Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Simplemente... ¿amigos? ❯ Capítulo 4 ( Chapter 4 )

[ A - All Readers ]

Simplemente… ¿amigos?
Por Daulaci Serv
 
Conlos personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.
 
 
CAPITULO 4
 
Sakura esperaba con impaciencia la llegada del receso ya que Tomoyo se había rehusado a hablarle sobre lo sucedido el domingo pues prefería hacerlo en privado.
 
En uno de esos tantos momentos en clase, en que desesperada, miraba hacia su amiga para rogarle con los ojos que le contara algo antes de empezar la siguiente clase y Tomoyo le sonreía adivinando sus pensamientos, para después negar con la cabeza Sakura notó algo.
 
Fue algo muy extraño pues Sakura no siempre era observadora, tal vez era el efecto de la luz, pero notó diferente a su amiga. No es que fuera algo malo, era… algo que no había visto antes. Tal vez era ese brillo en sus ojos o esa apariencia más relajada, esa sonrisa más abierta.
 
Sakura estaba segura que le tomaría tiempo definir lo que esta sucediendo a su amiga, pero fuera lo que fuera era algo que la hacia feliz y eso le agradaba mucho.
 
-Por fin -suspiró Sakura una vez que estuvieron lo suficientemente alejadas de todos-. Ahora si podrás contarme todo.
 
-Tranquila Sakura, también a mi me interesa platicarte lo sucedido, pero antes de empezar ¿que te parece si nos sentamos bajo ese árbol?-señaló el mismo a un par de metros-, bajo su sombra podremos comer con tranquilidad.
 
-Está bien -aceptó Sakura pensando que un par de minutos más no importarían y siguió a su amiga. Mientras se acomodaban comentó-: Es una suerte que Chiharu y Yamazaki en estos momentos prefieran estar solos y que Rika y Naoko prefirieran comer del otro lado -y suspiró-. Aunque Arawa…
 
-A Arawa le gusta pasar el tiempo contigo -rió Tomoyo sacando su almuerzo.-Lo extraño es que no nos ha dado alcance… -añadió con soltura.
 
-Eso no es cierto -protestó sonrojada-. Tal vez es contigo con quien prefiere estar.
 
-No lo creo -respondió encogiéndose de hombros, para ella era muy evidente a quien prefería el chico. Y como no iba a ser así, si sakura era alegre, divertida y encantadora en cambio ella seria y tímida…
 
-No importa -Sakura interrumpió sus pensamientos-. Lo que importa ahora es que me cuentes como te fue. Y no omitas ningún detalle.
 
-Está bien… ¿por dónde empezaré? -dijo Tomoyo fingiendo concentrarse en el asunto.
 
-Por el principio claro -exclamó Sakura impaciente-. ¿Cómo le hiciste para salir de tu casa sin levantar sospechas?
 
-Ah eso fue muy fácil -aseguró, aunque todavía no se lo creía ni ella-. Parece ser que a mi madre le ha entrado la fiebre del golf.
 
-¿El golf? -preguntó incrédula.
 
-Si, ella misma me lo informó el sábado en la noche -asintió con entusiasmo-. Adquirió una membresía para el club que hay en las afueras de la ciudad.
 
-Wow es uno muy exclusivo. Es donde Touya estuvo trabajando el verano pasado.
 
-Si eso dijo mi madre. Tiene de todo, canchas de tenis, piscina, gimnasio, sauna y un spa de belleza completísimo. La membresía me incluye a mi, ¡y podemos llevar invitados!, así que tal vez podamos conocerlo en el verano.
 
-¡Si, sería genial! -Sakura casi saltó de alegría pero contuvo su entusiasmo al recordar-. Pero, tu madre, ¿qué dirá cuando sepa que me llevas?
 
-No habrá problema, ya sabes que le gustas, así que supongo que no le molestará que seas tú quien me acompañe.
 
-¡Fantástico!, pero ahora que recuerdo nos estamos desviando del tema. ¿Qué tiene que ver el golf con tu salida del domingo?
 
-Si bueno, pues al parecer mi madre, ha descubierto que algunos hombres gustan jugar al golf mientras hacen negocios. Así que a decidido aprender a jugarlo, además según ella muchas damas de sociedad también lo juegan o simplemente van ahí con sus hijas a pasar el día, dijo que esos contactos serían buenos para el futuro aunque no entendí muy bien a que se refería.
 
-Tal vez porque ellas son esposas de esos hombres de negocios a los que les gusta jugar al golf y podría beneficiarse con esas amistades en el futuro -sugirió Sakura con brillantez cosa que no paso desapercibida para su amiga.
 
-Eres muy lista Sakura.
 
-Solo a veces -replicó con modestia-. Pero nos seguimos desviando del tema.
 
-Cierto. Bueno pues mi madre utilizará los fines de semana para practicar, así que no tendré problema para salir de casa. Siempre puedo decir que voy a tu casa.
 
-Y de vez en cuando podría ser cierto -sugirió Sakura-. No puedes abandonarme ahora que estoy castigada.
 
-No lo haré -aseguró Tomoyo-. Puedo pasar por tu casa después de visitar a Canela.
 
-Y a Eriol Hiragizawa.
 
-Bueno, si.
 
-Dime, dime ¿qué pasó está vez?
 
Tomoyo dedicó los siguientes minutos a relatarle a Sakura lo sucedido en “la casa de las rosas”. Entre exclamaciones y suspiros la chica escuchó atentamente.
 
-Ese chico es muy agradable ¿cuántos años tiene?
 
-Me parece que unos 20, según me dijo pronto empezará a trabajar en las oficinas de su padre aquí en Japón y en cuanto cumpla los 21 años adquirirá más responsabilidades.
 
-Debe ser muy inteligente.
 
-Lo es -aseguró Tomoyo orgullosa-. Trabajo en las oficinas de la empresa en Inglaterra, dice que trató de que nadie supiera quien era él pues empezó por los puestos inferiores.
 
Sakura escuchaba impresionada hasta ahora no había conocido a nadie que desde tan joven tuviera tantas responsabilidades. Aunque debía ser justa a su hermano siempre le había gustado ser independiente y desde que tuvo edad para trabajar lo hizo. Claro que no es lo mismo hacerlo por gusto que por obligación.
 
-Al parecer -continuó Tomoyo-. Quería estar bien preparado para cuando llegara el momento de regresar a Japón y hacerse cargo de la empresa de su padre. El no me lo dijo, pero me dio la impresión de que no se lleva bien con su tío.
 
-¿Es ese que dices que no le agrada a tu madre?
 
-El mismo. Por un lado es un alivio saber que no se lleva bien con él, eso significa que Eriol no esta de acuerdo con sus ideas.
 
-¿Eso tal vez ayude a que tu mamá acepte a Hiragizawa como tu amigo?
 
-Eso espero -y lanzó un suspiró preocupada, sabía que eso no sería fácil, pero estaba resuelta a defender su amistad con Eriol.
 
Sakura la observaba en silencio e imaginaba el motivo de su preocupación. Sonomi Daidouji no era una persona fácil y como madre siempre se había mostrado inflexible y severa. A ella todavía le sorprendía la forma en que trataba a su amiga. Era muy difícil ver a la señora Daidouji como su madre cuando la trataba con tanta frialdad, pero cuando lo había comentado con su papá su impresión al respecto, él le respondió que no dudaba que Sonomi Daidouji amara a su hija solo que no debía ser tan fácil para ella expresarlo.
 
Sakura agitó la cabeza para alejar esos pensamientos y pensó que era mejor seguir con la conversación y hacer que Tomoyo dejara de preocuparse.
 
-Tomoyo.
 
-¿Si?
 
-Mmmm, ah si, ¿y la abuela de Hiragizawa vivirá con él?
 
-Si, por supuesto. La señora Seri dice que a pesar de que Eriol parece tan resuelto a convertirse en un soltero empedernido y en un mujeriego, no dejaría sola a la señora Hiragizawa.
 
-Esa señora no tiene pelos en la lengua.
 
-No -respondió divertida recordando a la dura pero amable señora Seri-. Y me lo dijo en frente de él, al parecer la señora Seri quiere que Eriol siente cabeza pronto.
 
-¿Quieres decir que se case? -Tomoyo asintió-. ¡Pero si es muy joven!
 
-Eso dice Eriol -rió Tomoyo recordando la cara de su amigo ante las palabras de su ama de llaves.
 
-¿Y tiene novia?
 
-No lo sé, no lo creo -respondió Tomoyo sintiendo cierta molestia. ¿Qué clase de mujer le gustaría? No una como ella, pensó con angustia.
 
-¿Y entonces cuando llegara la señora Hiragizawa? -preguntó Sakura ajena a los sentimientos de su amiga.
 
-Eriol dice que en cuanto la casa esté perfecta irá por ella.
 
-¿Hasta Inglaterra?
 
-Si, a Eriol no le gusta que viaje sola, además por su edad no es recomendable. Todavía pasará algo de tiempo antes de que eso suceda, tal vez a principios del verano.
 
-No falta mucho -murmuró Sakura pensativa-. ¿Y con quien vive la señora ahora?
 
-Al parecer la dejo en una clínica de reposo, un lugar muy agradable que visita de vez en cuando. Quería estar lista para el largo viaje. La señora Hiragizawa insistió mucho en no mandar a Eriol solo por eso lo acompañó el matrimonio.
 
-Dices que lo quieren mucho.
 
-Si, por momento da la impresión de que fuera como un hijo para ellos, sobre todo para la señora Seri que se sintió dividida a la hora de dejar a la señora Hiragizawa, pero tampoco “podría dejar viajar a estos dos hombres solos, no podrían hacer nada sin mi” -imitó Tomoyo a la amable señora-. La señora Seri es adorable, nada que ver con la señora Toshime.
 
-Sería horrible encontrar que todas las amas de llaves son como ella -Tomoyo estuvo de acuerdo.
 
Toshime más que un ama de llaves era la guardiana de la mansión. Tenía la facultad de hacer sentir a Tomoyo como una intrusa en su propia casa aparte la vigilancia constante de la que era victima. Las dos chicas sintieron escalofríos nada más de pensar en el ama de llaves.
 
-Bueno, tal vez pueda conocer a Hiragizawa antes de que vaya por su abuela.
 
-pero dijiste que Touya te levantaría el castigo para el verano.
 
-Eso espero, a menos que me vaya muy mal en los exámenes y entonces…
 
-Eso no pasará -aseguró Tomoyo-. Estudiaremos juntas.
 
-¿De verdad? ¡Gracias!
 
-Me organizaré para poder ir a tu casa, ¿estás segura que Touya te dejará recibir visitas?
 
-Si es para estudiar no creo que diga nada.
 
-Perfecto, ya pensaré como hacerlo, después de todo no puedo pasarme todos los días en casa de Eriol, y al menos un par de días debo quedarme en casa para que la señora Toshime no sospeche.
 
Tomoyo pensó que tenía todo un reto en sus manos, pero también creía que sería muy emocionante, contrario a la monotonía que era su vida antes de aquel día lluvioso.
 
----------
 
Tomoyo había regresado muy tarde ese día a su casa. Era viernes por la noche y sonreía mientras apresurada se vestía para la cena, había sido una semana muy agradable, la mejor que podía recordar.
 
Había logrado pasar cuatro días en casa de Eriol y después iba a casa de Sakura estudiaba con ella un par de horas antes de volver a su casa.
 
Las tarde en “la casa de las rosas” habían sido muy divertidas, comía con Eriol, la señora Seri y el señor Tarisume. Jugaban con Canela y platicaban un buen rato antes de que Eriol la llevara a casa de Sakura, siempre insistía en hacerlo, aunque aún no había surgido la oportunidad para que conociera a su amiga.
 
Secretamente Tomoyo guardaba para si la amistad con Eriol y a pesar de sentir una pizca de remordimiento no le importaba retrasar el momento en que le presentara a Sakura pues así no tenía que compartirlo con nadie. ¿Egoísmo? Tal vez, pensaba Tomoyo encogiéndose de hombros pero no le importaba solo quería conocer mejor a Eriol si era posible mejor que nadie.
 
Suspiró mirándose al espejo, si al menos pudiera decirle a su madre sobre su nueva amistad. Pero, por más que trataba cada noche durante la cena, no encontraba la forma ni el momento.
 
Un día temiendo ser demasiado obvia, prefirió ir directo de la escuela a casa y estudiar sola. Solo para que la señora Toshime no sospechara sobre sus llegadas tarde a casa. La ventaja era que los exámenes estaban a la vuelta de la esquina y podía utilizar como excusa que estaba en casa de Sakura estudiando y no mentía pues si lo hacía.
 
Se peinó el cabello y mientras lo recogía sonrió al recordar a sus amigos quienes habían protestado al saber que no se presentaría el miércoles en casa de ninguno de ellos.
 
Sakura seguía castigada y cada vez se aburría más pasando todas las tardes en casa. Y Eriol también había mostrado su desilusión.
 
- Flash Back -
 
-“No quiero ser abusiva -explicó Tomoyo evitando su mirada-. No tenemos ni una semana de conocernos y he pasado por aquí casi a diario.
 
-Nos gusta tu compañía Tomoyo -respondió con una suavidad que la sorprendió y levantó la vista para mirarlo a los ojos.
 
-¿En serio?
 
-¡Claro! -exclamó feliz-. A la señora Seri le gusta tener una mujer en casa, al señor Tarisume le agradas y a mi... a mi me encanta platicar contigo.
 
-Eriol -susurró sonrojada.
 
- Fin Flash Back -
 
-“Me encanta platicar contigo” -Tomoyo sonreía al recordarlo, no sabía porque pero su corazón saltaba de alegría cada vez que el recuerdo venía a su mente.
 
Repentinamente en el reflejo del espejo puedo distinguir una figura a unos metros de ella, sobresaltada se volvió.
 
-¡Señora Toshime! -Exclamó con una mezcla de sorpresa y enfado-. Al menos debería anunciarse antes de entrar.
 
-Lo hice -mintió la mujer y Tomoyo lo sabía.
 
Las dos se miraron a los ojos en un duelo silencioso. Hacia años que Tomoyo había dejado de temer a esa mujer que más que un ama de llaves su función en la casa era estar al pendiente de la hija de Sonomi Daidouji.
 
Tomoyo supo desde el primer momento en que la señora Toshime puso un pie en la casa que le haría la vida imposible. Algunos años mayor que su madre, Toshime daba la impresión de ser aún mayor, su postura rígida combinada con la expresión inflexible y el apretado moño con que sujetaba su cabello le daban la imagen de la empleada “perfecta”, que según la definición de Sonomi debía ser: seria, eficiente, leal y callada, prácticamente invisible y en eso Toshime era una experta. Siempre aparecía repentinamente y sin aviso, observando con una mirada suspicaz. Tomoyo había llegado a la conclusión años atrás, que bajo esa imagen se escondía una persona amargada y sola.
 
-Llegaste un poco tarde esta vez -dijo Toshime rompiendo el tenso silencio.
 
Tomoyo entrecerró los ojos: cuando Toshime la tuteaba era para provocarla, para hacerla perder la paciencia y así lograr sacarle alguna información, cualquiera que esta fuera.
 
-Se me fue el tiempo estudiando -respondió sin apartar su mirada de la mujer-. Pero no creo que eso sea algo tan grave, ¿no le parece señora Toshime?
 
-Por supuesto que no -replicó la mujer con un destello de suspicacia en sus ojos.
 
-Aun no me ha dicho cual es el motivo de su presencia -dijo Tomoyo con tranquilidad-. Debe ser importante si entra sin avisar.
 
-Me pareció prudente avisarle que se estaba retrasando para la cena, señorita Tomoyo y…
 
-Y usted me ha retrasado todavía más -puntualizó Tomoyo sintiendo que se acababa su paciencia-. No importa ya, estoy lista, ¿bajamos? ¿O hay algo más que quiera decirme?
 
-Nada, eso era todo… señorita -y salió sin más de la habitación.
 
Tomoyo dejó salir el aire que contenía. Ya estaba acostumbrada a ese tipo de interrogatorios por parte de Toshime, pero esta vez había algo importante en juego. ¿Sería posible que Toshime sospechara sobre Eriol? No, era demasiado pronto. Debía tener más cuidado, eso era y sobre todo no dejar que Toshime la molestara o sospecharía algo.
 
Tomó aire nuevamente buscando tranquilizarse, se miró al espejo, estaba un poco pálida y aun se le notaba molesta. Era en esos momentos cuando más extrañaba la protección que le daban los lentes, pensó mirando hacia ellos que permanecían sobre la mesita de noche. Ya no era posible usarlos en casa, cuando su madre le había dicho que le molestaba verla con ellos siendo que no los necesitaba.
 
-Tranquila Tomoyo -habló a su reflejo-. Todo está bien.
 
Por fin se sintió lista y salió de su habitación con paso decidido. Al pie de las escaleras pudo ver que su madre apenas bajaba por las mismas, cosa que la alivió pues no iba tan retrasada como creía, apuró el paso para alcanzarla.
 
Ya en el último escalón, Sonomi escuchó los apresurados pasos a su espalda y se volvió para encontrarse con su hija.
 
-Buenas noches madre -saludó Tomoyo dándole su acostumbrado beso en la mejilla.
 
-Buenas noches -respondió Sonomi con frialdad.
 
Caminaron juntas al comedor y ocuparon sus sitios. Conversaron sobre los mismos temas. Tomoyo empezó a relajarse al no notar nada extraño, como siempre la señora Toshime se mantenía a cierta distancia pendiente del servicio.
 
-Has estado llegando tarde estos días -dijo Sonomi después de dar un sorbo a su copa de vino-. Sobre todo hoy, ¿se puede saber por qué?
 
Tomoyo había escuchado a su madre sorprendida, no esperaba ese interrogatorio, de reojo vio a la señora Toshime al fondo de la habitación. Relajó su postura dispuesta a enfrentarse a lo que viniera.
 
-Esta semana entregamos un par de trabajos finales -explicó Tomoyo tranquila y siguió cortando su carne con aparente indiferencia-. Además ya pronto serán los exámenes finales y he estado estudiando en casa de Sakura.
 
-Ya veo -dijo Sonomi sin soltar su copa y como siempre estudiando las reacciones de su hija-. ¿Y quién es el chico de la motocicleta que te trajo a casa?
 
-To… Touya Kinomoto -respondió Tomoyo apretando los cubiertos en sus manos, esforzándose por controlar su enojo contra la señora Toshime-. El hermano de Sakura…
 
-¿Por qué no te trajo el señor Kinomoto? Es él quien te trae siempre ¿no?
 
-Si, pero esta vez el señor Kinomoto llegaría tarde, cuando habló por teléfono para avisarle a su familia, Touya se ofreció a traerme.
 
-No quiero que vuelvas a subirte a ese aparato.
 
-Touya es muy cuidadoso, usamos cascos y…
 
-No importa, no volverás a subirte -ordenó Sonomi inflexible-. O tal vez prefieras no ir a estudiar a casa de Sakura -sentenció molesta.
 
-¡No! -protestó Tomoyo, pero antes de continuar recobró la compostura-. No volveré a subirme a la motocicleta. Pero entonces, eso requerirá que venga a pie o en el autobús… o un taxi- declaró mostrando una naturalidad, extraordinarias, tratando de convencer a su madre de los inconvenientes.
 
-Bien -asintió Sonomi satisfecha e hizo un ademán con la mano para que le retiraron el plato. En un instante le estaban sirviendo el café.- Cuando no pueda el Señor Kinomoto traerte, llama a casa. El chofer saldrá a buscarte…
 
- Si madre.- Tomoyo mientras tanto hacia un esfuerzo por continuar comiendo aunque había perdido el apetito.
 
- Flash Back -
 
Tomoyo y Sakura se encontraban en la habitación de la última estudiando cuando alguien llamó a la puerta. Touya entró sin esperar respuesta.
 
-Acaba de hablar papá -explicó Touya a las chicas-. Dijo que llegará un poco tarde -y miró a Tomoyo para después dirigir su mirada hacia otro lado. Tomoyo siguió la mirada de Touya hasta el reloj que había en la pared.
 
-¡Cielos! ¡Es tardísimo! -exclamó poniéndose de pie de un salto y comenzó a recoger sus cosas.
 
-Tendrás que tomar un taxi -dijo Sakura en el mismo tono de alarma que su amiga, las dos sabían las consecuencias si Tomoyo no estaba lista a tiempo en su casa a la hora de la cena-. Touya pide un taxi -ordenó al tiempo que le ayudaba a Tomoyo con sus cosas.
 
-No es necesario -dijo Touya levemente recargado contra el marco de la puerta con los brazos cruzados como si disfrutara de la agitación en la habitación.
 
-¿No es necesario? -Casi gritó Sakura-. ¡No es necesario! ¿Estás loco o qué? Tomoyo no puede irse caminando a su casa, ¿o si?
 
-Claro que no -respondió con una leve sonrisa-. Yo puedo llevarla.
 
Las dos chicas se quedaron inmóviles al momento mirándolo asombradas.
 
-Te espero abajo Tomoyo -dijo antes de salir.
 
Las dos amigas parpadearon sorprendidas y se apresuraron a salir de la habitación.
 
-Si olvido algo me lo llevas mañana a la escuela -pidió Tomoyo mientras bajan la escalera.
 
-Si no te preocupes.
 
Al llegar afuera Touya ya las esperaba montado en una moderna motocicleta azul metálico y extendió el brazo ofreciéndole a Tomoyo un casco protector color rosa.
 
-Es de Sakura -explicó cuando la chica lo tomaba-. Debe ajustarte.
 
-Claro que le ajustará -replicó Sakura sosteniendo las cosas de su amiga para permitirle que se colocara el casco-. No pensarás que tiene la cabeza enorme ¿o si?
 
-No, la de la cabeza enorme eres monstruo, tal vez le quede flojo.
 
-¡Hermano!
 
Mientras Sakura discutía con su hermano, Tomoyo tenía algunos problemas para abrocharse el casco. Al notar esto Touya la tomó por el codo para jalarla hacia él con suavidad y terminar de ajustarlo. Al finalizar le dedicó una ligera sonrisa provocando un sonrojo en la chica.
 
-Ahora sube -indicó Touya, Tomoyo obedeció y Sakura le dio sus cosas para que quedaran entre Touya y ella-. Sujétate bien, ¿lista? -Tomoyo asintió.
 
-Hasta pronto Sakura -se despidió Tomoyo sintiéndose emocionada pues nunca antes había subido a una motocicleta.
 
-Llámame -pidió Sakura.
 
-Si.
 
-Como voy a llevar a Tomoyo a su casa, te toca poner la mesa para la cena monstruo -dijo Touya y sin esperar respuesta encendió la moto, el ruido del motor silencio las protestas de su hermana, cuando se alejaba Sakura aun gritaba con el puño levantado.
 
-Eres tan malo con ella -gritó Tomoyo a lo que Touya simplemente se encogió de hombros mientras sonreía.
 
- Fin Flash Back -
 
Tomoyo lanzó un suspiro resignado al terminar su cena. Se había divertido tanto montada en la moto, esperaba que pasara mucho tiempo antes de que Touya volviera a ofrecerle llevarla pues se sentiría muy mal rechazándolo. Él que había sido tan cuidadoso al llevarla, siempre pendiente de que se sintiera segura y tan correcto cuando al dejarla esperó a que entrara en la mansión y no se fue hasta verla desaparecer por los jardines.
 
-¿Puedo retirarme? -preguntó cansada.
 
-En un minuto -dijo Sonomi quien había terminado su café-. Tengo algo que decirte -dejó su taza a un lado antes de continuar-. El domingo quiero que me acompañes al club.
 
-¿El domingo? -gimió Tomoyo pesarosa.
 
-Si, ¿tenías algún compromiso ese día?
 
-No, claro que no, bueno había pensado invitar a Sakura -mintió cruzando los dedos por debajo de la mesa, últimamente mentía con demasiada facilidad.
 
-Será otro día. He quedado con algunas conocidas y sus hijas para almorzar. Va siendo hora de que empieces a relacionarte con otras personas.
 
-¿Otras personas? Pensé que Sakura te agradaba.
 
-Y así es, pero no puede ser tu única amiga, necesitas conocer a más gente.
 
-Si, lo que tu digas.
 
Tomoyo se despidió y subió las escaleras sin saber que sentir, su madre nunca dejaba de sorprenderla, ¿para que querría ella conocer a “otras personas”? Con Sakura y Eriol en su vida era suficiente.
 
----------
 
El domingo había llegado con demasiada rapidez, pensaba Tomoyo mientras observaba a través del cristal de la ventana del auto. Sentada en la parte trasera junto a su madre que en ese momento sostenía el móvil mientras hablaba con algún cliente.
 
Hasta ahora el fin de semana había resultado muy aburrido. El sábado apenas había hablado con Sakura por teléfono pues debido al exceso de trabajo que había tenido el señor Kinomoto durante la semana había decidido pasar el sábado entero en compañía de sus hijos.
 
Eriol también estaba ausente cuando había ido a buscarlo para explicarle que no podrían salir a pasear el domingo como habían quedado.
 
- Flash Back -
 
-Tomoyo, querida -saludó la señora Seri al recibirla-. Que sorpresa no te esperábamos el día de hoy.
 
-Buenos días señora Seri -replicó Tomoyo correspondiendo al abrazo con que siempre la saluda la amable señora-. Siento mucho presentarme sin avisar pero…
 
-Tonterías, no quise decir que no fueras bienvenida, sabes que esta es tu casa.
 
-Gracias -sonrió la joven feliz, la señora Seri siempre la trataba como una más de la familia a pesar del poco tiempo que se conocían-. ¿Estará Eriol?
 
-No, lo siento mi niña, él… -dudo un momento haciendo un mohín con los labios-, tenía que atender algunos asuntos.
 
-Ya veo -respondió Tomoyo desilusionada.
 
-Pero ya que estás aquí, ¿porque no me acompañas a tomar un poco de café? -ofreció mientras la llevaba por el pasillo a la cocina-. En este momento pensaba tomarme un descanso.
 
Tomoyo asintió y mientras llegaban a la cocina notó lo silenciosa que parecía la casa sin Eriol. Al llegar a su destino la señora Seri le señaló una silla y se dispuso a preparar el café.
 
-Lamento decirte que ni siquiera Canela se encuentra: mi esposo la llevó a su cita con el veterinario, hoy le toca su última vacuna.
 
-Es cierto -murmuró Tomoyo recordando que se lo había comentado Eriol-. Ya había notado el silencio. ¿No le da miedo estar en esta casa tan sola?
 
-No cariño -respondió colocando dos tazas en la mesa-. Por el contrario, estoy disfrutando de este pequeño momento de paz.
 
-Y yo vine a estropearlo -se disculpó Tomoyo.
 
-Nada de eso -aseguró Seri y le tomó la barbilla para que la mirara a los ojos-. Me agrada mucho tu compañía, no lo dudes -y le pellizcó la mejilla con cariño antes de servir el café y ofrecerle unas galletas caseras.
 
-Usted es siempre muy buena conmigo.
 
-Me gustas -fue la simple respuesta de la señora Seri y pensó-. “Y me gustas para mi Eriol”.
 
-Usted también me gusta -respondió Tomoyo con sinceridad, nunca había conocido a una mujer como aquella. La señora Seri le sonrió con afecto antes de dar un sorbo a su café.
 
-Aunque la verdad -dijo la señora-. No estoy del todo sola, todavía hay algunos hombres trabajando en el jardín trasero. Y de verdad que disfruto el silencio que hay en la casa.
 
-A mi no me gusta mucho -confesó Tomoyo recordando el silencio de su propia casa.
 
-Yo si, sobre todo porque pronto no lo habrá más, la agencia pronto empezará a mandar a la nueva servidumbre que entrevistaremos para los diferentes puestos y entonces ya no habrá silencio.
 
-No comprendo -para Tomoyo no había gran diferencia con servidumbre o sin ella.
 
-Siempre hay alguna persona limpiando en alguna de las habitaciones, también habrá un chofer, un jardinero de planta, y en la cocina tendré más gente -explicó la señora con rapidez y continuó-. Todavía estoy pensando si contrataré mucamas jóvenes, siempre es un problema con Eriol rondando.
 
-¿Có… cómo? -Tomoyo casi se ahogó con su café.
 
-No me malentiendas -sonrió la señora Seri dándole unas palmaditas en la mano-. Eriol siempre fue respetuoso con las chicas, pero nunca falta alguna que se sienta enamorada, nada serio -admitió aliviada-. Eriol nunca ha alentado a las chicas, pero se ponen nerviosas en su presencia, tiran cosas, rompen cosas, ¡queman cosas! -exclamó con los ojos en blanco.
 
-¿De verdad? -preguntó riendo ante las expresiones del ama de llaves.
 
-De verdad.
 
Pasaron una hora conversando, las dos rieron mientras la señora Seri contaba anécdotas sobre la servidumbre. Al final aunque Eriol no apareció Tomoyo pasó un momento muy agradable con la mujer.
 
- Fin Flash Back -
 
Mientras llegaban a su destino Tomoyo todavía recordaba la forma afectuosa en que la señora Seri la despidió dándole toda clase de recomendaciones pues lamentaba que el señor Tarisume no regresara a tiempo para llevarla hasta su casa.
 
Tomoyo que nunca antes había tenido una conversación tan agradable con una mujer mayor. Miró a su madre deseando poder platicar con ella de la misma manera.
 
-Al fin hemos llegado -suspiró Sonomi dejando el móvil dentro de su bolso-. Tomoyo, las mujeres con las que almorzaremos son personas muy importantes y espero que te comportes a la altura.
 
-Si madre -respondió Tomoyo pero Sonomi apenas la escuchó pues el chofer ya le abría la puerta y se disponía a salir.
 
Tomoyo suspiró esperando su turno para salir deseando que al menos fuera un almuerzo agradable con esas “señoras tan importantes” y sus hijas.
 
Continuará…
 
Nota de la autora: ¡Hola, hola! ¿Cómo están? Espero que bien. Y sobre todo espero les haya gustado este capítulo. Hay tantas cosas por comentar que no se por donde empezar. Bueno pues, como ven pudimos conocer un poco más sobre Eriol, tan lindo como siempre. También se puede ver un poco más sobre Sonomi, el comentario que hace Fujitka en los recuerdos de Sakura esta muy aproximado a la verdad, Sonomi quiere a su hija pero no sabe como expresarse, creo que es obvio que se preocupa por su seguridad entre otras cosas que veremos mas adelante. También pudimos conocer a la famosa ama de llaves la “muy querida” Señora Toshime, creo que ella será una verdadera villana en esta historia y como ven los ojos y oídos de Sonomi en la casa, ella le dará grandes problemas a Tomoyo. A y por supuesto mi querido Touya al que no puedo evitar poner en esta historia, y aunque a pesar de muchos no tendrá ningún interés romántico en nuestra protagonista si será alguien muy querido para él, jajajaja ya veré que se me ocurre más adelante.
Me disculpo por mi retraso pero de verdad he estado algo ocupada, un tanto deprimida y otro poco escasa de inspiración. Aunque sigo escribiendo de eso no hay duda y no importa como lo seguiré haciendo hasta llegar al final, lo prometo.
Por otro lado esta semana he sufrido de una explosión de creatividad y para aquellos amantes de T&T les tengo una sorpresa, de alguna manera a mi cabecita loca llegó la idea de crear un fic T&T que espero este listo para el próximo fin de semana, hasta ahora tengo la intención de que sea un one-shot, pero estoy viendo que me esta quedando muy largo, así que tal vez sean dos o tres capítulos, no lo sé, depende que tanto salga. Es algo que no puedo quitarme de la cabeza y si no lo escribo me volveré loca, además de que no me permitirá concentrarme del todo en esta historia. Así que estén al pendiente.
Por cierto gracias a aquellos que me escriben, para que no tengan que revisar todos los días buscando una actualización mía les recomiendo que solo lo hagan los fines de semana, normalmente actualizo los sábados cada tres semanas, a menos que algo sumamente importante impida que actualicé un sábado en particular lo hago un viernes, pero esto es muy raro ¿ok?
Besos y hasta pronto.