tan imponente, en apenas unos segundos después de sus últimas palabras. Al mismo tiempo, la figura dorada que hasta entonces había permanecido inmóvil viendo a aquel bebé con mucho cariño y tristeza, desaparecía ahora como si fuera un simple líquido que el suelo absorbía con gentileza.

Saori mientras, se quedó meditando las últimas palabras del dios: "Nació el mismo día"... ¿Se refería a Ayoros?... ¡¿Qué día había nacido Ayoros?!... Bueno, en realidad no lo sabía; sin embargo, estaba segura de que mínimo Ayoria estaría al tanto de la fecha en que su hermano Ayoros habría nacido... y seguramente, a eso es a lo que se refería Zeus...

Algo nuevo estaba a punto de dar comienzo en el Santuario y nadie tenía los pensamientos suficientemente ordenados como para imaginar qué.

 

Ahora bien, qué sería aquella sombra que nadie había notado, y que al mismo tiempo que Zeus y su mensajero se marcharon, se había perdido en la intensa oscuridad a espaldas de la estatua de Atena?