Harry Potter - Series Fan Fiction ❯ Severus Snape y el Renacer de los Hollows ❯ Una Niña Seleccionada en Gryffindor ( Chapter 2 )

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Aclaración: Harry Potter y todo su universo es propiedad de J.K. Rowling, autora original del libro. Sólo los personajes originales me pertenecen (lo cual tiene 0 importancia xD). Este es un trabajo hecho por fans para fans...
 
Capítulo 2 - Una Niña Seleccionada en Gryffindor
 
Todo comenzó hace muchos años atrás, cuando estaban aún en Hogwarts.
 
Evelyn Hollow, una niña de aspecto frágil y tímido, con un largo cabello ondulado de color castaño claro y ojos color azul cielo, era uno de los muchos estudiantes de primer año que entraron a Hogwarts ese año. El Sombrero Seleccionador se tomó un instante antes de seleccionarla en la casa de Gryffindor, haciendo que sus nervios aumentaran aún más durante el proceso, pero finalmente corrió a la gran mesa de su casa y se unió a sus compañeros de clase con una amplia sonrisa en su rostro.
 
Severus Snape, un estudiante de Slytherin de quinto año, era un joven alto con un rostro muy pálido, de largo cabello negro y unos ojos oscuros que parecían no tener fondo; no era un chico extremadamente apuesto ni demasiado feo, pero siendo como era, siempre retraído en las sombras, con una obsesión por sus libros de Pociones y Hechizos, y siempre murmurando encantamientos de dudoso origen, la mayoría de las personas estaban de acuerdo que no resultaba demasiado atractivo para el común de las señoritas en Hogwarts. No prestaba atención en absoluto a la ceremonia de selección de casas; por el contrario, estaba mirando fijamente a la mesa de Gryffindor, con una mirada en sus oscuros ojos que sólo reflejaba una cosa: el más puro odio. Estaba mirando a James Potter, un muchacho de Gryffindor que también estaba en quinto año y sus amigos, Sirius Black, Remus Lupin y Peter Pettigrew, “el más miserable de todos” - pensó. Los Merodeadores, como esos alumnos de quinto año de Gryffindor se hacían llamar a ellos mismos, eran conocidos en Hogwarts como los más terribles quebrantadores del orden y las reglas de toda la historia del colegio, dándole a Filch muchísimos dolores de cabeza y a Dumbledore varias carcajadas. Pero Severus los detestaba; él era el blanco de muchas de las bromas de los Merodeadores.
 
“Así que... tu nombre es Evelyn, ¿cierto?”
 
“Ehm...” - Eve Hollow todavía se sentía un poco mareada y aturdida con todos los eventos que habían ocurrido ese día; su viaje en el Expreso Hogwarts, el discurso de bienvenida de McGonagall, la Ceremonia de Selección, así que no se sentía con demasiados ánimos de entablar conversación en ese momento. “Sí... pero todo el mundo me llama Eve...”
 
“¡Ajá! ¡Muy bien entonces, bienvenida a Hogwarts linda señorita! Mi nombre es Sirius Black, alumno de quinto año de Gryffindor, para servirte” - el joven que le hablaba era muy alto y apuesto, su cabello oscuro caía en mechones delante de su rostro con cierta elegancia y sus ojos traviesos llamaban de inmediato la atención. “Y estos son mis amigos, James Potter, Remus Lupin y Peter Pettigrew” - dijo, indicando al chico que se encontraba sentado al lado suyo; su cabello era negro y estaba muy despeinado, sobre todo en la parte de atrás, usaba un par de anteojos y sus ojos color avellana miraban a Eve con una mezcla de curiosidad y arrogancia. Movió su mano derecha a la parte de atrás de su cabello, desordenándolo aún más. Era James Potter. Al frente de él, y sentado al lado de Eve, un chico con cabello castaño claro y un rostro muy agradable ya estaba comiendo la cena que recién había aparecido en los platos delante de ellos. No era tan alto como Sirius o James, y Eve se dio cuenta que en su túnica llevaba una brillante insignia con una gran “P” dorada. Había un leve dejo de tristeza en sus ojos, aunque cuando le sonrió a Eve ella pudo ver que su sonrisa era sincera. Era Remus Lupin. Y junto a él había un chico bastante pequeño que no tenía un rostro agraciado como sus amigos; de hecho, su rostro recordaba un poco al de una pequeña rata, con su nariz puntiaguda y su cabello oscuro como ratón. Y en lugar de tener ojos traviesos o tristes, sus pequeños ojos parecían decir constantemente “no tengo idea de lo que está ocurriendo”, lo que encajaba a la perfección con su sonrisa boba. Ese chico era Peter Pettigrew.
 
“¡Siéntete afortunada, pequeña Señorita Hollow, porque acabas de conocer a los Merodeadores!” - continuó Sirius. “Espero que te diviertas con nosotros tanto como nosotros pensamos divertirnos contigo”.
 
Eve parecía aterrorizada.
 
“Oye, Sirius, ya deja de decirle esas cosas a los de primer año” - dijo Remus con una pequeña sonrisa, mientras Sirius y James estallaban en carcajadas al ver el rostro de espanto de Eve.
 
“OK, OK, lo siento, pequeña Eve, pero no te preocupes: nuestro único objetivo verdadero son los Slytherin, que están por allá” - dijo Sirius, aun sonriendo.
 
“Y hablando del rey de Roma” - dijo James - “Es hora de que sepas que es mejor no acercarse a los Slytherins. Son un grupo terrible de magos tenebrosos, ¿sabías? Mira hacia allá” - apuntó a la mesa de los Slytherin. “Ahí está Lucius Malfoy, el de cabello rubio, con su novia Narcisa Black... Evan Rosier, más allá... Rodolphus Lestrange y su novia Bellatrix Black (ella es la hermana mayor de Narcisa) que están por allá... Avery (¡qué idiota! Le pusimos una Maldición del Estornudo el año pasado... ¡fue tan fácil!)... Oh, y por supuesto, aquel al que realmente no vas a querer acercarte jamás, ese grasiento y seboso tonto de Severus Snape”.
 
“En serio, no te acerques demasiado a Quejicus, a menos que quieras que se te pegue toda su grasa asquerosa” - continuó Sirius, gesticulando de una forma divertida como si de verdad se le hubiese pegado la grasa de la que hablaba, haciendo reír a sus amigos mientras Eve intentaba asimilar tanta información como podía sobre los Slytherins, confiando plenamente en las palabras de sus compañeros de quinto año.
 
“¿Molestando tan pronto a los de primer año, Black?” - preguntó la voz de una chica.
 
Los Merodeadores y Eve se dieron vuelta y vieron a una linda joven con largo cabello rojo y unos hermosos ojos verdes, mirándolos con rabia. James casi de inmediato se llevó su mano derecha al cabello, despeinándolo mucho más.
 
“¡Lily Evans! ¿Enojada con nosotros tan pronto?” - dijo Sirius, con un tono entre divertido y desafiante en su voz. “¡Pero si acabamos de comenzar el año!”
 
La chica pelirroja le dio a Sirius la más falsa de las sonrisas antes de mirar a Remus.
 
“Veo que el Profesor Dumbledore te ha nombrado Prefecto este año, Remus” - dijo la joven, con un poco más de gentileza. “Realmente espero que sepas controlar a tus amiguitos ahora”.
 
“Esa es la idea, Lily” - respondió Remus, bajando levemente su cabeza y sin mirarla a los ojos.
 
“Evans, yo pensaba que ibas a estar disfrutando de la cena con tus adorables amigas, ¿sabes?” - dijo James, quien a diferencia de su amigo miró directamente a los ojos verdes de Lily.
 
“Oh, no te preocupes, Potter, yo voy a disfrutar mi cena. Sólo quiero asegurarme que no sigan molestando a esta niña” - dijo. “Evelyn es tu nombre, ¿verdad? Por favor ven conmigo, no te quedes aquí con ellos, nada bueno sacarás de todo esto”.
 
“Pero...”
 
Eve no pudo decir nada más, Lily ya la estaba ayudando a ponerse de pie y cambiarse a otra silla en la mesa de Gryffindor.
 
“¡Oh, por favor, Evans!” - gritó Sirius, de forma que la chica pelirroja lo pudiera escuchar aún con todo el bullicio del Gran Comedor. “¡¡Somos todos compañeros de Gryffindor!! ¿Qué pasó con el compañerismo y el apoyo mutuo? ¿¡Los valientes leones de Hogwarts!?”
 
Pero Lily lo ignoró por completo.
 
“¡Agh, esa chica tonta!” - dijo Sirius muy molesto. “Ahí se fue la diversión de la noche...”
 
Remus y Peter ya estaban comiendo su cena y pronto se les unió Sirius, todavía enojado con Lily. James, sin embargo, se quedó un rato más mirando hacia la chica pelirroja que se sentó unas cuantas sillas más lejos, y dejó escapar un pequeño suspiro antes de unirse a sus amigos.
 
“Lamento haber interrumpido tu conversación recién, Evelyn, pero en serio, esos tipos no son la clase de gente que debe acompañar a un estudiante de primer año...” - dijo Lily con una voz amable, mientras se sentaba junto a Eve al otro extremo de la mesa de Gryffindor.
 
“Oh... está bien, realmente no me estaban molestando, sólo actuaban... un poco tontos...” dijo Eve, todavía un poco confundida por la escena que acababa de presenciar.
 
“Ellos siempre actúan así” - dijo Lily girando sus ojos. “Por cierto, mi nombre es Lily Evans, los Merodeadores son mis compañeros de clase así que realmente sé de lo que te hablo... ¡De todas formas, espero que lo pases muy bien en Hogwarts!”
 
Lily le dio a la niña de primer año una sonrisa muy simpática, haciéndola sentir mucho más cómoda de lo que la habían hecho sentir Sirius y sus amigos. Eve le agradeció las palabras de bienvenida a Lily y pasó el resto de la cena conversando con sus compañeros de primer año, escuchando de tanto en tanto las historias de los fantasmas de Gryffindor acerca de glorias pasadas y batallas terribles, y disfrutando plenamente su primer día como una estudiante de Hogwarts.
 
*
 
Los días siguientes pasaron de forma muy normal en Hogwarts. Las clases de los alumnos de primer año eran todas relacionadas con los aspectos más básicos de la magia, cursos introductorios y, principalmente, un período de adaptación al nuevo estilo de vida para los jóvenes alumnos, sobre todo para aquellos que como Eve, provenían de familias muggles. Los alumnos de quinto año, por otro lado, asistían a clases sumamente exigentes orientadas a la rendición de los T.I.M.O.s a final de año, por lo que todos los estudiantes debían esforzarse al máximo para poder obtener las calificaciones necesarias para continuar con los ramos de su interés en los dos años siguientes.
 
A mediados de Octubre, cuando ya todos estaban completamente dedicados a sus estudios, apareció un anuncio en cada una de las Salas Comunes que causó conmoción. En grandes carteles que también fueron colgados en algunos pasillos del castillo, se anunciaba la creación de un Club de Duelo, donde los estudiantes de todos los cursos podrían aprender algunas técnicas básicas y avanzadas de duelo entre magos, y poner en práctica sus conocimientos.
 
“¡Esta es nuestra oportunidad para echarle un par de maldiciones a Quejicus!” - fue lo primero que dijo James.
 
“Mmm... el Club de Duelo comienza el 19 de Noviembre y la final es el 30... ¡Qué bien! ¡Podré asistir!” - dijo Remus con alegría, verificando la fecha de la luna llena de ese mes.
 
“¡Al fin! Nuestra oportunidad de demostrar que somos más que un grupo de quebrantadores de reglas... ¡Demostrar que somos unos genios!” - dijo Sirius, la emoción y ansiedad brillando en sus ojos - “¡Y vaya si se lo vamos a demostrar a todos! Miren, McGonagall será uno de los profesores y jurados del Torneo Final... ¡Debemos hacerla sentir orgullosa de tenernos en su casa!”
 
“Aaaay... ¡Oh, no!” - se quejó Peter. Cada vez que los Merodeadores se enfrentaban en duelo, Peter era el que recibía todos los hechizos. Sencillamente no tenía talento para los duelos entre magos.
 
 
“¡Miren esto, pero si no es la pequeña Eve!” - gritó de pronto Sirius, haciendo que Peter diera un pequeño brinco. Eve venía entrando recién a la Sala Común de Gryffindor después de una agotadora clase de Transfiguración en la que habían tenido que intentar transformar un erizo en un cojín de alfileres. A pesar de la timidez inicial con la que llegó a Hogwarts, en el tiempo que llevaba compartiendo con sus demás compañeros de Gryffindor, sobre todo con los terribles Merodeadores, Eve había comenzado a desarrollar una personalidad más bien desenfadada para defenderse acertadamente de las agudas bromas de Sirius y sus amigos. Encontrarse cara a cara con ellos justo al entrar a la Sala Común era lo último que Eve hubiese querido, y no pudo evitar una pequeña mueca de incomodidad.
 
“Ah... hola Sirius...” - fue lo único que Eve se limitó a decir, haciendo un breve saludo con su mano derecha al resto de los Merodeadores y haciendo ademán de dirigirse rápidamente al dormitorio de las chicas.
 
“Pero... ¿¡Qué forma de saludar a tus compañeros de mayor grado es ésa!? ¡Ven inmediatamente acá!” - regañó Sirius, haciéndole una enérgica pero divertida señal a Eve para que se acercara a ellos.
 
La estudiante de primer año se acercó a los Merodeadores sin demasiado ánimo, arrastrando pesadamente los pies y con la cabeza gacha, como esperando de antemano algún tipo de comentario burlón o broma de mal gusto. Sin embargo, al llegar hacia donde estaban sus compañeros de quinto año, el gran cartel del Club de Duelo atrajo de inmediato su atención.
 
“Muy bien, señorita, veo que estás entrando en razón” - dijo Sirius. “Ahora bien, ¿cómo es el saludo correcto a tus mayores? Hey... ¡Evelyn!”
 
Eve se encontraba tan absorta leyendo el cartel que ni siquiera escuchaba las palabras de Sirius. En cambio, pudo escuchar muy bien las palabras de Remus que se encontraba al lado suyo, también leyendo el cartel.
 
“El ganador del Torneo Final recibirá doscientos puntos para su casa...”- leía en voz alta Remus - “No está nada de mal, los Ravenclaw han ido sacando un poco de ventaja últimamente...”
 
“¿En verdad los de primer año también podremos participar?” - preguntó Eve - “Aunque seguramente no tendremos ninguna posibilidad en el Torneo...”
 
“¿¡Evelyn!?” - llamó Sirius con exasperación. Detestaba que lo dejaran hablando solo, mucho más si se trataba de una chica.
 
“¿Ustedes también van a inscribirse?” - preguntó Eve directamente a Sirius, quien se quedó un tanto perplejo ante la pregunta.
 
“¿Nosotros qué...? ¡Ah! ¡Por supuesto que sí!” - respondió Sirius con entusiasmo. “Tenemos muchos intereses en juego en este Club de Duelo... honor, gloria, los puntos para Gryffindor... otros querrán dedicarse a tratar de impresionar a cierta estudiante pelirroja, ¿cierto, James?” - dijo Sirus, elevando un poco más la voz al concluir la frase.
 
James fulminó a Sirius con la mirada; en ese preciso instante, Lily Evans bajaba las escaleras que conducían al dormitorio de las chicas junto a sus amigas y entraba a la Sala Común. Varios muchachos dirigieron discretamente su mirada hacia la linda pelirroja, que caminó con paso seguro hacia donde se encontraba el cartel del Club de Duelo.
 
“¡Evans!” - la llamó de inmediato James, con una sonrisa deliberadamente casual en su rostro, y una voz muy segura y varonil. Llevó su mano derecha a la parte de atrás de su cabeza casi mecánicamente, desordenando su ya despeinado cabello, sin poder evitar mirar de reojo a Sirius, que aguantaba apenas una carcajada descomunal ante la jugada impecable de su amigo.
 
“No te molestes, Potter, ya sé lo del Club de Duelo y, sí, pienso inscribirme” - dijo de inmediato Lily, dejando a James con las palabras en la punta de su lengua, mientras pasaba junto a él para ubicarse al lado de Remus y Eve. “Esos doscientos puntos definitivamente deben venir a Gryffindor...” - dijo pensativa. “Remus, ¿te vas a inscribir también? Tus encantamientos de defensa son increíbles, seguro que podrás llegar muy lejos en el Torneo...”
 
“Pienso inscribirme, pero no estoy tan seguro de llegar a la final...” - dijo Remus, sin mirar directamente a Lily. “Si tú te inscribes, es más que seguro que pronto estaré fuera de competencia” - agregó, sonriendo amablemente.
 
“Oh, no estoy tan segura. Escuché de alguien que pretende impresionarme con sus habilidades, así que tal vez esa persona decida dejar de hacerse el gracioso un tiempo y esforzarse en serio...” - dijo Lily sin inmutarse, al tiempo que Sirius tuvo que retirarse lejos para poder contener sus carcajadas, mientras que el rostro de James se ponía cada vez más lila. “Pero” - siguió Lily, girando su cabeza y mirando directamente a James con sus impresionantes ojos verdes - “Yo también pienso esforzarme al máximo, así que ese alguien tendrá que tener mucho cuidado”.
 
Se produjo un silencio muy incómodo, durante el cual James apenas pudo sostener la mirada de Lily en un verdadero duelo de voluntades, mientras deseaba en lo más profundo de su ser echarle una Maldición del Silencio Eterno a Sirius.
 
“Entonces, Eve” - dijo Remus con voz firme, momento que aprovechó James para apartar su mirada de los ojos de Lily - “¿Te unes también al club? He escuchado que te ha ido muy bien en tus primeras clases de Defensa Contra las Artes Oscuras...”
 
“Así como también en Encantamientos, Transfiguración, Pociones... cada una de las asignaturas” - agregó Sirius, que ya había logrado controlar su ataque de risa y volvía al ataque. “Pero definitivamente tu fama viene de la clase de Defensa... el Profesor Crane nos ha hablado de ti, jovencita” - Eve lo miró espantada - “Sí, no me mires con esos ojos, Crane habla muy bien de ti, la revelación del Primer Año, la promesa de las nuevas generaciones... yo creo que debieras inscribirte”.
 
“Yo también lo creo. Además, el cartel dice claramente que el Club de Duelo está abierto a estudiantes de todos los cursos” - continuó Remus, mientras extrañamente James parecía escudarse de un terrible enemigo detrás de Peter, con Lily aún mirándolo con sus ojos como filosas espadas. “Y la verdad, los comentarios del Profesor Crane nos tiene a todos entusiasmados...”
 
“¡En resumen, la curiosidad nos mata, pequeña Hollow! ¡Inscríbete, te lo rogamos!” - imploró finalmente Sirius.
 
Eve leyó nuevamente el cartel en silencio y pronto se encontró con Sirius y Remus mirándola con ojos expectantes, con amplias sonrisas de curiosidad culpable en sus rostros.
 
El Club de Duelo comenzó el 19 de Noviembre como anunciado y realmente fue una gran experiencia para todos los estudiantes que se inscribieron. Los profesores que impartían las clases comenzaron con las reglas básicas de un duelo entre magos, las que incluían saludar siempre con una reverencia a su adversario antes de comenzar, y luego atacar utilizando todo el ingenio y habilidades que uno dispusiera, exceptuando por supuesto la utilización de Maldiciones Imperdonables. Claro que, como bien lo señalaron los mismos profesores, la primera regla de cortesía solía dejarse de lado a la hora de enfrentarse con un verdadero enemigo.
 
Aunque cada vez que se encontraban parecían salir chispas de odio de sus ojos, Severus y James no pudieron echarse ningún tipo de maldición terrible durante las dos semanas que duró el club, gracias a la constante vigilancia de los profesores mientras se llevaban a cabo las clases. Aún así, cada vez que por azar Severus y James debían enfrentarse en duelo, las miradas de ambos dejaban más que claro que se detestaban hasta lo más profundo de su alma, y cualquiera podía darse cuenta que apenas un profesor se distrajera en el momento equivocado, ellos de inmediato pondrían el peor maleficio que tuvieran en mente a su adversario. Quizás los profesores notaron eso, porque tomaron precauciones extremas de vigilancia cada vez que ellos se enfrentaron. Peter Pettigrew, como siempre, terminó en la enfermería por lo menos unas veinte veces durante esas dos semanas; por otro lado, Remus y Sirius se las arreglaron para enfrentarse en duelo casi siempre los dos, y sus carcajadas llenaron el amplio salón de clases donde se reunía el club cada vez que Remus usaba un hechizo Cara de Mono en Sirius y éste un hechizo de Cuerpo de Niña en Remus. La Profesora McGonagall tuvo que intervenir finalmente para detenerlos, dándoles un severo sermón y dejándoles muy claro que no llegarían demasiado lejos en un verdadero duelo de magos si iban a utilizar esos hechizos ridículos e inservibles en sus adversarios.
 
Lily Evans tuvo un desempeño notable durante las clases de duelo, reafirmando su fama de una bruja impecable a la hora de realizar encantamientos, extremadamente rápida y precisa en sus movimientos de varita.
 
Pero la estrella del Club de Duelo en esa ocasión fue indudablemente Evelyn Hollow. A pesar que se había inscrito en las clases de nivel básico de duelo junto con sus compañeros de primer año, pronto se encontró a sí misma enfrentando a alumnos de cursos superiores, en gran parte gracias a las insistencias del Profesor Crane, que disfrutaba enormemente de un buen duelo entre magos. Nadie podía creer que una alumna de primer año, y encima hija de muggles, pudiese tener semejante talento al batirse en duelo casi comenzando el año escolar, pero los movimientos de Eve, aún cuando en ocasiones utilizaba hechizos realmente básicos, se caracterizaban por su estrategia y exactitud; jamás realizó un encantamiento innecesario y el orden de utilización de cada uno de sus hechizos era sumamente lógico y efectivo. “Talento natural”, como exclamaba con entusiasmo el Profesor Crane a todo aquel que quisiera escucharlo, feliz de poder contar con semejante alumna en su curso.
 
Sin duda, la mejor parte de todo su desempeño durante las clases de duelo fue cuando tuvo que enfrentarse con Narcisa Black, la novia de Lucius Malfoy. La joven de Slytherin tenía una fama terrible de tramposa a la hora de enfrentarse en duelo con otro mago, algunos rumores incluso hablaban que una vez se había trenzado a golpes con otra bruja, al viejo estilo muggle. Gracias a esto, todos sus compañeros de casa estaban convencidos de que se encargaría rápidamente de derrotar a la niña de primer año de Gryffindor. Pero algo salió mal para Narcisa; quizás fue su exceso de confianza, la extrema vigilancia de los profesores o tan sólo el increíble talento de Eve, pero su pobre desempeño, arrojando hechizos completamente al azar y descuidando completamente su entorno, sólo sirvió para que fuese derrotada en menos de cinco minutos, luego de que Eve sin mayor esfuerzo lograra hechizar su túnica y taparle el rostro con la capucha, apoderándose velozmente de su varita y la victoria.
 
Narcisa, con el largo cabello rubio despeinado tras librarse de la capucha de su túnica, corrió a los brazos de Lucius llorando y gritando de forma muy histérica, profundamente humillada, y entonces los alumnos de cursos superiores de Slytherin rodearon rápidamente a Eve, con sus varitas listas. De pronto, Eve ya no era la increíble bruja que había derrotado a una alumna de quinto año de Slytherin tan fácilmente, sino que nuevamente era la pequeña y tímida niña de once años, alumna de primer año de Gryffindor, rodeada de un gran grupo de alumnos mayores que la detestaban y estaban listos para atacarla. Ella miró desesperada a su alrededor y vio a la Profesora McGonagall acercándose rápidamente junto con el Profesor Dumbledore; también vio a algunos de sus compañeros de primer año, otros de tercero, a Lily y los Merodeadores (Sirius, James y Remus; Peter acababa de ser enviado a la enfermería, nuevamente), intentando llegar hacia donde se encontraba ella. Y también vio... a Severus Snape. Pero él no se encontraba en el grupo de Slytherins que la estaban rodeando, sino mucho más apartado, mirándola fijamente. A Eve no le gustó para nada esa mirada; era fría y calculadora.
 
Cuando los Slytherins vieron acercarse al Prof. Dumbledore se alejaron rápidamente, dejando a una Eve muy asustada y nerviosa. Remus y Lily la ayudaron a calmarse un poco, algunos de los compañeros de Eve también la asistieron, felicitándola por su increíble victoria, mientras James y Sirius murmuraron unos duros improperios a los de Slytherin, los cuales afortunadamente no alcanzó a escuchar la Prof. McGonagall.
 
Finalmente llegó el Torneo Final, el día 30 de Noviembre. Las largas mesas del Grán Salón fueron removidas y en su lugar habían muchas bancas y sillas, donde estaban sentados los profesores y una gran cantidad de alumnos. En la mesa del jurado se encontraban el Prof. Crane, el alto y delgado profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, la Prof. McGonagall de Transfiguración, el Prof. Flitwick de Encantamientos, y el Prof. Dumbledore, el Director del Colegio. El Torneo fue uno de los mejores eventos ese año en Hogwarts; todos los participantes utilizaron sus mejores hechizos y contrahechizos (incluso Sirius y Remus, quienes esta vez demostraron sus verdaderas habilidades en duelo con encantamientos realmente efectivos y elegantes, aunque se quejaron constantemente de la falta de diversión y risas durante el torneo), y pronto, uno por uno, algunos estudiantes iban quedando fuera de la competencia. El resto de la escuela, tanto profesores como alumnos, apoyaban y daban ánimos a sus casas respectivas, ansiosos por obtener los tan preciados doscientos puntos, y en general todos los maestros estaban orgullosos por el notable desempeño de sus estudiantes.
 
Fue en este ambiente bullicioso y excitante, en medio de hechizos y contrahechizos, con toda la algarabía que despertaba cada nuevo duelo entre magos, que ambos se encontraron cara a cara por primera vez.
 
Severus Snape y Evelyn Hollow nunca habían prestado mayor atención el uno al otro; al pertenecer a cursos distintos, muy rara vez se topaban en los pasillos y de todas formas ninguno le daba mayor importancia a la existencia del otro, ni siquiera Eve, que había decidido ignorar los consejos que le habían dado los Merodeadores su primer día en Hogwarts. Y allí se encontraban, enfrentados por una serie de eventos en uno de los duelos de la etapa semifinal. A nadie le sorprendió que Severus llegase tan lejos en el Torneo, todos sabían que era un excelente alumno y un verdadero genio de los hechizos y maldiciones, incluso cuando era estudiante de primer año; pero todos estaban muy sorprendidos que la joven Eve hubiese llegado a esta etapa. Varios notaron la increíble coincidencia que los enfrentaba; Severus, cuyos conocimientos mágicos eran muy superiores a los de sus compañeros en primer año, ahora debía enfrentar a otra niña de primer año que tenía el mismo nivel de conocimiento que él ostentaba al llegar a Hogwarts, o incluso superior. Pero aún así, Severus se sentía confiado, más aún al divisar una leve sombra de vacilación en los ojos de Eve. “Está nerviosa... excelente...” - pensó. “Esto será fácil...
 
El Profesor Slughorn, del ramo de Pociones, oficiaba como árbitro del Torneo. Hizo una breve seña a Severus y Eve para que se acercaran y saludaran.
 
“¿Estás lista para comenzar el duelo, sangre sucia?” - murmuró Severus de forma que sólo Eve pudiese escucharlo. “¿O acaso no tienes idea en qué consiste un verdadero Duelo de Magos?”
 
“Por supuesto que lo sé” - respondió ásperamente Eve, también en un susurro. “¿Acaso no viste lo que le pasó a tu amiga Narcisa?”
 
Comenzó el duelo. Fue uno de los enfrentamientos más tensionantes y emocionantes del Torneo, por todo lo que implicaba. Todos estaban muy expectantes al ver el duelo entre dos excelentes contrincantes, más aún porque se trataba del clásico enfrentamiento entre las casas de Gryffindor y Slytherin. Severus y Eve dieron verdaderas muestras de estrategia y lógica en sus ataques, el primero de forma muy calmada y elegante, atacando en el momento preciso y defendiendo cuando era necesario, y la segunda de un modo más temperamental e impulsivo, producto de sus cortos años, pero igualmente certera y segura de sí misma. A pesar de la apariencia de extrema confianza en su victoria que mostraba Severus, la pequeña Evelyn no dejó que esto la intimidara, y así pasaron diez minutos de intenso enfrentamiento durante los cuales ambos se vieron en serios aprietos más de una vez. Hubo momentos en que la victoria parecía asegurada para el increíble talento de Eve, y otros en que Severus estuvo a punto de derrotarla de forma implacable.
 
Y entonces, ocurrió.
 
De todas las humillaciones que había tenido que soportar por parte de los Merodeadores, de todas las pesadillas más terribles que había tenido... esto era sin duda lo peor.
 
Eve utilizó un hechizo de Mente en Blanco en Severus en una milésima de segundo en que él bajó la guardia, gracias a una increíble distracción que la misma niña de primer año había creado, algo que nadie en Hogwarts había visto nunca. En cosa de segundos, el cuerpo de la joven irradió una luz blanca tan intensa que encandiló a todos los que estaban mirando el duelo en ese momento, instante que aprovechó para poner el embrujo en Severus, quien se quedó con la mente absolutamente vacía. En el momento en que recobró sus pensamientos, vio que la intensa luz había desaparecido, su varita salía disparada lejos con un claro “¡Expelliarmus!” y luego volaba velozmente hacia la mano de Evelyn, tras su orden de “¡Accio vara!
 
Toda la audiencia se quedó en silencio durante unos segundos y luego estalló en fuertes aplausos y ovaciones. Nadie podía creer lo que había presenciado, el duelo había sido tan increíble, tan emocionante, que varios incluso pedían a gritos que se premiara a ambos alumnos por semejante demostración de utilización de magia. Los compañeros de clase de Eve corrieron a saludarla, lo mismo hicieron los Merodeadores, que ya soñaban entre lágrimas con los doscientos puntos para Gryffindor, y todos los presentes coincidían en que ese había sido sin duda el Duelo entre Magos más mágico que habían presenciado. Pero nadie pareció notar que Severus se alejaba rápidamente del centro del bullicio donde los Merodeadores elevaban al cielo una y otra vez a una Evelyn que chillaba de susto, pasaba al lado de los Slytherins que ni siquiera le dedicaron una palabra de felicitación por su increíble desempeño, y se encontraba de cara con Narcisa, que lloraba de rabia.
 
“¡Se suponía que debías vengarte por mi humillación! ¡¡Pero esa sangre sucia te derrotó!!”
 
A pesar de todo el bullicio reinante en el Gran Salón, Eve alcanzó a escuchar las palabras de Narcisa y dirigió una rápida mirada hacia donde se encontraba Severus, justo a tiempo para ver como la bella joven de cabellos rubios depositaba una bofetada llena de ira en el rostro del joven de quinto año, para luego echarse a correr entre lágrimas, seguida de cerca por su hermana Bellatrix. Evelyn sintió que sus entrañas se recogían ante la escena y no pudo evitar un sentimiento de lástima por el joven Slytherin, quien ahora se retiraba tranquilamente y completamente solo del Gran Salón. Pero, mientras seguía a Severus con la mirada mientras éste se retiraba, se encontró súbitamente con los brillantes ojos azules del Prof. Dumbledore, quien la miraba por debajo de sus lentes de media luna con una seria expresión de preocupación. Eve, que ya había logrado librarse de los sofocantes abrazos de Sirius, James y Remus, palideció un poco y desvió su mirada. En medio de las felicitaciones y los abrazos de otros alumnos de Gryffindor, se excusó argumentando una necesidad imperiosa de ir al baño y salió corriendo del Gran Salón.
 
Momentos después, y ante la consternación de todos, el Prof. Slughorn leyó un anuncio que causó conmoción. La alumna Evelyn Hollow había sido encontrada desmayada en uno de los baños de mujeres del primer piso, y ahora se encontraba en la enfermería, incapacitada para continuar participando en el Torneo.