Ranma 1/2 Fan Fiction ❯ Penalidades ❯ Capitulo 1: El Encuentro. ( Chapter 1 )

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Ranma ½ - Hardships

---------------------- Capitulo 1: El Encuentro.

Soun acabó de leer la carta y durante un momento permaneció en silencio, pensando.

La carta le había recordado una vieja promesa, un pacto para unir su casa con los Saotome. Esa había sido durante muchos años su mayor ilusión. Antes habría llorado de felicidad al saber que los Saotome se dirigían a su casa, pero ya no. Las circunstancias habían cambiado.

Soun suspiró resignado y se levantó para comunicar la noticia a sus hijas.

‘No. A Akane no se lo puedo decir.’ Soun recapacitó ‘Será mejor que solo les cuente la verdad a Kasumi y a Nabiki.’

Nada más haber tomado esa decisión Soun fue a buscar a sus hijas. Primero se dirigió al cuarto de Nabiki, pero se detuvo justo delante de la puerta. Su mirada se desvió hacía el cuarto de Akane y suspiró entristecido. Luego volviéndose llamó suavemente a la puerta de Nabiki, antes de abrirla cuidadosamente para no hacer ruido.

Nabiki se encontraba tumbada en la cama escuchando música con unos auriculares, por lo que no había oído llamar a su padre. Este se acercó y le tocó suavemente en el hombro. Nabiki se volvió y al ver a su padre se quitó los auriculares.

“Nabiki, me gustaría hablar contigo y con Kasumi en el salón. Es importante.”
“De acuerdo papa. Ahora mismo la aviso.”

Soun sonrió agradecido, pero justo cuando se volvía para salir Nabiki le preguntó.

“¿Aviso también a Akane?”

Soun negó con la cabeza.

“No. La ultima noche no ha podido descansar mucho; ahora que por fin ha conseguido dormirse debemos dejarla descansar.”
“De acuerdo.”

Soun se dirigió al salón a esperar a sus hijas. Una vez allí se sentó al lado de la mesa y se quedo observando el cielo por la puerta abierta del jardín.

Aunque el día había amanecido soleado poco a poco se había ido cubriendo de nubes y en ese momento caía una fina lluvia.

‘Parece tan apropiado.’ Soun pensó ‘Yo también tengo ganas de llorar.’

El ruido de pasos le devolvió a la realidad. Al volverse vio a sus dos hijas mayores entrar y sentarse enfrente suyo, al otro lado de la mesa.
Durante unos segundos Soun las observo en silencio.
Nabiki llevaba una camiseta y unos vaqueros recortados por encima de la rodilla. A diferencia de su hermana, Kasumi llevaba un elegante vestido blanco.

‘Se nota que tiene una cita con Tofu esta noche.’ Soun pensó orgulloso. ‘Un buen joven. Claro que si no lo fuera no le permitiría salir con mi hija, y después de lo que le ocurrió a Akane ¿Quién me lo podría recriminar?’

El carraspeo de Nabiki cortó el hilo de pensamiento de Soun.

‘¡Como ha cambiado! Antes no mostraba abiertamente sus sentimientos, y sin embargo ahora… ¿Y yo? ¿Cuanto he cambiado?’

Soun abandonó sus pensamientos y se dirigió a sus hijas.

“Un viejo amigo va a venir a visitarnos con su hijo.”

Kasumi y Nabiki se quedaron sorprendidas al oír esto, pero antes que pudieran hacer ningún comentario Soun continuó.

“Probablemente llegaran esta misma tarde. El chico tiene aproximadamente vuestra edad.”
“Padre. No creo que sea conveniente…” Kasumi comenzó pero al ver que Soun levantaba la mano se cayó y le dejo continuar.
“La razón de su visita es cumplir una vieja promesa de unificar las escuelas; para ello una de vosotras se debe casar con su hijo.”

Soun no había terminado de pronunciar esas palabras cuando Nabiki y Kasumi comenzaron a protestar a la vez.

“¿Cómo se te ha ocurrido?” “No creo que sea una buena idea.” “¡Después de lo que ocurrió!” “Akane aún no se ha recuperado completamente.” “¡¡Es una completa estupidez!!”

Soun suspiró resignado.

‘Sabía que ocurriría esto, ¿pero que podía hacer? Si no les hubiera avisado habría sido peor.’

Volvió a levantar la mano, pidiendo silencio y espero a que sus hijas terminaran de expresar su indignación.

Tras unos minutos el silencio volvió a la sala pero el ambiente había cambiado. El enfado y la desaprobación de sus hijas eran fácilmente visibles para Soun. Y aunque le dolía ver el rechazo de sus hijas, sabía que tenían todo el derecho a estar enfadadas.

‘¡Solo espero que me lleguen a perdonar!’

Incapaz de continuar mirándolas a los ojos fijó su mirada en la mesa.

“Esa promesa la hice hace muchos años, cuando Kasumi nació. ¿Cómo podía saber lo que iba a ocurrir? Si hubiera sabido…”

Soun al borde de las lágrimas no pudo continuar. Saco un pañuelo y se secó los ojos.

“Solo os pido que me ayudéis.” Soun pidió mientras volvía a doblar meticulosamente su pañuelo. “No quiero que Akane se entere de nada. Una vez que lleguen hablare con mi amigo. Se que entenderá la situación y no habrá problemas. ¿Me ayudareis?” Soun pidió casi suplicando.

La actitud de sus hijas se suavizó un poco. Nabiki suspiró.

“De acuerdo padre.” Ella dijo mientras se frotaba el puente de la nariz. “Espero que no haya más sorpresas de este tipo.”
“Os prometo que no.” Soun dijo solemnemente.

En ese momento sonó el timbre de la casa.

Soun se levantó y dijo:”Probablemente sean ellos. Vamos a recibirles.”

Y, sin comprobar si sus hijas le seguían, salió del salón. Kasumi se levantó y se sacudió el vestido, antes de seguir a su padre. Nabiki se quedó sola con sus pensamientos.

‘¡No me lo puedo creer! ¿Como has podido ser tan estúpido, padre?’ Nabiki respiró profundamente intentando recuperar la calma. ‘¡Tranquilízate! El no podía saber lo que iba a ocurrir. Ahora lo importante es recibirlos y explicarles la situación. Supongo que lo entenderán y si no…’

Un grito de sorpresa de Kasumi se escuchó por toda la casa. Nabiki se puso de pie de un salto, y salió corriendo a la máxima velocidad que le permitían sus pies. Cuando llegó al hall se encontró con una escena irreal.
Un panda, tan alto que no habría podido pasar por la puerta de entrada sin agacharse, se encontraba en medio del hall. El panda llevaba a una chica joven sobre uno de sus hombros y sujetándola con las garras. Su padre había adoptado una postura defensiva enfrente del panda para defender a Kasumi, quien estaba a su espalda, pegada a la pared para no entorpecer los movimientos de su padre.

Nabiki se detuvo sin saber que hacer.

Al notar la conmoción que había causado su entrada, la joven se volvió sobre el hombro del Panda y le gritó:

“¡Estúpido! ¡No ves que le estas asustando! ¡Bájame!”

El panda, obedientemente, cogió delicadamente a la chica con sus garras y la depositó delante de Soun, quien sorprendido solo alcanzó a preguntar:

“¿Quién eres?”

La chica desvió la mirada tímidamente antes de responder.

“Soy Ranma Saotome.”

Al oír la respuesta Soun bajó la guardia.

“¿El hijo de Genma Saotome?”

Ranma asintió mientras jugaba con su trenza.

“¡Pero no puede ser!” Soun exclamo sorprendido. “Genma me dijo que Ranma era un chico y tu eres…”

La chica miró de reojo al Panda y suspiró.

“Se que es difícil de creer, pero os puedo demostrar que digo la verdad. Solo necesito un poco de agua caliente.”

Nabiki resopló incrédula.

“De acuerdo. Espera un momento.” Ella dijo mientras se dirigía a la cocina a cumplir la extraña petición.

Unos minutos más tarde Nabiki volvió con un vaso de agua caliente que entregó a la extraña chica. Ésta sin decir nada se echo el agua por encima de la cabeza.
El resultado fue inmediato y sorprendente. La pequeña joven pelirroja se transformó en un fornido joven de pelo negro.
Los Tendo se quedaron boquiabiertos al ser testigos de tan imposible transformación, sin embargo el panda permaneció tranquilo a pesar del cambió de sexo de su compañera.

“Como podéis ver, realmente soy un chico.” Ranma anunció innecesariamente.

“¿Cómo lo has hecho?” Kasumi preguntó curiosa.

Ranma suspiró antes de contestar.

“Es una larga historia.”

¿Y… y tu padre?” Soun preguntó inseguro, ya que temía la respuesta. Por toda respuesta Ranma lanzó el resto del contenido del vaso al panda que inmediatamente se transformó en un hombre con gafas de mediana edad. El iba descalzo, vestido con un gi y una bandana que ocultaba su calvicie.

“¡Soun viejo amigo! ¡Me alegro de verte!” El hombre saludó nada más completarse la transformación.

Soun, que ya empezaba a dudar de sus propios ojos, preguntó incrédulo:

“¿Genma? ¿Pero como es posible?”

“Es una larga historia.” Genma explicó. “Durante nuestro viaje a China encontramos las fuentes malditas de Jyusenkio, y descubrimos que la leyenda era cierta.”

“Eso fue porque no hiciste caso de las advertencias del guía.” Ranma le reprobó con aspereza.

“¡Oh!¡Que hijo más ingrato!” Genma se quejó dolorido. “Después de todo lo que he hecho estos años por él.”

Ranma temblaba incapaz de contener su rabía.

“¡Que tu has hecho!” Le gritó a su padre. “¿Tengo que recordarte alguna de las cosas que has hecho?”

Antes que la situación empeorara, Kasumi se interpuso entre padre e hijo y, dirigiéndose a Ranma, le dijo:

“De todas formas con agua caliente vuelves a ser un chico, ¿verdad?”

El dulce tono de Kasumi enfrió la cólera de Ranma que sólo puedo asentir.

“Entonces no te preocupes.” Y sin dejarle oportunidad para replicar continuó. “Practicas artes marciales, ¿verdad? Ven, te enseñare nuestro dojo.”

Antes que Ranma pudiera reaccionar Kasumi le cogió de la mano y se lo llevó.

Cuando la puerta del jardín se cerró tras ellos, Genma sonrió, sintiéndose ganador por abandono. Nabiki se dio cuenta de su actitud lo que no mejoró su primera impresión.

Soun carraspeó para atraer la atención de Genma. ”Bueno. Ahora que nos hemos vuelto a ver creo que sería un buen momento para celebrarlo y hablar.” Soun enfatizó la última palabra, pero Genma no se dio cuenta.

“¡Bien! Hace mucho tiempo que no salimos a beber juntos.” Genma exclamó con alegría.

Sin dudarlo Genma dejó su mochila en el suelo, y se volvió hacía Soun.

"Yo ya estoy listo" Genma le dijó "Asi que cuando quieras podemos irnos."

Soun sonrió al ver que su viejo amigo no había cambiado nada en todos estos años. Fue hacía Genma, le pasó un brazo por los hombros, y juntos salieron hacia el bar más cercano.
Al quedarse sola Nabiki cogió la mochila que Genma despreocupadamente había dejado en medio de la entrada y, con gran esfuerzo, la arrastro hasta la cocina dejándola apoyada contra la pared. Aprovechando que ya estaba allí, Nabiki fue a la nevera a por un refresco. Mientras se lo bebía se fijó en una hoja colgada en la puerta de la nevera. Lo que vio no mejoró su estado de ánimo.

"¡Mierda! ¿Porque tengo tan mala suerte?" Nabiki protestó, pero no recibió respuesta de la cocina vacía.

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Akane bajó las escaleras con pasó torpe mientras se pasaba la mano por los ojos. Acababa de despertarse hacía poco tiempo, el necesario para coger una muda y salir en silencio de su habitación, y aún estaba medio dormida.

Cuando llegó a la planta baja oyó ruidos procedentes de la cocina, por lo que se asomó con curiosidad.

La causa del ruido era su hermana Nabiki quien, a cuatro patas y con medio cuerpo dentro de un armario, trataba de sacar una gran olla. A su alrededor estaba casi toda la colección de sartenes y ollas de los Tendo.

"¡Nabiki! ¿Que estas haciendo?" Akane preguntó sorprendida.

Al oir la voz de su hermana Nabiki levantó la cabeza, golpeándose con el techo del armario.

"Mierda" Nabiki maldijo mientras Akane se llevaba una mano a la boca para disimular su sonrisa.

Nabiki se pusó lentamente en pie mientras se acariciaba la zona dolorida.

"¿Que que hago?¡Preparar la cena!" Nabiki explicó amargamente "Y con mi suerte me toca justo cuando llegan unos invitados."
"¿Invitados?"

"Un viejo amigo de papa y su hijo." Al oir esto la expresión de Akane ... . Nabiki notó el cambio de humor de su hermana y, tratando de quitarle importancia a la noticia, añadió:"No te preocupes, son raros pero inofensivos."

Una timida sonrisa volvió al rostro de Akane.

"Bueno. ¡No te preocupes! Cuano acabe de bañarme, vendre a ayudarte." Akane se ofreció.

"Eso sería una gran ayuda, gracias.""De nada"Akane continuó su camino hacía el baño y Nabiki siguió buscando por los cajones de la cocina.

"Y ahora, ¿donde está el libro de recetas?"

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Cuando unos minutos más tarde Kasumi entró por la puerta del jardín, Nabiki ojeaba un viejo cuaderno de recetas. A su alrededor ya tenía preparado todo lo necesario para hacer la cena. Al verlo Kasumi preguntó.

"¿No es muy pronto para preparar la cena?"

Nabiki levantó la vusta de las recetas sorprendida.

"¡Eh!"Kasumi sonrió al haber cogido a su hermana por sorpresa y, amablemente le repitió la pregunta.
"¿No es un poco pronto para hacer la cena?"

"No lo se, nunca he cocinado para tantos. ¿Que he hecho para merecerme esto?" Nabiki se quejó mientras cerraba el libro.

"Si tienes unas horas libres te lo puedo decir." Kasumi bromeó.

Nabiki le sacó la lengua como unica contestación y empezó a preparar la cena. Kasumi sonrió ante la bufonada de Nabiki.

'¡Mirala! Eso era tan impropio de ella antes que aún no me lo puedo creer. La calculadora Nabiki, tan preocupada por las apariencias y por ganar dinero que no tenía interés por las tareas del hogar.’ La sonrisa de Kasumi se desvaneció cuando recordó la causa de todos estos cambios. ‘¿Era necesario sufrir tanto?’ Kasumi sacudió la cabeza para apartar esos pensamientos de su mente.

“Por cierto ¿Dónde esta Ranma?” Nabiki preguntó mientras lavaba las verduras para la cena.

“Después de enseñarle el dojo, y mostrarme alguna de sus técnicas me preguntó si podía bañarse. Le dije que no había ningún problema y…” Kasumi se calló al ver la reacción de Nabiki que había dejado de preparar la cena y la miraba con cara de sorpresa.

“¿Ranma está en el baño?” Nabiki le preguntó con nerviosismo.
“Sí, ¿Por qué?”
“Akane también.”

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Ranma dejó la palangana en el suelo del furo, mientras el agua arrastraba los ultimos restos del jabón de su cuerpo. Despues de haber terminado de lavarse se dirigió a la bañera para relajarse en el agua caliente. Un lujo que no había podido disfrutar desde hacía largo tiempo.
Lentamente se introdujo en la bañera y dejó que el calor ascendiera por sus cansados musculos. En el momento que iba a sumergirse en el agua caliente, oyó como la puerta se abría e inconscientemente se volvió a mirar.

Una chica de aproximadamente su edad se encontraba en la puerta del furo. Una de sus manos se apoyaba sobre la puerta, mientras la otra, cruzada delante de su pecho sujetaba una toalla que cubría su entrepierna. Esa era su única ropa. Su corto pelo negro enmarcaba una cara hermosa en donde destacaban unos preciosos ojos marrones. Era más pequeña que Ranma pero su cuerpo estaba bien proporcionado. Sus turgentes pechos, prueba que ya no era una niña, colgaban como frutas prohibidas. El resto de su cuerpo eran sugerentes curvas ante las que el cuerpo de Ranma reaccionó de forma natural.

Akane estaba demasiado sorprendida como para moverse. Su mente, una colección de confusos pensamientos, no conseguía reaccionar. Sin embargo sus ojos comenzaron a descender por el varonil cuerpo; y, mientras una mezcla de morbo y miedo estremecía su cuerpo, descubrió a su enemigo. Aún estaba medio dormido, pero ante la presencia de su presa/victima se desperezó. Enseguida comenzó a recuperar fuerzas hasta que se irguió listo. Una promesa de placer robado y dolor.

Ranma no pudo evitar sonrojarse cuando se dio cuenta lo que miraba la joven tan atentamente.

Akane dio un paso atrás golpeándose con el lavabo. Ella no se atrevía a volverse por lo que empezó a tantear su camino con las manos.
Cuando se dio cuenta de su error era demasiado tarde. La toalla había caído al suelo y su tesoro era visible. Su enemigo también lo había visto. Su viscosa saliva supuraba por su venenosa boca en anticipación.
Aterrorizada Akane trató de huir, trastabilleó y cayo al suelo. Se arrastró a gatas hasta detrás de la taza del water donde se quedo echa un ovillo gimoteante.

Ranma estaba paralizado, demasiado sorprendido para hacer cualquier cosa que no fuera observar atónito.
La puerta se abrió violentamente permitiendo a una asustada Kasumi entrar en el baño. En seguida encontró a Akane y, acuclillándose a su lado, trató de calmarla. Nabiki entró después y, viendo que Kasumi ya se ocupaba de Akane, se dirigió al furo. Sin atravesar la puerta miro a Ranma a los ojos y le ordenó que no saliera hasta que se lo dijera. Después cerró la puerta violentamente. Durante unos instantes Ranma observó la puerta cerrada, parpadeó y se sumergió en la bañera.

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Akane tenía la mirada perdida en el infinito y no parecía notar la presencia a su lado de Kasumi.

“Mirame Akane.” Kasumi le pidió en un intento de atraer su atención.

Al ver que no reaccionaba Kasumi colocó sus dedos debajo de la barbilla de Akane y, suavemente, le ayudó a volver la cabeza. Cuando sus ojos se encontraron Akane finalmente la reconoció. Kasumi, sin desviar la vista ni un momento, comenzó a hablarle tranquilizadoramente.

“Nadie te va hacer daño. ¿Me oyes Akane? No debes tener miedo porque nadie va a hacerte daño.”

Akane lentamente dejó de temblar y asintió con la cabeza. Nabiki, apoyada en la puerta del furo, observaba en silencio como Kasumi conseguía tranquilizar a Akane solo con su voz y sus palabras, sin atreverse a intervenir por miedo a romper el influjo tranquilizador de Kasumi. Ésta a su vez sonrió al ver que su hermana salía de su estado catatonico, pero de todas maneras continuó hablándole con el mismo tono de voz.

“Solo ha sido un accidente. ¿Entiendes? Solo un accidente. Él es un amigo y no te va hacer daño.””Solo ha sido un accidente.” Akane repitió intentando convencerse a si misma.
“Exacto. Nadie te va hacer daño. Además siempre estaremos aquí para que no te pase nada.”

Akane comenzó a llorar aliviada. La crisis ya había pasado. Kasumi la abrazó y dejó que su hermana lavara su dolor con sus lágrimas. Nabiki mientras meditaba sobre lo ocurrido.

‘¡Esto es precisamente lo que temía que ocurriera! ¡Maldita sean tus promesas, padre! Solo nos traen más dolor. Aunque no le puedo echar la culpa a nadie y menos a Ranma; seguro que ahora se esta preguntando que ha pasado y culpando por ello. ¡Ok! Nada más acabe de bañarse hablaré con él.’

En ese momento se comenzó a oír un llanto proveniente del piso superior.

“Parece que Shinji se ha despertado.” Kasumi comentó.

Akane se separó del abrazo de su hermana y se secó las lágrimas.

“Debe de estar hambriento.” Akane indicó mientras comenzaba a vestirse.

Kasumi, aún arrodillada, miró a su hermana y le preguntó preocupada.

“¿Seguro que ya te encuentras bien?”

“Si, ya estoy bien.” Akane contestó evasivamente ya que sabía que no era cierto.

Kasumi sabía que Akane no había sido totalmente sincera pero no dijo nada. Una vez vestida Akane se lavó la cara para limpiarse los restos de las lagrimas; y después de secarse se volvió hacía sus hermanas.

“Muchas gracias, y perdonar que os haya preocupado.”

“Para eso están las hermanas mayores, ¿no?” Nabiki comentó haciendo sonreír a Akane.

“¿Quieres ayudarme Kasumi?” Akane le ofreció a su hermana mayor.

“Con mucho gusto.” Kasumi contesto con una sonrisa.

“¿Vienes Nabiki?” Akane preguntó.
”No. Tengo otras cosas que hacer.””De acuerdo.”

Akane no insistió porque temía que la respuesta reabriera heridas aún frescas. Tras despedirse, Akane y Kasumi salieron del baño. Una vez sola Nabiki giró la cabeza y se quedo observando la puerta que le separaba del furo.

“Ranma cuando estés listo puedes salir. Te esperare en el pasillo, así que no tardes.”

Luego salió del baño y cerró la puerta a sus espaldas.

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Ranma salió rápidamente del furo, ya que comprendió que no era el momento para relajarse con un largo baño caliente.
Sus manos cogieron distraídamente su ropa y se la fueron poniendo torpemente mientras su mente aún intentaba comprender que había pasado.

‘¿Quién era esa chica? ¿La otra hermana de la que me ha hablado Kasumi? Probablemente. ¿Pero por que estaba tan asustada? Entiendo que estuviera sorprendida ¡Coño! ¡Yo también lo estaba! Y eso que no es la primera vez que veo el cuerpo de una chica desnudo ¿Acaso me teme por la maldición? ¿Piensa que soy alguien raro?’

Estos pensamientos entristecieron el ánimo de Ranma. Él se miro en el espejo intentando ver el monstruo que la había asustado, pero allí solo había un adolescente de cara triste.
Sabiendo que no iba a encontrar respuestas Ranma salió al pasillo. Allí Nabiki le esperaba apoyada contra la pared.

‘¡Ya era hora!’ Nabiki se quejó a pesar que Ranma había tardado poco en salir. “Ven. Acompáñame a mi cuarto. Allí te explicare todo con tranquilidad.”

Nabiki comenzó a andar, seguido por un cabizbajo Ranma. Al pasar al lado de las puertas abiertas del salón algo atrajo la atención de Ranma que alzó la cabeza para mirar.

Akane, más tranquila, estaba sentado al lado de la mesa con un bebe en sus brazos. Su blusa estaba abierta y con la mano izquierda acercaba su pecho para que el bebe pudiera mamar/alimentarse.
El orgullo que sentía se podía ver reflejado en su cara. En frente suyo Kasumi observaba la escena con cara sonriente. Encima de la mesa había incontables artículos que Ranma no conocía.
Nabiki le cogió del brazo y le susurro a la oreja:
“¡Vamos!”

Ranma asintió, miró por ultima vez hacía el salón y siguió a Nabiki.
Por unos momentos ninguno de los dos habló pero cuando empezaban a subir las escaleras Ranma preguntó con voz entrecortada/curiosa.

“¿De quien es el niño?”
“Es el hijo de Akane” Nabiki contestó con voz cansada.
“¡Su hijo! ¿Cómo puede ser? ¡Pero si aún es muy joven!”
‘Sí.’ Nabiki pensó entristecida. ‘Es demasiado joven. Aún no debería ser madre.’
Ranma siguió preguntando inocentemente sin darse cuenta del estado de ánimo de Nabiki.

“¿Y quien es el padre? ¿No vive con vosotros?”

Nabiki, que había llegado a su habitación y abrió la puerta de golpe con tanta fuerza que reboto contra la pared.

“¡Ranma! Hace poco más de un año Akane fue violada”