Saint Seiya Fan Fiction ❯ La Letra Pequeña ❯ Noviazgo sin verse las caras ( Chapter 3 )

[ T - Teen: Not suitable for readers under 13 ]

N/A: Espero que la presentación de Alisa les haya gustado. Estén alertas de los cambios de locación y de cualquier frase puesta de este modo: "::frase::" pues indica una acción realizada durante el dialogo. Les pido de favor que sumen 2 años a las edades de todos los personajes propios de la serie. El fic se sitúa un año después de la batalla contra Hades.

 

Algo que quisiera que tuvieran en cuenta es que en ciertas partes de los diálogos de Alsacia, palabras u oraciones aparecerán en cursiva. Esto indicará que Alsacia está hablando en castellano. Tengan en cuenta esto para todos los demás capítulos.

 

¡¡AGRADEZCO de corazón la ayuda de mis lectoras de prueba, Yukime-chan y Aiosami por los ánimos que me dieron!!

 

Saint Seiya, y los personajes asociados al manga, son ideas originales del Sr. Kurumada y la Toei. Yo nada más estoy pasando un momento de ocio al divertirme con ellos y hacerlos sufrir. Cierto verso que aparece en el primer párrafo pertenece a la Ilíada, que se supone compuso Homero. No estoy ganando dinero con esto, así que no me demanden… y si lo hacen, bueno, desde ya les digo que mejor demandan a mis padres que ellos aún me mantienen y todo mi dinero proviene de ellos. Lo único que me pertenece de esta historia son los personajes que he creado y la situación en lo que los he metido.

 

Si me plagian (como ya me pasó con uno de mis fics), lo sabré, no crean que no. Soy civilizada y me siento generosa, nada más les enviaré las 7 plagas bíblicas de Egipto si los descubro XD.

 

 

ADVERTENCIA.

El mal humor puede provocar una úlcera. Los demás no tienen la culpa si las cosas no salen como uno las ha planeado.

 

 

Capítulo 3.

Noviazgo sin verse las caras.

 

 

"¡Canta, Oh Musa, La Cólera Del Pélida Aquiles!; Cólera Funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes…" ¡HEY! ¡Un Momento! Así empieza la Ilíada. Disculpen mi falta de originalidad, y mis disculpas a Homero, quien se ha de haber revolcado en su tumba un buen rato. Ocurre que al intentar describir el mal humor con el que quedaron Milo y Alisa durante los días que siguieron, esos primeros versos de aquél increíble poema se me pegaron como chicle en el zapato. Pero ya lo superaré algún día, como espero que ustedes también lo superen.

 

Pero no me alejo tanto de la verdad, ya que Milo estuvo terriblemente insufrible toda esa semana y la que siguió, al igual que Alisa, aunque ésta como había roto con su novio en la tan violenta manera por todos conocida, las cosas se potenciaban para peor en su caso. Ambos estaban tan bravos que ni siquiera podían concentrarse en su trabajo, mucho menos con ambas familias pululando alrededor de ellos organizando la bendita boda, muy para pesar de ambos, que no querían ni casarse ni hacer tanto escándalo al respecto. Pero bueno… ellos no tenían ni voz ni voto en el asunto.

 

Mientras que en la estación de la 4ª Compañía de Bomberos el hecho que la boda de Alisa era seguro y que era imposible no notarlo (Alisa estaba literalmente tratando todo a patadas), en el Santuario las noticias de la boda fueron tomadas con escepticismo, ya que parecía demasiado inverosímil como para ser cierto. Saga ya había regañado varias veces a Kanon por difundir rumores malintencionados respecto de la vida amorosa de Milo. Máscara Mortal, Shura y Aldebarán, aunque convencidos de que el santo de escorpión era un soltero sin remedio que se iba detrás de la primera falda que se le cruzaba, no encontraron nada mejor que caerle con las bromas más variopintas a Milo, quien en su afán de evadir el tema, sólo se limitaba a gruñirles. Los demás caballeros dorados, con un poco de más tino, ni siquiera comentaban el asunto, pese a que en primera instancia, sí se sintieron sorprendidos (¡Y BASTANTE!), Luego lo tomaron como broma atrasada de día de inocentes.

 

Los únicos que sabían de que no era broma, aparte de Shion, Kanon y Athena, eran Camus, Shaka y Aioros. Los tres santos habían sido llamados ante la presencia del Patriarca, quien luego de explicarles la situación, les había pedido de favor que intentasen al menos apaciguar el terrible temperamento de Milo, que empeoraba cada día que pasaba, y que además mantuvieran un perfil bajo. Claro que Camus tenía una ligera sospecha desde antes, ya que ese mismo día, más temprano, su compadre Milo le había pedido si podía usar la armadura de escorpión por él hasta finales de mes (a lo que obviamente se había negado). Este pedido de Shion no dejó de provocarles una sorpresa enorme.

 

Flashback.

 

"Perdón, no estaba prestando la debida atención." Interrumpió Shaka. "¡¿Su Excelencia Dijo Que El Caballero De Escorpión Contrae Nupcias?! ¿En Serio?" Preguntó impresionado como pocas veces había estado antes y  tentado de abrir los ojos. "¿¿MILO se casa??"

 

"¡No Me Diga Que Se Casa Apurado, Excelencia!" Camus, para variar, molesto y pensando ya en algún regaño para su amigo. "¡¡LE DIJE MIL VECES Que Tuviera Cuidado!!"

 

"¿Y Con Cuál De Todas Sus AmigasSe Casa?" Preguntó Aioros, sacando cuentas mentales. "A Milo Sólo Le Conozco Amigas, pero Ninguna Noviaestable… ¿Con quién…?"

 

"Con ninguna que él conozca." Aclaró Shion con calma. "Es un matrimonio que sus padres arreglaron con los padres de la chica. Es más: no sabe ni como se llama."

 

        Los tres dorados hicieron un gesto como quien hubiera visto algo en extremo doloroso cuando oyeron estas palabras. Shion suspiró y prosiguió con su relato.

 

Fin del Flashback.

 

 

        Pese a cualquier esfuerzo, nada parecía surtir efecto en el santo de escorpión. No todo estaba perdido, ya que si bien habían podido hacer muy poco, algo es algo y peor es nada. Camus, fuera de tener que aguantar las casi eternas letanías de su mejor amigo, que se quejaba de su suerte y de los efectos nocivos del alcohol, se había propuesto como desafío personal hacer que Milo se hiciese de la idea que pronto sería un hombre casado y que tendría que dejar algunas mañas, aunque no conociera a la novia. No obstante, siempre terminaba regañándolo.

 

Para colmo, ese mes Milo se puso más territorial que de costumbre. No cesaba de atormentar a los soldados para que hicieran bien su trabajo, y al no estar de buen talante, los pobrecitos casi lloraban de miedo cuando veían que se acercaba. En este sentido, Aioros había sido de gran ayuda, no sólo salvando la vida del ocasional 'cabeza de aire' (por falta de una mejor expresión) que le llevaba la contra al Escorpión, sino que además él y Shura se lo llevaban de juerga en juerga todas las noches para que se relajara, dejándolo más borracho que una cuba a la mañana siguiente. Shura era uno de los santos dorados que más bromas le jugaba respecto de su matrimonio, pero cuando Aioros le había dicho que Milo estaba "deprimido" y necesitaba "animarse", el santo de capricornio había decidido de corazón ayudar a su compañero de armas y había dejado de jugarle bromas.

 

Shaka por su parte… nada más se limitaba a escucharlo, sin intervenir más que lo necesario. En cierta ocasión le había sugerido que a lo mejor meditando se calmaba un poco, y como a Milo le pareció una buena idea, le hizo caso… claro que al cabo de unas horas de meditación (o de siesta), en vez de dejar la mente en blanco como debería haberlo hecho, recapitulaba todo lo que le había acontecido y recordaba el contrato. Su enfado subía a niveles tan increíbles que en cierta ocasión hasta le hizo perder la concentración al mismísimo Shaka.

 

Flashback.

 

"¡¡MILO!!" Shaka sonaba como si hubiera mordido un ajo.

 

"¡¿QUÉ?!" Pero Milo no sonaba mejor… claro que se quedó de una pieza cuando vio que Shaka tenía los ojos abiertos de par en par, que lo miraba fijo y nada feliz.

 

"¡Me Estás Desconcentrando!" Gruñó Shaka entre dientes. Milo se encogió de hombros y decidió que mejor era retirarse antes que a Shaka se le ocurriera privarlo de algún sentido.

 

"¡Ni Modo! Al cabo que ni quería meditar."

 

Fin de Flashback.

 

        Habían sido dos semanas muy agitadas, con cero resultados, que se ponían cada vez peor a medida que la fecha de la boda se acercaba. El mal humor de Milo ya no hacía reír a nadie y ya molestaba a los demás santos: Saga entrecerraba los ojos cada vez que lo veía, Máscara Mortal ya no le hacía bromas y Afrodita le obsequió pastillas tranquilizantes. Shion estaba preocupado, y aunque Athena parecía del todo entusiasmada… también se sentía algo aprehensiva al respecto. Más aún cuando ya sólo faltaban dos días para la boda.

 

        Luego de hablar con el Patriarca una vez más, Camus y Aioros bajaron hasta la casa de Virgo. Una vez dentro se acercaron hasta el sitial en donde Shaka solía meditar con paso decidido. Aioros iba a abrir la boca para llamar su atención, pero…

 

"Ya sé a lo que vienen." Dijo Shaka sin moverse de su posición y sin dejar de levitar.

 

"¿Ah sí? ¿Cómo lo sabes?" Preguntó el santo de Sagitario, aunque presentía la respuesta. Shaka suspiró, sonrió y decidió dejar de meditar.

 

"Porque creo que tuvieron la misma idea que yo." Shaka reparó (de algún modo, no me pregunten) en la carpeta que Aioros traía consigo. "Si eso es lo que creo, hasta se me adelantaron."

 

"Es hora que Milo sepa quien es su novia, aunque la idea no le guste. Al fin y al cabo, tendrá que estar casado con ella por lo menos los dos años a los que le obliga el contrato." Comentó Camus muy serio. "Venimos de hablar con su Excelencia, y nos dio esa carpeta. Dijo que nos ayudaría. Espero que no se lo tome a mal."

 

"Además nos dijo que la chica también firmó el contrato bajo circunstancias similares a las de Milo y que reaccionó muy mal cuando lo supo." Aioros no pudo evitar sonreír. "¡Vaya Coincidencia!"

 

"Hmm. Eso los deja al mismo nivel." Shaka bajó hasta el nivel del suelo. "De cualquier modo hay que suavizarles el terreno. Si ambos están enojados, seguro que querrán descargarse con el otro y eso puede ser muy perjudicial. ::piensa:: Creo que tengo algo en el refrigerador que podamos comer mientras conversamos con Milo."

 

"¿Palitos de zanahoria y de apio, sin salsa ciboulette, para comer, y agua mineral sin gas para beber?" Preguntó Camus a desgano, interpretando el sentir de Aioros: ambos esperaban algo con… más carbohidratos.

 

"::¬¬'':: ¿Algún problema con eso?"

 

"Para nada. Iré por el alacrán." Camus se encogió de hombros y salió de la casa de Virgo raudamente. Aioros sonrió entre dientes.

 

"Bueno… Hay que esperar a que lleguen…" Comentó mientras hojeaba el expediente.

 

Casa de Alisa…

 

Allí estaba Alisa. Sentada en su cama, de piernas y brazos cruzados, con el aspecto de una niña castigada por alguna travesura de la cuál no formó parte. Estaba enojada… no hacía 5 minutos que había terminado de cerrar la última caja con sus cosas, dejando fuera sólo lo necesario. Aún no se lo habían confirmado, pero era obvio que tendría, 'como mujer casada,' que vivir en otro lugar. Lo que sí era seguro es que al día siguiente vendrían por sus cosas. Alisa gruñó de rabia y se tumbó sobre su cama, golpeando el colchón y sin dejar de gruñir. Dentro de dos días sería la esposa de alguien que no conocía y creánme, no podía haber un sentimiento más desagradable que ese.

 

Eso era lo peor de todo. Ni siquiera el hecho que estaba literalmente bajo arresto domiciliario, bajo custodia de sus padres, era peor… Les explicaré al respecto en forma breve: había intentado salir del país hacía 3 días, pero no se había fijado que, por el contrato, tenía una orden de arraigo y ni bien intentó cruzar Policía Internacional en el Aeropuerto, la arrestaron y regresaron a casa. Feh, si hubiera sabido ese detalle, o hubiera salido por tierra o usado otra identidad, pero no. El destino parecía creer que la ironía era divertida en su caso.

 

Demás está en mencionar que el último mes no había sido precisamente Miss Simpatía. Las únicas 3 personas que no habían sido el blanco de sus iras habían sido Alsacia y sus hermanas. Al comprender la situación de Alisa, habían sabido manejar sus estados de animo. Fuera de ellas, la chica se había dado el lujo de tratar a todo el mundo literalmente a la patada: incluso había abierto las puertas de un ascensor varado entre pisos con los brazos y sin herramientas.

 

"Alisa, ¿Puedo pasar?" Preguntó Alsacia de improviso, dando golpecitos en la puerta.

 

        Alsacia esperó unos segundos. Sabía perfectamente que Alisa estaba allí dentro, pero no entró. Sabía que tenía que tener mucho tino. Medio minuto después, oyó un gruñido que podría haberse interpretado como un 'sí'. Sin esperar más que eso, Alsacia irrumpió en la habitación como un huracán y saltó encima de la cama de Alisa, quien si se movió fue debido al salto que su amiga había dado.

 

"¿Qué quieres?"

 

"¡Adivina lo que tengo aquí!" Alsacia exclamó con una gran sonrisa, que no obtuvo la respuesta esperada, pero eso era de esperarse. "¿No me vas a preguntar?"

 

"¿Para qué? No traes nada en tus manos." Alsacia entonces sacó una libreta de su bolso.

 

"Tu mamá se muere de ganas de hablar con alguien, en vista que apenas sí le hablas. Llegué hace una media hora, y como la vi tan solita y desolada, decidí preguntarle sobre quien es tu prometido, ya que no me dices nada, y me moría de la curiosidad."

 

"No te digo nada, porque no quiero saber nada, y NO SÉ nada de él."

 

"El asunto es que ni bien le pregunté, tu mamá me dio hasta la dirección del tipo ese. ¿No tienes curiosidad?" Comentó mientras hojeaba su libreta. Alisa suspiró disgustada.

 

"No."

 

Casa de Virgo…

 

"No." Dijo Milo de brazos cruzados, con la vista fija en la ventana. "Ya le preguntaré esas cosas a ella luego… penosamente tengo dos años para hacerlo."

 

"Si no muestras interés, ambos se van a llevar y vivir muy mal. Vais a compartir techo y el mal humor puede afectarles la salud." Comentó Aioros frunciendo el ceño.

 

"Camus vive de mal humor y eso no parece afectarle." Comentó Milo sin despegar los ojos de la ventana.

 

"::enojo:: ¡No vivo de mal humor!"

 

"No, tan sólo el mundo es demasiado feliz para él." Comentó Aioros con ironía. Luego se volvió hacia Milo. "¡Al menos finge que te interesa!"

 

Casa de Alisa…

 

"¡Alsacia! No sirvo para mentir. No quiero saber quién es el tipo ese, por mucho que vaya a desperdiciar dos años viviendo con él. Bah. ¿Para qué quiero saber detalles de un tipo que ni siquiera sé si es atractivo siquiera? Ya lo sabré luego, no tengo apuro."

 

"¡OH SÍ, SÍ QUE LO ES!" Comentó Alsacia como recordando algo. "Al menos, por lo que me contaron, debe tener un cuero de esos ¡Ay papacito lindo, que bien te cuidas! ¡Cuando quieras te enjabono la espalda!" La última parte de la oración la dijo en un castellano perfecto. Alisa arqueó una ceja, ya que no le entendió palabra.

 

        Alsacia había crecido y vivido en Grecia toda su vida, en todo sentido era griega. Sus padres habían emigrado a este país cuando ella era apenas un bebé, y sólo había estado en contadísimas ocasiones en Colombia para visitar a sus abuelos. Sentía un orgullo gigantesco tanto por sus raíces sudamericanas como por el país que la había visto crecer: hablaba ambos idiomas a la perfección: su vida esa una simpática mezcla de la idiosincrasia colombiana y griega. Como no negaba ninguno de estos aspectos, ya que la hacían ser ella misma, Alsacia se sentía muy feliz consigo misma… trasmitía esta alegría a quienes la rodeaban.

 

"Supongo que eso que dijiste no fue alguna…"

 

FUE UN PIROPO! ¡Cabeza de Alcantarilla! Es que Nada más al imaginármelo me pongo así. No te diré que vi la foto, porque tu madre no quiso mostrármela, creo que se le perdió o algo, el asunto es que no la encontró, pero sí te diré una cosa…"

 

"… ¿Y bien?"

 

"… Es un caballero de Athena… El caballero dorado de Escorpión." Le dijo en voz muy bajita. Alisa abrió los ojos como platos. "¿Ves que estás interesada? ¿Quieres saber su nombre?"

 

"¡GENIAL!" Exclamó enojada. "¡Encima me toca un bruto sin cerebro que golpea antes de preguntar y al que difícilmente podré darle de escobazos!"

 

Casa de Virgo…

 

        Aioros se quedó en silencio por unos segundos ni bien vio la foto. Milo se hizo el desinteresado, pero no podía engañarse a sí mismo… sí le había entrado curiosidad por la chica, aunque primero se enfrentaba a Hades él solito antes de admitirlo.

 

"::silbido:: ¡Miren Eso! ¡A Eso Le Llamo Yo Un Par De Piernas Lindas!" Comentó al pasarle la foto a Camus, quien al verla, levantó ambas cejas.

 

"Hmm. No es mi tipo, pero no está nada mal." Dijo Camus tras mirar la fotografía, aunque luego añadió. "Ese cabello está muy largo. Está casi tan largo como el de Mu o el de Shaka…"

 

"… ¿Y qué tiene que ver que tenga el cabello largo?"

 

"Se lo puede quemar… Tu prometida es bombero desde los 18 años." Le informó Shaka con tranquilidad. "Veo que por fin estás mostrando algo de interés."

 

"¡Hmpf! ¡No Puedo Creerlo! ¡Encima Me Tenía Que Tocar Un Marimacho!"

 

"¡Oh NO, no lo Es! Te equivocas: no es un marimacho." Le explicó Aioros muy serio, ofreciéndole la foto. "Observa… quizás no es la chica exuberante como el resto de tus amigas, pero está bien guapa." Milo no aceptó la fotografía.

 

"No Quiero verla."

 

Casa de Alisa…

 

"¡Oye! ¡Quizás resulta ser un tipo decente! ::¬¬':: Cualquier cosa es mejor que …" Alsacia se detuvo al ver que Alisa la miraba con sus penetrantes ojos castaños y una oscura expresión que prometía muerte y dolor si continuaba con aquella frase.

 

"¡Ni Lo Menciones!" Alisa dijo entre dientes, tapándose los oídos. "¡ESE! Me Enoja Más Que El Otro Bruto…"

 

"Caballero de Athena. A-T-H-E-N-A." Corrigió Alsacia. "Vaya chica… Vivirás en el misterioso Santuario… ¡Con lo lejos que queda! No podré ir a verte muy seguido, y eso si es que me dejan entrar sin máscara."

 

"¡¡NO VOY A USAR MÁSCARA!!" De un brinco, que casi mata a Alsacia del susto, Alisa se puso de pie en su cama. "Suficiente tengo con la que viene en mi equipo, ¡NO VOY A USAR MÁSCARA DE AMAZONA!"

 

"No te preocupes por eso." La calmó Alsacia con dulzura. "Tu mamá me contó que sólo las amazonas deben llevarlas. Las esposas de los caballeros, a menos que sean amazonas, no es necesario que las usen, sino lo desean." Le explicó con rapidez. "Por cierto… tu caballero es más alto que tú…"

 

"::resignación:: ¡Bah!" Alisa volvió a sentarse en la cama, cruzada de brazos. "Cualquier hombre es más alto que yo, con lo chaparra que soy. ¡Y NO ES mi caballero!"

 

Casa de Virgo…

 

"Es bajita…" Comentó Camus. "Mide 1.63: apenas más alta que June de Camaleón… ¡Y ella si que es baja!"

 

"::¬¬:: Todas las amazonas son bajas." Se lamentó Milo. "A mi me gustan altas: detesto tener que inclinarme para besarlas… ¿Porqué creen que nunca he salido con amazonas?"

 

"Eres más alto que ella por casi 22 cm. Y Que Shaina no te oiga decir eso, Milo." Le advirtió Shaka. "Se pone muy violenta cuando le insinúas que alguien es "bajA" ¡Eso es muy perjudicial para la salud!" Todos quedaron mirando extrañados a Shaka.

 

"¡¿Como sabes eso?!" Le preguntó un impresionado Camus. Shaka, para la desesperación de todos, no respondió, sino que se encogió de hombros y desvió la mirada de sus compañeros. Era obvio que recordaba algo, lo cuál no parecía un recuerdo feliz.

 

"Lo bueno es que podrás verla a la cara y no adivinar qué estará pensando, como nos pasa con las amazonas." Dijo Aioros para cambiar el tema. "No es necesario que use máscara sino quiere hacerlo." Añadió.

 

"Como si me importase verle o no el rostro."

 

"Te importará que se lo vean cuando empiecen a gritarle piropos." Le dijo Camus.

 

"Los guardias que tenemos se portan a veces como si no hubieran visto nunca a una mujer." Comentó Aioros.

 

"Para colmo no saben decir un piropo bonito, sino que se quedan en los vulgares y de allí el seso no les da para más." Finalizó Shaka.

 

"Es que nunca han visto mujeres, Aioros, a menos que te refieras a las amazonas, pero a ellas les temen; ¡Con tanto golpe que reciben, dudo que tengan las neuronas muy lúcidas!" Dijo Camus, echándole un nuevo vistazo a la foto. La chica no era fea en lo más mínimo, pero tampoco era una belleza deslumbrante. Era más bien normal: se veía fuerte. Quizás no el tipo de fortaleza que las amazonas, pero sí otro tipo de fuerza… quizás más sutil. "Al menos compartirás tu vida con una chica linda por los próximos dos años."

 

"Preferiría irme al Hades antes que conocerla siquiera." Gruñó Milo, quien aún se negaba a ver la foto.

 

Casa de Alisa…

 

"¡Qué envidia me das! ¡Vas a estar rodeada de hombres guapísimos, y vas a vivir con un bomboncito por dos años!" Dijo Alsacia mientras abrazaba el cojín, con los ojos cerrados, imaginando un mundo de sueño. "¡ALISA! ¡Tendrás que Presentarme Alguno! ¡Seguro Están Todos Solteros! ¡Juro que si van a la boda, los haré bailar a todos conmigo!"

 

"Sigue soñando."

 

"…::ojos de perrito:: ¡Por Favor!"

 

"::¬¬':: Está bien, pero No te prometo nada."

 

"¡¡QUE BUENA AMIGA ERES!!" Alisa no pudo evitar sonreír. Alsacia siempre lograba subirle el ánimo. Suspiró… meditando un poco en lo que le esperaba. "Veo que empacaste todas sus cosas…"

 

"Sí… mañana vienen por ellas…" Suspiró Alisa. "Me faltan algunas, pero las enviaré pasado mañana."

 

Alsacia se quedó un momento en silencio mientras observaba la habitación de su amiga, que más que habitación parecía bodega temporaria.

 

"Sofía me contó que tu prometido está igual de enojado que tú. Sus padres también lo engañaron para que firmara el mismo contrato."

 

"…"

 

"Por lo que tu mamá me dijo… estas semanas las ha pasado casi tan mal como tú…"

 

"¿Qué? ¿Su novia también lo mandó a freír monos al África?" Alisa frunció el ceño y cerró los ojos. Le dolía la cabeza. "Alsi, ¿A qué viene todo esto?"

 

"No seas tan dura. Tu caballero también es víctima de las circunstancias."

 

"NO es mi caballero. Bah. Me sorprende que con toda esa fuerza no haya…"

 

"… Es un caballero de Athena: ellos son hombres de honor y palabra. Firmó un contrato, borracho, igual que tú, pero fuera de eso no tiene culpa, y asumirá las consecuencias… como tú lo harás. Aunque no le guste la idea."

 

"¿Y?"

 

"No es tu enemigo. Piénsalo, ¿Sí?" Alsacia se puso de pie y le sonrió. "Vendré mañana a verte, quizás venga con Sofía. Tengo que irme: me toca el turno nocturno hoy."

 

Alsacia se despidió de un fuerte abrazo de Alisa, quien la acompañó hasta la puerta de su cuarto, del cuál se negaba terminantemente a salir. Luego regresó a la cama y encendió la tele… aunque al cabo de bastante rato se puso de pie, abrazando su almohada, y se acercó a la ventana. El Santuario no se podía ver desde allí, pero Alisa miró en esa dirección de todos modos.

 

"Sí… quizás Alsi tenga razón…" Musitó con pesadez, aferrando su almohada con fuerza. "Si es así… ninguno tiene la culpa." Suspiró con pesadez y se apoyó en el marco de la ventana. "No tengo idea de quién eres… Pero ya me trastornaste la vida." Dicho esto… regresó a su cama, donde se echó cuán larga era y sollozó en silencio hasta que se quedó dormida.

 

Casa de Virgo…

 

"Al menos no fui el único que firmó esa cosa borracho." Gruñó Milo, harto ya de la conversación.

 

"Eso los pone al mismo nivel." Le señaló Camus. "Ambos están parejos, y ella no tiene la culpa de lo que te pasó, ni tú de lo que le pasó a ella."

 

"Ninguno de los dos tiene culpa en esto, sino los padres. Éticamente no está bien aprovecharse de la ebriedad de los hijos para manipularlos. Los padres a veces se portan extraño." Se quejó Shaka, aunque su mensaje fue algo rebuscado.

 

"Además la chica lo tuvo más difícil que tú: tenía un novio y estaba en el plazo para poder casarse con él, sin que el contrato se lo impidiera, pero el sujeto no quiso y por lo que sé, la trató bien feo y luego terminó con ella." Le explicó Aioros muy serio. "El Patriarca Shion me lo dijo hace dos días."

 

"¡Maldito Cobarde!" Gruñó Milo. "¡FEH! ¡Ustedes 3 Sí Que Están Bien Informados!"

 

"Al menos sabemos quien será nuestra nueva vecina." Le dijo Camus. "Deberías ser más comprensivo. Ambos están en la misma situación."

 

        Milo, algo molesto, se puso de pie, se sacudió la ropa, e hizo tronar los nudillos. Se dirigió a la salida con paso cansado.

 

"Tengo sueño y quiero descansar. Mañana llegan algunas cosas de la princesita y no quiero estar a medio dormir: No quiero que por no estar alerta pongan sus cosas en mi cuarto." Milo sacudió la mano en señal de despedida. "Ahí se ven."

 

        Fue así que sin mayor preámbulo, salió de la casa de Virgo en dirección a la suya. Shaka, Camus y Aioros suspiraron resignados: al menos las cosas no habían terminado tan mal como habían creído.

 

Milo pasó por la casa de Libra sin problemas, ya que Dohko había regresado a Rozan, y continuó escaleras arriba.       Una vez que llegó a su templo, subió hasta el casi oculto segundo nivel, donde estaba el sector residencial: un espacio amplio y muy cómodo, pero sencillo. Suspiró profundo y se apoyó contra la puerta una vez que la cerró. Se quedó mirando al techo con pereza… luego rebuscó entre sus bolsillos y sacó otra foto de Alisa.

 

"Tienen razón… tampoco es su culpa." Milo observó la foto con la expresión tan extática como la de una estatua de mármol. "… Se ve chaparra, pero no está tan fea." Suspiró de fastidio y guardó la foto en el mismo bolsillo. "¡Ni siquiera sé quien eres petisa y ya me trastornaste la vida!"

 

        Milo volvió a suspirar y se pasó las manos por la cara, como quien intenta refregarse el sueño. Caminó hasta su cuarto y se dejó caer en la cama. Realmente quería dormir, necesitaba descansar. Por alguna razón, ese día había estado más agotador que de costumbre.

 

 

 

Continuará.

 

Por

Misao-CG.

 

 

 

En el próximo Capítulo.

 

Como si les hubieran aventado un balde de agua enfriada por el mismísimo Camus, así fue la impresión que se llevaron todos quienes escuchaban las palabras de Athena. Luego del obvio y sorprendido silencio, en el que casi se van de espaldas, todos estallaron en carcajadas

 

"¡¡MILO SE CASA!! ¿¿Y quién es la desesperada??" Pregunto Shaina cuando pudo controlar un poco la risa y recuperar su aliento… aunque claro… no pudo hacerlo por mucho más.

 

 

 

PS: Estas cosas cada vez me quedan más largas. Espero que no les haya resultado muy confuso, sobre todo la parte de las conversaciones. Bueno, ya me dirán eso en las reviews… que por cierto, el botoncito para dejarlas está justo aquí debajo n.n.