Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Sombras del Pasado ❯ Liberación ( Chapter 4 )

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DISCLAIMER: Los personajes de Card Captors Sakura y todo lo relacionado con ellos, pertenecen a CLAMP. La trama de Sombras del Pasado es propiedad de Inner Angel.
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SOMBRAS DEL PASADO
Capítulo IV.Liberación
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now my bitter hands
Cradle broken glass,
Of what was everything.

All the pictures have,
All been washed in black,
…tattooed everything. (1)
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En Tokio las calles estaban atestadas de gente y el tráfico no era mejor. Eriol salía de una agotadora reunión con su abogado, quien estaba a cargo de llevar legalmente todos sus negocios hasta que cumpliera la mayoría de edad. Si bien el joven hechicero era un alma vieja, su cuerpo representaba el de un adolescente y cuando le dio la mitad de sus poderes al padre de Sakura, la otra parte de la reencarnación, empezó finalmente a vivir su vida y no la de Clow.
No iba a la escuela pues con tutores ya se había graduado, pero seguía estudiando magia y dedicándose a sus negocios mientras decidía que carrera estudiar en la universidad. Su mayor ambición era llevar una vida más normal, como un muchacho cualquiera. Claro lo más normal que fuera posible dentro de sus circunstancias extraordinarias.
Así es como había decidido mudarse a Japón hacía dos años para estar cerca de sus amigos; así es como Kaho se había marchado ya de su vida para continuar por un camino distinto al suyo; así es como había dejado de ser la reencarnación de otro para ser sólo Eriol Hiragizawa.
El chofer del auto trataba de salir del embotellamiento mientras Eriol se movía incómodo en el asiento posterior, deseando llegar pronto a Tomoeda. Su mirada recorría las calles llenas de gente, yendo de un lado para otro con prisa, parecían una verdadera marea humana que se agitaba incesantemente, agobiada por el trabajo y las responsabilidades.
Eriol se hundió más en su asiento tratando de relajarse un poco cuando finalmente pasó. Una explosión. Una venganza.
“Ha comenzado... no puede ser”, dijo en completo estado de shock.
El chofer lo miró extrañado por sus palabras “Señor Hiragizawa ¿qué...?”, pero no alcanzó a terminar.
Eriol ya había salido del auto corriendo entre el tráfico y la gente, buscando un callejón apartado, con su mano en la llave, listo para usar su magia. Pero cuando estaba a punto de pronunciar el conjuro se detuvo en seco.
“¡No!. Si uso tal cantidad de magia para trasportarme sólo lograré que nos localicen más rápido... ¡piensa Eriol maldición!”, se reprendió a sí mismo mentalmente, porque ese era el momento menos indicado para ser impulsivo. Así que, sin ninguna otra opción a la mano, se dio media vuelta y regresó al auto, aun atascado en medio del tráfico.
“No tengo más remedio que esperar, por favor aguanta Sakura”.
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Un grupo nutrido de estudiantes prestaba atención al Sensei que frente a ellos escribía sin parar en la pizarra, al mismo tiempo que explicaba con voz monótona las difíciles ecuaciones. Todas esas miradas mostraban distintos grados de aburrimiento, pero todas estaban clavadas en la explicación, la cual era muy importante para el próximo examen. Todas las miradas menos una, que desde el comienzo de la clase observaba distraída por la ventana, ajena a todo lo que tuviera que ver con las matemáticas.
No era raro ver a Kinomoto Sakura soñando despierta en medio de una clase, lo raro era ver una expresión de melancolía y angustia en lugar de la inocente sonrisa que acompañaba todas las evasiones de la realidad que realizaba durante el día. Su rostro se contraía preocupado a medida que una sensación de peligro oprimía su pecho. “¿De dónde viene esto que siento?”, se preguntó mentalmente agitando su cabeza, “Kero tiene razón me estoy volviendo completamente loca... ojala Eriol me pueda ayudar”.
Mientras contemplaba mentalmente la posibilidad de ir a un psicólogo y pasar su vida encerrada en un manicomio por ser una hechicera que habla con peluches alados, pasó lo inevitable… el despertar… la maldición.
El comienzo.
En un segundo todo hizo explosión en el pecho de Sakura. La oscuridad se desencadenó golpeando de llenó sus afinados sentidos mágicos como una descarga de electricidad recorriendo cada parte de su cuerpo, enviando una sensación de dolor indescriptible a cada uno de los nervios de su ser. Se levantó sobresaltada tratando de recuperar el aire que había exhalado con la fuerte impresión, pero podía respirar. Sentía una fuerza obscura oprimiendo su pecho, drenando su magia, golpeando su aura.
¡Tenía que salir de allí!. Era evidente que todos a su alrededor estaban en peligro. Dio un paso hacia atrás pero su pie tropezó con la silla haciéndola caer de espaldas, el grito inevitable escapando se sus labios.
“¡HOOEEEEEEEEEE!!!!!”.
“¡KINO MOOTOOO!. ¡¿QUÉ RAYOS CREE QUE ESTA HACIENDO?!”.
El alarido del indignado Sensei por la abrupta interrupción de su importante clase, fue acompañado por las risas y murmullos de todos los presentes. Incluyendo a sus amigas Rika, Naoko y Chiharu, que no podían evitar reírse de la ya famosa torpeza de su querida compañera. Todos reían menos Tomoyo, quien enseguida se dio cuenta que algo andaba mal.
Podía ver a Sakura temblando en el suelo, incapaz de moverse, de hablar. Tenía una expresión de horror en el rostro, que mandó escalofríos a lo largo de su espalda y le puso lo pelos de punta. “Algo pasó... ¡Oh no!”, pensó angustiada a punto de levantarse para auxiliar a Sakura, pero la voz del Sensei la detuvo.
“¡Kinomoto!”, dijo ya algo más calmado, acercándose a ella, “…más vale que tenga una buena explicación para su comportamiento”. Sakura le devolvió la mirada y trató de articular palabra para explicarse pero no lo logró. Sintió las lágrimas acudir a sus ojos. Entonces se levantó tan rápido como pudo y salió corriendo del aula a toda velocidad. Todos quedaron atónitos con su comportamiento tan peculiar, incluso para ella.
“¿¡Pero qué rayos…?!”, comenzó a decir el desconcertado Sensei cuando Tomoyo le interrumpió en seco, poniéndose de pie tan bruscamente como Sakura. “Disculpe Sensei, iré a ver si Sakura-chan se encuentra bien”, e inmediatamente salió corriendo tras su amiga.
“¿Qué le habrá pasado?”, preguntó Rika, pero sus compañeras sólo se encogieron de hombros por toda respuesta.
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No estaba lejos. La encontró en el patio sentada bajo su árbol favorito, abrazándose a sí misma con el rostro oculto sobre sus rodillas, meciéndose como una niña de atrás hacia delante y hacia atras.
Tomoyo se sentó a su lado y colocó su mano en la espalda de su amiga tratando de reconfortarla. En todos los años que llevan juntas, nada había dejado a la joven en este estado de terror.
Sakura levantó su rostro lloroso, totalmente inmersa en un estado de trance. Su mirada perdida en el vacío, sus facciones ausentes de expresión.
“¿Qué pasó Sakura?. ¿Estas bien?”, se aventuró a decir Tomoyo después de unos segundos de silencio, que ella sintió pasar pesados como si fueran horas.
“¿Sakura?”.
“Fue horrible Tomoyo, horrible… nunca sentí nada semejante”, dijo al tiempo que recuperaba sus sentidos y miraba a su amiga. “No sé que pasó, fue como una explosión mágica, pero...”, sus ojos se llenaron de más lágrimas y Tomoyo se estremeció con el dolor reflejado en los ojos esmeralda, “... era una energía maligna, sentí como... como la oscuridad me envolvía y me oprimía el corazón... fue doloroso Tomoyo, todo el odio, toda la maldad y el dolor estaban allí concentrados... y se liberaron”.
Sakura no pudo decir más y se arrojó a los brazos de su amiga aun temblando. Tomoyo estaba muy asustada, nunca antes había pasado nada semejante. Abrazó con fuerza a Sakura y levantó la mirada al cielo buscando una señal. En pocos segundos vio lo que buscaba, a lo lejos dos figuras aladas se acercaban a toda velocidad hacia ellas.
“Todo va a estar bien Sakura, ya lo veras, todo va a salir bien”, dijo sin mucha convicción, pero aliviada por la presencia de los guardianes de Sakura aterrizando frente a ellas.
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“Kero y Yue ya deben estar aquí”, comentó Tomoyo mientras pasaban el portón de la casa de Eriol y se dirigían a la entrada. El hogar del mago estaba en una zona de Tomoeda bastante apartada y tranquila, al final de una pequeña pendiente y rodeada por mucha vegetación que mantenía la estructura parcialmente oculta de miradas curiosas.
“No entiendo porque no me dejaste venir de inmediato Tomoyo-chan. ¡Esto es grave!”, se quejó Sakura, quien después de su escena en la mañana tuvo que soportar durante el resto del periodo de clases las risas de sus compañeros por lo ocurrido.
“Ya lo discutimos mil veces Sakura, tú misma dijiste que el peligro había desaparecido. Además ya llevas 4 detenciones este mes por llegar tarde a clases, era necesario que te disculparas con el Sensei y evitaras los problemas de escaparte del colegio. ¿O quieres que te suspendan en tu año de graduación?”.
“¡NO, claro que no!. Pero... la excusa que inventaste de que vi un fantasma me ganó burlas el resto del día”, dijo colorada y con dos lagrimones en los ojos, “¡Fue tan embarazoso!!”.
“¡Hohohohoho!!!, pero funciono ¿no?. ¡Además lo tengo todo grabado!”, dijo con estrellas por ojos y una sonrisa diabólica en los labios, mientras tocaba a la puerta. “Lo voy a llamar ‘La Vergüenza Fantasmal de Sakura-chan’ ¡hohohohoho!!”, antes de que Sakura tuviera tiempo de seguir quejándose, Nakuru les abrió.
“¡Por fin, las estábamos esperando!”, dijo con su habitual entusiasmo, abrazando a ambas al mismo tiempo. “¡Pero no se queden allí, pasen, pasen de una vez!”, las empujó al interior de la casa riendo sin parar.
Una vez adentro, Nakuru las condujo a un amplio y elegante salón decorado al estilo ingles. La chimenea estaba encendida dándole un clima acogedor, y contra ella se recortaba la sombra de una mujer.
“¡Ya era hora de que llegaras kaijuu!”. Touya estaba sentado en uno de los sofás de la estancia, con Yukito a su lado derecho, que sonreía a las recién llegadas.
¿Qué haces aquí Onii-chan?..... y ¡NO SOY KAIJUU!!!”, contestó rápidamente, primero sorprendida y después molesta. La actitud provocadora de su hermano siempre la sacaba rápidamente de sus casillas.
“¿Tu qué crees?. Esta vez no pienso permitir que me dejen de lado. ¡Quiero saber qué rayos es lo que pasa y en que lió te metiste esta vez!!”, dijo bastante irritado como de costumbre.
“¡Yo NO estoy en ningún lio...!!”, comenzó a decir Sakura desafiante, pero Nakuru interrumpió la pelea.
“¡No le hagas caso Sakura-chan, él sólo vino porque no aguantaba las ganas de verme!”. dijo al tiempo que arrojaba sus brazos al cuello del joven como si fueran cadenas. “¡Verdad que sí cariñooooo!”. Touya no hallaba como soltarse de sus garras
“¡Noooo!, y ya suéltame”.
Todos reían divertidos ante la escena ya familiar entre los dos. Por mucho que Touya luchó no logró deshacerse de los cariños de Nakuru que no se despegaba de él.
“¿Dónde esta Eriol-kun?”, preguntó Tomoyo cuando las risas cesaron.
“No debe tardar en llegar”, Spinnel contestó sacando la cabeza de un libro. Kero lo miraba aburrido a más no poder.
Fue entonces cuando la sombra de la mujer cerca de la chimenea, quien había permanecido ajena a toda la conmoción anterior, se movió y las chicas repararon en su presencia. La figura dio media vuelta dando unos pasos hacia ellas descubriendo así sus facciones.
“Ha pasado mucho tiempo”, dijo con una sonrisa, sus ojos brillando divertidos ante la familiaridad en la interacción de sus amigos, “... o es que ya se olvidaron de mí”.
Sakura ladeó la cabeza confundida, pero Tomoyo ya estaba en completo estado de éxtasis. “¡Meyling-chan...! ¡Ohhhhhh Meyling no puede ser!”, dijo al tiempo que corría a abrazar a su vieja amiga de la infancia. “¡Estas aquí, no lo puedo creer!”
Los ojos de Sakura parpadeaban sin parar mientras seguía los detalles del rencuentro. “¡Hoe!!... Meyling-chan, ¿eres tu de verdad?”.
La estruendosa carcajada de Meyling sacudió la habitación en respuesta al típico despiste de su amiga. “¡Jajajajajajaja, tu no cambias Kinomoto!”, dijo al tiempo que se acercaba para darle un abrazo.
“Tu tampoco has cambiado... que gusto me da verte”, contestó Sakura mientras Meyling hacia una cara de protesta poniendo las manos sobre sus caderas.
“¡Oye, claro que he cambiado... ahora soy Li Meyling re-potenciada, mejorada y más loca que nunca!!”. Las tres se echaron a reír como en los viejos tiempos, y Sakura sintió de pronto que las cosas estaban mejorando.
“Veo que ya todos están aquí”. Ocho rostros voltearon hacia la entrada de la habitación. Eriol por fin había llegado.
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Ya todos se habían acomodado en los sillones menos Eriol, que presidía la reunión de pie frente a la chimenea. “Todos estamos aquí por la misma razón: una energía maligna fue liberada esta mañana. Sólo aquellos con magia pudieron sentirla. Me aventuraría a decir que fue lo suficientemente fuerte como para sentirla hasta en el otro lado del mundo”.
“Ve al punto niño, ya perdí bastante tiempo...”, interrumpió Touya bastante fastidiado, no tanto por la espera sino por el agobio de Nakuru, pero Sakura no le permitió continuar. “¡Onii-chan!!! No seas grosero... perdónalo Eriol-kun”. Este sólolimitó a asentir sonriendo, así que Sakura continuó. “Esa energía... ¿Qué era?”
“Creo que esa pregunta debe contestarla Meyling, por eso viniste, ¿no es así?”, contestó mirando a la aludida quien en seguida se puso de pie.
“Así es, estoy aquí porque Sya...”, comenzó a decir pero Eriol la detuvo dirigiéndole una significativa mirada, que la hizo voltear rápidamente hacia Sakura.
De inmediato comprendió que debía ser cuidadosa. Sacudió su cabeza y comenzó de nuevo: “En la familia Li hemos luchado por generaciones contra una maldición muy peligrosa, que tiene el poder de destruir el mundo como lo conocemos ahora. Se supone que esta maldición se manifestaría en dos meses aproximadamente, es por eso que fui enviada, para alertar a Eriol y a todos ustedes sobre ella. No sé nada de lo que pasó esta mañana, pero por lo que me han dicho la energía que todos sintieron… no puede ser sino...”.
“El despertar de Fu-Chou”, completó Eriol y Meyling asintió levemente. Los cuatro guardianes se estremecieron con la mención del nombre pues conocían bien su significado. Pero Touya estaba más confundido que nunca.
“¿Fu-Que...? ¿De qué rayos hablan y qué tiene que ver con mi hermana?”, dijo perdiendo la paciencia para variar. Esta vez fue Eriol quien habló:
“Fu-Chou es la maldición misma y ha despertado. Lo que pretende es bastante sencillo, destruir a todos los descendientes del mago Clow y a todo lo relacionado con su magia, para después completar su misión de adueñarse del mundo y convertirlo en un reino de oscuridad y terror”.
“Pero, ¿por qué Clow?, ¿por qué persigue a los descendientes de Clow?”, se aventuró a preguntar Sakura.
“Porque fue Clow quien creó a Fu-Chou”.
“¡¡¡QUE!!!!”, exclamaron casi al unísono Tomoyo, Sakura y Touya totalmente confusos. Eriol sólo rió entre dientes, nunca se cansaba de desconcertar a la gente y ver sus expresiones aturdidas, ni siquiera en momentos tan serios como este.
Aun sonriendo miró a Kero. “Creo que es hora de relatar una historia Kerberous”.
De inmediato Kero hinchó su pequeño pecho de orgullo y se transformó a su verdadera forma, caminando imponente hacia el frente del salón para tomar el lugar de Eriol. Si algo le gustaba en este mundo a Kero tanto como comer y jugar, era levantar su ego luciéndose con historias de su pasado como fiel guardián del mago Clow. Eriol lo miraba divertido mientras los demás estaban al borde del asiento, ansiosos tanto como temerosos del relato que estaban por escuchar.
“¿Qué no puedes ser serio por una vez en la vida Hiragizawa?”, dijo Meyling bastante estresada. “Este no es el momento de divertirse, ¿cuándo vas a madurar...?”.
“¡Silencio!” mandó a callar Kerberous severamente. Meyling lo miró feo pero este la ignoró, carraspeó un poco y comenzó con el relato:
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“Hace muchas lunas ya, el gran Clow Reed era el mago más poderoso del planeta, famoso por la creación de las cartas y sus guardianes mágicos. Nadie podía compararse a él en poder y sabiduría. Pero esta era también una época de guerras entre los distintos clanes mágicos por el control de la tierra. Clow sabia que tenían que organizarse para imponer la paz, así que decidió reunir a toda su familia dispersa en distintos clanes menores para fundar el Clan más poderoso de Oriente, el Clan del Dragón, el cual tomó el control de la situación y detuvo la guerra. Pero Clow no era su líder como cabía esperarse, sino su hermano mayor Xiao-Feng, quien era un admirado guerrero y un mago poderoso también. Una vez formado el nuevo Clan, Clow se retiró con su recién formada familia a la isla de Hong Kong, dejando todo en manos de su hermano.
Así pasaron los años y el Clan prosperó, ganándose el respeto de la comunidad mágica además de muchos enemigos que ambicionaban el poder de Xiao-Feng. En la misma medida que el Clan crecía y desarrollaba su poder e influencia en China, también las ambiciones de Xiao-Feng lo hacían, pero lamentablemente Clow no lo advirtió a tiempo, sumido como estaba en su vida familiar y en sus investigaciones mágicas.
Xiao-Feng quería más poder, pues secretamente siempre había envidiado a su hermano menor. Su primer paso para lograr sus ambiciones fue atacar a los Clanes de Japón, para expandir su dominio a otras tierras. Traición y chantaje fueron sus principales armas. Todos fueron cayendo poco a poco, pero esto no lo satisfacía, necesitaba un mayor poder mágico para controlarlo todo. Así que después de años de estudios de las artes negras, encontró un hechizo que le daría todo el poder que había soñado.
El hechizo fue consumado y consistió en hacer un pacto con los demonios del Di Yu, el infierno chino. Estos le dieron poder a cambio de permitir que las criaturas de la sombra vagaran por el mundo bajo su mando. Pero lo que ni él mismo sabía es que con el pacto su alma quedaría para siempre atada a los demonios. En verdad se había vuelto completamente loco de codicia. Pronto lanzó sus ejércitos de sombras a conquistar el mundo entero y lograr que todos, incluyendo su hermano Clow, se postraran ante sus pies.
Para cuando Clow supo lo que había hecho su hermano, ya era demasiado tarde para detenerlo. Su reino de sombras se extendía rápidamente devorando toda luz a su paso, alimentándose del miedo humano y destruyendo todo lo puro e inocente. Así que Clow se preparó para enfrentarlo y detenerlo… a cualquier precio. Se sentía, después de todo, culpable por haber dejado el Clan en manos de Xiao-Feng.
Cuando se encontraron la batalla fue dura, Clow estaba agotado pues la magia de su hermano, alimentada por los demonios, era ahora más poderosa que la suya. Por más que intentó disuadir a su hermano de que rompiera el pacto demoníaco no logró nada pues ya poco quedaba de él bajo la influencia de la magia negra. No era sino una mera sombra al servicio de los demonios, así que tomo una decisión, la única opción que le quedaba, aunque las consecuencias de esta trascenderían el tiempo hasta nuestros días.
En un complicado contra-hechizo que requirió de todo el poder que le restaba, Clow tomó un cuchillo y cortó la palma de su mano: ‘Poderes de la oscuridad escuchen mi llamado ahora, pues es el llamado de la sangre que es mas fuerte que cualquier otro pacto. Clamo en nombre de mis ancestros el poder sobre mí misma carne y sangre, que Xiao-Feng sea ligado a mí, que su destino sea el mío, que nuestros corazones sean uno y que su vida quede atada a la mía’. Xiao-Feng miró horrorizado como Clow los había ligado con lazos mágicos. Trato de liberarse, pero ni todo el poder de los demonios podía romper el poder de la sangre.
‘¿Qué crees que haces Clow?. Tu estúpido hechizo no me detendrá, eres un tonto’, gritó a su hermano con una sonrisa de superioridad, sin entender aun las verdaderas intenciones de Clow.
‘Si esta es la única forma de detenerte, entonces que así sea, yo Clow Reed rompo el pacto hecho con los demonios en el nombre de mi sangre’, y así Clow Reed pronunció sus ultimas palabras antes de tomar el mismo cuchillo que había usado antes y hundirlo en su propio pecho. La sangre comenzó a correr también del pecho de Xiao-Feng unido como estaba al destino de Clow. Ambos cuerpos se desplomaron al suelo... sin vida.
Pero las cosas no terminaron allí, los demonios ofendidos con la ruptura del pacto y viendo sus ambiciones truncadas, tomaron el alma de Xiao-Feng y lo transformaron en Fu-Chou, el demonio vengador, quien maldijo la sangre de Clow y a toda su descendencia. ‘Regresaré a vengarme y tu alma nunca hallará reposo al igual que la mía hasta que el mundo haya caído a mis pies, y tu magia y sangre sean borrados de la faz de la tierra’. Con esas palabras desapareció.
Con pasar de los años Fu-Chou regresó a consumar su venganza en tres oportunidades, las tres, fue derrotado y sellado no sin muchas muertes y dolor en los descendientes de Clow, que después de su muerte se reunieron formando un nuevo Clan ahora conocido como la Familia Li. Pero el sello impuesto en Fu-Chou sólo es temporal, lo regresa al mundo de las sombras hasta que recupera el suficiente poder para atacar y consumar su venganza en los descendientes de su odiado hermano, quien no sólo le arrebató la vida, también privó a su alma de descanso y lo condenó a ser el vengador. Ahora en nuestro tiempo y por cuarta vez, Fu-Chou ha vuelto”.
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Todos quedaron inmersos en un silencio expectante después de las palabras del Guardián del Sol. Era difícil asimilar todo lo que había dicho, pues ésta vez el enemigo al que se enfrentaban tenia un poder tan terrible que escapaba a su imaginación y el peligro era enorme para todos. Un susurro apenas audible se coló en el denso silencio.
“¿Cómo podemos enfrentar a Fu-Chou?”.
“Eso escapa de nuestras manos Sakura. En el pasado el Clan Li ha logrado mediante un complicado hechizo sellar el espíritu de Fu-Chou y detener su venganza temporalmente”. Explicó Eriol levantándose de su asiento. “Pero ahora tengo entendido que el nuevo líder del Clan Li ha ideado un plan para detenerlo definitivamente, ¿no es así Meyling?”.
Con una mirada de tristeza la aludida contestó. “Así es, por los momentos nosotros debemos prepararnos para la llegada de los demonios mensajeros que vendrán tras ustedes y derrotarlos. Es lo único que podemos hacer”.
“¡Pero debe haber algo más que pueda hacer... yo quiero ayudar!”, dijo Sakura con urgencia, pues en su pecho latía una sensación de desesperación y angustia que no supo definir. Algo le decía que existía para ella un peligro más allá de la propia maldición.
Eriol le sonrió misteriosamente.
“Estas haciendo mucho más de lo que crees, querida Sakura...”.
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INNER ANGEL
(1) Letra de la canción Black, escrita por Pearl Jam.