Slayers Fan Fiction / Weiss Kreuz Fan Fiction ❯ Demon Child ❯ Capí­tulo 1 ( Chapter 1 )

[ P - Pre-Teen ]

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Capítulo 1: Demon Prince
 
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“Eres un demonio... un niño demonio.” El príncipe era un demonio. Varios pensamientos le pasaron por la mente, el más sensato de ellos era terminar con la vida del pequeño. Un demonio, si llegaba a la adultez, era algo sumamente peligroso, por eso cada vez que nacía un niño con las características de uno, los padres de deshacían del infante de inmediato. Aparentemente los padres del pequeño se habían negado a terminar su vida.
 
Debía de ser una razón demasiado buena o demasiado tonta. Pero ahora que observaba a la criatura detenidamente pudo comprender la razón. El pequeño era tan hermoso, sus ojos eran lo único que delataba su verdadera naturaleza. Se preguntó qué pasaría si aquel pequeño llegaba a la edad adulta. Seguramente sería un demonio sanguinario que se volvería contra su propia familia, traicionero y peligroso. También se preguntó qué pasaría si ella lograba dominar esa naturaleza y usarla en su favor. Sería una ventaja para ella, pero era imposible conocer el futuro.
 
“Ahh... Xellas, ¿pero cuándo has sentido miedo de lo desconocido?” Sonrió orgullosa de sí misma.
 
Finalmente se decidió. Tomó al pequeño con mucho cuidado y lo levantó en brazos. El infante tembló, aún sus extremidades no tenían la fuerza suficiente para sostenerlo, pero al instante siguiente se sintió descansar sobre la seguridad del pecho de la mujer. Se acurrucó lo mejor que pudo en aquella cálida seguridad y dejó escapar un hondo suspiro. La mujer sonrió.
 
“Espero no estar cometiendo un error.” Y muy despacio, abandonó la solitaria habitación.
 
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El pequeño corría por todo el lugar, los pañales colgaban peligrosamente de un sólo alfiler. Sus cabellos púrpuras apenas cubrían su cabeza. Las nanas del castillo corrían agitadamente tras él, pero a pesar de su corta edad no lograban darle alcance.
 
“¡Niño Xellos, por favor, regrese!” Gritaba la más anciana de todas. “Es hora de su baño.”
 
En vano gritaban las nanas, porque el pequeño de dos años continuaba corriendo felizmente por todo el lugar. El pandemonio continuó hasta que se escuchó una nueva voz llamando al infante.
 
“¿Xellos?” La voz no mostraba enfado, simplemente llamaba al pequeño. De inmediato el aludido se dirigió en desbocada carrera a la fuente de aquella voz y de un salto cayó en sus brazos en un paquete de risas y cabello.
 
“Xel, pequeño, ¿por qué le das tanto trabajo a las nanas?” Le regañó dulcemente. El niño simplemente sonrió cerrando sus ojitos fuertemente.
 
“Señora, lo sentimos mucho, pero es muy difícil alcanzarlo...” Dijo agitadamente una de las nanas.
 
“No te preocupes, yo me encargaré de su baño. ¿Qué te parece Xel?” El pequeño asintió entusiasmado. “Ese es mi pequeño valiente.” Y se lo llevó en dirección a su cuarto donde estaba preparado el baño que las nanas pensaban darle.
 
Tomó la toalla que estaba sobre la cama y se la puso en el hombro, terminando de quitarle el pañal. Con mucho cuidado lo metió dentro de la tina de agua caliente. El pequeño comenzó a jugar con el agua de inmediato y Juu-ou lo dejó un rato que satisficiera su deseo de juego.
 
Lo observaba con una sonrisa, el pequeño era perfecto, lo único que continuaba delatándolo eran sus hermosos ojos púrpuras. Aún no estaba muy segura de que la decisión de salvarle la vida fuera la correcta, aún le faltaba madurar y pudiera suceder que al llegar el tiempo el pequeño se volviera contra ella. Deseaba con todo su corazón que eso no sucediera, por eso pasaba todo el tiempo que podía acompañando al infante, dejándole saber que daría su vida por él de ser necesario.
 
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Era el cumpleaños número cuatro de Xellos y los sirvientes del palacio estaban preparándose para el evento. Juu-ou les había ordenado todos los detalles y el pequeño observaba por entre las pesadas cortinas cómo iban los preparativos.
 
El cabello casi le llegaba a los hombros y sus ojos estaban muy alertas, había crecido muchísimo y casi alcanzaba a llegar a las caderas de Juu-ou. Seguía teniendo aquella inocencia que su edad le confería, pero ya tenía suficiente consciencia como para saber que algo pasaba con su apariencia.
 
Cada vez que algún visitante iba a palacio y lo llegaba a ver, de inmediato podía sentir que temblaban de miedo y se volvía peor cuando lo observaban de cerca. Algunas veces había escuchado pronunciar ciertas palabras a los visitantes pero ahora que podía separarlas claramente sabía que una de ellas se repetía... demonio.
 
Su curiosidad con respecto a su apariencia ya estaba llegando al límite, quería saber qué sucedía, por qué las personas se asustaban al verlo. Claro que sabía que Juu-ou no se asustaba, y ninguna de sus nanas se asustaba al verlo, pero los sirvientes nuevos sí le temían. No era hasta después de mucho tiempo que dejaba de sentir que le temían.
 
“¿Xel, bebé, qué haces ahí escondido?” El pequeño dio un leve salto al saberse sorprendido, pero de inmediato sonrió al ver que era Juu-ou. Se abrazó de inmediato a sus piernas.
 
“¿Qué sucede?, pareces preocupado.” Dijo Juu-ou seriamente.
 
“Kaasan... ¿qué es un demonio?” Le dijo con su mirada más tierna. Juu-ou palideció por unos instantes.
 
“¿Q-quién dijo esa palabra?”
 
“Todos la dicen Kaasan...” Dijo el pequeño con algo de tristeza. “Todos la dicen cuando me ven.”
 
Juu-ou levantó al pequeño en brazos. “Es su forma de decir que eres más hermoso que ellos...”
 
“¿Los demonios son hermosos?”
 
“Tú lo eres más bebé.”
 
“¿Entonces por qué dicen que soy un demonio?”
 
“Porque no te conocen bien. Las personas juzgan lo que no conocen. Son tontas, no debes preocuparte por lo que digan.”
 
“¿Tú crees que soy un demonio, Kaasan?”
 
“Yo creo que eres un diablillo.” Le dijo en tono juguetón. “Un pequeño diablillo que ya debe estarse preparando para celebrar su cumpleaños. Ambos se echaron a reir mientras Juu-ou lo llevaba a su habitación.
 
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Kaasan - madre
 
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Gracias por leer.