Saint Seiya Fan Fiction ❯ Ayoros ❯ El temor escondido de Shura ( Chapter 13 )

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XIII. El temor escondido de Shura

 

Saori dejó escapar una ligera exclamación de sorpresa; había sentido, por un instante demasiado corto, algo muy desagradable, quizá de nuevo esa energía fría... pero esta vez, no había estado sola...

 

Shura: Atena, ¿qué sucede?

 

Shura (Que recordamos que ya no se desprende del lado de Saori mas que bajo situaciones obviamente íntimas) se acercó de inmediato a su Diosa al ver esta reacción en ella. El joven estaba, como siempre, muy enérgico buscando cualquier mínima insinuación para acabar con cualquier clase de "mal" que se dejara abatir sobre cualquier momento... y esto último lo sabía a la perfección Saori; por lo tanto, había procurado ser extremadamente discreta para evitar sobresaltos en el Santo de Capricornio... oh, pero bueno, cosas como esta siempre acababan ocurriendo, a Shura no se le escapaba ni una...

 

Saori: (voz pausada) Uhm... Shura... ¿podrías hacerme un favor…?

 

Shura: (Extremadamente feliz) ¡Usted diga, yo obedezco!

 

Saori: (continúa con la voz pausada) Ehm... ¿podrías ir a Sagitario?... Es que… creo haber sentido algo extraño en esa casa.

 

Shura: ...

 

Saori: ¿Por favor?

 

Shura: ...

 

El joven se inclinó de súbito frente a Saori.

 

Shura: (Muy cortés) Lo lamento Atena, pero no puedo obedecer esa orden... Aunque me duela desobedecerla, temo que es imposible, porque he jurado permanecer a su lado hasta el día en que yo muera.

 

Saori: (Cara de: ojalá que sea pronto, muy bien disimulada) Shura...

 

Shura: (poniéndose de pie de un brinco) ¡Pero usted no se limite ni se preocupe! Saga irá con gusto.

 

Y volteando a sus espaldas, ambos se encontraron con la mirada de un confundido Saga que acaba de entrar a la habitación del recinto sagrado de Atenea.

 

Saga: Eh... ¿Qué?

 

 

Hasta este punto, era más que obvio que algo no andaba bien; la novena casa estaba totalmente impregnada con aquella espantosa energía sin cosmos y sin dueño, ocasionando incluso neblina y esa sensación tan congelante... y deprimente.

 

Aldebarán: ¿Creen que ese sujeto este aquí ahora?

 

Kanon: ...

 

Milo: Es muy probable. Lo mejor será doblar precauciones... (viendo al fondo de la casa) Estén alertas... cualquier cosa puede salir de esa oscuridad...

 

Y como si hubieran hecho una invocación, una silueta empezaba a emerger desde lo profundo de la oscuridad, marcando con ecos cada paso que daba.

 

Máscara de la muerte: ¡Gracias Milo! ¿Ahora qué?

 

Aldebarán: ¡Ataquemos todos juntos!

 

Kanon: (Irradia tranquilidad) Esperen... creo que es Shaka.

 

Y mientras todos permanecían con cara de what, Shaka fue la única cosa que salió a la luz en aquel pasillo profundo.

 

Shaka: Que milagro...

 

Milo: ¡Shaka!

 

Shaka: El mismo.

 

Todos: (ya deberías sabértelo de memoria) ...

 

Shaka: ¿Qué hacen aquí?

 

Aldebarán: Nos dirigíamos a ver a Atena... ¿Tú qué haces?

 

Shaka: Trataba de cruzar esta casa... pero como es la segunda vez que paso por aquí, creo que me voy a dar por vencido y regresaré a mi propia casa para retomar mis meditaciones.

 

Milo: (muy observador) Oye ¿qué es eso que traes ahí?

 

Shaka: (mostrando) Mis platos, por supuesto... olvidé dejarlos en mi templo... otra razón para regresar...

 

Y sin más palabras ni quejas ni sugerencias ni nada, Shaka continúo con su fuga...

 

Máscara de la muerte: Que tipo tan raro... para mi que estaba muy nervioso... (mirada ensombrecida) y esos platos...

 

Milo: ¿habrá hecho algo malo?

 

Shaina: (interrumpiendo) Miren eso...

 

Haciendo caso a las señales de la chica, los "galanes" voltearon a ver lo que ella estaba observando: Al fondo, había aparecido una luz dorada, muy tenue, que apenas podía competir con la neblina (aunque lo cierto era que esta había comenzado a desaparecer).

 

Máscara de la muerte: ¡Parece ser el destello de una armadura dorada!

 

Y antes de acabar, Máscara de la muerte ya estaba corriendo como polilla a un foco de luz.

 

Milo: ¡Espera Máscara!

 

Aldebarán: ¡Vamos con él!

 

Otro que corría.

 

Kanon: ...

 

Otro.

 

Shaina: (viendo a Milo) Vayamos a ver.

 

Una más.

 

Milo:...

 

Éste no agarró la onda y se tardó un poquito más, pero a final de cuentas acabó siguiendo a sus compañeros.

 

 

Aunque la conversación entre Saga y Shura había durado poco, fue bastante obvia y directa: Saga puso de patitas en la calle (las escaleras entre Sagitario y Capricornio) a Shura, gracias a su capacidad para hacer viajar a las personas de una dimensión a otra. Shura, sin embargo, se había quedado inconforme y muy molesto con su compañero; aún así, no era tan tonto como para desobedecerlo y menos cuando andaba de malas (Saga de malas equivale a x_x), aunque la razón aún la desconocía (es decir, la razón del malhumor del santo de Géminis)...

 

Shura: (optimista) Bien, por lo menos tengo mi armadura...

 

Viendo su propio templo a sus espaldas, y el de Sagitario frente a él, el muchacho respiró profundamente y se prestó finalmente a cumplir con las órdenes de Saori.

 

 

Máscara de la muerte emitió un grito de incredulidad (en realidad fue un alarido de furia, pero como ya me la he cargado mucho con este pobre, trato de suavizar las cosas) al ver su (menos)preciada armadura brillando con debilidad en el fondo de la novena casa del Zodiaco. Aldebarán, Kanon y Shaina pronto lo alcanzaron y al descubrir lo mismo que el santo de Cáncer, armaron un coro muy desentonado de exclamaciones y preguntas como "¿Ya viste Máscara?, ¡es tu armadura!" o ¿Es lo que creo que es?"

 

Máscara de la muerte: (sarcasmo) No me ayuden a pensar ¿quieren?

 

Máscara de la muerte estaba bien consciente de que su armadura lo había dejado botado y que había regresado al Santuario (por la dirección hacia la que había volado); sin embargó nunca se imaginó que acabaría reposando en la casa equivocada... ¿Estaría envejeciendo la pobre, al punto de no darse cuenta de la diferencia entre casa de Cáncer y casa de Sagitario?... ¡Pues no! Porque él recordaba que ese "sujeto" las había reparado hace poco... entonces, debía haber otro motivo para que ella estuviera en ese lugar...

 

Y mientras los que habían llegado observaban con curiosidad la armadura de Cáncer, Milo ya mero los alcanzaba.

 

Milo: (viéndolos a todos muy entretenidos) ¡Ey! ¡¿Qué están viendooooooooooooo

 

El joven tropezó de súbito y calló al suelo haciendo tanto estrépito que a sus compañeros no les quedó de otra más que voltearse a ver el oso del pobre muchacho. La neblina ya casi había desaparecido, así que el piso empezaba a ser visible.

 

Kanon: (viendo indiferente a Milo boca abajo en el suelo) Deja de jugar Milo.

 

Aldebarán: (casi igual de indiferente) Sí, nos acabas de pegar un susto...

 

Milo: (alzando la mirada, indignado) Yo no pedí caerme...

 

Shaina, la única decente en el lugar, fue quién acabó acercándose a Milo para ayudarle a levantarse.

 

Shaina: ¿Estás bien?

 

Milo: (hincándose, sobándose la frente) Sí gracias... Todo fue culpa de una estúpida roca, seguramente...

 

Y levantándose de un brinco, el santo de escorpión se puso a patear todo el piso con la única intención de encontrar la roca que lo había hecho quedar en ridículo y de paso darle una buena madrina. No tardo mucho en encontrar el objeto en cuestión y le dio un par de buenos puntapiés mientras le maldecía.

Aldebarán: (viendo a Milo patear por debajo de la niebla) Mmm, lo que quiera que este pateando suena como un costal de papas.

 

Kanon: (viendo lo mismo)...

 

Por fin, la neblina se había extinto, ya tan sólo quedaba el frío.

De repente, calló sobre los presentes un silencio bastante incómodo. Al notarlo, Máscara de la muerte volteó como por inercia, para ver por qué luego de tantos gritos y patadas, Milo y los demás se habían quedado mudos. Al principió, no vio nada fuera de lo normal, mas que a Milo como en pausa, y este detalle fue precisamente el que lo obligó a fijarse en los pies del Escorpión... ahí yacía el cuerpo inanimado (y actualmente pateado) de Ayoria. Y para completar la escena, a unos cuantos pasos hacia la derecha del pobre santo de Leo, se encontraba lo que seguramente hubiera sido la armadura de Sagitario... antes de quedar hecha trocitos; estaba completamente destruida.

 

¡OH POR DIOS!

 

Shura entró corriendo a escena por el otro lado, encontrándose con el estremecedor momento: Milo a punto de aplastar la cabeza de Ayoria contra el suelo, los demás sin habla, la armadura de Sagitario destruida y un frío de congelador.

 

Shura: (corriendo hacia ellos) ¡Milo ¿pero qué has hecho?! ¡Dime por qué!

 

En el "por qué" Shura ya estaba empujando a Milo para alejarlo de Ayoria, motivo por el cual, luego de perder el equilibrio, el santo de Escorpión fue a estamparse boca abajo nuevamente con el suelo.

 

Shaina: (reaccionando) ¡Espera un momento Shura! Milo no tuvo la culpa...

 

Shura: ¡¿A qué no?! ¡Si lo he pillado con las manos en la masa!... bueno... con los pies en Ayoria... en fin, ¿me explico?

 

Kanon: (acercándose) Pero ella tiene razón.

 

Aldebarán: (este no se movió) Es cierto, Ayoria estaba en el suelo cuando llegamos... sólo que no lo habíamos visto hasta que Milo se tropezó con él...

 

Shura: ¡¿Ah sí?! ¡Entonces veo que también pueden explicarme eso!

 

El joven señaló los restos de la armadura de esa casa. Todos negaron con la cabeza... aunque luego se acordaron del "otro" detalle raro en esa casa y voltearon a ver a Máscara de la muerte y a su armadura.

 

Máscara de la muerte: (captando el mensaje) ¡Ah no!, sé que mi armadura es vulgar y desobediente, ¡pero jamás se atrevería a destruir a una de sus compañeras!

 

Aldebarán: ¿Entonces por qué está aquí?

Máscara de la muerte: Pues eh...

 

Kanon: Tu mismo dijiste en Japón que se estaba comportando de forma extraña.

 

Máscara de la muerte: Sí pero...

 

Shura: Además, destruir una armadura dorada es muy difícil... a menos que el trabajo sucio lo haga otra armadura dorada...

 

Shaina: (Viendo a Shura) ¿En serio?

 

Shura: (pensando) Bueno... en realidad, sólo es una teoría.

 

Shaina: ...

 

Máscara de la muerte: ...

 

Milo: (levantándose adolorido) Oigan ¿Puedo opinar?

 

Atención de todos...

 

Milo: Creo que deberíamos llevar a Ayoria a que lo revise algún médico... de cerca, no se ve muy bien... además, me duele la nariz, creo que me la rompí...

 

Shura: ¡Cierto! La prioridad ahora es Ayoria... veamos, ¿qué hacer?... (viendo a Aldebarán) Oye Aldebarán, ¿podrías llevarlo con Mu? Él se encuentra ahora en Acuario cuidando de Camus... (viendo a Shaina) Oye muchacha ¿tú podrías ayudarle a Milo, por si pierde mucha sangre en el camino no se quede botado en las escaleras?...

 

Milo: ¬_¬ No es para tanto...

 

Shura: (viendo a Kanon) Kanon, tú, si me haces favor, ¿podrías ir a avisarle a Atena lo que ocurre aquí?...

 

Kanon: ¿Y tú qué harás?

 

Shura: Yo (grandeza) Me quedaré a recolectar más pruebas.

 

Kanon: ¿Pruebas de qué?

 

Shura: De... lo que sea -Con tal de no estar batallando con Saga y su malhumor, todo es bueno-

 

Máscara de la muerte: (viendo a los demás) Yo me quedo también, para tratar de ver si puedo llevarme mi armadura de regreso a Cáncer.

 

Kanon: Como quieras; pero no se te olvide que tienes que ir a hablar con Atena. Lo que nos dijiste, me parece importante Máscara de la muerte...

 

Máscara de la muerte: Sí, claro... no te preocupes, sí lo voy a hacer...

 

Estando así todos de acuerdo (aparentemente), cada uno hizo lo que tenía que hacer.

 

Al final, solamente quedaron Shura y Máscara de la muerte en Sagitario.

 

Shura: (Viendo alejarse a los demás) Oye, Máscara de la muerte... (viendo a su compañero) ¿De qué hablaba Kanon?

 

Máscara de la muerte: De algo que... a ti no te importa...

 

Shura: ...

 

Máscara de la muerte: Escucha bien Shura, entiende esto: mientras estemos aquí, tú haces lo que tengas que hacer, yo hago lo que tenga que hacer y "no platicamos", ¿bien?, porque la verdad, me aburres.

 

Shura: ¡Infeliz! ¡Yo no trataba de hacerte plática!... (sarcástico) Sólo me había llamado la atención que por primera vez en tu vida tuvieras algo "importante" que decir.

 

Máscara de la muerte: ¡A-ja! ¡ya lo entiendo! Nada más te quedaste a molestar.

 

Shura: ¡Tú fuiste el que se quedó ¿o no lo recuerdas barbaján?!

 

Máscara de la muerte: ¡Fue por mi armadura!

 

Shura: ¡Fue porque tienes cargos de conciencia, porque tu patética armadura destruyó la de Sagitario...!

 

Máscara de la muerte: ¡Eso no es verdad!

 

Shura: ¡Sí que lo es! ¡Traidores siempre serán traidores!

 

Máscara de la muerte: ¡¿De qué demonios estás hablando?!

 

Para este momento, Shura había levantado su brazo derecho en el aire, amenazando con este a Máscara de la muerte.

 

Shura: Claro, eso sí tendría sentido. ¡Habla de una vez, confiesa ¿Acaso no mandaste a tu armadura a hacer todo esto?! ¡¿Acaso no pensabas desde un principio hacerle daño a Ayoria?! Saga nos contó como te pusiste cuando te mandaron a ti a buscar a Ayoros y no a él ¡Que no querías ir, que no te importa!

 

Máscara de la muerte: -Pues cuanta comunicación-... (Furioso, entre dientes) Pero sabes una cosa... Tú eres el menos indicado para hablarme así...

 

Shura: ¿¡Qué!?... ¡No te oigo!

 

Máscara de la muerte: ¡Que tú ni deberías siquiera hablar!... (serio) Yo no lastimé a Ayoria... jamás, ni siquiera lo pensé y además, sería algo realmente estúpido de mi parte ¿no crees?... pero tu Shura (regresa la sonrisa sarcástica) ¿Acaso tú no fuiste el que hace más de veinte años acabó con la vida de Ayoros?...

 

Shura: ¡!

 

Máscara de la muerte: Y mira que seguramente fue bajo las mismas circunstancias... Saga habla, y ustedes bailan como perros falderos.

 

Shura: ¡Callate!

 

Máscara de la muerte: Dime una cosa Shura ¿no puedes distinguir entre lo que sucede y lo que no?... Eres tan sentimental, que pierdes la cabeza fácilmente... porque si no fuera así, seguramente te habrías preguntado porqué en aquel momento Ayoros corría con ese bebé en brazos...

 

Shura: ¡¿Qué?!... ¡¿Acaso tu...

 

Máscara de la muerte: Vaya, creo que hasta yo lo pensé, lo sabía aunque no nos lo hubieran dicho directamente... Pero tú... no, y eso que supuestamente lo admirabas... ¡sí como no, tanto que lo atacaste por la espalda y luego lo remataste usando al mismo bebé de "pretexto"!

 

Shura: ¡Basta!

 

Máscara de la muerte: ¡¿Basta de qué?! ¡esto apenas comienza...!

 

Shura: ¡Oh ya cállate maldito crustáceo!... (viendo al suelo) ¿Crees que no lo he pensado? ¿qué no lo sé?...

 

Máscara de la muerte: ¿?...

 

Shura: Máscara de la muerte... (viéndolo a la cara) he vivido siete años con eso... temiendo cada día lo mismo...

 

Máscara de la muerte: ¿Eh? ¿lo mismo? - O-oh...esto no me gusta nada, Shura ya puso cara de perro regañado... oh-no, de nuevo no... se va a empezar a...-

 

Shura: Esos recuerdos... mis recuerdos... los de Ayoros...

 

Máscara de la muerte: -Deprimir-

Shura: Lo que me angustia es que... si él supiera, si él recordara... ¿Tú qué crees que haría?... Ese es mi temor más grande... Que alguien, especialmente nuestro Ayoros... me odie.

 

La casa de Sagitario retomó su habitual silencio. Máscara de la muerte podía ver como Shura seguía atormentándose por lo mismo, a pesar de aparentar siempre lo contrario, porque el joven de Capricornio siempre lucía seguro de si mismo... bueno, no siempre.

¿Qué hacer ahora?... detestaba esas cosas, pero de alguna forma sentía demasiada pena por su compañero y sabía que no debía dejarlo así (después de todo era su culpa que se sintiera tan mal)... Bueno, había que pensar en algunas palabras reconfortantes:

 

Máscara de la muerte: ¡Tonto!

 

¡Ouh! Muy mal.

 

Máscara de la muerte: ¿Qué acaso no has pensado que seguramente a nuestro Ayoros ya ni le va a importar? ¿cómo va a recordar algo si ya se murió?... no creo que eso sea posible, es como borrón y cuenta nueva...

 

Shura: Creo que yo pensaba lo mismo; sin embargo (bajando su brazo) hace unos días, me encontré con Afrodita que venía, por lo que le entendí, de haber hablado con Atena... según él, se iría un par de días, y no quiso decirme a dónde; sin embargo, me comentó algo que...(suspiro) Me dijo que el Santuario ya no sería un lugar seguro, aún para Atena... y también, que cuidara de Ayoros... y que no le permitiera recordar nada...

 

Máscara de la muerte: ¿Recordar nada?... -Ese "Afro" tan loco... nada más anda perturbando a los vecinos...- Ya veo...

 

Shura bajó la mirada y guardó silencio; al parecer, ya estaba cansado de discutir y pensar, así que mejor omitió comentarios en adelante.

 

Máscara de la muerte: (viendo a su compañero cabizbajo) Con que dijo eso... -Bien, comienzo a entender la psicosis de Shura con respecto a proteger a Atena... y también, por qué no encontré a Afrodita el día que quería molestarlo. Mmm, ese cara de niña sabe algo y sin embargo no quiso comentarlo con nadie... ¿qué estará tramando?...- ¿Mmm?

 

Máscara de la muerte alzo la vista de repente; había escuchado algo... quizá ¿música?... parecían...

 

Shura: ¿Coros?... (viendo a Máscara de la muerte) ¿Puedes escucharlos, son los coros de la armaduras...

 

Máscara de la muerte volteó a ver su armadura, esta estaba brillando... y cantando, de nuevo... y no era todo, sino que los coros incrementaban no sólo su volumen... sino también su "cantidad"...

 

Shura: ¡Aghh! ¡Mi armadura esta brillando también!

Máscara de la muerte: (Viendo a Shura) ¡¿Eh...

 

Un resplandor súbito cegó a los dos muchachos. No pudieron ver nada, tan sólo escuchar los coros de las armaduras (síp, los mismos que estaba escuchando Ayoria pero aumentados por diez), y después de eso, ya no supieron nada más...