Shaman King Fan Fiction ❯ Maldita Timidez ❯ Conversaciones en el puente ( Chapter 8 )

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Dedicado a: Jarnseaxa por tu consejo sobre las personas que leen los fanfics
 
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Maldita Timidez
VIII Capitulo
 
Conversaciones en el puente
 
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Ren: mañana lo hablaremos, no quiero saber más de la familia...
 
Empezó a caminar dejando a su hermana
 
Jun: Ren! Toma!
 
Al voltear levanto la mano por reflejo y recibió su chaqueta
 
Jun: no destruyas todo ñ.ñ a tu paso ¿esta bien?
 
El joven chino la miro de reojo y esbozo una mueca...solo unos pocos cortes, nada grave
 
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Horo-Horo: ¿tiburoncito tendrá una novia? ¿Porque todos y yo no? Hasta Manta se va a casar (haciendo pucheros)
 
Pilika: hermano, que cosas dices...
 
Ryu: esto no es justo...gr.
 
Horo-Horo: quiero tener novia...y la quiero tener ¡ya!
 
Mientras la mayoría de los varones en la cocina envidiaba en cierta forma la suerte del chino, el mas pequeño (en estatura), miraba a Tamao quien se secaba las manos lentamente y empezaba a ir a la salida con una extraña mirada
 
Manta: ¿Tamao?
 
Tamao: disculpe joven iré a caminar, compermiso
 
Al salir paso una mano por su frente, ¿el tendría prometida?, no debía importarle, pero...ese pero... mejor era caminar y leer la carta. La apretó en su bolsillo mientras ajustaba su chaqueta.
Caminando llego rápidamente al puente y se sentó en su baranda que era lo bastante ancha, abrazando sus rodillas y mirando sobre ellas el río correr tratando de impregnarse con esa paz. Ojalá todo fuera más fácil...
 
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Un ecologista no hubiera querido a Ren Tao, por el contrario lo hubiera querido matar. Y el motivo: varios kilómetros cuadrados antes plantados de árboles en el parque destrozados por la cuchilla del chino (Horo-Horo y Pilika no estarían muy contentos) . Respiraba agitadamente, no por cansancio sino por la infinita rabia y odio que tenia por los “esqueletos andantes” como les decía a sus antepasados
 
Ren: ¡¡Algún día me las pagaran ¡¡¡kiaaaaaa!!!
 
Con el ultimo grito destruyo a más de veinte árboles que partidos a la mitad como conos de papel que cayeron abiertos. Cerrando la cuchilla y con las manos en su chaqueta camino fuera de la sombra de los árboles, pasando por las bancas del parque escuchando a la lejanía el sonido del río
 
Siempre él!, siempre... el era el pilar central de la dinastía y creían que con eso podían controlar su vida, pues estaban muy equivocados el no era un muñequito para jugar, si pensaban eso, trituraría sus huesos aunque estuvieran muertos, ya habría la manera de irlos a buscar, desenterrarlos y aplastarlos...
 
Caminando mas se topo con los espíritus en paños, al darse cuenta de su presencia se inquietaron y empezaron a retroceder.
 
Conshi: es el chiquillo ¡vámonos!
 
Ponshi: pero Tamao...
 
Conshi: Tamao se puede cuidar sola
 
No eran tontos, al ver el aura roja del shaman, no se arriesgarían... no señor. Además considerando que en ese momento era el demonio en persona.
 
Ren: Tamao? [que estará haciendo por aquí?]
 
Ella debería estar en la pensión, eso era lo que creía. Pero ¿por qué sus espíritus la vigilaban?, quizás se hallaba mal y más por esa extraña carta que le llego. En cierto modo la había afectado, camino dejándose envolver por las sombras de los árboles que impedían la luz de los faroles y diviso el puente. Se acerco un poco mas y vio a alguien sentado... era ella, no había nadie con ese cabello, la presencia espiritual...¿por qué la reconoció tan rápido?, suspiró un poco molesto y continuo acercándose.
 
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La carta estaba abierta en sus manos, había rasgado el papel lentamente, como si temiera que una maldición o algo fuera a saltarle, pero es que al tener el sello del templo...todo podía pasar
 
Tamao: valor Tamao... valor
 
Sus ojos recorrieron las palabras en el papel, llego un momento en que se abrieron desmesuradamente y luego volvieron a la normalidad, al terminar de leer, bajo la vista, sintiendo una extraña corriente de aire rozándola. Apretó el papel, dejándolo a un lado, calma...era la única palabra y emoción que necesitaba
 
¿: deberías volver, ya es tarde.
 
Hubiera gritado, pero se contuvo, solo un pequeño sobresalto, a unos pasos de ella, o mejor dicho en la baranda del puente el shaman de China estaba de pie y se brazos cruzados mirando el río, serio. Lo miro con curiosidad, ¿desde cuando estaría ahí? Posiblemente la extraña brisa, delataba su presencia. Tenia en su chaqueta un extraño rasgón
 
Tamao: estaba entrenando, ¿por eso está aquí?
 
Ren: algo así
 
La miro de reojo y ella bajo la vista al hablar, estaba ida, un poco inquieta, el motivo debía ser el arrugado papel que minutos antes había leído. La carta entregada por la sacerdotisa.
 
Ren: supongo que no volverás todavía
 
Tamao: no... es que yo...
 
No pudo terminar la frase, tenía miedo. Quizás el se iría. Pero algo le decía que conversar con el, calmaría su angustia. Todo se disipo al escuchar un leve roce de tela al ver a su lado donde antes se hallaba de pie, ahora estaba de piernas y brazos cruzados con la mirada fija en el río o algo más allá.
 
Ren: yo tampoco quiero volver... mi hermana solo me trae problemas
 
Tamao: no lo creo... debe ser muy divertido tener un hermano
 
Ren: ella es muy molestosa
 
Tao abrió los ojos, se estaba sincerando naturalmente con la joven. Bueno solo estaban conversando y hace mucho tiempo que no tenia una conversación así, tan tranquila.
 
Tamao: (tapándose la boca y ahogando una risa) pero es muy alegre, la admiro mucho por eso...
 
Toda esa angustia se había disipado, ahora estaba mas tranquila
 
Ren: a veces lo es demasiado... y mas para comunicar noticias... (murmurando) relacionadas con la familia
 
Tamao: lo dice... ¿cuando se retiraron a conversar?
 
Ren: apuesto que Hoto-Hoto estaba espiando
 
Por la nuca de la pelirosada recorrió una gota, no solo el...bueno ella escucho el comentario del joven peliazul, pero no era su intención espiar.
 
Tamao: algo así
 
Ren: es un fisgón... (frunciendo el seño) mi familia no me pondrá una prometida
 
Tamao: se lo que se siente... también quisieron comprometerme hace unos años, pero me negué además de eso la señorita Ana intervino, sin ella bueno... no lo hubiera logrado (sonriendo con nostalgia)
 
Ren: no lo sabía
 
Tamao: son pocas las veces que los compromisos son con suerte, como el la señorita Ana y el joven Yoh
 
Ren: en eso tienes razón, a pesar de lo que digan y no lo demuestren.
 
Tamao: pues en eso se equivoca, claro que lo demuestran... pero bueno en tranquilidad, porque con el joven Horo-Horo y la señorita Pilika cerca...
 
Ren: ¿Por qué entrenas?
 
La joven se sorprendió, el chico había dado justo en el clavo, todos sus problemas estaban relacionados con el entrenamientos y el pregunto justo y directamente.
 
Tamao: (abrazando sus rodillas) para terminar de ser aprendiz, pero... faltan dos pruebas. Una que debo terminar yo. Y la otra que es la que me espera en el templo
 
Ren: pruebas...
 
Para el no le fue extraño, en breves segundos pasaron por su mente todos los grandes entrenamientos y pruebas que su padre le hizo pasar a lo largo de su niñez y adolescencia con el lema “ del más fuerte”.
 
Tamao: su consejo me ayudo mucho a comprender las poseciones...joven Ren
 
Ren: uno nunca deja de aprender
 
Recordó perfectamente que eso lo había aprendido del castaño que le enseño a hacer una posesión de objetos más poderosa
 
Tamao: así es, ni menos del destino...nos trae muchos obstáculos, dudas y miedos...
 
Ren: para nosotros no nos esta permitidos ser dueños de un destino miserable
 
Tamao: joven Ren...
 
Tao hablo con seguridad y orgullo, no había la mínima gota de duda en cada palabra. Era la segunda vez que confirmaba esta frase y lo seguiría haciendo. Observo de reojo a la joven que lo miraba sorprendida, y luego con una sonrisa. Se puso de pie rápidamente, debían volver a la pensión, era muy tarde.
 
Ren: creo que es hora de irnos
 
Tamao: si...
 
Cuando iba a ponerse de pie vio la mano del chino ofrecida de ayuda, la tomo lentamente y sintió su apretón y fuerza. Un escalofrío la recorrió, su mano fría le trasmitía extrañas sensaciones que la recorrieron por completo.
 
A el también le recorrió lo mismo, la tibieza de su mano le produjo algo extraño.
Para cuando ambos se dieron cuenta estaban de pie y aun con las manos tomadas, se miraron y luego miraron las manos para soltarlas rápidamente.
 
Caminaron a la pensión, no solo compartiendo el silencio sino un sonrojo en las mejillas.
 
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El hombre que se paseaba de un lado a otro y con un extravagante pijama solo desconcertaba a los hermanos ainu.
 
Horo-Horo: ya Ryu quédate quieto
 
Ryu: pero Tamao
 
Pilika: Ella está bien no tienes por que preocuparte
 
Yoh: ¿no deberían estar en la cama?
 
Un soñoliento Yoh entro al comedor quedando mirando a sus amigos, aunque conocía la causa sabia que su amiga de infancia estaba bien, y eso porque tenia la extraña corazonada que Ren estaba con ella, no por nada el también había salido.
 
Horo-Horo: oye y Ana?
 
Yoh: ah me acabas de acordar...
 
El menor de los Asakura desapareció en dirección a la cocina con una extraña sonrisa, encontrando a la rubia que terminaba de tomar te, bendito vicio de ella por la extraña bebida caliente
 
Ana: todavía están ahí ¿verdad?
 
Yoh: si pero, Pilika y Horo-Horo están que se caen de sueño
 
Ana: es Ryu el que esta ahí...
 
Dejo la taza encima del mesón.
 
Yoh: jejejej
 
Ana: apuesto que esta con uno de esos pijamas
 
Yoh: son muy graciosos ¿no Ana?
 
Ana: si graciosos... (irónica)
 
Lo que a su prometido le parecía gracioso, para ella rayaba en la perdida del sentido común y recato. Ojalá nunca el hombre de la espada de madera le regalara un pijama a Yoh...
 
Yoh: ¿tienes sueño?
 
Ana: un po...
 
Antes de terminar la frase se sintió levantada por los aires y al reaccionar estaba en los brazos del shaman quien la miraba con curiosidad y la travesura brillando en los ojos.
 
Ana: ¡Yoh! ¿Qué demonios crees que haces?
 
Yoh: Llevarte al cuarto (sonriendo)
 
Ana: pero no estoy dormida
 
Yoh: eso podemos arreglarlo, ¿te acuno?
 
Ana: ¡Yoh!
 
El sonrojo acudió a las mejillas de la sacerdotisa que se encendieron rápidamente, normalmente el no era tan osado, pero algo tenia planeado porque se dirigió al comedor, decidió cerrar los ojos, era mejor conservar su dignidad como “dormida”, además de gastarles una buena broma a los que se hallaban fuera de la cama.
 
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Digno de foto de terror era ver la cara a los tres ocupantes de los sillones, al ver el menor de los Asakura con “algo” en brazos
 
Yoh: gracias por acordarme Horo-Horo
 
Horo-Horo: ¿A-a-a-a-acordarte?
 
Se dio un golpe mental, y aprovechó de hacer una nota: no acordar al castaño de su prometida
 
Yoh: ¿Sucede algo?
 
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Gracias: Ishi-dora, irene yamileth, angel-oscuro, aikoneko, Darla Asakura, Kaniza, Hikaru_Hamuya, Jarnseaxa
§The Girl Magic and Mystic of the anime§