Saint Seiya Fan Fiction ❯ Ayoros ❯ La armadura desobediente ( Chapter 10 )

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X. La armadura desobediente.

 

Había que aceptarlo, el desayuno en casa de Seiya había estado muy sabroso.

Jabú nunca se había imaginado que de alguna u otra forma acabaría conviviendo con todas aquellas personas a las cuales siempre había visto tan ajenas.

Ahora bien, tantas cosas y tanta información le hacían sentir como si hubiera estado invernando muchísimos años, ya no sabía nada del Santuario ni de los otros caballeros... ¡ni siquiera estaba totalmente convencido de haber estado al tanto de la llegada de Ayoros!... y todo ese cuento tan bizarro de que si Zeus, que si los malos, que si los buenos, que si lo platos de Shaka... (bueno, creo que de esto último en realidad ninguno de los caballeros de bronce sabía...).

En fin, el asunto era que Jabú había prometido ayudarles a investigar más a fondo (¿para qué decir que no si a él también lo estaba matando la curiosidad?) y mantenerlos informados siempre que le fuera posible. Ahora se dirigía al jardín donde apenas el día anterior se hubiera encontrado a los otros locos... y también donde sintió aquella extraña energía... llámalo intuición, pero por alguna razón, Jabú sentía la necesidad de empezar su investigación en ese lugar...

 

Shun: ¿Y ustedes creen que encuentre algo ahí?

 

Seiya: Es "Jabú"… puede encontrar lo que sea donde sea…

 

Hyoga: ¿No quedaron Waffles de casualidad?

 

Ikki: No, me los comí todos yo…

 

Shiryu: … (no dice nada, nomás piensa…)

 

Shaina: (saliendo de la casa) Nos veremos más tarde…

 

Ayoros: ¡Adiós!

 

Bueno… como creo que hasta aquí todo es muy confuso, déjame explicarte: Todos estaban tumbados de flojos en la sala disque pensando (sí, a-ja); Ayoros por su parte, estaba sentado en la alfombra tras uno de los sillones, acomodando sus dulces, y Shaina acababa de pasar porque ya se iba a quien sabe dónde y el único que la había visto de frente era el mismo Ayoros… los demás como que no se dieron ni por enterados (que "caballerosos")… bien, ahora sí:

 

Shiryu: (regresando a la Tierra) Escuchen…

 

Hyoga: ¿Qué pasa?

 

Shiryu: Lo he estado pensando mucho, traté de ver todas las posibilidades y sus consecuencias… y creo que lo mejor que podemos hacer, es ir todos juntos al Santuario…

 

Ikki: (Indiferente) ¿Ir allá?

 

Shiryu: Si es verdad todo lo que pensamos… creo que Ayoros debe permanecer bajo la protección de los Santos dorados…

 

Hyoga: ¿Y nosotros?

 

Seiya: Pues también ¿no?

 

Ikki: Tontos…

 

Ikki, por alguna razón, permanecía muy alejado del tema… estaba de malas, como siempre claro, pero había cierto tonito en su voz que le hacía ver… más molesto que de costumbre…

 

Shiryu: ¿Acaso tienes una mejor idea Ikki? No te veo muy convencido…

 

Ikki: Me da igual… como sea… (cerrando los ojos) Tal vez, incluso los santos dorados puedan estar pasando por algo similar…

 

Shun: ¿Eh, similar?

 

Shiryu: Lo sé… entonces está decidido…

 

¡Ah! Sí, Saga, por ejemplo, no pensó en esta posibilidad: Que los santos de bronce… ¡pensaran!… en fin, sé de alguien a quien le va a dar un infarto cuando se de cuenta…

 

 

Máscara de la muerte: ¡¡¿Por qué nadie demonios habré la #$%""#% puerta infernal?!!

 

Kiki: (a Kanon) Me encanta como se expresa tan detalladamente de las cosas…

 

Lo sabía, estos tres luego de viajar tanto, no habían alcanzado a los chicos de bronce (como por veinte minutos, ni modo). Cuando llegaron, tocaron, y nadie les abrió, se dieron cuenta de algunas cosas: Kanon hizo la pequeña observación de que su hermano, efectivamente, no había pensado en esta posibilidad; Kiki se decepcionó un poco pero bueno, cosas malas pasan; ah pero Máscara de la muerte… ¡no, él estaba a punto de estallar luego de haber pasado por tanto y para nada!…

 

Máscara de la muerte: ¡¡¡Se acabó, me largo, ustedes pueden hacer lo que quieran, yo me voy y espero nunca regresar!!!

 

Máscara de la muerte se alejó corriendo, pateando todo lo que se le cruzara en la calle.

 

Kanon mientras, descubrió una pequeña nota tirada en el piso afuera de la casa de Seiya…

 

Paréntesis cultural: Si para este momento te has preguntado "¿pero cómo es que sabían dónde vivía Seiya?" debo recordarte que Kiki sí lo sabía… así es que, no te mortifiques…

Fin del paréntesis cultural…

 

La notita traía pegado un pedazo de diurex (cinta adhesiva), por lo que los dos (Kanon y Kiki) supusieron que seguramente debería haber estado pegada a la puerta para que alguien la viera… pero quizá se había caído…

 

Kiki: Veamos…

 

 

Oye Shaina, fíjate que a Shiryu se le ocurrió algo y nos fuimos al Santuario.

 

Atte. Seiya

 

 

Kiki y Kanon: ·_·

 

 

 

Máscara de la muerte iba en verdad molesto… ¡esto era el colmo!, ahora sí que estaba más que dispuesto a abandonar la corte de Atena (¿la gota que derramó el vaso de agua?). ¡Maldita suerte! Y además, no era justo… ¡Inútiles tontos caballeros de bronce!… ¿por qué hacían tantas tonterías?… sólo esperaba que a pesar de esa pésima compañía, Ayoros estuviera bien… ¡De nuevo!

Máscara de la muerte se golpeó la cabeza contra una barda, otra vez se estaba preocupando por Ayoros…

 

Máscara de la muerte: Odio a los niños… -viendo alrededor- Un momento…

 

En realidad, por quien debía preocuparse era por él… había caminado tan ciego por la furia que traía, que no se dio cuenta del camino que había seguido, y ahora, estaba perdido dentro de algún callejón que lo llevaría quien sabe a dónde… ¡Al diablo! Él no necesitaba de mapas, bastaba con saber para donde correr y luego hacerlo a la velocidad de la luz…

 

"Pero eso no es suficiente..."

 

¿Cómo que no...? Máscara de la muerte se preguntó si alguien habría adivinado sus pensamientos, ya que esa respuesta había sido bastante directa... Pero, no había nadie cerca... Entonces, ¿de quién habría sido aquella voz?... Parecía la de una mujer... probablemente una mujer joven...

 

"Lo sentimos mi señora, pero ninguno de nuestros recursos parece funcionar. Si no son los santos dorados o sus armaduras, son los de bronce, e incluso los centinelas del Santuario, los que se interponen entre nosotros y el niño..."

 

¿Santos de oro... de bronce... armaduras...centinelas... Santuario..? ¡¿El niño?! ¡Ayoros!

Máscara de la muerte: Esto no esta bien...

 

Movido por la curiosidad de la conversación entre estas voces desconocidas, el joven santo de Cáncer avanzó con cautela, internándose cada vez más y más en este oscuro callejón. Al final, había una pequeña contra esquina, antes de llegar a la pared que cerraba el lugar... justo ahí, Máscara de la muerte se detuvo a procurar escuchar lo demás de la plática, tratando de asomarse de vez en vez para aprender los rostros de quienes estaban interactuando en una charla que, para el muchacho, era por demás siniestra...

Había entonces cuatro figuras, tres eran hombres aparentemente... aunque uno era demasiado delgado y le daba la espalda, así que no podía verlo con detenimiento. Otro era enorme (muy grande), y se veía como el típico fortachón feo y nefasto. En seguida de este último, estaba otro, muy alto, pero que se escondía tras la enorme figura de su compañero, así que la cara, pues tampoco se la pudo ver. Finalmente, una mujer, joven en efecto y muy linda. Extraño, ella tenía cierto aire... se parecía a Saori en algo, quizá no en lo físico pero... En fin, el caso es que los cuatro estaban ahí parados aunque los dos que en realidad parecían llevar la conversación, eran el sujeto que daba la espalda y la mujer...

 

Mujer: Suficiente... si seguimos así, perderemos esta oportunidad y ya no habrá forma de derrotarlo después...

 

Hombre: Por qué no sólo los eliminamos... Ya nos encargaremos de tu padre cuando ellos estén fuera del camino... mientras tanto, no veo otra forma si no podemos sacarlo del Santuario...

 

Mujer: Ten en cuenta esto: ustedes son tres y ellos son más de diez... ¡jamás subestimes a los santos de Atena!... ya has visto de todo lo que han sido capaces.

 

Hombre: Como sea...

 

Mujer: ¡Nada!, no me respondas así. Váyanse ya, deben traerme a ese niño antes de que se cumpla el plazo que les he dado... ¡Osease ya!

 

Los tres: ¡Sí!

 

Y luego de una reverencia, el sujeto que le daba la espalda a Máscara de la muerte se apoyó en los hombros de sus compañeros y desaparecieron.

 

Máscara de la muerte: - (asomado, sorpresa) No puede ser... ¿han desaparecido?...-

 

Al mismo tiempo que aquellos tres sujetos desaparecían, la mujer volteó (como por inercia) para encontrarse con la mirada confusa del santo dorado. Máscara de la muerte, al ver que había sido descubierto no supo si resignarse y correr, o tratar de sacarle información a aquella mujer...

 

Bueno, pues lo último....

 

Mujer: ¿Y tú quién eres?

 

Máscara de la muerte: (Avanzando hasta detenerse a unos cuantos metros frente a ella) Te hago la misma pregunta.

 

Mujer: (viendo su caja) Ah, vaya... eres un Santo de la corte de Atena... que descuido ¿escuchaste todo lo que hablamos aquí?

 

Máscara de la muerte: (sonrisa diabólica) Sabes muchas cosas ¿no?

 

Repentinamente, el muchacho se aseguró de colocarse su armadura dorada, ante la vaga sorpresa de la joven que lo miraba con desagrado.

 

 

Shaina traía entre sus brazos un par de bolsas de papel (¿nuevamente de compras?) las cuales, notablemente, estaban llenas hasta el tope de toda clase de cosas (¡la despensa!), por lo que tenía que poner mucha atención a lo que hacía y por dónde caminaba si no quería caerse y tirar todo.

Pronto llegó a la entrada del departamento de Seiya y, justo cuando hacía un par de peripecias para sacar las llaves de una bolsita que traía colgando de su brazo izquierdo, una voz conocida la izo voltearse a sus espaldas (con mucho cuidado para no tirar nada ¿ok?)

 

Kiki: ¡Oye Shaina! ¡Hola!

 

Shaina: Pero si eres... (Moviendo un poco las bolsas para ver bien) ¡Kiki!... ¿Kanon?... ¿Qué hacen ustedes dos aquí?...

 

Kiki: Ya nos íbamos cuando vimos a alguien llegar frente al departamento... y luego nos dimos cuenta de que eras tú...

 

Shaina: A-ja... ¿Por qué están aquí? ¿Acaso sucedió algo en el Santuario?

 

Kiki: (acercándose seguido por Kanon) Pues...

 

 

Si había que hacerla hablar, sería por la fuerza, no iba a andarse con sonzadas de ética ni mucho menos, debía obtener rápidamente la información deseada antes de que esta necia tuviera la oportunidad de pedir ayuda y entonces las cosas pudieran llegar a complicarse...

 

Máscara de la muerte: No sé quién seas… ¡pero prepárate!

 

Mujer: ¿Me hablas a mi en ese tono?

 

Máscara de la muerte: ¿A quién más?…

 

Mujer: ¿Seguro?

 

Máscara de la muerte: ¡Segurísimo!

 

Mujer: ¿Por qué te pusiste tu armadura?

Máscara de la muerte: ¡Porque me gusta darle de porrazos a alguien con ella puesta!… (sonrisa diabólica) digamos que me encanta tener siempre la ventaja...

 

Mujer: ¿Te atreverías?

 

Máscara de la muerte: ¡Oh sí!, a menos claro, que contestes correctamente un par de preguntas que tengo listas para ti... Como ¿por qué rayos están interesados en el Santuario y sus habitantes?...

 

Mujer: No contestaré nada de un sujeto tan desagradable como tú.

 

Máscara de la muerte: Entonces... ¡Prepárate porque estoy listo para hacerte hablar por la fuerza y no me importa si puedes defenderte o no...!

 

Mujer: ... ¿y tu armadura piensa igual?

 

Máscara de la muerte: ¿?

 

Como reaccionando a las palabras de la mujer (o a otra cosa…) la armadura se desprendió del cuerpo de un impactado Máscara de la muerte, para luego ensamblare frente a él.

 

Máscara de la muerte: ¡Aghhhhhhhhhh! ¡¡No puede ser esto otra vez!!

 

El muchacho comenzó a patear la armadura con indignación.

 

Máscara de la muerte: ¡Maldita, maldita, maldita! ¡¿Entonces para que me escoges desde un principio si de todas formas me ibas a estar haciendo estas escenitas?!

 

Mujer: No seas tan duro con ella… quizá, tan sólo quiera protegerte…

 

Máscara de la muerte: (viendo con odio a la mujer) ...

 

Los tres jóvenes veían la carta de Seiya, que ahora Shaina sostenía en su mano derecha (gracias, Kanon le había ofrecido ayuda con el super, por eso ya tiene una mano desocupada ¿bien?). Todavía permanecían fuera del departamento del santo de bronce.

 

De pronto, con cierta ira, la muchacha hizo bolita el papel y lo tiró al suelo.

 

Shaina: ¡Idiota!

 

Kanon: Por lo menos sabemos a dónde van...

 

Kiki: ¿Qué haremos ahora?

 

Shaina: (muy segura) Iremos al Santuario a enseñarle a ese tonto cómo se escriben los recados y las cartas!

 

Kiki: ¬_¬

Kanon: (suspiro) Bueno, haz eso tú... (viendo a Kiki, consternado) pero si queremos regresar ya, debemos encontrar a Máscara de la muerte...

 

Kiki: ¡No te preocupes! Eso déjamelo a...

 

Un sonido poco común interrumpió a Kiki. Parecía como si un vidrio se hubiera roto dentro de la casa...

 

Y a parte del vidrio, lo más seguro era que la paciencia de Máscara de la muerte también se hubiera roto (o terminado para no ser tan poéticos). Desde que su armadura se había separado de él, se dedicó únicamente a observar a aquella mujer tan desagradable... No lo había notado, pero esta joven poseía un aura extraña... muy extraña, demasiado violenta, aunque no lo pareciera ella en su exterior...

 

Máscara de la muerte: - ¿Quién demonios es esta mujer?…¿Por qué parece como si tuviera todo el control de las cosas?...-

 

La muchacha veía al santo de Cáncer con el mismo repudio, parecía detestar a los personajes déspotas y aparentemente tontos, que se atrevían a hacer tales actos de violencia sin pensar en las consecuencias... claro, por eso el mundo de los mortales estaba como estaba.

 

Mujer: (arqueando la ceja) Te perdonaré por esta vez... pero jamás te atrevas a volverle a alzar el puño a una diosa...

 

Máscara de la muerte: ¿Diosa? (burlón) Ahora resulta...

 

Mujer: ¡¡A callar muchachito impertinente!!

 

Máscara de la muerte: (molesto por lo de muchachito) ¡¡Estarás ciega!! , ¡¡si me veo más viejo que tú!!

 

Mujer: ¡¡¡No me alces la voz!!!

 

Máscara de la muerte: ¡¡¡¡Yo hago lo que se me viene en gana!!!!

 

Silencio y miradas de "te reto a muerte"...

 

Mujer: Jm, ahora no tengo tiempo para ponerme a jugar contigo, necesito hacer cosas más importantes...

 

Máscara de la muerte: ¡¿Te burlas de mi?!

 

Mujer: Uhm... (muy segura) Sí.

 

Máscara de la muerte: (rojo del coraje) ¡¡¡¡Aggghhh!!!

 

Mujer:(sonriendo) Nos veremos después…

 

Máscara de la muerte: ¡¡Mejor nunca!!

La mujer se había desvanecido. Mascara de la muerte, se quedó trabado del coraje, pensando, analizando y hasta tratando de tranquilizarse...todo sucedió tan rápido, y por más que lo intentaba no podía darle coherencia a las cosas... y continuó así, con el cerebro a punto de estallarle, hasta que se le prendió el foco y decidió que lo mejor sería regresar al lado de sus dos compañeros de viaje...

 

Máscara de la muerte: Ah, pero ya verá esa bruja cuando la vuelva a ver...

 

El joven miró con ojos furiosos a su armadura. Le ordenó entonces que regresara a la urna y... ¡no lo hizo!... ¿?

 

Máscara de la muerte: ¡¡¿Cómo cangrejos...

 

Lo intentó de nuevo y... ¡¡Maldición, no le hacía caso!!

 

Máscara de la muerte: ¡¿Pues qué rayos te pasa?!

 

Y emitiendo un brillo incandescente, la armadura salió volando a toda velocidad rumbo al Santuario.

 

Máscara de la muerte: (fúrico) ¡¡¡GENIAL!!! ¡¡Era lo único que me faltaba!! ¡¡¡¡TE ODIO MALDITA ARMADURA DESOBEDIENTE!!!

 

 

Dentro de la casa no había nadie... pero Shaina sabía que aquel ruido no había sido un mero accidente... algo no andaba bien. Pronto, y con ayuda de Kiki, descubrió que el ruido había provenido, efectivamente, de una ventana rota... ¿pero con qué se había roto?... no había piedras, o de perdida algún pájaro despistado que pudiera haberse estrellado contra esta... Además, la ruptura era extraña... demasiado redonda, nada irregular, como si alguien hubiera lanzado una especie de "ken"... podría ser...

 

Kiki: (viendo, consternado) Yo... creo saber a que se debe esto...

 

Shaina: Pues habla.

 

Kiki: Fue debido a un poder psíquico que se acaba de activar cerca de aquí... Un paso entre dimensiones...

 

Kanon: ¿Cómo?

 

Kiki: (Movimiento negativo) Debo asegurarme... y para eso, necesito consultarlo con mi maestro... (viendo a Kanon) Regresemos al Santuario, creo que Máscara de la muerte estará bien por su cuenta... ¿Kanon?

 

Kanon: (Viendo por la ventana) ¿Qué es aquello?

 

Los tres se asomaron: Una estela de luz dorada viajaba a toda velocidad con rumbo hacia un lugar bien conocido por los tres.

 

Kiki: No puede ser... ¡¿No era esa la armadura de Cáncer?!

Kanon: Lo es... quizá Máscara de la muerte tenga problemas...

 

Kiki: ¡Pues hay que ayudarlo!

 

Kiki se volteó rápidamente, quizá con la idea de teleportarse, sin embargo, acabó estrellándose contra... su compañero, es decir Máscara de la muerte que había aparecido de repente atrás del trío.

 

Máscara de la muerte: ¡Fíjate lo que haces inútil!

 

Shaina: Máscara de la muerte...

 

Máscara de la muerte: ¿Qué? ¿Acaso no debí haber entrado sin tocar antes a la puertota que dejaron abierta?

 

Shaina: T_T No iba a decir eso... Vimos a tu armadura volando hacia el Santuario.

 

Máscara de la muerte: Lo sé... déjenla, ya se las verá conmigo cuando nos encontremos allá. Por ahora, debemos regresar lo más pronto posible...

 

Kanon: ¿Qué sucedió?

 

Máscara de la muerte: Creo empezar a entender muchas cosas... y el resultado no es nada conveniente para nosotros.

 

Los tres: ...

 

Máscara de la muerte: Es posible que alguien este tratando de empezar un altercado contra el Santuario... y parece ser que de alguna forma quieren involucrar a Ayoros.