Rurouni Kenshin Fan Fiction ❯ Haitoku ❯ Historias. Verdades ( Chapter 2 )

[ P - Pre-Teen ]

Haitoku

Capítulo 2:

Historias.

Verdades.

Mientras la luna sale lentamente, mi cuerpo se convulsiona y siente los espasmos de la noche. Cada parte de mi se contrae y tensa en espera de lo inevitable, lo inminente. El dolor es aun mas intenso de lo que debiera, ya que me opongo al cambio tanto como puedo, pero se que no lo evitaré. Con tosidos sangrientos caigo al piso, cubriendo con trabajo mi boca, justo antes de que la oscuridad lo inunde todo. Y al abrir mis ojos nuevamente solo veo sangre, destrucción y muerte.

+ + +

- ¡Sanosuke! - grito Kaoru, encaminándose con paso firme hacia su amigo

Kenshin parpadeo, sus ojos volviéndose grandes y violetas nuevamente.

- ¿Oro? ¿Acaso lo conoce Kaoru-dono?

- ¡Claro que si! - contesto ella, zarandeando a Sanosuke sin importar la obvia diferencia de estatura - ¡¡Este tonto debería de estar cuidando a Yahiko!!

- ¡Che! ¡Ya suéltame Jou-chan! - repetía Sano una y otra vez - ¡El mocoso esta a salvo!

Kaoru humeo un poco mas, pero por fin soltó al muchacho.

- Y en todo caso, ¿quién es este? - pregunto Sano, señalando con un dedo a Kenshin.

Kaoru le dio un coscorrón que casi la hace perder el equilibrio a ella, debido a la herida en su pierna.

- Este muchacho se llama Kenshin Himura. - contesto, sosteniéndose de Sanosuke para no caer. - El me ayudo con los Uracks. - y lanzándole una mirada desaprobatoria a Sano, le soltó - ¡Y no me cambies el tema! ¿En donde esta Yahiko?

Sanosuke suspiro y procedió a explicarle a Kaoru como había dejado a Yahiko en manos de alguien llamado "Katsu", aparentemente amigo de Sanosuke. La conversación siguió y Kenshin pudo deducir mas o menos el escenario de lo que había sucedido. Por alguna razón (aun no aclarada) Kaoru y Yahiko (aparente hermano menor de la susodicha), habían tenido que huir de la villa en donde vivían. En la huida habían capturado a Yahiko, pero el sujeto ahora presente, Sanosuke (relación aun desconocida) había ayudado a Kaoru a liberar a su hermano. Espantada por los Uracks, Kaoru había sugerido que se separaran y reunieran en la próxima villa, que es en donde se supone debería de estar ahora mismo Sanosuke.

- ¡Pero por los siete infiernos negros! ¡¿Cómo te iba a dejar aquí sola contra esas criaturas?! - contraataco Sano, por quinceava vez

Kaoru frunció el ceño, molesta.

- Pues no me importa.... yo te pedí que cuidaras a Yahiko.... YA-HI-KO. No a mi. Yo soy perfectamente capaz de cuidarme sola.

Sanosuke levanto una ceja y se estaba preparando para una remarca especialmente desagradable cuando fue interrumpido.

- Ajem - tosió discretamente Kenshin, decidiendo intervenir de una buena vez - Quizás no deberían de hablar tan libremente de esto. - señalo él, dando a entender que gracias a ello ahora el sabia la mayoría de la historia (lo cual era cierto... debido a la fuerte discusión dedujo todo) - Además de que no es el momento oportuno. Podrían llegar mas enemigos.

Kaoru y Sanosuke asintieron, un poco sonrojados de la vergüenza.

- Kenshin... agradezco tu ayuda, muchas gracias. - inclino la cabeza ligeramente Kaoru - Espero que si algún día nos volvemos a ver sea bajo mejores circunstancias.

- Si... gracias por soportar a Jou-chan por mi.... se te compadece... ergh, digo agradece profundamente - colaboro Sano, recibiendo una mirada asesina por parte de Kaoru.

Kenshin sonrió nerviosamente.

- Sea como sea.... aun no se despidan de mi, ya que no pienso dejarlos a su suerte.

Ambos jóvenes voltearon a verlo, sorprendidos.

- ¡De ninguna manera! - exclamo alarmada Kaoru - No tienes porque ayudarnos

- Quizás no, pero siento la necesidad de hacerlo, Kaoru-dono

Kaoru seguía negando con la cabeza.

- Entiende.... no sabes en lo que estamos metidos.

- Jou-chan tiene un punto, Kenshin. - colaboro Sano - Además, esto no es para una persona común y corriente. Tal vez seas bueno con la espada, pero estamos hablando de un gran numero de Uracks.

- No se preocupen por mi, se cuidarme solo y podré ser de ayuda - hablo Kenshin con una sonrisa.

"Y... tengo una extraña sensación sobre estas personas...." pensó Kenshin "Especialmente sobre ella"

- Sea como sea, pienso acompañarlos

Sanosuke volteo a ver a Kaoru y esta asintió.

- Haz lo que quieras - murmuro Sano, poniendo los brazos tras su cabeza

* * *

El resto del camino fue silencioso. Kaoru estaba muy débil como para tener su energética personalidad, Sanosuke aun estaba desconfiado de Kenshin y este ultimo analizaba a sus acompañantes.

El sujeto no era normal. Podía sentir cierta anomalía en el. ¿Quizás era un hechicero? O un híbrido. La muchacha no se quedaba atrás. Sentía una fuerte magia en ella, pero era diferente a cualquier otra que hubiera sentido antes.

Al acercarse a su destino, Kenshin vio a un niño como de diez años acercarse.

Apenas Kaoru y Sanosuke lo vieron, la primera corrió con dificultad hacia el pequeño.

- ¡Yahiko! - exclamo contenta, abrazando a su hermano menor.

- ¡Agh! - se quejo el niño en medio del abrazo - ¡Ya suéltame Kaoru, estoy bien! Ya no soy un niño.

Pese a sus protestas, Kaoru lo abrazo mas fuerte. Se había preocupado mucho por su hermano. Kenshin vio con ternura la escena, conmovido por el amor entre hermanos.

- ¡Sanosuke! Ya veo que has vuelto - saludo Katsu - Lo siento... apenas los vio, Yahiko fue hacia ustedes.

- ¡Hn! Pero de saber que Kaoru me ahogaría me hubiera escondido en la casa - se quejo el chico.

- Esta bien Katsu, se que tan escurridizo puede ser el mocoso.

- ¡No soy ningún mocoso! ¡¡Y ya suéltame Kaoru!!

La chica le dio un coscorrón, pero finalmente lo soltó.

- ¡Tonto! ¿No vez que me apure?

- Si, pero nosotros nos preocupamos mas Kaoru - explico Sanosuke - Todos los Uracks se fueron tras de ti, ninguno nos siguió.

- Sano - llamo Katsu - Será mejor que vayamos a mi casa, no es seguro hablar de estas cosas aquí.

Sanosuke asintió.

- Hey, ¿quién es este? - pregunto Yahiko, señalando a Kenshin

- Oh, es cierto - se volteo Kaoru, apenada por haber olvidado a Kenshin - Este es Kenshin Himura, el fue muy amable en ayudarme contra los Uracks y quiso venir a ayudarnos

"Y no tengo la menor idea del porque" pensó extrañada Kaoru. Generalmente era muy desconfiada de extraños en este tipo de situaciones, pero ahora tenía la sensación de que podía confiar en este sujeto.

Una vez dentro de la casa de Katsu, la conversación se reanudo, Kaoru contando lo mas detalladamente que pudo su escape de los Uracks y su encuentro con Kenshin. Una vez terminado el relato, Kenshin tosió un poco para llamar la atención.

- Ajem... tal vez no me incumbe ya que yo mismo me he ofrecido para ayudarles, pero... me gustaría saber porque la persiguen Kaoru-dono

Katsu pareció alarmado por un instante, pero rápidamente lo oculto. Sanosuke solo se recargo en la pared y cerró los ojos. Kaoru simplemente suspiro

- Si Kenshin.... mereces saber la situación en la que te has metido. - con un nuevo suspiró, mas pesado que el anterior, Kaoru comenzó su relato - Yo soy la sobrina del jefe de la villa, mi padre murió hace ya unos meses y desde entonces mi tío cuida de Yahiko y de mi - dijo señalando a su hermano - Sin embargo, últimamente nos habían estado asechando los Uracks, pero estos eran enviados del reino de Oiert, según nos dijeron. El hombre que los controlaba nos dijo que venían en busca de brujas - aquí el rostro de Kaoru se puso rojo de la furia y frunció el ceño por un instante - ¡Brujas dijo el idiota!

Esta vez fue Sanosuke quien suspiro.

- Verás - le explico el chico a Kenshin - Kaoru es una hechicera, tu sabes que eso difiere de las brujas pero.....

- ¡¡¡Pero los muy idiotas me acusaron de ser bruja!!! ¡¡¡A MI!!! - vocifero Kaoru, haciendo grandes aspavientos. - ¡Los muy estúpidos no reconocerían a una hechicera de primera así les mordiera el....!

- Creo que ya entendió hermana - la corto en seco Yahiko, ya acostumbrado a los arranques de su hermana.

- Pero... - intervino Kenshin - ¿Acaso solo fue por eso que los persiguieron?

- ¡Claro! ¿Qué mas creías? - pregunto confundida Kaoru.

- No, nada, solo quería asegurarme - sonrió Kenshin. Sanosuke lo estaba observando intensamente.

- Si así es, como verás tendremos que huir hasta que las cosas se calmen - explico Kaoru, triste al tener que abandonar su hogar.

- ¡No se decaigan por favor! - trato de animarlos Katsu - Mejor les preparare algo para comer para que después puedan descansar.

Todos aceptaron y Kenshin se fue a ayudarle al chico mientras Yahiko esperaba en la mesa (flojo)

Sanosuke tomo a Kaoru del brazo y la llevo a un rincón

- Kaoru.... te parece sensato haberle contado todo eso a un completo desconocido. - susurro indeciso.

Kaoru le sonrió suavemente a Sano y este desvió la mirada, prefiriendo ayudar a Katsu que enfrentar a la chica.

* * *

Decidiendo que partirían hacia el norte al día siguiente, todos decidieron descansar antes de irse. Era de noche ya y Kenshin observaba la luna con expresión pensativa.

"A pasado tanto tiempo desde que conviví entre los vivos" pensó nostálgicamente.

Kaoru era una jovencita muy vivaz y energética, siempre peleando con Sanosuke o Yahiko. Se veía tan inocente. Y era tan hermosa..... justo como ella.

Kenshin sacudió su cabeza, tratando de alejar malos pensamientos.

"Oh cielos.... ni siquiera se que es lo que estoy pensado"

- Buenas noches Sanosuke - dijo, haciéndole saber al chico que sabía que lo estaba espiando.

- Hn - fue la única respuesta que recibió, pero el muchacho salió de su escondite y lo acompaño admirando también a la luna.

Pasaron unos instantes en silencio hasta que finalmente Sanosuke hablo.

- Lo sabes, ¿cierto?

Kenshin lució confundido

- Sobre Kaoru - se explico el muchacho - que ella no es ordinaria.

Esta vez el vampiro se sorprendió antes de sonreír ligeramente y asentir.

- Sus poderes - comenzó Kenshin - No son comunes en ningún hechicero. Es por eso que la buscan, es demasiado poderosa y podría ser un peligro para algunos. Pero se nota que no sabe controlarlos muy bien, ni siquiera esta completamente conciente de sus habilidades.

Sanosuke sonrió cínicamente y extendió su brazo izquierdo hacia Kenshin. Lentamente su mano comenzó a mutar, creciendo en tamaño y cubriéndose de pelos, la transformación se extendió por todo el brazo.

Kenshin tenía los ojos muy abiertos.

- Eres un... - comenzó tentativamente.

- Hombre lobo. - confirmo Sano.

Viendo el brazo de Sanosuke y volteando hacia la luna, Kenshin se sorprendió aun mas

"Luna llena.... ¿cómo es posible que....?"

- ¿No cambie completamente? - ofreció Sanosuke

Kenshin parpadeo. No había notado que había pensado en voz alta.

Aun con la sonrisa en su rostro, Sanosuke se explico.

- Yo era una bestia salvaje, vagaba de pueblo en pueblo siendo victima de mi maldición. Hasta que conocí a Jou-chan.

Con una expresión seria Sanosuke se volteo hacia Kenshin

- Ella me curo, no se como, pero lo hizo. Ahora puedo controlar mi transformación. Incluso puedo cambiar cuando no es de noche o no hay luna llena. - Sanosuke hizo una pequeña pausa antes de continuar. - ¿Lo entiendes Kenshin? ¿Entiendes que poder tan maravilloso es este? Pudo curarme, gracias a ella soy libre de la maldición de la luna y por ello le estaré eternamente agradecido. Por eso es que la estoy protegiendo y la protegeré cueste lo que cueste. - diciendo esto, Sanosuke se dirigió a la casa.

Aun sorprendido por lo que acababa de ver y oír, Kenshin se quedo ahí, sentado en silencio observando a su eterna compañía, la luna, pensando en el increíble poder que poseía esa muchachita que le hacia recordar otros rostros y otros tiempos..

"Y tras ese poder va... quien quiera que este controlando a los Uracks"

Continuará...........