Saint Seiya Fan Fiction ❯ Ayoros ❯ El dios que forjó las armaduras ( Chapter 11 )

[ P - Pre-Teen ]

XI. El dios que forjó las armaduras.

 

Mu: Quizá lo que necesitas es un quiropráctico Camus.

 

Ayoria: No puedo creer que incluso nosotros, los caballeros, estamos a expensas de este tipo de cosas.

 

Mu y Ayoria acompañaban a Camus en su agonía... (bueno, no es para tanto).

 

Ayoria continuamente pensaba que el templo de Acuario era la casa más fría que podía existir... y a menudo le atribuía a ese clima la horrorosa enfermedad de Camus (aunque no tenía en cuenta cosas como el hecho de que Camus venía de haber vivido y entrenado, toda su vida, en climas fríos, y él no; o que sus signos eran totalmente opuestos, siendo Acuario aire y Leo fuego...-nada que ver pero sirve de cultura general n n-).

 

Camus: (tendido en su cama) Lo que necesito es reposo... (viendo a los otros dos) y que me dejen en paz.

 

Mu: (Serio y tranquilo) Vamos Camus, no seas tan necio. Si hubieras aceptado mi ayuda desde el principio quizá no estarías sufriendo tanto ahora.

 

Camus: (Puntualizando) Tú no eres doctor, Mu...

 

Mu: Sí lo soy... reparo armaduras, y estas son seres vivientes.

 

Camus: ...

 

Ayoria: Mu, no es lo mismo una armadura que una persona por muy seres vivos que sean... (viendo a Mu) quizá Camus tiene razón... (sonrisa maliciosa) lo que deberíamos hacer es dejarlo sólo para que descanse y haga las cosas como pueda...

 

Ayoria parecía tener una especie de "plan" para hacer entrar en razón a Camus (Mmm vaya - . -), cosa que Mu captó de inmediato luego de ver los gestos, entre burlones, entre serios, del santo de Leo.

 

Mu: (siguiendo el juego) ¿Pero quién le ayudará a cocinar?

 

Camus: ¿?

 

Ayoria: Es como preguntarse cómo irá al baño...

 

Camus: ·_·

 

Mu: ¿Cómo le va a hacer si tiene que cambiarse los vendajes?

 

Camus: ...

 

Ayoria: ¿Qué pasaría si se le acalambran de nuevo las piernas?

 

Camus: ¬ ¬

 

Mu: ¿Y si quiere bañarse?

 

Camus: ¡!

 

Ayoria: O peinarse...

 

Camus: ¡¡!!

 

Mu: Sufrirá mucho tratando de acomodar sus cobijas y almohadas en esta época de frío...

 

Camus: >_<

 

Ayoria: No puede ponerse los zapatos ni la ropa... tendría que andar todo el día en pijama o... desnudo...

 

Camus: ¡0_o!

 

Mu y Ayoria se voltearon a ver.

 

Mu: Ahora que lo dices, quizá Camus tenga razón...

 

Ayoria: Es cierto creo que nada de eso es tan difícil, él puede sólo...

 

Ayoria y Mu dieron media vuelta y caminaron hacia la salida.

 

Ayoria: (despidiéndose con las manos) Ya sabes Camus, nuestros mejores deseos.

 

Mu: (sonrisa pícara) Siempre puede ayudarte Shura si de verdad lo necesitas...

 

Para este momento, Camus ya había pensado mejor las cosas...

 

Camus: ¡Ok, ya entendí vengan acá!

 

Nuevamente, Ayoria y Mu estaban ahí plantados frente a Camus con una sonrisa traviesa y victoriosa.

 

Camus: (Guardando compostura) Ustedes ganan; sí, necesito un poco de ayuda, esta bien... ¡Pero que ni se les vaya a ocurrir andar diciendo por ahí que me tienen que ayudar en tantas... "cosas"!... ¡¿Entendieron?!

 

Mu y Ayoria: Como tu digas...

 

Camus: Por cierto Mu, antes de que se me vuelva a olvidar... hay algo que Saori quería que te diera... sólo que han sucedido muchas cosas...

 

Mu: ¿Eh?

 

Camus dio a entender a Mu dónde debía buscar. Enseguida (dentro de una gaveta), el joven logró encontrar las bolsitas de cuero cuya existencia había puesto en riesgo la dignidad de Camus, al haber sido estas las causantes de que su salud empeorara.

 

Ayoria: (Curioso) ¿Qué es Mu?...

 

Mu: (Sonriendo)... (Abriendo una bolsita) Son polvos de estrellas... Saori tenía unos pocos en su poder... cuando supo, hace poco, que yo ya no tenía, muy amablemente me los ofreció anteponiendo que a ella no le servirían de mucho.

 

Camus: Y tú muy quitado de la pena los aceptaste.

 

Ayoria: Pero ¿cómo es que la señorita Saori tendría algo así?...

 

Mu: ¿Recuerdas lo que sucedió hace siete años? Cuando regresamos del Hades... ¿que nuestras armaduras habían sido completamente destruidas y que aún las armaduras sagradas de Shiryu y los otros volvieron a su normalidad?...

 

Camus: Es verdad, un día Saori dijo que nos tenía una sorpresa... y las armaduras doradas habían sido reparadas...¿Acaso fuiste tú quien las reparó Mu?

 

Mu: (Movimiento negativo de la cabeza)

 

Ayoria: (rascándose la cabeza) Ahora que lo pienso, nunca se nos ocurrió preguntar, dimos por hecho que tú las habías reparado... Pero, si no fuiste tú... entonces ¿quién lo hizo?

 

Mu: Les diré lo que sucedió... Aquel día, muchos de ustedes estaban agotados y permanecieron inconscientes durante mucho tiempo... Sólo yo logré levantarme junto con Aldebarán luego de unas horas... Afrodita y Máscara de la muerte, por su parte, eran quienes le ayudaron a la señorita Saori a cargarnos y colocarnos en sitios donde pudiéramos descansar...

 

Ayoria: ¿Eh? ¿Y ellos, cómo es que estaban de pie?

 

Mu: No lo sé en realidad... Quizá los únicos que lo saben, son ellos mismos y Atena; después de todo, ella fue quien los sacó del Hades junto con todos nosotros....

 

Camus: Oigan, se están desviando del tema

 

Mu: Es cierto Camus... ¿En qué me quedé? (pensando) ¡Oh sí!, hablando de Afrodita: Luego de un par de días, el Santuario recibió una visita bastante inesperada... recuerdo que Afrodita dijo no estar listo para otra batalla... pero para nuestra suerte, el visitante venía en son de paz...

 

Camus: ¿Y de quién se trataba?

 

Mu: Se trataba de Hefesto, dios de la metalurgia.

 

Ayoria y Camus: ¡¡¿Qué- qué?!!

 

Mu: (Bajando la mirada) Así es...

 

Recordando: "Había llegado por la mañana, muy temprano; de hecho aún no había rastros del Sol, pero las estrellas ya escaseaban en el cielo. Afrodita y yo hacíamos guardia en el templo de Aries y Atenea nos acompañaba por esos momentos. De pronto apareció su presencia, un cosmos aterrador y poderoso...

 

Mu: Viene hacia acá...

 

Afrodita: Maldición... Si viene en plan de guerra, no estamos listos para pararnos frente a frente, nos destruirá, estamos en pésimas condiciones...

 

Mu: Trata de tranquilizarte Afrodita... aún no sabemos de qué se trata...

 

Afrodita: ¡¿Y acaso tu estarías preparado de cualquier forma, sea o no un enemigo?!... ¡¿Qué se supone que haremos, maldición?!... Te seré sincero... yo no estoy listo para otra batalla... No, ¿entiendes?

 

Mu: Afrodita...

 

Saori: Tranquilícense los dos.

 

>> Por alguna razón, aquellas palabras, llenas de calma, nos tranquilizaron. La señorita Saori se colocó entonces delante de nosotros, y se mantuvo templada y paciente hasta que apareció aquel hombre... Era muy grande... portaba consigo un enorme martillo. No traía ninguna clase de armadura, tan sólo ropas viejas y desgastadas, y un delantal de cuero muy maltrecho... no parecía humano... Cuando estuvo frente a frente con Atena, nos dimos cuenta de que no había por qué preocuparnos...

 

Hefesto: Zeus salve a Atena, diosa de la sabiduría y la guerra pura... mi hermana.

 

Saori: ¿Quién eres? ¿A qué has venido?

 

Hefesto: Soy Hefesto, hijo de Hera y Zeus y por lo tanto medio hermano de Atenea...

 

Saori: (sorpresa) ¿Hermano...?

 

Hefesto: Así es...Y ahora contestaré la segunda pregunta: He venido porque mi querida madre, la diosa Hera, me lo ha pedido.

 

Saori: ¿Hera? ... (movimiento negativo) No lo entiendo...

 

Hefesto: Deberías estar al tanto de las cosas Atena... pero como te veo dudar, tendré que explicar... y no es para que te asombres, pero tienes frente a ti al genio y artista que creó las armaduras sagradas de todos y cada uno de los guerreros y dioses del Olimpo y anexos...

 

>> Nos quedamos en silencio... y yo, por mi parte, debo admitir, estaba muy emocionado... porque de alguna forma estaba claro que él era maestro de mis maestros... él fue quien enseñó al primero de los caballeros encargados de la metalurgia cómo reparar las armaduras que había creado..."

 

Realidad: Ayoria y Camus veían a Mu con completa atención... creo que hasta dejaron de respirar...

 

Ayoria: Entonces... la diosa Hera mando a Hefesto a reparar las armaduras de todos nosotros...? ¿Por qué haría algo así?

 

Camus: ¿Eh?... ¿Qué tiene de extraño?

 

Mu y Ayoria miraron con curiosidad a Camus... ¿no sabría de quiénes estaban hablando?... aunque, pensándolo bien, Camus no había entrenado en Grecia (mucho menos había nacido ahí si recordamos que es de nacionalidad francesa), y si había de conocer alguna clase de mito, quizá sería la de los romanos (que es lo mismo pero con otros nombres, osease que los romanos son la marca genérica de los griegos para tu mejor comprensión)...

 

Ayoria: Mira Camus, la diosa Hera, esposa de Zeus, es una mujer vengativa y despiadada que constantemente se enfada por culpa de los amoríos de su esposo... Según la mitología griega, Zeus era un lidivinoso de lo peor y continuamente tenía hijos e hijas con otras diosas y con mujeres mortales... Hefesto es hijo legítimo de los dos dioses supremos... pero Atena no lo es, y Hera, por lo tanto, no debe tenerle mucha simpatía, porque aparte de todo, resultó ser la hija predilecta de Zeus debido a su astucia y tenacidad en batalla.

 

Camus: (Mala cara) No me refería a eso... conozco perfectamente la mitología griega, sería muy ilógico servir a Atena sin conocer sobre sus orígenes... a lo que me refería, era al hecho de que, después de todo y aunado al paso del tiempo, Atena a servido fielmente a Zeus y a la misma Hera a mantener el orden en el mundo mortal... así que, en cierto modo, la debilidad de Atena sería también la debilidad para Zeus y Hera contra otros dioses... ¿o me equivoco?

 

Mu: Sí, Camus tiene razón... Aunque yo no había pensado en lo mismo...

 

Recordando: "Pero nada de lo que pensamos parecía tener lugar en la cabeza de este dios, su respuesta no fue nada de lo que esperábamos...

Saori: (si antes estaba sorprendida, ahora estaba atónita) ¿Repararás todas las armaduras?

 

Hefesto: Si quieres; sino, pues no.

 

Saori: No es que no quiera pero... es tan repentino todo esto...

 

Hefesto: La creación del cosmos y el mundo también fue repentino mi hermana...

 

Saori: (sonrisa) Tienes razón...

 

Hefesto: (encogido de hombros) No creas que yo lo entiendo del todo... Hera ha cambiado... y me dijo que si me había pedido ayuda para ti... era porque te debía un favor...

 

Saori: ¿Un favor?

 

Hefesto: Así es... ella dijo "Atena me trajo, alguna vez, un momento feliz"...

 

>> Y acabada su conversación, Hefesto el herrero sacó todas sus herramientas y trabajó día y noche durante tres días. Las armaduras renacieron tan puras y vivas como antes... todas ellas... incluso aquellas que ya no tenían dueño... Luego de esto, el dios de la metalurgia se fue tan soberbiamente como había llegado..."

 

Realidad: Camus estaba recostado, viendo hacia el techo, imaginando toda aquella historia de Mu... Ayoria, por su parte, había acabado sentado en la cama donde Camus reposaba, a sus pies, haciendo aparentemente lo mismo que éste último... Mu, permaneció de pie, dándole el frente a sus dos compañeros (¿Quién dijo que los hombres no les gustaba el chisme?).

 

Ayoria: Que interesante... (recordando) ¿pero eso que tiene que ver con ese polvo de estrellas?

 

Mu: Fue parte de las herramientas que utilizó Hefesto... le sobró este poco y se lo regaló a Atena diciéndole que quizá luego podría necesitarlos... Pero a ella se le había olvidado, hasta hace poco que salió a conversación el tema...

Camus: ¿Por qué? ¿Necesitas reparar algo?

 

Ayoria: ¿No serán los platos de Shaka o sí?

 

Mu: No, que va...

 

Camus: ¿Entonces qué?

 

Mu: Por muy ilógico que suene... la armadura dorada de Sagitario.

 

Ayoria: (viendo a Mu directamente) ¡¿Cómo, por qué?!

 

Camus: (viendo a Mu también) No es posible... (inclinándose un poco) ha estado guardada en su templo todo este tiempo...

 

Ayoria: (Mala cara) No me digas que ahora resulta que Hefesto no la reconstruyó bien...

 

Mu: No es eso... Pero el casco esta roto... aunque no sé con certeza cuanto tiempo lleve así; mi maestro fue quien se dio cuenta, y se lo comunicó a la señorita Kido antes de salir de nuevo... Luego ella me encargó repararla y ahí es donde entras tú, Camus...

 

Camus: (sarcasmo) Gracias...

 

Ayoria: Que extraño... (pensando) Quizá podemos preguntarle a Ayoros cuando regrese... él debe haber notado en qué momento se rompió el casco de Sagitario, después de todo, es el único que frecuenta esa casa...

 

Camus: Pues a mi me parece muy extraño todo esto... a menos que Hefesto no la haya reparado bien, como decía Ayoria, significaría que alguien con suficiente poder como para "romper" una armadura dorada, anduvo en el Santuario... ¿no creen que podría tratarse de la misma sombra que ayer se introdujo en el templo principal según Shura?

 

Ayoria: ¿Pero si es así, por qué romper el casco de una armadura que aún no tiene dueño?... bueno, no que no lo tenga pero... ¡en fin!, entienden a lo que me refiero ¿no es así?

 

Mu: Tiene sentido... y al mismo tiempo no lo tiene... quizá la única que lo sepa, es la propia armadura de Sagitario...

 

Mu parecía recordar algo, se calló de súbito, y guardo silencio; en seguida colocó una de sus manos sobre su barbilla (pensando ¿ah?), dio media vuelta y se movió un par de pasos hacia la salida (como si caminando fuera a bombearle más sangre al cerebro para pensar más rápido)... Luego se detuvo...

 

Ayoria: ¿Qué sucede Mu?

 

Camus: ¿Te sientes bien?... (tronándole la espalda) porque yo no...

 

Mu: (sin ver a los otros dos) No lo había pensado, pero creo que será bueno que averigüe un poco más sobre lo que ocurre en Sagitario...

 

Camus: (adolorido) Claro, Sagitario... ¿Y por qué Sagitario?

 

Mu: Una energía sin cosmos, una sombra sin energía...

 

La frase de Mu dejo en silencio a sus dos compañeros. Aquellas palabras estaban muy de moda en el Santuario últimamente...

 

Ayoria: Entiendo...

Camus:¿eh? ¿qué entiendes?

 

Y Ayoria avanzó hasta colocarse a un lado de Mu.

 

Ayoria: Yo mismo iré al templo de Sagitario...

 

Mu: ¿Eh?... Pero... ¿Por qué?... Es decir, puedo ir yo.

 

Ayoria: (viendo a Mu) Ya sé que fue tu idea... pero alguien tiene que quedarse para ayudarle a Camus... además... bueno...

 

Mu: Comprendo...

 

Camus: (desesperado, de fondo) Yo no...

 

Mu: Pero cualquier cosa debes avisarme... ¿esta bien?

 

Ayoria: No quiero faltarte al respeto Mu ¿pero por qué habría de hacerlo?

 

Mu: Porque soy el que está más familiarizado con todo lo relacionado con las armaduras...

 

Ayoria: De acuerdo... (avanzando) Quizá permanezca ahí un rato.. (viendo a los dos) Nos veremos...

 

Dicho y hecho, Ayoria abandonó la onceava casa para luego dirigirse a la deshabitada y ahora lúgubre casa de Sagitario....

 

Mu: (Viendo a Ayoria desaparecer) -Si lo que pienso es cierto... todas estas cosas que han estado pasando sólo pueden significar una cosa... algo malo va a pasar...-