Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Simplemente... ¿amigos? ❯ Capítulo 22 ( Chapter 22 )

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Simplemente… ¿amigos?
Por Daulaci Serv
 
Con los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.
 
 
CAPITULO 22
 
 
Sentada frente al escritorio de la oficina, Sakura ordenaba algunos papeles, habían sido días caóticos después de lo sucedido a Anessa-sama. Afortunadamente se recuperaba rápidamente superando las expectativas de los doctores.
 
Tan ensimismada estaba en sus pensamientos que el sonido del teléfono la sobresaltó haciendo que arrojara algunos recibos al suelo. Regañándose por su torpeza levantó el auricular al mismo tiempo que se inclinaba a recoger los recibos.
 
-Eventos Dragón, buenas tardes.
 
-¡Sakura! Habla Fuutie -saludó la mujer con entusiasmo.
 
-¡Fuutie! -replicó Sakura-. Qué gusto escucharte.
 
-Lo mismo digo, ¿cómo estás? ¿Cómo sigue todo por allá?
 
-Estoy bien, gracias y todo por aquí en orden, justamente estoy archivando algunos recibos.
 
-Estupendo, ¿cómo sigue Anessa-sama?
 
-Mejorando, hace un par de días por fin la pasaron a una habitación.
 
-Que alegría escucharlo, ¿recibió el arreglo que le enviamos Yue y yo?
 
-Si, es precioso, aunque…
 
-¿Qué pasó?
 
-Bueno, ha recibido tantos que las enfermeras nos regañaron, Anessa-sama decidió compartir algunos con los pacientes que no tuvieran flores en su habitación.
 
-Anessa-sama -susurró Fuutie conmovida-, tan dulce como siempre.
 
-Pero pudo ver tus flores y le encantaron, la tarjeta también era preciosa.
 
-Que bueno que le gustaron, pero en fin, ya tendré oportunidad de llevarle más cuando esté de vuelta en casa.
 
-Y hablando de volver a casa, ¿cuándo regresan?
 
-Por eso precisamente te hablaba…
 
-Pero Fuutie -gimió Sakura-, se la han pasado posponiendo su vuelta.
 
-Bueno no puedes culparnos, Yue tenía años sin tomarse vacaciones y estamos tan felices.
 
-Me imagino -suspiró Sakura recordando lo bien que se veían juntos.
 
-Regresaremos hasta después de año nuevo. Hemos decidido pasar la Navidad con mi familia, así tendrán oportunidad de conocer mejor a Yue.
 
-Estupendo, es la luna de miel más larga de la que he tenido noticias.
 
-Lo sé -sonrió Fuutie satisfecha-. Pero dime que tal han ido los últimos trabajos.
 
-Todo tranquilo y perfecto, hicimos los servicios de catering pendientes, sin contratiempos. Kahu se esta haciendo muy popular, todos adoran su comida.
 
-Que alegría, sabía que no me equivocaba al contratarlo.
 
-Si, ya solo nos queda un trabajo más -recordó Sakura mirando su agenda-, el día 27 y eso será todo por este año. También han venido a visitarnos algunas personas para que les organicemos eventos en enero pero aun no me han confirmado.
 
-Está bien así. No te preocupes por eso, mira después de que terminen con el último trabajo pueden tomarse unos días libres, hasta después de Año Nuevo.
 
-¿En serio?
 
-Claro, merecen unas pequeñas vacaciones, sobre todo tu, creo que hemos abusado de ti.
 
-No, de verdad.
 
-Yo creo que si, con todo el trabajo que dejé pendiente y con lo mucho que has ayudado a Shaoran y ahora también el tiempo que le has dedicado a Anessa-sama…
 
-Han sido días complicados -aceptó Sakura-. Pero todo ha salido bien. Pero, ¿qué pasara con Shaoran? ¿Seguirá aquí a pesar de que esté cerrado el negocio?
 
-¿Shaoran? ¿Dónde quedo El señor Li?
 
-Bueno, nos llevamos mejor -admitió Sakura sintiendo que se ruborizaba.
 
-Me alegra saberlo, pero ¿qué pasa con mi hermano? ¿Ya está mejor no? Creo que podrá volver a su apartamento.
 
-Si, supongo que si -respondió un poco decepcionada pues ya no lo vería todos los días.
 
-Además creo que quiere pedirte algo.
 
-¿Ah si? ¿Qué cosa? -preguntó nerviosa.
 
-Prefiero que él te lo diga, solo te adelantaré que puedes aceptar o no como lo prefieras.
 
-¿Qué no me preocupe? ¿No me puedes decir algo más?
 
-No.
 
-Ahora si estoy preocupada.
 
-No es nada del otro mundo, mira es que él… -y se hizo el silencio.
 
-¿Fuutie?
 
-Perdona Sakura pero debo irme. No te preocupes. Cuídate mucho y Feliz Navidad.
 
-Feliz Navidad y saludos a Yue.
 
-Gracias, hasta pronto.
 
-Adiós -susurró a chica mirando el auricular confundida y nerviosa.
 
Puso el teléfono en su lugar y se apresuró a terminar lo que estaba haciendo para ponerse de pie y decidida dirigirse a las escaleras.
 
Se detuvo en la puerta de su habitación al darse cuenta que estaba abierta. Le dio un vuelco el corazón cuando lo miró. Tragó saliva. Él no sabía que lo estaba mirando. Mientras se quedara muy quieta, no la vería. Ya había notado eso.
 
Estaba sentado en la cama, con la pierna lastimada reposando sobre una almohada. Hacía un par de días que le habían quitado la férula pero aún necesitaba utilizar un bastón para caminar, mismo que en ese momento estaba apoyado en la mesita de al lado.
 
Había un montón de papeles esparcidos por la cama. Desde que Wei su mayordomo regresara de sus vacaciones lo había mantenido ocupado yendo y viniendo para traer los papeles de la oficina. Sakura aún no comprendía porque no se había vuelto a su apartamento, él había respondido que estaba más cómodo ahí ya que nadie lo molestaba. Wei ocupaba otra de las habitaciones para no dejarlo solo por las noches.
 
Shaoran seguía leyendo los papeles que tenía en la mano. Como era habitual, estaba muy concentrado. Tenía la capacidad de apartarse del resto del mundo cuando tenía la mente enfocada en una cosa en particular.
 
Sakura suspiró suavemente. Hacía tiempo que había descubierto que le encantaba mirarlo. Con su cabello castaño tan bien cortado, pero a menudo despeinado cuando se pasaba los dedos por él. Sus oscuras y rectas cejas, ahora fruncidas.
 
Lo segundos pasaron mientras lo miraba, memorizando cada detalle. ¿Cuántas veces había hecho lo mismo durante la última semana? Muchas.
 
Shaoran frunció el ceño más aún como si no le gustara lo que estaba viendo en esos documentos. Ella se preguntó qué estaría leyendo y no envidió al que lo había escrito, Shaoran era implacable en los negocios. Lo que explicaba su posición dentro de la empresa y de su misma familia.
 
Llevaba unos jeans azules, y una camisa de manga corta que mostraba sus musculosos antebrazos. Alguna vez se había animado a preguntarle si hacia algún tipo de ejercicio, simple curiosidad había explicado ella, esperando que no sonrojarse en ese momento. Él le había respondido que tenía su propio gimnasio en casa. Ahora mismo no podía no podía ver sus ojos mientras leía, pero esos ojos siempre le provocaban un cosquilleo en el estómago
 
Sakura se sentía confundida respecto a él. Cuando se conocieron se había mostrado tan arisco y distante pero al mismo tiempo había algo en Shaoran que le atraía. La había besado a pesar de decir que la consideraba una niña, después casi la había obligado a ser su asistente y hace poco le había ofrecido su amistad.
 
Y sin embargo cada vez que la miraba o sus dedos se rozaban al entregarle algún documento su piel cosquilleaba y el aire parecía hacerse más pesado.
 
Ya casi había olvidado al hombre de la fiesta de disfraces y sabía que el motivo era Shaoran, quien ahora ocupaba su mente constantemente. Pero él pronto se iría a su departamento y volvería a su trabajo, a su rutina habitual y a escapar de todas esas mujeres que lo buscaban. Ya no la necesitaría.
 
Pero no le importaba se dijo firmemente, Shaoran levantó la vista en ese momento notando su presencia.
 
-Ah Sakura, no te había oído llegar, ¿hace mucho que estabas ahí?
 
-N… no, acabo de llegar -mintió sin dejar que se le notaran los nervios, respiró profundamente-. He venido a ver si necesitabas algo, antes de que me vaya.
 
-Aún es temprano -murmuró Shaoran mirando su reloj.
 
-Si bueno, te dije que hoy saldría antes. Tengo que comprar el vestido que usaré mañana en la fiesta de las Daidouji.
 
-Es cierto, discúlpame, últimamente estoy muy ocupado.
 
Lo sé.
 
-¿Sabes ya que tipo de vestido comprarás? -preguntó interesado, pensando si tal vez compraría algo similar al disfraz de hada.
 
-Más o menos -murmuró algo acalorada.
 
-Seguramente será algo bonito -dijo pensativo-. Y podrías llevar el cabello suelto, me gusta como te rodea el rostro - Sakura abrió los ojos con sorpresa, Shaoran imitó su gesto, no había querido que se le escapara eso e intentó torpemente cambiar el tema-. Bueno, me has leído la mente -buscó entre sus papeles en la cama-. ¿Sabes si Wei anda por ahí abajo?
 
-Eh, si, creo que estaba preparando café o algo así.
 
-Perfecto, café es justamente lo que necesito ahora, también necesitó que me haga algunos encargos. ¿Podrías decirle que suba?
 
-Si, claro, ¿algo más?
 
-No gracias, puedes irte, que te diviertas.
 
-Gracias, nos vemos mañana.
 
-Hasta mañana -asintió Shaoran.
 
Sakura titubeó antes de marcharse y una vez que estuvo fuera Shaoran se recostó contra el cabecero de la cama golpeándose la cabeza con un puño, en un gesto ya muy frecuente en él.
 
-Torpe -susurró para si.
 
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Tomoyo suspiró un tanto cansada pero se mantuvo en la misma pose sin mover un solo músculo.
 
Etsuya le había prometido que esta sería la última sesión, su obra estaba prácticamente terminada.
 
De reojo intentó ver al joven artista que en ese momento observaba fijamente su obra. Hasta ahora era muy poco lo que le había permitido ver sobre la misma, siempre manteniéndola oculta, asegurando que quería que fuera una sorpresa incluso para ella.
 
Suspiró nuevamente y volvió a mirar hacia arriba como se supone que debía hacerlo y decidió pensar en algo más aparte del tiempo para distraerse.
 
Mañana sería la fiesta de Navidad, en casa todo estaba preparado. Su madre había estado un tanto nerviosa esos días y William estaba extrañamente feliz, pero afortunadamente se había mantenido alejado de ella. Toshime había estado ocupada en los preparativos de la fiesta, entregada totalmente a ellos, con toda seguridad con la intención de volver a ganarse la confianza de su madre.
 
Como sea todo aquello le había permitido cierta libertad, sin que nadie pareciera importarle lo que hacía, donde y con quién. Así que había dividido su tiempo entre la universidad, Anessa-sama y Eriol.
 
Eriol no había podido pasar mucho tiempo con ella desde que Anessa-sama fuera operada. La empresa estaba absorbiendo mucho de su tiempo y el resto lo destinaba a sus clases y a Anessa-sama. Y era justamente durante sus visitas al hospital cuando podía verse y conversar.
 
Eriol le había confesado sus preocupaciones sobre la empresa y Hironobu, también habían compartido su alegría por la recuperación de Anessa-sama y a veces compartían algo más.
 
Tomoyo tal vez no tuviera mucha experiencia pero sabía algo con certeza: Eriol era un experto en el arte de besar y se había convertido en su maestro.
 
Y también era un pícaro, solo él podía encontrar los lugares más curiosos en un hospital para poder tener algo de privacidad. Una de esas veces habían aprovechado un atasco en el elevador y esa era la ocasión que Tomoyo más disfrutaba en evocar.
 
Flash Back -
 
Acababan de subir al elevador después de visitar a Anessa-sama cuando este se detuvo dando tumbos y dejándolos a oscuras unos segundos antes de que se encendieran las luces de emergencia. Tomoyo gimió aferrándose a su brazo.
 
-Tranquila -dijo Eriol suavemente-. No creo que sea grave.
 
El joven se acercó al tablero de controles y accionó el botón de emergencia.
 
-Pronto nos ayudarán -aseguró a la chica que seguía pegada a él-. ¿Tienes miedo?
-No, solo estoy nerviosa, nunca me había quedado atrapada en un elevador, afortunadamente estoy contigo.
 
-También es la primera vez para mi -dijo él sonriendo al tiempo que la abrazaba por la cintura-. Eres muy hermosa ¿lo sabías? -murmuró.
 
-Eriol -dijo ella mirándolo, ya había aprendido a identificar esa mirada intensa en sus ojos-. ¿No estarás pensando en…?
 
-¿Por qué no? -dijo encogiéndose de hombros y acorralándola contra una de las esquinas de elevador-. ¿Tienes algo mejor que hacer? -preguntó inclinándose hacia ella.
 
-No -susurró antes de sentir el roce de sus labios y cerró los ojos sumergiéndose en las sensaciones que le provocaba.
 
Ella inhaló el cálido aroma de la piel de Eriol. Estaba matizado con algún tipo de loción para después de afeitarse, un olor rico y masculino.
 
El beso era suave, pero ella necesitaba más. Aferró las solapas de su chaqueta y entreabrió los labios como una petición silenciosa. Sintió la sonrisa sobres sus labios antes de sentir el contacto de su lengua, provocando que su cuerpo se calentara.
 
-Abrázame -le pidió él mordisqueando sus labios.
 
-Si -dijo al tiempo que sus manos subían acariciando su torso hasta llegar hasta los hombros para después entrelazarse detrás de su cuello, pegándose más a él.
 
Eriol gruñó profundamente en su garganta al tiempo que el beso se volvía hambriento y apasionado.
 
Tomoyo estaba emocionada y asombrada por su reacción. Él siempre parecía controlado, siempre mostrándole con suavidad lo que un beso podía ser. Pero esta vez parecía haberse desatado algo en su interior.
 
-Tomoyo -ronroneó él mientras enterraba sus manos en el pelo antes de aspirar la piel sensible de su cuello, para después lamerlo lentamente. Juguetonamente-. ¿Qué me has hecho?
 
Ella no pudo responder cuando él continuó lamiendo su piel. Sus rodillas se doblaron. Solo la fuerza de sus brazos que la rodeaban evitó que cayera. Gimió suavemente y tomó la cabeza de él entre sus manos para poder mirarlo a los ojos, su mirada estaba velada, su respiración entrecortada, todo en él le decía que se sentía como ella. Lo jaló hacia si para volver a besarlo.
 
-Tomoyo, Tomoyo -gimió él desesperado y la abrazo con fuerza ocultando su rostro en el cuello femenino-. Tenemos que parar -pidió temblando.
 
Lo último que ella hubiera querido era detenerse pero abrió los ojos y parpadeó repetidas veces, lo que le permitió recordar donde se encontraban. Poco a poco Eriol se separó de ella. Tomoyo se ajustó la blusa y peinó sus cabellos con dedos temblorosos.
 
-¿Cómo me veo? -preguntó nerviosa.
 
Eriol la contempló unos segundos mientras se ajustaba las gafas.
 
-¿Cómo me veo yo? -preguntó él arqueando una ceja.
 
Tomoyo vio su cabello revuelto, sus labios hinchados. Él también se ajustaba la camisa, la corbata y la chaqueta.
 
-Oh -susurró ella sonrojándose.
 
-Te ves adorable -dijo él dándole un beso rápido para después tomarle la mano mientras la energía volvía al elevador.
 
Fin Flash Back -
 
-Esa es la mejor expresión que me has dado desde que empezamos a trabajar -dijo Etsuya sacándola de sus ensoñaciones.
 
-¿Qué? -preguntó parpadeando confusa y vio que él ya había cubierto la figura y se acercaba a ella.
 
La chica se estiró para aliviar sus adoloridos músculos al comprender que la sesión había terminado.
 
-Perdona Etsuya, estaba distraída, ¿qué era lo que me decías?
 
-Decía que ojalá hubieras tenido esa expresión siempre -dijo Etsuya tomándola pro la barbilla para mirarla fijamente, con el dedo índice le acarició la mejilla-. Te ves adorable.
 
Tomoyo abrió los ojos sorprendida, era lo mismo que Eriol le había dicho, pero el efecto no fue el mismo.
 
-Gra-gracias -tartamudeó ella dando un paso atrás pero él la detuvo agarrándola por los hombros.
 
-¿Te gustaría salir conmigo esta noche?
 
-¿Salir? ¿Esta noche? -balbuceó con sorpresa.
 
-Si -sonrió él con un brillo divertido en los ojos.
 
-Lo siento, pero no puedo.
 
Etsuya la miró fijamente hasta que por fin la soltó.
 
-Está bien cariño, puede ser otro día -él pareció meditar un momento antes de agregar-. ¿Tal vez te gustaría acompañarme a Paris?
 
-¿Paris?
 
-Si, me voy a pasar unos días allá.
 
-No puedo Etsuya -replicó la joven-. No podría, no es correcto.
 
-Correcto -se burló él y volvió a acercarse a ella-. Muy pronto te enseñaré lo que es correcto -y sin más se inclinó y le dio un beso fugaz en los labios-. Feliz Navidad -agregó divertido.
 
-Feliz Navidad -respondió Tomoyo y se apresuró a salir.
 
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Por fin había llegado la tan esperada noche de la gran fiesta en la mansión Daidouji. Sakura iba sentada en el auto muy emocionada pues era la primera vez que asistía a un baile de semejantes dimensiones. La fiesta de Navidad de Sonomi Daidouji era el gran evento de la temporada. El año anterior había sido un tanto triste con todo el problema con Tomoyo y Sakura no había sido invitada después de confabularse con su amiga para asistir a la fiesta de disfraces, pero esta vez sería diferente. Incluso Touya y su papá estaban invitados y asistirían acompañando a la joven. Pero antes Sakura debía cumplir con una promesa y por eso mismo Touya entraba en ese momento en el estacionamiento del hospital.
 
-No tienes que subir -decía Sakura quitándose el cinturón de seguridad.
 
-“¿No tengo que subir?” -pensó Touya gruñendo.
 
-No sé porque estás tan enojado -dijo molesta mientras bajaba del auto-. Papá iba a traerme pero tú insististe en venir.
 
-No estoy enojado -gruño de nuevo y se acercó a su hermana para tomarla del codo y escoltarla a la entrada del hospital.
 
-Pues pareces enojado, sobre todo cuando pones esa mirada -lo acusó Sakura.
 
-¿Cuál mirada?
 
-¿Cómo si quisieras matar a alguien?
 
-“Solo a cualquiera que se atreva a mirarte” -y miró a su alrededor, asustando a un par de internos que se acercaban.
 
Touya no sabía cómo iba a sobrevivir ahora que su hermana se estaba convirtiendo en una hermosa mujer, tan parecida a su madre. Con un vestido verde esmeralda que acentuaba el color de sus ojos que brillaban maravillados. A Touya casi le dio un infarto al ver el escote del vestido que dejaba al desnudo un tercio de sus hombros, solo agradecía que el vestido llegara hasta el suelo pues no la habría dejado salir por ningún motivo si también hubiera dejado descubiertas las piernas. Su padre había hecho una gran labor con él para que no perdiera el control y le había permitido después de múltiples recomendaciones acompañar a su hermana a visitar a Anessa-sama, volvió a gruñir.
 
-Sigues enojado -lo acusó Sakura-, espero que no intentes estropearme la noche.
 
-No lo haré -prometió Touya con sinceridad.
 
Una vez que llegaron al piso deseado, se encaminaron a la habitación de Anessa-sama.
 
-No vas a entrar conmigo -dijo Sakura picándole con un dedo el pecho-. No quiero que les lances miradas a los demás.
 
-No lanzaré miradas a los demás -se quejó Touya y pensó-. “Solo a uno en particular”.
 
-No, entraré sola y saldré pronto, ya todos deben estar ahí y prometimos no cansar a Anessa-sama.
 
-Como quieras -gruño entre dientes.
 
Sakura tocó suavemente a la puerta antes de asomarse por la misma.
 
-¡Hola!, lamento el retraso -saludó entrando, vio a Anessa-sama en la cama y le sonrió.
 
Eriol también estaba ahí, se veía espectacular con un smoking. La señora Seri estaba sentada al lado de la cama vistiendo con sencillez. En una esquina de la habitación había una mesa con una botella de champaña puesta a enfriar y unas copas listas para ser servidas y justo al lado en un cómodo sofá estaba sentado Shaoran.
 
Sakura contuvo el aliento al verlo. Nunca antes lo había visto tan elegante con su smoking negro, el cabello ligeramente alborotado y la mirada penetrante. Él le sonrió a modo de saludo, entre sus manos sostenía el bastón que lo acompañaba en últimas fechas.
 
-No llegas tan tarde -dijo Anessa-sama desde la cama-. Aún falta Tomoyo.
 
-Es cierto -dijo Sakura notando la ausencia de su amiga-. Seguro no debe tardar. ¿Cómo te encuentras hoy Anessa-sama?
 
La chica siguió platicando animada sin notar la mirada que Shaoran le dirigía en ese momento. Como podría saber ella que había provocado un efecto similar en el joven al verla entrar en la habitación. Tal como él le había pedido Sakura había dejado su cabello suelto. Casi sentía celos de la forma en que su cabello rozaba ligeramente sus hombros desnudos cada vez que inclinaba la cabeza. Se veía fabulosa con la sonrisa en los labios y los ojos brillantes. Hubiera deseado abrazarla en el momento en que cruzó por la puerta.
 
Aún seguía contemplándola cuando notó que Eriol lo miraba a él, al momento de ver a los ojos a su amigo notó la burla que había en ellos y para colmo sintió que se sonrojaba. Molesto, apartó la mirada hacia otro lado.
 
Eriol mientras tanto sonrió ligeramente, le alegraba ver a su amigo entusiasmado con una chica por primera vez desde que lo conociera. Nunca le había faltado compañía femenina a Shaoran, al menos cuando él así lo permitía, pero nunca lo había visto mirar a una chica como miraba a Sakura.
 
Shaoran mientras tanto se regañaba a sí mismo por ser tan obvio y se preguntaba si de verdad se le notaría tanto lo que sentía por Sakura y si alguien más además de Eriol se daba cuenta de lo que le sucedía, la respuesta a sus preguntas llegó en cuanto la puerta volvió a abrirse y apareció Tomoyo. Llevaba un vestido largo de seda azul con escote asimétrico y manga larga en sólo uno de los brazos, el otro quedaba desnudo. Llevaba el pelo suelto un chal de seda acompañaba al vestido.
 
Shaoran no supo si reír, pero fue evidente la forma en que el rostro de Eriol se iluminó al momento y qué decir de Anessa-sama y la señora Seri que no perdían detalle de lo que sucedía. ¿Así habrá pasado con él al momento de la llegada de Sakura? Y aprovechó entonces para volver a mirarla ahora que la atención de los demás estaba centrada en la otra joven.
 
Tomoyo saludó a Anessa-sama, la señora Seri y Sakura, alabó el vestido de esta misma, su amiga se veía realmente preciosa. Se inclinó un poco para saludar a Shaoran que estaba un poco detrás de Eriol y por fin se animó a ver a este último.
 
-Hola Eriol -saludó con timidez, cuando se había visto al espejo esa noche tuvo que reconocer que la ropa era muy favorecedora, pero ahora que veía la reacción de Eriol se sentía realmente hermosa.
 
-Hola Tomoyo -dijo Eriol simplemente y no se atrevió a decir más, por temor a hacer el ridículo.
 
-Bueno chicos será mejor que nos demos prisa, el doctor no nos dio permiso de estar mucho tiempo con Anessa-sama -dijo Seri apresurándose a la botella de champaña.
 
-Lo siento -se disculpó Tomoyo-. Me atrasé demasiado, fue difícil salir de casa, aunque mamá se contento un poco al saber que Shaoran estaría aquí.
 
Todos miraron a la pareja y fue entonces cuando recordaron el supuesto compromiso entre ambos. Con todo lo sucedido el asunto había quedado en el olvido.
 
-¿Cuánto tiempo más seguirán con esta farsa? -preguntó Anessa-sama.
 
-No mucho -respondió Shaoran-. No queremos que se le dé demasiada importancia a este trato entre nuestras madres. Algunas personas se han acercado a mí para felicitarme por este compromiso tan provechoso.
 
-¿Quiénes? -preguntó Eriol.
 
-Solo algunas personas con las que estoy haciendo tratos.
 
-Tessari -susurró Sakura pero se tapo la boca con la mano al darse cuenta que había hablado en voz alta-. Lo siento.
 
-No te preocupes. Sakura tiene razón: Tessari es uno de ellos.
 
-¿Y cómo se enteraría? -quiso saber Tomoyo preocupada.
 
-No tengo idea pero no debes preocuparte, ya me encargué de aclararle que solo estamos saliendo juntos. Por supuesto le extrañó no habernos visto en ningún sitio juntos, pero dadas las circunstancias -explicó levantando el bastón-, no se sorprendió demasiado.
 
-Tenemos que hacer algo pronto -dijo Tomoyo.
 
-Estoy de acuerdo, pero ya habrá alguna oportunidad para hacerlo.
 
-No será fácil, nuestras madres no lo aceptarán.
 
-No pero tendrán que hacerlo -dijo Shaoran resuelto-. Tendrán que entender que tenemos derecho a elegir libremente.
 
Dejaron el tema de lado y Eriol descorchó la botella de champaña. Todos gritaron al momento en que el corcho salió disparado y la champaña se derramó. Uno a uno, sirvieron sus copas y por fin levantaron sus copas brindando por la recuperación de Anessa-sama que se conformó con simplemente mirar y por una hermosa Navidad.
 
-Quiero todos los detalles -advirtió Anessa-sama con una sonrisa cansada.
 
-Así será -prometió Eriol en voz baja y se inclinó para darle un beso en la frente.
 
-Es hora de irse -dijo Seri en el mismo tono.
 
Uno a uno se fueron despidiendo y salieron de la habitación en silencio. Una vez afuera Sakura se reunión con su hermano.
 
-Los veremos en tu casa Tomoyo, aún debemos regresar por papá.
 
-Está bien, Tomoyo y Shaoran irán conmigo -explicó Eriol.
 
Shaoran solo asintió y trató de no mirar demasiado a Sakura aún incluso mientras la veía marcharse con su hermano pues este no dejaba de lanzarle miradas asesinas.
 
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La fiesta estaba empezando cuando llegaron, a Sonomi no le había gustado mucho ver a su hija aparecer con Eriol Hiraguizawa, aunque la presencia de Shaoran minimizó su enojo.
 
Tomoyo también pasó cierto disgusto al ver a William acompañando a su madre mientras esta recibía los invitados y eso mismo lo usó de pretexto para olvidarse al menos por esa ocasión de esa obligación, así que entró a la mansión y se dedicó a saludar a las personas que ya habían llegado acompañada por sus amigos.
 
Al poco tiempo apareció Sakura acompañada por su padre y hermano y la fiesta estuvo completa para el grupo. La cena fue servida y poco después empezó el baile. El grupo se mantuvo unido todo el tiempo; fue necesario el buen humor de Eriol y la amable presencia de Fujitaka para que la tensión no se hiciera presente pues era evidente que Touya no apreciaba la presencia de Shaoran, pero fuera de eso todos la pasaron muy bien.
 
En algún momento de la noche Tomoyo presentó a Fujitaka con gente que pudiera estar interesada en las actividades del arqueólogo y en minutos el hombre se vio rodeado por personas a las que les interesaban los viajes y los grandes descubrimientos de la época.
 
Shaoran por otro lado después de bailar una pieza lenta con Tomoyo se sentó en un lugar apartado no solo de las miradas asesinas de Touya sino de otras chicas que ya habían notado su presencia. Eriol se acercó a él para hacerle compañía.
 
-¿Cómo te la estás pasando Shaoran?
 
-No tan bien como esperaba -respondió mirando a Sakura que bailaba con su hermano.
 
-No la deja ni un solo momento ¿no? -dijo Eriol con una sonrisa.
 
-¿Lo notaste? -suspiró Shaoran resignado, era imposible fingir que no estaba interesado en Sakura, no con Eriol por lo menos.
 
-Si, ya he notado que el hermano no te soporta.
 
-¿Soportar? Yo más bien diría que quiere asesinarme.
 
-Si, también eso, pero no te preocupes, para eso estoy yo aquí. Ya encontraremos el momento adecuado para distraerlo, solo necesitas estar al pendiente.
 
Guardaron silencio observando a las parejas en la pista y Eriol notó de inmediato a Tomoyo que se dirigía al centro de la pista escoltada por el tal William, buscó a Sonomi con la mirada y la vio justo del otro lado, ella también había visto a la pareja y parecía complacida con la situación, todo lo contrario a Tomoyo que parecía no solo molesta sino incómoda.
 
-Te ves muy bien esta noche Tomoyo -decía William a la Joven con una sonrisa-. Pero supongo que alguno de tus amigos te lo ha dicho ya.
 
-Algo así -respondió sin interés y mirando en otra dirección.
 
-¿Porqué siempre te portas tan huraña conmigo? Pensé que podríamos ser buenos amigos.
 
-Y yo pensé que ya hacía tiempo que habíamos dejado atrás las hipocresías -replicó cortante y mirándolo a los ojos.
 
-Nunca he sido hipócrita contigo Tomoyo, yo más bien diría que he sido muy sincero -y apretó más su abrazo para recalcar aún más la intención en sus palabras.
 
-Ya te he dicho que no voy a prestarme a tus juegos. No me importa lo que pretendas, algún día mi madre se dará cuenta de la basura que eres y desaparecerás de nuestras vidas.
 
-No lo creo cariño -dijo sonriendo en dirección a Sonomi-. Y está noche te darás cuenta de cuan equivocada estás al respecto.
 
-Me permite a su pareja -dijo una voz detrás de William.
 
-Eriol -suspiró Tomoyo aliviada.
 
-¿Cómo dice? -preguntó William molesto por la interrupción.
 
-Digo que le voy a robar a su pareja -respondió Eriol sin más y con gran habilidad tomo a la joven en sus brazos y se alejaron dando algunas vueltas por la pista.
 
-Muchas gracias -dijo Tomoyo contenta.
 
-Es un placer, no parecías muy feliz de estar con él.
 
-Y no lo estaba -admitió Tomoyo molesta-. William es terriblemente odioso cuando sabe que nadie puede escucharlo.
 
-¿Te importunó de alguna manera? -Tomoyo se encogió de hombros, no quería hablar sobre el tema-. Prometiste decirme si alguna vez te hacía o decía algo que te molestara.
 
-Todo en el me molesta, ¿podemos hablar de otra cosa?
 
-Como quieras, pero insisto en que alguna vez tendrás que hablarme sobre el asunto.
 
-Está bien -aceptó la joven.
 
-Estás preciosa esta noche -dijo él en un tono más grave-. ¿Te lo había dicho?
 
-No -sonrió ella.
 
-Cuando te vi en el hospital, hubiera querido sacar a todos de la habitación y…
 
-¿También a Anessa-sama? -interrumpió fingiéndose escandalizada-. No podrías ser tan malo.
 
-No te imaginas lo malo que puedo ser cuando tengo la motivación correcta.
 
-Eriol -lo reprendió suavemente al tiempo que se sonrojaba.
 
-No tienes ni idea de lo que puedes provocar en un hombre con un vestido así, mirarte a los ojos y decirte sin palabras lo que estoy sintiendo y bajar la mirada a tus labios y no poder besarlos, y qué decir de la necesidad de frotar mi nariz contra la suave piel de tu cuello.
 
-Eriol -dijo ella sin aliento.
 
-Exactamente así es como me siento.
 
-No digas esas cosas.
 
-¿Por qué no?
 
-No aquí con toda esta gente alrededor, no cuando mi madre está a solo unos metros y yo no puedo…
 
-¿Abrazarme? ¿Besarme? Es justo así como yo me siento ¿porque debo ser solamente yo quien se sienta así?
 
-Eres muy malo.
 
-No tienes idea -susurró sonriendo.
 
-No me mires así.
 
-¿Así como?
 
-¿Cómo si…?
 
-Como si quisiera comerte a besos.
 
-Nos están viendo.
 
-¿Quién?
 
-Todos.
 
-No me importa. No me importa que todo mundo se de cuenta de lo que siento.
 
Tomoyo se mordió el labio nerviosa pero feliz, sabía que su madre estaría atenta a cada uno de sus movimientos y que no pasaría por alto lo que estaba sucediendo, pero a ella tampoco le importaba.
 
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El baile continuó sin mayores sobresaltos, Tomoyo tuvo que dividir su tiempo entre otros invitados y bailo con alguno de ellos. Eriol mientras tanto aprovechó un instante de distracción de Touya y con valentía sacó a bailar a Sakura que solo había bailado con su hermano y su padre.
 
-Eres muy valiente ¿sabes?
 
-¿Lo soy?
 
-Claro, no cualquiera se atreve a contrariar a mi hermano como lo has hecho.
 
-Pero si no he hecho nada, solo estoy bailando.
 
-Eso es suficiente para contrariarlo -rió Sakura.
 
-¿Tu crees? -dijo Eriol fingiendo inocencia.
 
-Bueno pero no importa, quería hablar contigo justamente sobre mi hermano.
 
-¿Ah si?
 
-Si, quería pedirte un favor.
 
-Lo que sea, ya sabes que para mi es un placer ayudarte.
 
-Gracias, mira mi hermano esta terminando su postgrado pero aún no ha encontrado trabajo y quería pedirte que le dieras la oportunidad de una entrevista en tu empresa.
 
-No sabía que tu hermano quisiera dedicarse a las finanzas y las inversiones.
 
-Le encantan ese tipo de cosas, aunque siempre ha trabajado en infinidad de lugares, tiene un currículo muy extenso.
 
-Bueno, en ese caso no creo que haya problema.
 
-Muchas gracias Eriol, aunque no sé como voy a decírselo, él no me pidió que hablara contigo, es muy orgulloso para eso.
 
-Yo puedo ayudarte con eso, vamos a decírselo ahora mismo.
 
-¿Si?
 
Eriol ofreció su brazo a Sakura y se dirigió hacia el hermano de esta que no había dejado de observarlos un minuto.
 
-Hola hermano -saludó la chica con inocencia-. Eriol y yo estábamos hablando y se me ocurrió mencionarle que estás buscando un trabajo, él dice que podría darte la oportunidad…
 
-No era necesario…
 
-Para mi será un placer darle una oportunidad en mi oficina.
 
-Sakura no debió, no era necesario.
 
-Estoy seguro que no, no pretendo darle un trato preferencial. Usted acudirá a una entrevista en el departamento de recursos humanos y ahí podrán colocarlo, siempre hay lugar para gente emprendedora.
 
-Bueno si ese es el caso…
 
-Pero dígame cuales son sus expectativas.
 
Mientras ellos hablaban, Sakura fue retrocediendo hasta perderse de vista, y suspiró al verse librada de la vigilancia de su hermano, justo lo que necesitaba. Se detuvo a admirar la fina decoración en el salón y poco a poco se fue acercando hasta el enorme árbol navideño.
 
Eriol aún seguía escuchando lo que Touya le decía sobre los estudios que había realizado cuando miró detrás de este para encontrase con Shaoran que buscaba a Sakura, con cuidado Eriol hizo una seña en la dirección en que había desaparecido la joven y le guiñó el ojo a su amigo.
 
No fue difícil para Shaoran encontrarla, parada justo enfrente al árbol de navidad observando embelezada los costosos adornos, vio como su mirada captaba algo más allá del árbol y después de fijarse que nadie la viera se movió con cuidado y camino discretamente alrededor del árbol para después desaparecer. Después de unos minutos e imitando su comportamiento él fue detrás de ella.
 
Shaoran la encontró fuera de la casa, es una de las terrazas principales. Ahí afuera no parecía haber nadie más y se podía apreciar parte del enorme jardín de la casa, adornado con luces. La joven parecía maravillada con el espectáculo y él prefirió quedarse así unos minutos, deleitándose con su presencia.
 
A pesar de la distancia él podía apreciar el perfume que usaba, la delicada fragancia que causaba estragos en sus sentidos. Cada vez que ella se acercaba, lo asaltaban sensuales y obsesionantes imágenes por las que podrías condenarlo por acoso sexual, si se dejara llevar por ellas.
 
Cada día que compartían era un martirio. A medida que transcurrían las horas a Shaoran se le hacía más difícil no fijarse en su esbelto cuello, cuando Sakura se inclinaba hacía él para darle algún documento, o cuando la veía trabajar frente a la computadora y se inclinaba sobre el teclado, como no notar la textura de su cabellos. Cada vez que ella le tendía el auricular del teléfono y desprendía aquel aroma que le aceleraba frenéticamente el pulso, y en aquel par de ojos inocentes enmarcados por larguísimas pestañas, los turbaban demasiado, impidiéndole concentrarse en lo que fuera que estuviera haciendo.
 
Justamente ese día por la mañana cuando estaba en medio de una llamada internacional con un socio importante, Wei había encontrado una bufanda que Sakura había dejado olvidada, de inmediato percibió el sutil aroma de la joven y lo asaltó la imagen de su piel cremosa, de sus labios entreabiertos, en un provocativo jadeo, de sus manos extendiéndose por su cuerpo... lo siguiente que supo fue que Wei carraspeaba y lo miraba extrañado. Sobresaltado se dio cuenta de que había dejado la conversación a medias y su interlocutor lo llamaba a través de la línea.
 
Ya no sabía que hacer, si reír o llorar o arrojar cosas contra la pared. Sakura aún no confiada del todo en él, y eso se lo había ganado a pulso. Ella le hablaba y ya no parecía tensa al estar a su lado, pero aún parecía resistirse, como si dudara. Y él quería decirle tantas cosas, quería abrazarla, besarla, que conociera a su madre.
 
Justo en ese momento, Sakura percibió su presencia y se volvió a él sobresaltada.
 
-¡Ah! Shaoran -exclamó llevándose una mano al pecho-, pensé que eras mi hermano. Siempre que me oculto me encuentra.
 
-Bueno, pues parece ser que aún no ha notado tu ausencia -Shaoran cruzó los dedos esperando que Eriol tardara mucho más en entretener a su hermano.
 
-Este lugar es precioso, ¿no te parece? -dijo Sakura mirando alrededor.
 
-Si, ya había tenido oportunidad de ver estos jardines alguna vez.
 
-¿Aquel día del compromiso con Tomoyo?
 
-Si ese día -dijo algo incómodo-. Realmente no sé como nos metimos en eso.
 
-Tomoyo piensa lo mismo, pero algún día tendrán que hablar con sus respectivas madres y aclararlo todo.
 
-Si supongo que si, aunque no dudo que Tomoyo lo tendrá difícil, por mi parte tampoco creo que sea muy agradable.
 
-¿Por qué? ¿Crees que tu madre se enojará mucho?
 
-Estará muy molesta y será muy complicado alegrarla, sobre todo ahora que no esta muy contenta con que no vaya a pasar estas fechas a casa.
 
-Es cierto -medito Sakura un momento-. No hiciste planes para ir con tu familia, ¿por qué?
 
-Estoy en medio de algo muy importante y justamente de eso quería hablar contigo.
 
-¿Sobre qué? -preguntó Sakura nerviosa pues recordó la conversación con Fuutie.
 
Shaoran había descubierto que era una secretaria muy eficiente. Tenía que organizar una gala benéfica y cuanto más lo pensaba, más le parecía que ella era la persona perfecta para hacerlo. Sería una gran ayuda para él. Además, de ese modo estarían mucho tiempo juntos, incluso tendrían que trabajar alguna noche…
 
-¿Qué tal se te da organizar galas benéficas?
 
-¿Galas benéficas? -repitió ella, sorprendida-. ¿A qué te refieres?
 
-Ya sabes, organizar una cena para recaudar fondos. La típica gala a la que asisten los más ricos de la ciudad. El dinero es para una asociación benéfica.
 
-¿Y a qué asociación benéfica irá el dinero?
 
-Pues… -Shaoran se pasó una mano por el pelo-, no me acuerdo del nombre, pero tiene algo que ver con un refugio para mujeres maltratadas. La persona que me lo ha encargado es uno de mis socios… ya sabes, un favor personal.
 
-Me parece bien -sonrió Sakura.
 
Shaoran no quiso decirle al menos de momento que siempre encargaba a Wei que se ocupara de supervisar las obras financiadas por la fundación que él había creado, así que no era raro que algún socio le pidiera este tipo de favores. Era la clase de cosas que hacia discretamente, pues no le gustaba hablar de su actividades filantrópicas con nadie, aunque algo le decía que esto podría ser diferente con Sakura.
 
-Yo creo que podríamos trabajar juntos en esto -dijo esperanzado.
 
Sakura sintió un escalofrío, pero intentó disimular.
 
-La verdad es que he adquirido cierta experiencia organizando eventos pero no se pueden comparar con uno de estas características.
 
-Pues yo creo que puedes hacerlo -sonrió él-. A partir de ahora, ese será tu trabajo.
 
-¿De verdad quieres que me encargue de organizar algo tan importante? -preguntó sorprendida.
 
-Estoy seguro de que puedes hacerlo.
 
Aquello era totalmente inesperado. Organizar un evento benéfico para la alta sociedad de la ciudad, es una enorme responsabilidad, pero le gustaba mucho que Shaoran confiase en ella.
 
-¿Cuándo quieres que empiece?
 
-Tengo entendido que aún tienes un trabajo pendiente y después de eso viene la celebración de año nuevo, ¿qué te parece si empezamos el 2 de enero?
 
-Me parece perfecto -sonrió emocionada, provocando un vuelco en el corazón de Shaoran.
 
La música del salón llegó hasta ellos y él no pudo resistirse más.
 
-¿Quieres bailar conmigo? -preguntó dejando a un lado el bastón.
 
-Pero… -dudo Sakura mirando el mismo.
 
-No te preocupes, puedo bailar un poco sin que me moleste.
 
-Está bien -aceptó dudosa y permitió que la tomara entre sus brazos.
 
La música sonaba distante pero eso no pareció importar, a pesar de la rodilla lastimada, Shaoran se movía con gracias, haciéndola girar. Para fortuna de Sakura no lo piso en ningún momento.
 
-Cierra los ojos -pidió él sin poder contenerse, ella lo hizo sin dudar-. ¿Qué sientes?
 
-¿Qué siento? -repitió, él no pudo responder solo asintió-. Siento… “magia”.
 
Sakura se detuvo abruptamente y abrió los ojos desconcertada, ya se había sentido así antes, una vez, con otra persona.
 
Shaoran la miraba fijamente y poco a poco fue inclinando la cabeza para buscar sus labios. Fue un beso que empezó siendo suave, pero enseguida se volvió apasionado. Para su sorpresa Sakura vaciló al principio, pero luego se dejó llevar.
 
Aquello no era lo que había anticipado, no era lo que tenía en mente cuando sugirió que bailasen. Al menos creía que no lo era. Pero cuando ella respondió dejó de pensar.
 
El único pensamiento que pasaba por su cabeza era que estaría metida en un buen lío a su hermano se le ocurría aparecer en ese momento. Sakura sabía que no debía besarlo, no debería estar cooperando. Debería mostrar indignación. No tenía duda de que lamentaría lo que estaba haciendo, pero… no podía evitarlo. En aquel momento lo único que le importaba era aquel beso.
 
Estuvo a punto de enredar los bazos alrededor de su cuello, pero se detuvo al recordar que momentos antes había pensado en otra persona, pero no estaba con él estaba con Shaoran, confundida pensó que debía apartarse.
 
Tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para dar un paso atrás, pero por fin lo consiguió hacerlo. Estaba colorada hasta la raíz del pelo y no podía mirarlo a los ojos. Nerviosa prácticamente escapó corriendo.
 
-¡Espera! -la llamó Shaoran pero ella no respondió.
 
Ella solo pensaba en alejarse de ese hombre que la atraía de una forma que ella desconocía y apenas y fue consciente del momento en que tropezó con una persona, se disculpó sin prestar atención y siguió su camino.
 
Toshime mientras tanto la veía alejarse con suspicacia.
 
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Mientras tanto Eriol seguía hablando con Touya respecto a los planes que tenía respecto a la empresa y poco a poco fue surgiendo una idea en su mente.
 
-¿Sabe Kinomoto? creo que usted podría ayudarme mucho más de lo que yo creía
 
-¿Ah si? En qué sentido.
 
-Antes de volver a Japón, sospechaba que Hironobu, mi tío -añadió con una mueca-, manejaba los negocios de forma poco ética. Pero en cuanto llegue aquí, las sospechas se hicieron realidad. Por eso me he lanzado de cabeza al trabajo, estoy tratando de hacer algunos cambios, hay la necesidad de limpiar algunas cuentas y en algún momento, cuando logre tener el control de la empresa, volver a contratar a algunas personas que se fueron pues no estaban de acuerdo con los métodos de Hironobu.
 
-¿Y dónde entro yo en todo esto?
 
-Necesito desenmascaras a mi tío, pero es descubierto que es muy difícil hacerlo, es muy astuto, necesito a alguien dentro que pueda acercarse a él sin que sospeche. Usted podría ayudarme con eso.
 
-Creo que podría.
 
-Claro que para que no haya sospechas, el contacto conmigo será casi nulo.
 
-¿Entonces como le comunicaré lo que descubra?
 
-A través de mi secretaria. Nakuru será nuestro contacto.
 
-Su secretaria -replicó Touya con una sensación extraña en el pecho.
 
-Nakuru es sumamente inteligente y hermosa, dos cualidades que Hironobu cree que una mujer no puede tener, no ambas. Siempre la ha subestimado y Nakuru odia que la subestimen, está esperando el momento adecuado de demostrar su valía a los otros.
 
-¿Y cree que de esta manera no sospecharan de nosotros?
 
-No, los demás pueden creer cualquier otra cosa, aun más si los ven juntos a menudo. Hironobu incluso puede pensar que usted es un buen aliado en mi contra, eso si lo cree capaz de manipular a Nakuru en su favor.
 
-Entiendo.
 
Ya no pudieron decir más pues en ese momento alguien atraía la atención de todos hacia el lugar donde se encontraba el conjunto que amenizaba la velada. Eriol notó que William McAllister estaba al frente y llamaba a Sonomi para que se le uniera, misma que se acercaba a él un tanto cohibida.
 
-Señoras y señores, tengo un anunció que hacer.
 
Una multitud de meseros irrumpió en ese momento en la fiesta, aún no era la media noche y el champaña empezaba a fluir por todo el salón.
 
-Esta noche, le he pedido a Sonomi que acepte ser mi esposa -la multitud lanzó una exclamación-. Y ella ha dicho que si.
 
Las expresiones de sorpresa y alegría no se hicieron esperar, la gente empezó a aplaudir.
 
-Por favor brindemos por mi futura esposa -dijo William levantando su copa, todos lo imitaron, mientras el hombre besaba la mano izquierda de su prometida.
 
Eriol apenas y podía moverse pero siguió buscando entre la multitud, apretó los dientes tenso, no podía encontrarla por ningún lado.
 
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Se sentía tan triste e irritada que tenía la sensación de que nada podría sacarla de ese estado. No había soportado más y sin mirar a nadie había salido del lugar escapando al inmenso jardín, en cuanto llegó afuera, aspiró con fuerza para llenar de aire sus pulmones.
 
La terraza era muy grande con una vista maravillosa de los jardines que se abrían abajo. Siempre le había gustado los jardines de su casa pero desde que visitara la “Casa de las Rosas” ya no los veía igual. Volteó a ver atrás por si alguien la veía y decidió bajar unos escalones más para encontrar un poco más de privacidad.
 
Aspiró el dulce aroma de las flores y disfrutó de la vista, a lo lejos se veía la fuente que ocupaba el centro del jardín que se iluminaba con algunos focos pequeños colocados entre los árboles cosa que le daba un aspecto romántico e invitante.
 
Pudo ver a una pareja a lo lejos que ajena a su presencia se devoraba entre besos, fusionados en un abrazo apasionado.
 
Tomoyo suspiró sintiéndose una intrusa y a la vez sintió un poco de envidia, jamás había estado en esa situación. Como deseaba ella olvidarse de todo lo que ocurría a su alrededor. La pareja se separó un poco y después de intercambiar algunas palabras se adentraron en el jardín buscando un poco más de intimidad.
 
-¿Qué haces aquí tan sola? -preguntó una voz conocida a sus espaldas.
 
-Nada -respondió suavemente al tiempo que se encogía de hombros.
 
Se dio cuenta que se estado depresivo era tal que ni siquiera la compañía de Eriol podría liberarla de el y deseó que por una vez él fuera lo suficientemente delicado para entender la indirecta y marcharse sin hacer ningún comentario, pero eso no sucedió.
 
-¿Qué pasa princesa? -susurró cerca de ella-. ¿Por qué te has alejado de la fiesta?
 
-No es nada Eriol -respondió Tomoyo sin atreverse a verlo pues no podría ofrecerle un buen semblante-. Es solo que quería estar sola - Eriol no dijo nada pero tampoco hizo nada por apartarse, Tomoyo era perfectamente capaz de sentir el calor de su cuerpo-. Por favor, quiero estar sola.
 
-Está bien -dijo Eriol después de meditarlo un momento-. Pero estaré esperando tu regreso, tal vez después podamos hablar de lo que te molesta -Tomoyo asintió.
 
-Gracias -dijo y se abrazo tratando de aplacar el frío que sentía. Sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas y Tomoyo se mordió el labio conteniendo un sollozó, si Eriol se daba cuenta de que lloraba no se iría.
 
Eriol la observaba preocupado, sabía que no había sido una agradable noticia para ella, se desabrochó el saco pensando dejárselo puesto antes de irse.
 
-¡Señorita Tomoyo! -grito Toshime desde lejos.
 
-No puede ser -se lamentó Tomoyo llevándose una mano a la cabeza, las lágrimas empezaron a fluir-. No quiero hablar con nadie en este momento, mucho menos con ella -y se limpió las lágrimas.
 
-Tal vez si ve que estás ocupada hablando conmigo -sugirió Eriol.
 
-No creo` que eso la detenga -suspiró pesarosa, no podía controlar las lágrimas.
 
-Bueno, tal vez si te ve muy ocupada -dijo Eriol jocoso y la abrazó por la espalda.
 
Para sorpresa de ambos Tomoyo no protestó al sentir los brazos de Eriol rodear su cintura y rió un poco ante la ocurrencia de su amigo. La joven encontró muy reconfortante encontrarse entre sus brazos.
 
Su calor y el aroma de su colonia la envolvieron consolándola. Eriol le ofreció un pañuelo para que se secara las lágrimas.
 
-Gracias -dijo ella tomándolo y se recargó contra él mientras limpiaba su cara y nariz.
 
-De nada -respondió y besó su mejilla.
 
En un impulso protector Eriol la había abrazado descubriendo que lo hacía más por un acto egoísta que por reconfortarla. Fue muy agradable sentirla relajada contra él, pegó la nariz a su cabello y cerró los ojos respirando su delicioso aroma.
 
-¡Tomoyo! -Insistió la voz-. Se que estas por aquí, sal ya, la señora Daidouji exige tu presencia.
 
-Que novedad -sollozó Tomoyo-. Lo siento, no ha sido una buena noche.
 
-Lo sé -dijo Eriol apretándola contra él y beso otra vez su mejilla provocando una ligera sonrisa de parte de ella-. ¿Quieres que te ayude a salir de aquí?
 
-No, gracias -respondió Tomoyo resistiendo el impulso de aceptar, pero Eriol se dio cuenta de esto.
 
-Podemos irnos ahora mismo -insistió pegando su rostro al de ella.
 
-No quiero echarte a perder la fiesta, es más creo que ya lo hice -y las lágrimas volvieron a brotar-. No sé que me pasa -se disculpó suspirando, Eriol sintió que se le rompía el corazón al sentirla así.
 
-¡Tomoyo! -la voz de Toshime se escuchó más cerca.
 
-Ahí viene, mejor me voy -dijo intentando liberarse de los brazos de Eriol.
 
-No te molestará si te ve ocupada.
 
-Yo no creo que considere que estar así, es estar ocupada.
 
-Yo puedo arreglar eso -dijo al tiempo que empezaba a esparcir pequeños besos sobre el hombro desnudo de Tomoyo.
 
-Eriol -exclamó Tomoyo casi sin aliento, sintiendo que su piel se erizaba y su corazón daba tumbos sin control.
 
-Sshh, no digas nada -pidió Eriol al llegar a la base de su cuello y empezó a ascender-. Solo siente.
 
Eriol se había dejado llevar por un impulso incontrolable de seguir abrazado a ella y ahuyentar a la intrusa. La escuchó suspirar, dócil y dispuesta: ella le permitió seguir besando su cuello, inclinándose para dejarle libre acceso por el.
 
Tomoyo ya no pudo escuchar otra cosa que no fuera los latidos de su corazón: ya no sentía frío solo calor y los suaves labios de Eriol que ahora besaba su oreja. Ella contuvo el aliento al sentir que mordía el lóbulo de la misma. Se sintió mareada, acalorada, excitada.
 
-Solo siente -susurró Eriol en su oído.
 
Ella volvió la cabeza hacia él, se miraron a los ojos, Tomoyo descubrió una mirada oscurecida y anhelante. Notó el momento en que él bajó la vista a sus labios y no pudo resistir la petición silenciosa que él hacía. Entreabrió los labios y se los ofreció al tiempo que cerraba los ojos sintiendo sus labios.
 
Ninguno de los dos podía pensar en las consecuencias de lo que hacían. Eriol suavizó su abrazo solo lo suficiente para que ella se girara hacia él y deslizara los brazos alrededor de su cuerpo y luego la apretara otra vez contra él.
 
El beso que había empezado dulcemente se convirtió en una urgente caricia. Con un suave quejido Tomoyo respondió con ardor a las eróticas incursiones de la lengua de Eriol en su boca. Una ola de calor se apoderó de su cuerpo mientras él continuaba besándola con pasión.
 
Cuando apartó los labios Tomoyo jadeaba, con los dedos todavía enredados en los oscuros cabellos. Sintió como si despertara de un sueño y notó que él también jadeaba y aún la rodeaba fuertemente con sus brazos, sus dedos se movían impacientes por su espalda provocándole escalofríos.
 
Sus miradas se encontraron, ninguno de los dos podía articular palabra. La mirada de Eriol cayó en los tentadores labios de la joven. La cabeza de él se inclinó sobre Tomoyo buscando sus labios, sus traidores sentidos enloquecieron de pronto.
 
-¡Tomoyo! -gritó otra voz femenina desde lejos, sobresaltándolos.
 
-Mi madre -dijo Tomoyo con pesar y recargó su frente en la barbilla de Eriol.
 
-Tomoyo -exclamó Sonomi escandalizada a unos metros de distancia al encontrar a su hija abrazada a un hombre que no era su prometido.
 
-Tengo que ir -dijo Tomoyo sintiendo los labios de Eriol en su frente.
 
-Voy contigo -ofreció Eriol soltándola muy a su pesar.
 
-No, será mejor que vaya yo sola.
 
-Pero Tomoyo, no tienes que enfrentar esto sola -insistió él tomándola fuertemente de las manos.
 
-No Eriol, creo que es justamente lo que debo hacer; ya es hora. -siguiendo un impulso, Tomoyo tomó su rostro entre las manos y volvió a besarlo con todo su corazón, Eriol ni siquiera la tocó pero le devolvió el beso con el mismo sentimiento.
 
-Hazla venir al estudio, ¡ahora! -ordenó Sonomi a Toshime antes de volver a la casa furiosa.
 
Continuara…
 
Nota de autora: Si lo sé, lo sé, soy mala, muy mala. Pero me esforcé por darles un capítulo que arrancara suspiros, espero haberlo logrado. Hice este capítulo casi a la carrera pues no quería irme de vacaciones sin actualizar, pensaba poner esa escena de confrontación entre Tomoyo y Sonomi pero decidí dejarlo para el siguiente capítulo. Como verán aún falta un poco más para que esta historia termine. Sakura y Shaoran trabajaran juntos, la chica se siente un tanto confundida pero ya verán si Shaoran logra sacarla de esa confusión. Etsuya, William y Toshime siguen haciendo de las suyas. Touya y Nakuru tendrán que trabajar codo a codo para ayudar a Eriol. Muchas, muchas cosas están por suceder. Puede que Mailing haga su aparición aún no estoy segura.
Antes de continuar quiero agradecer a mis dos beta amigas, Crystal23 quien desde siempre ha estado conmigo en este mundo del fanfiction. Y a mi nueva beta (desde el capítulo anterior). Pami, quien me ha ayudado de una forma diferente y que aporta mucho a este trabajo que hago con mucho cariño.
Espero les agrade mi pequeño presente de Navidad, este capítulo. Espero pasen unas fiestas maravillosas al lado de su seres queridos. Y que el año que viene este lleno de sorpresas, mucho amor, mucha salud ¿y porque no? También mucho dinero :P
 
Y un regalo más para aquellos que estén interesados, después de una noche de insoportable insomnio, me desperté despejada e inspirada y por fin tengo el bosquejo de lo que será el epilogo de Lecciones para dos, muchos me lo han pedido, pero nunca tuve una idea clara de lo que quería, espero que mi muso no me abandone y me permita escribir este epílogo durante las vacaciones, solo tengo una pequeña duda, ¿quieren que haya lemon en este epilogo? ¿Les gustaría? Por favor ayúdenme a resolver esta disyuntiva.
 
Gracias a todos ustedes por acompañarme durante este año, por animarme, por leer mis locuras, por reír, llorar y enamorarse conmigo porque de esto es de lo que trata