Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Lecciones para dos ❯ Capítulo8 ( Chapter 8 )
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LECCIONES PARA DOS
Por Daulaci Serv
Basado en una novela de Jennifer Taylor
Conlos personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.
CAPITULO 8
Tomoyo llevaba ya casi dos meses trabajando intensamente, estaba terminando algunos contratos que quedaron pendientes. Como siempre la prensa la acoso durante todo este tiempo. Viajo a Nueva Cork para una sesión de fotos, regreso a Londres para hacer un par de pasarelas más, las últimas de su carrera.
También concedió entrevistas para algunos medios de comunicación serios, aunque incluso estos no se limitaron a las preguntas sobre el trabajo. Ya no podía evitar más el tema de Yue y lo abordo como si nada hubiera pasado y explicó lo que había sucedido. Yue por su parte también dio algunas entrevistas en las que dijo exactamente lo mismo.
Por supuesto la prensa amarillista no se conformó con esto y siguió haciendo especulaciones. Aprovecharon el que la imagen de Tomoyo había sufrido algunos cambios; después de su estancia en Brasil y su éxito como diseñadora. Se apreciaba en ella un aura diferente, parecía más madura y los ojos habían perdido un poco de su brillo anterior y parecían nublados por un velo de tristeza.
Por fortuna esto no afecto su trabajo; fotógrafos, diseñadores y publicistas aprovecharon esta imagen y la adaptaron a diferentes situaciones, ya sea para que patrocinara algún cosmético o modelara ropa Tomoyo se veía igualmente hermosa. En contraparte la prensa también saco provecho. Anunciaban que ese aire de tristeza de la joven era debido a su desilusión amorosa con Yue y que no había podido superar la perdida de “su gran amor”.
Tomoyo no pudo evitar sonreír con amargura al pensar lo cerca que estaba la prensa de la verdad y ellos sin siquiera imaginarlo. No falto quien empezó a relacionarla con otras personas, ya que las salidas con Yue habían acabado, las fotografías que vendían eran en las que la chica estaba acompañada por otros hombres. Pero todos ellos eran personas con las que trabajaba; un modelo con quien hizo unas fotos y un alto ejecutivo de una firma de cosméticos de quien Tomoyo era la imagen principal. Nada que se pudiera comprobar.
-Estoy harta de todo esto Pierre -decía Tomoyo dejando de lado el periódico.
-Pronto terminará pequeña, ya encontraran a alguien más, como siempre.
-Si, pero ¿Cuándo será eso? -pregunto hastiada.
-Tal vez cuando desaparezca esa mirada tan triste -afirmó Carelli lanzando una mirada significativa hacia ella.
Tomoyo bajo la vista y se alejo a la ventana de la habitación.
-No quiero hablar de eso Pierre.
-Ya lo sé, ya lo sé. Pero ya van a ser dos meses. Ese silencio no te esta haciendo ningún bien. Cuando empezarás a levantar cabeza.
-No lo sé -confesó Tomoyo mirando hacia fuera-. Tal vez nunca -pensó con tristeza.
-Tal vez si fue un error después de todo que le enviará esa invitación -dijo el diseñador con cierta culpa.
-No te preocupes Pierre, aunque no se que pensar de todo lo que paso esa noche.
-¿Todavía esperas que te busque?
Tomoyo paso saliva tratando de evitar que se le formara el nudo en la garganta que aparecía cada vez que pensaba en él. No hubo respuesta.
-Esta bien pequeña no insistiré. ¿Todavía vas a salir hoy?
-Si -dijo casi en un suspiro agradeciendo el cambio de tema-. Mi abuelo me invito a comer al Nobu*.
-¿Aún siguen los planes para la fiesta que prometió?
-Si, y como no puedo salir de Londres por el trabajo hará la fiesta aquí. Por supuesto ya sabes que estas invitado.
-Gracias, ha sido muy agradable conocer a tu abuelo en otra faceta.
-Lo sé y eso me hace muy feliz.
-¿Qué cosa?
-Qué ustedes por fin se conocieran -exclamó con una sonrisa, después miro su reloj-. Bueno, debo prepararme si quiero estar lista a tiempo.
********************
Después de un par de horas Tomoyo se presentó en el restaurante donde ya lo esperaba su abuelo. Se saludaron cariñosamente y después de ordenar empezó una larga conversación.
-¿De verdad no te importa hacer la fiesta aquí abuelo? -preguntó Tomoyo con preocupación.
-¿Cuántas veces debo decírtelo para que te convenzas? -preguntó a su vez el Sr Amamiya en tono de broma.
-Bueno, es que yo estoy segura que a ti te encantaría hacerla en Japón y, yo podría esperar…
-Nada de eso -la interrumpió su abuelo haciendo moviendo la mano con impaciencia-, esto no puede esperar más. Te lo debo hija -y tomo la mano de su nieta entre las manos.
-No me debes nada abuelo -contesto Tomoyo conmovida por el gesto.
-No me sentiré tranquilo hasta que te compense por lo que te hice pasar.
-No fue tan malo abuelo. -Y era cierto -pensó Tomoyo-; no todo fue malo aunque… la imagen de Eriol regreso a su mente y tuvo que bajar la vista para evitar que su abuelo pudiera ver la tristeza reflejada en su mirada. Fingió entretenerse con la comida, aunque ahora su apetito se había ido.
-No te creo -afirmo el abuelo con tanta seguridad que Tomoyo lo miro sorprendida. Ella iba a replicar pero él levanto la mano impidiendo que hablara-. No importa, esta fiesta será en tu honor y quiero que la disfrutes.
-Como tú digas abuelo.
-Espero que ya hayas mandado la lista de tus invitados a mi secretaria para enviar las invitaciones.
-Lo hice ayer.
Hubo una larga pausa en la que ninguno de ellos hablo, ensimismados cada uno en sus pensamientos.
-En serio Tomoyo, necesito que me perdones, y no me interrumpas hasta que termine o tendré que empezar de nuevo -advirtió el abuelo con una mirada que no dejaba dudas de ello.
Tomoyo solo asintió puso las manos sobre su regazo y espero pacientemente a que su abuelo empezará, parecía ser muy importante para él.
-No se como comenzó -dijo el anciano mirando a su alrededor hasta fijar su vista en el vació-. Será que vi tan cerca el sufrimiento de Mizuqui. Siempre compartimos nuestros deseos hacia ustedes, nuestras preocupaciones, en fin… todo. Sakura y Touya también están incluidos. Touya como sabes siguió su propio camino aunque me hubiera gustado que él trabajara en la empresa, en parte porque así lo tendría más cerca y podríamos conocernos mejor. Como sea estoy orgulloso de él. Sakura también me preocupaba, pero tuve que aceptar desde el principio que ya tenía quien cuidara de ella y la protegiera: Kinomoto, Touya y ahora Li. Así que me conforme con observarla. Tal vez por lo mismo me sentía tan apegado a ti, sobretodo después de morir tu padre. Tenía muchos planes para ti -lanzó un largo suspiró y medito un poco antes de continuar-. Se que estaba equivocado pero inconscientemente espere que siguieras los pasos de tu madre. Cuando me dijiste que querías estudiar diseño, me sorprendí; no esperaba algo así, aunque debí imaginármelo pues tú estabas más inclinada por las artes, siempre tan sensible, tan hermosa -al decir esto último le dedico una sonrisa cariñosa a su nieta, que fue correspondida-. Pensé que si te dejaba hacerlo perderías tiempo precioso, así que esa fue la razón por la que me negué desde el principio. Después cuando dijiste que te irías y que trabajarías como modelo me aterre. Recordé a Mizuqui y lo que había pasado con Kaho, que tan solo unos meses antes había regresado después de su locura de hacer lo mismo. Debí darme cuenta que lo tuyo era diferente cuando empezaste a trabajar y a sobresalir en esto. Pero cuando te fuiste con Carelli y lo que se dijo sobre ustedes fue peor -hizo un gesto de desesperación al recordar sus temores pasados-. Kaho le hizo unos comentarios terribles a su padre sobre Carelli -Amamiya vio la sorpresa en la cara de su nieta-. Si ya sé, las revistas no fueron el único medio de información que tuve, pero ahora sé que Kaho debió estar celosa de ti. Ya podrás imaginarte como me sentí cuando corrieron los rumores sobre Tsukishiro. Como te dije antes aún confiaba en que eras lo suficientemente madura como para fijarte en alguien tan viejo como Carelli. Pero lo de Tsukishiro era diferente. No solo eran rumores, se les veía juntos todo el tiempo y a veces él hacia unos comentarios que… y tu nunca los desmentías.
-Perdóname abuelo, pero solo trataba de ayudar a Yue y Nakuru.
-Eso ya no tiene importancia. Cuando se anunció la boda me sentí desesperado y la única persona con la que podía hablar de ello era con Mizuqui, así que fui a verlo a su oficina, ya sabía que el me entendería. Estuvimos hasta tarde hablando y desahogando nuestras preocupaciones. Yo no quería que te casarás y a toda costa deseaba impedir esa boda, como ya lo sabes -añadió con pesar el anciano.
-¡Oh abuelo, no sigas con esto! -suplico Tomoyo al ver el sufrimiento de su abuelo.
-Prometiste no interrumpir -Tomoyo lanzó un suspiro de derrota y lo dejo continuar-. Como supongo que lo sabes hace poco más de un año Kaho y el señor Hiragizawa estuvieron comprometidos.
Tomoyo tuvo que aspirar profundamente y apretó las manos en su regazo. Ahora se enteraría de todo. No estaba segura de querer saberlo. Tampoco estaba segura de poder mantenerse serena, ahora que el tema se centrara en Eriol.
-Mizuqui todavía esta dolido por el rompimiento -continúo el anciano-, sabe perfectamente que fue su nieta quien termino el compromiso, pero también terminaron sus esperanzas de que su hija sentará cabeza, Eriol Hiragizawa es un buen partido.
Tomoyo abrió sus ojos con sorpresa su abuelo tenía muy buena opinión sobre Eriol. El señor Amamiya adivino sus pensamientos.
-¿Por qué te sorprendes? La verdad es que hasta sentí envidia por la suerte de Mizuqui cuando supe que kaho se casaba con este hombre. Además ¿no pensarás que te iba mandar a la selva con cualquiera?
La chica no supo que contestar, ahora estaba más sorprendida todavía. Si el abuelo supiera -pensó Tomoyo y se llevó una mano a la cara esperando que no se le notara el rubor que subía por sus mejillas.
-Como sea, Mizuqui había mantenido contacto con él todo este tiempo. Yo estaba pensando en la forma de mantenerte alejada de Tsukishiro y hacerte cambiar de opinión, pero Mizuqui pensó que no habría forma de lograrlo si estabas enamorada de él. Entonces, recibió una llamada de Hiragizawa, sobre un trabajo que realizaba para él en ese momento. Pude darme cuenta que se le ocurría una idea y le pidió que se presentara en cuanto pudiera en su oficina. Se concertó la cita para 3 días después.
-¡Fue idea del señor Mizuqui! -exclamó Tomoyo ¿cuántas cosas más descubriría?
-No precisamente. Él me dijo que si alguien podía ayudarme ese era Hiragizawa, que a él se le ocurriría algo.
-Entonces… ¿fue idea de E… del señor Hiragizawa? -preguntó Tomoyo con un nudo en la garganta, tomo agua para poder controlarse.
-En realidad -Amamiya aclaro su garganta-, y no me siento muy orgulloso de esto… lo ideamos entre los tres -el hombre estaba rojo como un tomate.
-¡Abuelo! -exclamó Tomoyo sin saber si llorar o reír al ver la reacción del anciano.
-Estaba sumamente desesperado -se justificó Amamiya-, y el rancho en Brasil había sido una adquisición resiente y debía viajar haya para tomar posesión de todo y ahí surgió la idea. Al principio le pedía a Hiragizawa que me diera algunos nombres para candidatos en la “misión”, pero él inmediatamente se ofreció a hacerlo y Mizuqui lo apoyo diciendo que no habría un hombre mejor. Lo preparamos todo y los demás ya lo sabes -concluyó el anciano dando un suspiró, al fin había podido decirlo todo y quitarse un poco de la culpa que sentía dentro.
-No se que decir -confeso Tomoyo, la cabeza le daba vueltas tratando de procesar toda la información recibida. ¡Eriol se ofreció a hacer el trabajo! Sintió que algo se clavaba en su corazón produciéndole una fuerte punzada. Por supuesto esa había sido su oportunidad para desquitarse de lo que Kaho le había hecho.
-El día que llegaron al rancho, recién había recibido el periódico con la noticia de la boda de Tsukishiro y esa otra chica, cuando me avisaron que acababan de aterrizar. Así que pensé que lo había logrado y lo prepare todo para darte la noticia.
Tomoyo recordó las revistas y el portafolios de fotografías sobre el escritorio.
-Era tanta mi euforia al creer que por fin te había separado de Tsukishiro, que no me detuve a pensar el estado en que te encontraría tú. Pero al verte llegar tan ausente, tan distante, sentí miedo. Por primera vez me detuve a pensar que tal vez realmente podrías estar enamorada de Tsukishiro y que tal vez me odiarías por separarte de él. Pensé que el se había casado con otra para evitar la humillación, por eso me había empeñado en que todo se guardara en la más absoluta discreción. El no podría encontrarte de ninguna manera, nadie excepto Mizuqui y yo sabríamos donde estabas.
Al escuchar esta palabras Tomoyo tuvo que cerrar los ojos al recordar la soledad que sintió desde que llegó a Brasil, la decepción al saber que todo había sido tramado para evitar una boda que nunca se llevaría a cabo.
-Mis temores aumentaron cuando Hiragizawa me dijo que te había comportado de forma increíble, que habías soportado todos los contratiempos y que él…
-El me odia abuelo -dijo Tomoyo sin poder contenerse y sin siquiera mirar a su abuelo.
-¡El tiene la mejor de las opiniones sobre ti! -aseguro Amamiya con cierta preocupación.
Tomoyo deseaba tato poder creer esto; pero no sabía si debía sentirse esperanzada al respecto.
-¿Qué… qué fue exactamente lo que te dijo? -apenas se atrevió a preguntar, con cierto temor, tal vez su abuelo se había equivocado.
-Bueno él…
-Señor Amamiya tiene una llamada -interrumpió un mesero llevándole un teléfono en una bandeja plateada.
-¡Oh! Muchas gracias, me permites -se disculpó con su nieta.
-Adelante -mientras su abuelo hablaba Tomoyo se debatía en la incertidumbre, insegura de si habría sido mejor no hacer aquella pregunta.
-Discúlpame Tomoyo, pero debo marcharme, tengo una emergencia y debo llamar a Japón -dijo Amamiya mientras pedía la cuenta.
-Espero que no sea grave.
-Nada que no se pueda arreglar con una llamada -aseguró el anciano mientras pagaba la cuenta.
-Pero antes de irme quiero saber si me perdonaras, ahora que ya sabes todo lo que sucedió.
-Todo esta olvidado abuelo.
Los dos se levantaron de la mesa y caminaron a la salida. Al llegar a la entrada se abrazaron.
-Te quiero mucho abuelo
-Yo también te quiero Tomoyo. Nos veremos en una semana, en la fiesta.
-Ahí nos veremos.
Los dos se separaron, el señor Amamiya fue escoltado por dos guardaespaldas hasta su limosina. Mientras que Tomoyo ya era acompañada por Carlo hacia la camioneta en la que siempre viajaba Tomoyo.
Continuara…
*Restaurante japonés que se encuentra en el hotel Metropolitan en Londres.
Nota: Tuve que dejar este capítulo aquí, porque saldría muy largo y tal vez no lo disfrutarían tanto como yo al escribirlo. El siguiente será el final.
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