Saint Seiya Fan Fiction ❯ Ayoros ❯ La extraña carta de Seika ( Chapter 3 )

[ P - Pre-Teen ]

III. La extraña carta de Seika.

 

Afrodita se regocijaba cada vez que el niño en cuestión decía alguna palabra, por más sencilla que fuera. Ayoros era un niño despierto, quizá no muy vivaracho, pero si curioso y hasta cierto punto, alegre. Ya había cumplido su primer año cuando pasó por su propia casa (porque todos se pusieron de acuerdo en que debían festejarle su cumpleaños el último día de Noviembre tomando como base el comentario de Zeus -¿Y qué esperaban si es una reencarnación?-) y mientras estuvo bajo los cuidados de los chicos de bronce y la joven diosa.

De hecho, Afrodita alardeaba mucho de decir que le era muy fácil cuidar al niño. Cosa que, inmediatamente, Máscara de la muerte solía reprocharle diciendo que era obvio porque ya estaba más grandecito, pensando que a él le había tocado cuidar a un enano de siete meses de nacido. Pero lo que más sorprendía a muchos era el hecho de que, en si, el niño haya sobrevivido un mes en casa de Cáncer, siendo que todos sabían - o pensaban- que a Máscara de la muerte no le gustaban los niños. Y aún más, no sólo casa de Cáncer, sino ¡todas las casas! Seamos sinceros ¡nunca nadie había entrenado a los santos dorados para cuidar niños!:

Mu sólo duró un par de semanas con el niño, y no tuvo muchos problemas gracias a sus poderes telequinéticos para moverlo o dormirlo (de lo que todos se quejaron después porque era una sucia trampa hipnotizar al niño para que siempre estuviera dormido). Por otro lado, cuando las cosas se ponían muy difíciles, lo que Mu hacía era simplemente dejarle el niño a Kiki para que se encargara (pobre infeliz, pero bueno).

Luego de Mu, Aldebarán se hizo cargo, de forma ejemplar por no decir más, del niño. Nadie sabe en realidad cuál fue el secreto de Aldebarán, pero había que tomar en cuenta que era el que más se preocupaba por su alimentación y el que trataba de darle de comer más seguido, reclamando que debía ser grande y fuerte como él, a lo que Ayoria reprochaba con que era imposible puesto que su hermano, según recordaba, tenía más o menos la misma complexión que la suya y que no creía que pudiera cambiar mucho (o más bien rogaba por que así fuera).

Kanon y Saga fueron quizá los que pudieron tener más problemas en su momento. A parte de que tenían una visita diaria de alguno de los caballeros (especialmente de Ayoria) para ver si el niño aún tenía la cabeza en su lugar (cosa que luego otros como Milo agarraron para mofarse de los gemelos), también tenían que batallar en ponerse de acuerdo de cómo iban a dividirse las tareas... total que Kanon acabó criando al niño mientras Saga nada más lo dirigía. En lo que sí estaban de acuerdo ambos era en que el niño estaba creciendo demasiado rápido, por lo que se encomendaron la tarea de estarle consiguiendo prendas (sepa Dios o Zeus de dónde) cada semana para que no fuera a quedarse desnudo un día a expensas luego de pescar un resfriado (¿en plena primavera? Sí como no...).

Luego siguió Máscara de la muerte. Su casa fue un misterio... Aunque sucedió algo curioso cuando el niño llegó luego a manos de Ayoria: Estaba perfectamente limpio, alimentado y saludable... (¿Habrá despertado Máscara de la muerte su lado tierno y paternal cuidando al bebé cuando nadie se daba cuenta?... ¡nah! Sería para siempre un misterio la Casa de Cáncer).

Ayoria por su parte estaba muy contento de recibir a su hermanito. Pasaba cada día, hora, minuto con él, disfrutando verlo crecer... mas eso no le alejó de los problemas: en realidad era muy malo cuidando niños, se asustaba fácilmente y dudaba por todo... tenía problemas para dormirlo y alimentarlo, aunque poco a poco fue aprendiendo a mano de hierro (osease que Marín le ponía buenas madrinas cuando hacía de plano mal las cosas... ¿Y Marín cómo sabía?... es que tenía mucho tacto con los niños). Casi diario, Marín hacía su ronda y visitaba a su querido... ¡amigo! Para ayudarle con el bebé ya que había visto lo bruto que era (Además, a ella, a pesar de negarse, empezaba a gustarle eso del aire maternal, es decir, sentirse mamá °-^).

Luego Shaka... eh... Sha-ka... bueno… Shaka… Sí… este, él... bueno, digamos que el niño pasó con éxito la casa de Virgo (porque Shaka es tan meticuloso que a todo le hallaba defecto, vamos, hasta la forma en que dormía el niño - y eso ya era un reto considerando que Shaka no suele ver con sus ojos muy seguido-)

El antiguo maestro fue otro ejemplo sobresaliente de cómo cuidar niños: Fue muy listo de su parte dejárselo a Shiryu (Quién no se quejó, al contrario, parecía tener muy buena mano con el pequeño... ¿quizá Dohko lo hizo a propósito vara ver si ya podía desposarlo?... para el caso...), porque de todas formas estaba como en "chino" que el viejito pudiera cargar al bebé de cualquier forma (casi estaban a la par).

Milo parecía niño con juguete nuevo (¡sí, el valiente y sádico Milo resultó buen papá!). De hecho, algunas de las primeras palabras (o lo que según Milo eran primeras palabras) las dijo Ayoros durante su estancia en Escorpión. Cosas como "data" que Milo traducía con esta lógica: data = lata = escarlata = aguja escarlata. "¡ya dice aguja escarlata!" Milo estaba orgulloso, desde luego (cómo habrá sido su infancia me pregunto yo).

En Sagitario, por ser su primer año, todos acordaron que se quedara (porque Hyoga ya se lo andaba llevando a Siberia) para poderlo festejar. 30 de noviembre, Ayoros cumplió su primer año de vida. Ayoria aprovechó entonces para regalarle una banda escarlata como la que, según recordaba, traía puesta siempre cuando estaba vivo (que complejo), claro que para ver a su hermano usarla, debería esperar a que creciera un poco más.

Luego le toco su turno a Shura. Todo marchaba bien, hasta que descubrió que le estaba tocando una importante transición: Los primeros pasos... En realidad, no estaba tan difícil el asunto, sólo debía tener cuidado que no se anduviera estampando contra el suelo, las escaleras, la estatua de "Palas Atena", su casco con dos peligrosísimos cuernos pinchantes, las escaleras que conectaban las casas; o que no se fuera a caer de las mismas escaleras, del vacío junto a las escaleras de las casas, o el vacío que tiempo atrás había hecho cuando corto una y otra vez a Shiryu con su Excalibur (otra buena razón de cuidado por aquello de que sus dos brazos y piernas eran tan filosas como una espada)...

Acuario fue la casa más normal y tranquila de todas. Camus resultó ser un "padre" notable y nunca tuvo ninguna clase de problemas fuera de lo ordinario (tan sólo se quejaba de pronto de que, luego de que Aldebarán le hubiera caído encima, su espalda ya no era como antes, por lo que no podía cargar seguido al niño), siendo un hombre paciente y dedicado a su nueva tarea (así es que chicas ya saben para prospectos de matrimonio, buscarse a uno como Camus es la mejor opción).

Ahora entendemos todo por lo que ha pasado Ayoros hasta llegar con Afrodita que todo le parece hermoso (notables excepciones ¿verdad?). Sinceramente, el genio del "bello" Afrodita de Piscis se volvió mucho más dulce y sincero con el cuidado del niño (¿eso es bueno o malo?).

 

Seiya: No lo sé... Convivir con tanta gente ¿no le causará problemas de identidad al pobre?

 

Durante los días de transición del cambio de Piscis a Aries (que eran sólo como uno o dos), Ayoros acaba aguardando con la joven Diosa en su recinto, hasta que Mu fuera a recogerlo nuevamente. Mientras tanto, Seiya esta a cargo del cuidado del niño dentro del palacio de Atena.

En alguna de las tantas habitaciones decoradas con pilares y que daban a jardines internos (muy bonitos y que nadie sabía cómo era posible que estuvieran así cuando "nadie los cuidaba"), Seiya se encontraba sentado en unas escalerillas, acompañado por una sonriente Shaina que, despojada de su máscara, veía con mucha ternura al pequeño Ayoros caerse y levantarse ( y el niño no lloraba ni se quejaba) una y otra ves mientras jugaba en el jardín interno.

 

Shaina: Cada persona debe hacerse a la tarea de formar su propia identidad ¿no crees?

 

Seiya: Sí claro... ¡up! (acachando al niño que había pasado frente a él y se había tropezado con su pie)... Quizá tengas razón...

 

El muchacho aprovechó entonces para voltear al pequeño y verlo directo a la cara. Curiosamente, Ayoros recibió el gesto con una enorme sonrisa.

 

Seiya: (regresando el ademán) Después de todo, siempre me pareció que Ayoros tenía un carácter fuerte y valeroso... Ahora es extraño verlo a los ojos, como si siempre hubiera estado vivo...

 

Seiya permitió entonces que el niño continuara explorando el lugar.

 

Seiya: Y digo que es extraño porque... bueno, nunca lo conocí en persona, y aún así me protegió muchas veces por medio de su armadura, la armadura de Sagitario. Creo que entiendo ahora cómo se siente Ayoria. (Viendo a Shaina) porque Ayoros también fue como un hermano mayor para nosotros a pesar de su ausencia.

 

Shaina: (viendo a Seiya también) Ayoros (volteando a ver al niño) Toda una personalidad aquí en el santuario luego de la derrota de los caballeros dorados en sus manos... Un héroe al que muchos admiraron... Y ahora, lo tenemos aquí de nuevo, aprendiendo a hablar y a caminar, justo frente a nosotros. Es real... ¿qué significado puede tener esta nueva etapa en la vida del Santuario?... ¿y para nosotros mismos?...

 

Seiya: No sé (viendo también al niño). Sin embargo, me siento feliz de tener esta oportunidad...

 

En esos momentos, otra persona entraba en escena, llamando la atención de Seiya y de Shaina, que de inmediato voltearon a sus espaldas por el sonido de pasos acercándose. Al ver bien de quién se trataba, los dos se pusieron rápidamente de pie y luego se hincaron sobre su rodilla izquierda para mostrar respeto (Y Shaina se puso rápidamente su máscara, porque a pesar de tener en cuenta cual inútil era esa cosa de metal, aún era parte de la costumbre de su hogar, y por respeto a este debía mantenerla).

 

Shion: (Viendo a los dos jóvenes) No hace falta que se arrodillen. Por favor.

Y Shion sugirió con un ademán de su mano derecha, que se pusieran de pie y se relajaran.

 

En efecto se trataba del anterior caballero de Aries y por lo tanto, maestro de Mu. Shion también había regresado al lado de sus compañeros para continuar con su vida de servicios a Atena. Sin embargo, era extraño verlo en el Santuario: La mala reputación que había adquirido este mismo, después de la intervención del dios Ares, causó una serie de conflictos y desconfianzas con otros Santuarios de los demás dioses; por lo tanto, Shion se hacía ahora a la tarea de andar de aquí para allá haciendo visitas y renovando los lazos de amistad y cooperación que habían sido destruidos previamente.

 

Seiya: Aunque no es mi costumbre, debo mostrar mi respeto al Patriarca.

 

Shion: Y te lo agradezco; pero tampoco olvides que somos iguales, tu y yo somos caballeros de Atena y por lo tanto, ninguno esta por encima del otro... menos aún (sonriendo con picardía) después de todos tus logros Seiya.

 

Seiya: uhm... ¿gracias?

 

Shion le brindó una amable sonrisa a los dos muchachos, enfocándose a continuación en la mancha que por atrás de ellos paseaba en el jardín: Ayoros gateando, tratando de subir una oruga en una varita que traía en la mano.

 

El Patriarca se sonrió con un aire paternal muy característico.

 

Seiya: Este... disculpe Patriarca...

 

Shion regresó su atención a Seiya.

 

Seiya: Si no es mucha la intromisión... ¿A qué vino aquí? ¿Buscaba algo en especial?

 

Shaina suspiró con vergüenza por la forma tan directa e irreverente de su compañero para con el Patriarca.

 

Shion: (recordando) ¡Ah, sí!

 

Y a continuación, Shion sacó de su manto una carta, entregándosela enseguida a Seiya que la miró con curiosidad.

 

Shion: Un centinela me la entregó cuando llegué al Santuario esta mañana. Parece ser que te la envió tu hermana desde Japón.

 

Seiya: (rostro iluminado, viendo a Shion) ¿Seika?

 

 

La hermana mayor de Seiya, Seika, había estado ausente durante mucho tiempo. ¿A dónde había ido y por qué?, en realidad era algo mucho más personal para ella y su hermano, así que nadie más trato de enterarse de dichos menesteres.

Ahora por fin estaba de vuelta después de que muchos, incluso el mismo Seiya, hubiera pensado que Marín era Seika; cosa que se desmintió cuando la propia Marín encontró a Seika y la acompañó durante los preocupantes momentos en que Atena y sus caballeros yacían en el mundo del dios Hades. A final de cuentas, cuando por mil cosas fueron capaces de regresar todos "a salvo" al Santuario, Seiya fue recibido con esta preciosa sorpresa.

Ahora Seika se ha quedado en el internado donde ambos vivieron de niños, ayudando a Miho a cuidar de los niños huérfanos; es por esto último que Seiya también suele pasar mucho tiempo en Japón, con su hermana; quizá hasta más del que pasaba en el Santuario.

 

Shion: Entonces, con su permiso me retiro.

 

Dicho y hecho, Shion volvió a dejar solos al dúo de niñeras.

 

Shaina se acercó entonces a Seiya con curiosidad; luego de tanta bola de cosas por las que pasaron ambos entre pelea y pelea, Shaina a menudo viajaba a Japón con Seiya (al sin vergüenza le gustaba llevar buena compañía), por lo que conocía muy bien a Seika (de hecho yo creo que se llevaban bien porque hasta tienen la misma edad) y sabía que no era del tipo de personas que tuvieran la necesidad de escribir cartas a menos, quizá, de que fuera algo urgente o importante:

 

Shaina: ¿Qué podría ser tan importante, como para que tu hermana no pueda esperar a que regreses para contártelo?

 

Seiya: Sólo hay una forma de saberlo... (abriendo el sobre) de todas formas, ya me he tardado en ir a visitarla. Quizá es una carta de queja por eso o algo así...

 

Y ambos miraron con interés la carta:

 

 

Querido Seiya:

 

¿Cómo te ha ido en el Santuario?, como no has regresado, por acá nos extrañamos un poco de tu falta; aún así, comprendemos que te da gusto visitar a tus amigos, así que no nos preocupamos mucho. En fin, eso no importa ahora.

Seiya, ayer pasaron por el orfanato dos hombres muy extraños que preguntaron si no teníamos algún niño que hubiera nacido un día 30 de Noviembre; les dije que no y de inmediato se retiraron de la misma forma misteriosa en que llegaron; no pidieron más datos. Sin embargo, me acordé de tu fecha de cumpleaños y se me hizo un poco chistoso, ya sabes, porque tú naciste un día después de la fecha por la que preguntaron; no pude evitar sentirme algo nerviosa y preocupada, por eso es que espero que estés bien y que pronto recibamos noticias tuyas.

Tengo este extraño presentimiento, comunícate pronto por favor.

 

Tu hermana que te quiere.

Seika

 

Algo en la carta provocó que Seiya y Shaina se mirarán fijamente, como si ambos hubieran pensado en lo mismo, y les hubiera preocupado lo mismo.

 

Shaina: ¿Coincidencia para nosotros? (viendo nuevamente la carta) ¿Cuándo la escribió, Seiya?

 

Seiya también regresó su atención a la carta de su hermana.

 

Seiya: De acuerdo a la fecha en el sobre... hace dos meses que debe haberla enviado.

 

Shaina: (meditando) No sé si en verdad debamos preocuparnos...

 

Shaina se quitó la máscara y miró nuevamente a Seiya con un poco de temor. Luego los dos, se voltearon para ver a Ayoros que al final había caído dormido sobre el suave césped con una pequeña oruga adornándole la cabeza.