Saint Seiya Fan Fiction ❯ Ayoros ❯ El maravilloso viaje de MM ( Chapter 9 )

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IX. El maravillosos viaje de Máscara de la muerte.

 

Máscara de la muerte: (molesto) ¡¿Y por qué yo...?!

 

En la tercera casa, Máscara de la muerte sostenía una acalorada discusión con Saga, mientras este, se colocaba con precisión la capa blanca que completaría su atuendo (Si no entiendes, te lo pondré más fácil: ¡Se puso su armadura!).

 

Saga: (muy serio) Porque Shura ha decidido que no se alejará de Atena durante los siguientes doscientos años; Camus esta chueco; Milo anda en las nubes; Shaka ha entrado en estado de vanidad; Mu tiene flojera y Afrodita ni siquiera esta aquí...

 

Los dos estaban en la entrada de la casa de Géminis; Saga veía hacia el horizonte, mientras que Máscara de la muerte lo veía a él, por la espalda, con cara de niño martirizado.

 

Máscara de la muerte: ¡¿Y qué hay de Ayoria...de Dohko y Aldebarán?!... ¡¡¿Qué hay de ti y tu hermano, maldición?!!

 

Saga: El viejo maestro y Yo debemos quedarnos para aumentar la guardia en el templo de Atena junto con Shura, ya que somos los únicos, al parecer, que seguimos lo suficientemente cuerdos...

 

Máscara de la muerte: (Sarcasmo) Ya lo creo... ¡El viejo maestro ni siquiera pudo sentir aquella energía en casa de Ayoria! ¡¡Mucha ayuda a de ser!!

 

Saga: Para tu información, sí la notó... pero a diferencia de nosotros prefirió no armar aspaviento hasta no tener nada seguro...

 

Máscara de la muerte: Ja... (entre dientes) hasta yo invento excusas mejores...

 

Saga: (Viéndolo) ¿Dijiste algo?

 

Máscara de la muerte: "Si quieres algo bien hecho hazlo tú mismo"

 

Saga: (volteándose nuevamente, arqueando una ceja) Eso no fue lo que dijiste... (para si mismo) Aunque bueno... (pensando en voz baja) quizá podría mandar a Kanon...

 

Ahora Saga había terminado de darle el último retoque a su vestimenta, y finalmente le daba el frente a su compañero, acercándose posteriormente a él.

 

Saga: La situación es bastante delicada Máscara de la muerte, ya que hemos permitido que un "ente" extraño lograra llegar ante la presencia de Atena sin que nos diéramos cuenta... (meditando) -En realidad no sería tan mala idea mandar a Kanon-... (regresando al tema, recordando) En cuanto a Ayoria, no queremos preocuparlo... necesitamos su poder ofensivo junto con el de Aldebarán en caso de presentarse algún tipo de hostilidad... Si le decimos, no dudará, ni dos minutos, en ir a Japón por Ayoros...

 

Máscara de la muerte: ¿Acaso me estás diciendo inútil? ¡¿Estás diciendo que Ayoria e incluso Aldebarán les serán más útiles que yo, en caso de invasión?!

 

Saga: (muy meditativo)-Sí, Kanon estaría bien... y también está Kiki... ese holgazán...-(sin titubear) Sí.

 

Máscara de la muerte: ...

 

Saga: Bueno... No... -Porque si mando a Kanon... no podría tenerlo vigilado... ¿Y qué tal que se escapa y hace alguna travesura?...- (componiendo el asunto)... pero creemos que tú eres el más apto para traer a Ayoros de regreso, y a salvo, al Santuario.

 

Máscara de la muerte: ¿"creemos"? -Este tipo me esta sacando de quicio-

 

Saga: (movimiento positivo de la cabeza) Atena y Yo.

 

Máscara de la muerte: ·_·

 

Saga: Puede que, de ser un enemigo, presente cierto interés por Ayoros... y eso, convierte tu misión en algo peligroso y delicado, ya que podrían estarlo buscando, incluso en Japón... -Otro motivo por el cual no me conviene mandar ni a Kanon ni a Kiki... ambos son medio inútiles en batalla-...

 

Máscara de la muerte: ¿Y por qué a alguien habría de importarle ese niño fastidioso?...

 

Saga: No lo sé... es un presentimiento... -Aunque... si mando a Máscara de la muerte con Kanon y Kiki juntos... quizá...-

 

Máscara de la muerte: ¡¡Pues no me engañas!! ¡En ese caso que esa chiquilla le pida a sus inseparables pajes que lo traigan hasta acá!... ¿No sería mejor Saga? Después de todo, esas sabandijas han sobrepasado nuestros poderes... ¿o me equivoco?...

 

Saga: -Brillante... soy brillante- (haciéndole caso a Máscara de la muerte) Pero ellos aún no saben nada, Máscara de la muerte. Si los toman desprevenidos, puede que tengan problemas...

 

Máscara de la muerte: ¿Entonces también debo hacerme cargo de ellos? (sarcasmo)¡¡Fenomenal!!

 

Saga: (muy serio) Te lo pido "por favor"... -Igual que lo tendré que hacer con los otros dos-

 

Máscara de la Muerte: ¡No, no, no, no y NO!

 

 

El aeropuerto era un lugar totalmente nuevo y diferente... y hasta cierto punto lúgubre... todo parecía tan sospechoso...

Máscara de la muerte: Maldito lugar...

 

Kanon: ...

 

Kiki: ¿Quién trae los boletos?

 

Máscara de la muerte: (suspirando con resignación) Maldita compañía -Me las vas a pagar, muy caras, Saga-

 

A final de cuentas, Saga acabó mandando a Máscara de la muerte con Kanon y Kiki a la importante misión "recuperar a Ayoros" (bueno, regresar más bien), cosa que, al santo de Cáncer, no le pareció nada divertido: Kiki era un púber latoso que seguramente, más que ayudarle, le iba a causar dolores de cabeza; en cuanto a Kanon... ese no hablaba, en realidad no sería tanta bronca... (Reitero: No es mudo, lo juro).

Los tres andaban muy juntos para todos lados (aquello era algo que desconocían por completo; pero Saori les había pedido que fueran "discretos"; entonces, lo mejor sería viajar como personas comunes); el trío repasaban las indicaciones del aeropuerto una y otra vez para no ir a hacer alguna tarugada (inocentes creaturas)...

Continuamente, el santo de Cáncer veía con recelo a todas las personas que pasaban por ahí... porque todas, lo veían a él con curiosidad, y bueno ¿quién no lo haría, notando a un sujeto cargando una caja de oro puro en su espalda? (su armadura para los cabezotas); problema que no tuvieron Kiki y Kanon por no poseer armadura (mendigo Saga, le hubiera prestado la suya a Kanon)

 

Máscara de la muerte: (Viendo los boletos de avión) -¿Y qué tiene de malo viajar como en los viejos tiempos?... ¡Odio a esa chiquilla!... mira que mandarme a volar... Yo podría haber llegado más rápido corriendo... ¡Ah pero no! (sarcasmo) ¡Hay que civilizarnos!... ¡¡Bah!!-

 

Kiki: (Viendo los boletos) ¡A-ja! ¡Tu los tienes!

 

Máscara de la muerte: Claro ¡yo los compré!

 

Kiki: Dame el mío, no quiero que lo pierdas.

 

Máscara de la muerte: ¡Cállate! ¡No te voy a dar nada hasta que se me venga en gana!

 

Kiki: Como quieras... (cruzado de brazos) Total, yo puedo teleportarme y tú no.

 

Máscara de la muerte: (exasperado) ¡¡¿Eso que tiene que ver infante?!!

 

Por ese momento, un niño se acercó a Máscara de la muerte.

 

Niño: Disculpe señor... ¿me da su hora?

 

Máscara de la muerte: (irritable) ¡¡Lárgate de aquí microscópica basura si no quieres que te mande a conocer a tus ancestros!!

Y el niño salió como bólido, seguramente espantado por el grito amenazante del caballero ateniense.

 

Máscara de la muerte: (Viendo al niño desaparecer entre la gente) Odio a los niños...

 

Kanon: ...

 

Kiki: Sí, se nota... ojalá que nunca seas papá...

 

Máscara de la muerte: ¡Como si quisiera!

 

Kiki: Bueno... ¿Jamás lo has pensado?

 

Máscara de la muerte: ¡No!... Soy un soltero feliz.

 

No pasó tiempo antes de que los tres escucharan aquella voz femenina que anuncia los vuelos que arriban o se van, dando instrucciones del próximo que saldría y que era por el que esperaban.

 

Máscara de la muerte: ¡Ah! Mío...

 

Kanon: (movimiento positivo de la cabeza)...

 

Y siguiendo las instrucciones (como quiera que Dios, Zeus, Odín, Buda o quien sea les haya dado a entender), el trío logró llegar a su avión (no sin antes tener que pasar un momento muy incómodo, por culpa de Máscara de la muerte, cuando tuvieron que convencer a los guardias de seguridad, de que el joven, por nada del mundo, se separaría de su caja dorada, luego de haber causado un gran alboroto en el punto donde chequean el equipaje, ya que la máquina registradora de metales casi explota cuando el santo dorado pasó muy quitado de la pena por ella con todo y su túnica pegada a su espalda...). Se acomodarse en los asientos dobles (cortesía de Saori que yo creo ya ni jet privado tenía): uno para Máscara de la muerte, y otro para su preciado tesoro, la armadura sagrada de Cáncer; otros dos para Kiki y Kanon.

 

Máscara de la muerte: (poniéndole el cinturón de seguridad a su armadura) Eres lo único que realmente vale la pena en mi vida... (sentándose y poniéndose el cinturón) Tu y yo hacemos un buen equipo querida mía... aunque en aquella ocasión te hayas desprendido de mi, jamás dejé de quererte... (viendo su caja) eres todo por lo que siempre estuve convencido de querer ser un caballero...

 

Kiki: (voz baja, sátira) Por Zeus, denle un pañuelo...

 

Mientras Máscara de la muerte le hablaba con amor a su túnica, muchas otras personas se le quedaban viendo con extrañeza; en primera porque había logrado subirse con un artículo tan raro al avión, en segunda... por hablarle a ese artículo como si tuviera vida propia... (algunos de hecho pensaron que era un contenedor para les cenizas de su esposa, cuya perdida seguramente había dejado muy mal al pobre hombre psicológicamente hablando - y también monetariamente, mira que no cualquiera tiene un "cenicero" de oro puro y tan grande-) pero, de hecho, y a pesar de las miradas, Máscara de la muerte viajó con tranquilidad y sin pegar más corajes... creo.

 

 

La mañana había alcanzado a los santos de bronce.

Seiya, que se acababa de levantar, se dirigió entre bostezos y estirones a la cocina. Que mala noche había pasado, malditas pesadillas: De pronto descubrió que tan horribles habían sido todas sus batallas anteriores luego de soñar un "resumen de todas ellas"... cualquier otra persona habría muerto infartada a media noche, pero él no, había visto cosas peores... ¿y por qué tuvo esos sueños, pensándolo bien?, era horrible tener que volver a pasar por lo mismo... desde su primera llegada al santuario hasta combates recientes... malo muy malo, aquello definitivamente no andaba bien, ¿quizá tantas coincidencias amargas con respecto a aquellas gentes extrañas y Ayoros, le estaban causando demasiada angustia, que acababa soñando cosas... más angustiosas?... Nah...

 

Una vez en la cocina, Seiya se encontró con Shaina, al parecer, la primera en levantarse... Estaba frente a la pequeña estufa preparando un poco de café de hoya. Luego de unos segundos de sentirse observada, volteó con paciencia para encontrarse con una simpática sonrisa de saludo por parte de Seiya...

 

Seiya: ¿Cómo amaneciste?

 

Shaina: Con un poco de dolor de cabeza… ¿qué hay de ti?

 

Seiya: Aún preocupado…

 

El joven se sentó pesadamente al comedor. Shaina entonces le ofreció un café y luego se sentó a su lado para acompañarlo.

 

Shaina: Es por todo lo que sucedió ayer ¿no es así?

 

Seiya: (Movimiento positivo de la cabeza) Primero esa energía extraña que describió Jabú… y después aquella mujer… (viendo a Shaina) Lo peor, es que ambas cosas parecen coincidir en algo…

 

Shaina: Ayoros…

 

Seiya: (tomando un sorbo de café) ¿Recuerdas aquella carta que Seika me escribió alguna vez…?

 

Shaina: ¿La de los hombres misteriosos?

 

Seiya: Sí, ella dijo que el ver a esta mujer le hizo acordarse de ellos… ¿cómo puede alguien hacerte recordar a otras personas que sólo has visto una vez en tu vida?… definitivamente no es sólo una mera coincidencia…

 

Shaina: Pero si tu y yo tuviéramos razón… ¿por qué Ayoros?…

 

Shiryu: Esa pregunta sólo se la podríamos hacer a una persona ¿no creen?

 

Shaina: (volteando) ¿eh?

 

Shiryu acababa de llegar, seguramente estando al tanto del tema, después de haber puesto atención a lo que hablaban Shaina y Seiya, antes de entrar a la cocina. El tercero en despertarse.

 

Seiya: ¿Escuchaste todo lo que hablábamos?

 

Shiryu: No en realidad, pero las paredes de tu casa no son muy gruesas. El sonido viaja fácilmente…

 

Seiya: …

 

Shaina: (viendo a Shiryu) ¿Qué quisiste decir sobre "preguntarle a una persona"?

 

Shiryu: (viendo a Shaina) Me refiero a Zeus… (viendo a Seiya) él lo trajo de vuelta, pero ¿qué más sabemos fuera de esto?… nada.

 

Shaina: Entiendo…

 

Como de costumbre, Shaina y Seiya se quedaron meditando unos minutos las palabras de Shiryu. Este, por su parte, también parecía estar deliberando sobre algo más, quedándose de pie a la entrada de la cocina.

 

¿Muchas coincidencias?... puede ser, después de todo, su vida había estado llena de coincidencias; sin embargo, aún había cosas que no encajaban bien (o que quizá empezarían a encajar, si entre los santos de bronce y los santos dorados hubiera más comunicación y repasaran juntos, todos los sucesos extraños que han experimentado a partir de la llegada de Ayoros; tontos)...

 

Luego de perderse demasiado en sus pensamientos, Seiya decidió que ya era suficiente y que definitivamente no estaba preparado para traer tantas cosas en la cabeza... así que mejor optó por regresar a la realidad. Como por inercia, volteó a ver a Shiryu, aún de pie y meditando, a la entrada de la cocina...

Era verdad, las coincidencias abundaban en su vida... hace mucho, antes de regresar de su entrenamiento en Grecia, jamás se habría imaginado que acabaría ahí, sentado y pensando en temas tan profundos y extraños luego de haber tenido pesadillas tan macabras sobre su vida tan poco normal... mucho menos se imaginó que acabaría teniendo tan fuerte amistad con aquellos que en un principio, pensó, serían sus enemigos. Shiryu fue el primero de ellos... y sin embargo, se transformó en su mejor amigo... Era verdad, Shiryu siempre estaba listo para ayudarle, asegurándole desde un buen consejo hasta su vida propia... "la voz de la razón", un personaje muy tranquilo y cuya personalidad contrastaba bastante con la del mismo Seiya... Hasta era tranquilo para dormir... ¡Ah sí!, era cierto, todos habían acabado durmiendo en casa de Seiya (hasta Jabú), porque la conversación de la noche duro mucho... Claro, primero tuvieron que pasear al niño un rato para no irlo a impacientar (que Ayoros no se dio ni por enterado); pero en cuanto se pudo, todos se regresaron. Shaina y Seika durmieron al niño, y luego, se pusieron muy serios a profundizar en el asunto... por lo menos hasta que fueron cayendo uno a uno como moscas fumigadas... Los chicos se durmieron en la sala, y las muchachas se acomodaron en la habitación con algunas almohadas y colchas (nada tontas). Pero Seika se había tenido que ir muy temprano (ah, entonces ella fue la "primera")... desde luego, Shaina se despertó junto con ella (siempre no). Ya después se levantó Seiya y, antes de ir a la cocina, piso un par de veces a Shiryu y luego casi le cae encima... (¿será por eso que él también se había levantado temprano?... a ver:)

 

Seiya: Oye, Shiryu, por cierto, ¿dormiste bien?

 

Shiryu: (sonrisa cínica) Sí gracias… aún después de tus patadas y los codazos de Hyoga, sí, de maravilla.

 

Seiya: Ehm… ¿es eso un sarcasmo?

 

Shiryu: No, para nada…

 

Shaina: Si ustedes dos ya están despiertos, no dudo que los demás no tardarán en venir también… veré si puedo traer algo de la tienda para desayunar…

 

Seiya: ¿Quieres que te acompañe?

 

Shaina: No Seiya, es tu casa, debes esperar a tus visitas… (viendo a Shiryu) ¿Podrías acompañarme?

 

Seiya:…

 

Shiryu: Ehm… claro.

 

Ayoros: ¡¡Yo también quiero ir ¿puedo?!!

 

Los tres jóvenes se espantaron; jamás se dieron cuenta a que hora había aparecido Ayoros y menos aún en qué momento se había sentado a un lado de Seiya (opuesto a Shaina) para darle sorbos a su café…

 

Seiya: (quitándole el café) ¡Ayoros no tomes eso!, aún estás muy joven para el café…

 

Ayoros: (sacando la lengua, riendo) Esta amargo…

 

Shaina: ¿Cómo llegaste sin que nos diéramos cuenta?… ¡¿escuchaste lo que hablábamos?!

 

Ayoros: Acabo de llegar… y sí, dijeron que irían a la tienda por el desayuno… ¿puedo ir, sí? ¿sí? Quiero comprar muchos dulces para llevarles a todos en el Santuario...

 

Shiryu: No veo problema… (viendo a Seiya) ¿Está muy lejos?

 

Seiya: A un par de cuadras… Estará bien mientras no lo pierdan de vista…

 

Ayoros: ¡Sí!, voy sin perderme de vista… (pensando) Pero primero me quito la pijama… ¡no tardo!

 

Y de un brinco, el niño salió corriendo de la cocina.

 

Shaina: (sonriendo) Que lindo…

 

Seiya: (viendo el aire maternal de Shaina) Oye Shaina… ¿has pensado alguna vez en ser mamá?

 

Shaina:…(sonrojada) ¿por… qué?

 

Seiya: (sonrisa) Porque creo que te verías muy linda de mamá…

 

Shaina: Oh… claro… pero… no lo sé… creo que no estoy lista para serlo… y quizá nunca lo estaré…

 

Seiya: Mmm, ya veo…

 

Shiryu: ... ¬_¬ -¿Qué clase de conversación fue esa?-

 

Ahora entraba de nuevo Ayoros a toda velocidad, ya vestido, aunque aún con las agujetas desabrochadas (es que en Japón usaba ropa más común, como una playera que le quedaba muy grande y tenis...); traía mucha pila ese día…

 

Ayoros: ¡listo y preparado!

 

Shaina: Oye Ayoros (paciencia) acuérdate que aquí no andamos con los zapatos en la casa. (sonriendo) Los debes dejar en la entrada ¿bien?

 

Ayoros: (recordando) ¡Ah es cierto! Perdón... (sonrisa) ¡juro que no vuelve a pasar!... pero ya estoy listo ¿eh?

 

Shaina: Muy bien...(viendo las agujetas de Ayoros) Pero primero hay que atarte esas cintas…

 

Ayoros se miró las agujetas con curiosidad, y luego se dejó caer de centón, a tratar de amarrárselas; claro que, y como no acostumbraba usar tenis en el Santuario, que era donde pasaba la mayor parte de su vida, era bastante torpe haciendo nudos y moños, y acabó amarrándose los dedos con todo y cinta. Shaina se agachó entonces para ayudarle…

Shaina: Listo (levantándose junto con Ayoros) Podemos irnos.

 

Seiya: Ya saben, no lo pierdan de vista.

 

Shiryu: Sí, claro...

 

El trío salió entonces de casa de Seiya.

 

 

Máscara de la muerte: -Maldito mocoso... ¿por qué alguien querría algo con Ayoros?... Quizás, Zeus quiere recuperarlo... No, de ser así, seguramente él acudiría en persona, si ya lo hizo una vez... Entonces... ¿quién? Y por qué... Podría ser una trampa para confundirnos... ¿quizá alguien quiere invadir el Santuario y derrocar a esa chiquilla... Sí, puede ser... y la inútil no haría más que esperar a ver que tontería hace para poner en peligro a sus caballeretes, y luego verse ella como la sufrida del cuento... Nah... No sé si será tan tonta... No lo parece... ¿Pero en qué estaba yo? A sí, Ayoros... más les vale que no se les ocurra ponerle un dedo encima a ese...-

 

Máscara de la muerte dio un respingo... ¿Se estaba preocupando por Ayoros?

 

Máscara de la muerte: - ¡Oh No!

 

Oh sí.

 

Máscara de la muerte: -Pero si yo odio a ese niño... no, no puede ser, por qué habría de importarme... acaso... ¿me habrán hechizado?, sí, puede ser, todos en este avión se ven sospechosos... (viendo los asientos delante de él) Especialmente Kanon... sí, él es bien sospechoso... a mi no me engaña, es la única explicación, si no...- (voz muy seria ¿?) Kanon, dime una cosa...

 

Kanon: (Parpadeando, volteando su cara a su respaldo -como si fuera a ver algo-)...

 

Máscara de la muerte: ¿Por qué ya no hablas?

 

Kanon:...

 

¡Bravo! Eso mismo debo yo saber...

 

Kiki: Déjalo en paz... es problema suyo si quiere hablar o no...

 

Máscara de la muerte: ¡¡Cállate infeliz, que contigo no estoy hablando!!

 

Kiki: Sí, claro, se me olvida que eres altamente irritable...

 

Máscara de la muerte: ¡Chiquillo insolente! ¡¿Qué diablos te ha estado enseñando el inútil de Mu todo este tiempo...?! ¡¿Fastidiar?!

 

Kiki: Tú solo te fastidias... No necesitas mi ayuda...

 

Máscara de la muerte: Nnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn....

 

Kiki: Nnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn ¿qué?

 

Máscara de la muerte: Te iba a decir algo sumamente destructivo... pero se me olvidó, para tu suerte.

 

Kiki: A-ja.

 

Kanon: ...

 

Aeromoza: Señores, ¿puedo ofrecerles algo?

 

Máscara de la muerte: ¡Irte antes de que se me olvide por qué dejé de decorar mi casa con rostros mutilados!

 

Aeromoza: (riendo) Ah, que gracioso es usted...

 

Máscara de la muerte: (entre dientes) Graciosa tu corbata de...

 

Pero la muchacha no escuchó lo que decía Máscara de la muerte porque otra dama que venía más adelante la llamó con urgencia (quién sabe qué problemas traería) por lo que la muchacha, muy amable, acudió de inmediato con ella...

 

Kiki: (viendo a Máscara de la muerte por sobre su asiento) Oye, eres muy irrespetuoso, ¿por qué es, que nada te gusta ni te parece?

 

Máscara de la muerte: ¡¿Y por qué habría de gustarme que alguien invada mi espacio personal?! ¡¡¿Qué tal que tenía ganas de robar mi armadura durmiéndome con algo en la maldita bebida, que muy siniestramente venía a ofrecerme gratis, ah?!!

 

Kiki: Chispas, eres un neurótico, ni siquiera te había ofrecido una bebida...

 

Kanon: (voz ¿? Muy baja y tranquila) Déjalo Kiki...

 

Máscara de la muerte: ¡¿?! ¡¡Vaya!! ¡Que sorpresa, no eres mudo después de todo!

 

Kiki: (suspiro) ...

 

Kanon: ...

 

Máscara de la muerte: (Arrogante) Jum... (molesto) -maldita compañía-

 

 

Mientras, en Japón: Shaina y compañía ya andaban de regreso a casa de Seiya.

Luego de comprar cosas sabrosas aunque poco sustanciosas, los tres iban, muy silenciosos, pensando cada uno en sus propios asuntos: Ayoros, que llevaba un montón de dulces en cuatro pequeñas bolsitas, de una vez andaba armando los "aguinaldos" que les iba a hacer a sus "papás" y a Saori; debía ser muy cuidadoso de no revolver los dulces e irle a dar el equivocado a la persona incorrecta (complejo) porque eso podría traer graves consecuencias (como el hecho de que Saga adorara los chiclosos de café mientras que Afrodita era alérgico a ellos y podía morir de tan sólo verlos... - a él nomás le llevaba mentas y paletas de caramelo -, o que a Aldebarán le gustaran mucho los bombones para asarlos mientras que a Camus le desagradaban las cosas viscosas -A que gente tan difícil-); Shiryu por su parte, andaba muy serio, meditando aún tantos pedazos de historias que de alguna forma, sabía, debían encajar, pero que por alguna razón no lo hacían; Shaina, muy en su interior, venía preparando una serie de preguntas para Shiryu (¿?)...

 

Shaina: (animándose) Shiryu…

 

Shiryu: (volteándola a ver) ¿Mmm?

 

Shaina: Dime… ¿Qué tan bien conoces a Seiya?

 

Shiryu: ¿Eh? ¿Seiya?… ¿Por qué la pregunta?

 

Shaina: Simplemente… necesitaba saber algo… (viéndolo) Tú eres uno de sus mejores amigos… ¿acaso no platican entre ustedes sobre cosas como…

 

Pero Shaina hizo una pausa… ¿sería de verdad correcto hablar de estas cosas con este muchacho… no lo conocía muy bien, ¿y si estuviera equivocada?… ¿y si Shiryu no pudiera comportarse de una forma seria y respetar esta conversación?… la chica miró al suelo con decepción…

 

Shiryu: Cosas como qué, Shaina…

 

Shaina: Nada… (sonrojada) Nada…

 

Shiryu: ... (Viendo al frente)… mmm... Veamos (pensando) Seiya es una persona muy curiosa… es predecible y bastante inocente… aún así, es valiente… cariñoso con las personas que quiere… y creo que jamás piensa en la consecuencia de sus actos… pero aún así, sabe recapacitar…

 

Shaina: (risa apagada) Jm…

 

Shiryu: …Además… es noble a sus creencias, sus amigos… su Diosa…

 

Con estas últimas palabras, Shaina dio un respingo.

 

Shiryu: (viendo la reacción de Shaina) - Ah, ya sé por donde va el asunto… ¿y ahora? ¿qué hago?-

 

¿Por qué a él siempre lo metían en tantos problemas?… Ahora entendía por qué Shaina le había pedido la acompañara en lugar de Seiya… Problemas amorosos, igual que Hyoga, ¿qué acaso todo mundo le veía cara de "confesionario"?... en fin... había que buscar una forma de ayudar a Shaina y librarse del asunto, al mismo tiempo.

 

Shiryu: (viendo a Shaina) Oye, Shaina...

 

Shaina: (interrumpiendo) Shiryu... no importa en realidad... tan sólo... es que ya no estoy tan segura sobre lo que debo sentir... y... bueno... no tengo muchos amigos con los cuales hablar. Me llevo muy bien con Seika, por ejemplo... pero a ella no podría mortificarla con problemas amorosos relacionados con su hermano... ¿o sí?

 

Shiryu: -_- (suspirando) -lo sabía-

 

Shaina: ...Pero sé... que tampoco es correcto molestarte a ti... (viéndolo) y de verdad no espero mucho, tan sólo, es que creo que eres bastante centrado... ¿podrías escucharme un momento, si no es mucha molestia?... no te pido consejo ni mucho menos... sólo quiero hablar...

 

Shiryu: (desconcertado) Sí, no hay...

 

Shaina: (Interrumpiendo) Gracias, prometo ser breve.

 

Shiryu: ...

 

 

Luego de un par de horas, Máscara de la muerte y compañía llegaron (gracias al cielo) a Japón... ahora, sólo faltaba tomar un par de trenes para finalmente arribar a casa de Seiya y luego llevar a Ayoros de regreso a Grecia.

 

Máscara de la muerte: ¡¿Un qué demonios?!

 

Kanon: Tren...

 

Los tres jóvenes veían estupefactos aquel enorme medio de transporte (y para variar, tuvieron mil problemas en la estación del tren por culpa de la condenada caja de Máscara de la muerte... "pero esa, es otra historia"... bueno, no, pero mejor te lo dejo a tu imaginación -ji, ji ^-^)...

 

Kiki: ¡Genial!, este viaje ha resultado muy interesante...

 

Máscara de la muerte: Agonizante querrás decir... (insatisfecho) - Cada vez estoy más convencido de que Atenea no es otra cosa, más que la verdadera encarnación del mal...-

 

Kiki: (subiéndose al tren) ¡Vamos ya!

 

Acto seguido, Kanon y Máscara de la muerte subieron también al transporte... y todo iba muy bien, hasta que tantas curvas empezaron a marear a Máscara de la muerte (ya sé, ni azotones, ni golpes a la velocidad de la luz en su estómago, lo hacían querer vomitar, pero unas simples curvas del tren ¡sí!)...

 

Máscara de la muerte: (aferrado a su asiento) Quiero bajar, quiero bajar, quiero bajar...

 

Kiki: (viendo por la ventana) ¡Genial, genial!

 

Kanon: (muy serio) Aguántate. (a Máscara de la muerte) No quiero que vomites frente a nosotros...

 

Máscara de la muerte: (fastidiado, cara casi verde) Sólo por eso te voy a vomitar a ti en la cara...

 

Azafata (es que no me acuerdo cómo se llamaban las de los trenes, ju... ^-^): ¿Puedo ayudarles con algo señores?

 

Máscara de la muerte: Tu otra vez...

 

Azafata: (síp, la aeromoza) ¡Es usted! (contenta) ¡Qué gusto verlo de nuevo señor!

 

Máscara de la muerte: Ahora sí voy a vomitar...

 

Azafata: (risa) tan jocoso como siempre...

 

Pero la muchacha no pudo quedarse mucho tiempo porque otra dama que venía más adelante la llamó con urgencia (¿por qué siento que esto ya lo he escrito antes?) por lo que la muchacha, muy amable, acudió de inmediato con ella...

 

Kanon: ...

 

Máscara de la muerte: (refunfuñando) Odio a las mujeres...

 

Kanon: (meditando) ¿Y entonces que fueron todas esas mentiras que le dijiste a Milo sobre chicas?...

 

Máscara de la Muerte: ¿Tú cómo sabes, chismoso?

 

Kanon: Pasaron por nuestra casa ese día ¿recuerdas?, andaban riéndose y hablando en voz muy fuerte, por eso acabé escuchando su plática...

 

Máscara de la muerte: Ugh... bueno (surgiendo una débil sonrisa malévola de su enfermo rostro) En realidad no sé tanto de chicas; pero me divertiré mucho viendo la angustia de Milo cuando esta "señorita en cuestión", de la que se enamoró, lo mande por un tubo cuando ponga en práctica lo que le dije -ji, ji ji-

 

Kanon: ...

 

Kiki: ^