Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Simplemente... ¿amigos? ❯ Capítulo 15 ( Chapter 15 )

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Simplemente… ¿amigos?
Por Daulaci Serv
 
Con los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.
 
 
CAPITULO 15
 
 
La cafetería de la universidad es uno de los sitios mas frecuentados por los estudiantes de dicho lugar. Un amplio espacio, con amplias ventanas en cada una de sus paredes, con música y mesas tanto dentro como fuera para quienes prefieren tomar el sol mientras toman sus alimentos.
 
Una joven de largo cabello negro sentada en una mesa solitaria ojeaba un libro ajena totalmente a las miradas masculinas que se posaban en ella.
 
Levantó la vista mirando hacia la puerta, los jóvenes más tímidos apartaron la vista fingiendo estar ocupados en otros asuntos, los más audaces mantuvieron la mirada en ella esperando que lo notara. Sin embargo, no fue así, aunque fueron premiados por su persistencia cuando el rostro de la joven se iluminó con una sonrisa y levantó la mano para atraer la atención de otra joven de castaña cabellera igualmente hermosa.
 
-Hola Tomoyo -saludó Sakura casi sin aliento al sentarse en la mesa-. Lamento el retraso, el profesor nos entretuvo.
 
-No te preocupes, ¿quieres que pidamos algo de beber?
 
-Si por favor -agradeció Sakura abanicándose con una mano-. Estoy sedienta.
 
Ambas chicas se volvieron a buscar el sitio donde servían las bebidas y fueron sorprendidas por un joven que libreta en mano se apareció junto a su mesa.
 
-¿Desean ordenar? -preguntó en el tono más amable.
 
Tomoyo parpadeó confundida y miró hacia la fila donde los estudiantes esperaban para ser atendidos en la barra de los alimentos, pero antes de decir algo su amiga se adelanto.
 
-Si, gracias -dijo Sakura con la mejor de sus sonrisas.
 
-Estoy para servirte -respondió el joven pasando saliva y ya no puedo apartar la vista de esos ojos brillantes.
 
-Podría traernos dos refrescos de limón, ¿quieres hielo Tomoyo? -peguntó a su amiga y esta asintió-. Con hilo y dos pajillas.
 
-¿Algo más?
 
-Mmm no sé, ¿tienen papas a la francesa? -El joven asintió y su respiración se cortó bruscamente cuando notó que la chica se pasaba lentamente la lengua por los labios-. Y salsa de tomate, ¿tienes salsa de tomate? -el joven asintió con torpeza provocando que Tomoyo sonriera-. Entonces eso sería todo.
 
Pero el joven no se movió, apenas y había anotado lo que dijo Sakura y la pluma seguía inerte sobre la libreta entre sus manos, las dos amigas se miraron una confundida y la otra divertida, por fin esta última se apiado de él.
 
-Oye -lo llamó jalando suavemente la manga de su camisa, hasta lograr captar su atención-. Eso es todo, puedes ir por la orden y regresar, ¿si?
 
-Enseguida -respondió el joven y se alejó.
 
-Es agradable, pero un poco extraño ¿no crees? -comentó Sakura.
 
-Ay Sakura, pero si lo tenías totalmente encandilado.
 
-¿Encandilado? ¿Yo?
 
-¡Claro! Además, no has notado que aquí no hay servicio de meseros.
 
-¿Cómo? -y miró a su alrededor y descubrió que era cierto, no había más meseros y los jóvenes se formaban para pagar y recibir sus alimentos-. ¡Es cierto! Pero, entonces, ¿por qué…?
 
-No lo sé, tal vez solo es un pretexto para conocerte.
 
-¿Conocerme? ¿Por qué? Tal vez sea una broma -dijo desconfiada-, tal vez hay alguien por ahí filmándonos con una cámara -y volvió a mirar pero esta vez hacia las mesas y se encontró con que varios hombres miraban en su dirección, uno incluso, la saludo con la mano, ella desvió la mirada de inmediato-. ¡Ese chico de allá acaba de saludarme y yo ni lo conozco!
 
Tomoyo miró discretamente en la dirección que su amiga le indicó y después de ver al joven que las saludaba se encontró con otro que le guiñaba el ojo.
 
-¿Por qué hacen eso? -preguntó Sakura sorprendida pero antes que Tomoyo respondiera su orden llegó.
 
-¿Cuánto te debemos? -preguntó Tomoyo al joven mientras colocaba las bebidas y las papas en la mesa.
 
-No es nada -aseguró él-. Cortesía de la casa.
 
-Pero no podemos aceptar -replicó Tomoyo.
 
-Por favor, es un placer para mi, me llamo Dioshime Tigashi y trabajo aquí -y añadió dirigiéndose dirigió a Sakura-. Búscame y con gusto te atenderé.
 
-E-está bien, gracias.
 
-¿Puedo saber tu nombre? -preguntó Tigashi casi con un brillo de esperanza en los ojos.
 
-Sakura, Sakura Kinomoto.
 
-Sakura Kinomoto -repitió Tigashi en un suspiro.
 
-Yo soy Tomoyo Daidouji -informó su amiga divertida.
 
-Ah si, Daidouji, mucho gusto. Sakura Kinomoto espero verte seguido pro aquí. Hasta luego -se despidió con una inclinación y se alejó.
 
-No comprendo -dijo Sakura tomando un sorbo de su refresco.
 
Tomoyo contenía a duras penas la risa y lamentaba haber dejad ese día su cámara en casa.
 
Al poco rato, habían dejado el asunto a un lado para concentrarse en otras cosas. Tomoyo había regresado de su viaje un día antes de inscribirse en la universidad y ya había pasado una semana de eso.
 
Tomoyo había cumplido su promesa a su madre sobre tomar algunas clases de administración y economía durante su estancia en la universidad, y aprovechando esto se había anotado en un par que cursaría Sakura ese semestre.
 
Las chicas apenas habían tenido tiempo para ponerse al tanto de lo ocurrido durante el verano. Por eso mismo habían planeado pasar la tarde en La Casa de las Rosas para platicar con Anessa-sama y la señora Seri. Pero antes debían asistir a la última clase de ese día, misma que compartían.
 
-Entonces Fuutie y el señor Tsukishiro, van a casarse -concluyó Tomoyo asombrada después de escuchar el relato de Sakura.
 
-Así es, estoy tan emocionada que parece que la que se casa soy yo.
 
-¿Fuutie organizara su propia boda?
 
-Si -asintió Sakura tomando una papa-. Aunque podría ser todo un acontecimiento social Fuutie prefiere algo mas intimo.
 
-¿Y cuándo será la boda?
 
-Pronto, pero aún no hay una fecha fija.
 
-¿Por qué?
 
-Por que el señor Yue, debe ir a China a hablar con la mamá de Fuutie.
 
-¿El señor Yue? -preguntó Tomoyo arqueando una ceja.
 
-Me ha pedido que lo tutee -asintió sonrojada-. Pero aún no me acostumbro.
 
-Entiendo -sonrió Tomoyo-. ¿Y cuándo irá a visitar a la señora Li? -preguntó pensando que había algo que todavía no le contaba a su amiga, pero ya se lo diría más tarde.
 
-Este fin de semana, es más, hoy por la tarde sale el avión. Fuutie y el señor Yue van a ir juntos, ella esta un poco nerviosa.
 
-¿Por qué van a pedirla?
 
-Si, bueno, ella cree que tal vez su madre no acepte al señor Yue, puesto que no es chino. Aunque a pesar de eso Fuutie ya ha empezado a hacer planes para la boda, visito un par de sitios y también escogió su vestido de novia.
 
-Ya tiene su vestido -exclamó Tomoyo asombrada.
 
-Fue lo primero que hizo -explicó Sakura divertida al recordar el entusiasmo de su jefa-. Había desaparecido un día completo, no pude localizarla, al siguiente apareció toda radiante exudando felicidad y con un anillo en el dedo, fue entonces cuando tomó mi mano y salimos a buscar el vestido.
 
-Debió ser divertido recorrer todas esas tiendas de novias…
 
-Solo fuimos a una.
 
-¡A una!
 
-Si, Fuutie sabía muy bien lo que quería. Hay un sitio, un local pequeño que pertenece a una joven diseñadora. Los vestidos son sencillos, románticos, todo un sueño. La señorita Dita apenas empieza, pero Fuutie le augura un gran futuro. Dita me confesó estar muy emocionada, jamás espero que alguien de la posición de Fuutie vestiría uno de su modelos, al menos no tan pronto.
 
-Me hubiera gustado estar ahí para acompañarlas.
 
-Todavía puedes hacerlo, la próxima semana si Fuutie no ha regresado iré a recoger el vestido, ¿si quieres podrías acompañarme?
 
-Por supuesto, me ha entrado la curiosidad por ese lugar y su dueña.
 
-No sabes como te agradezco que me acompañes -gimió Sakura preocupada.
 
-¿Por qué?
 
-Si no regresa Fuutie el señor Li irá conmigo, no quisiera estar sola con él en ese pequeño lugar.
 
-¿Shaoran? No entiendo, se que no siempre te ha caído bien, pero ahora parece haber algo más.
 
Sakura resopló antes de contarle a su amiga lo ocurrido en la oficina de Fuutie.
 
-No puedo creer que haya dicho eso.
 
-Pues lo hizo, para él solo soy una niñita inmadura con la que su hermana esta encaprichada, como si fuera un proyecto escolar para Fuutie.
 
-Eso es absurdo.
 
-Fuutie estuvo preocupada un tiempo pues imagino que yo había oído todo, pero yo lo negué, no quise darle demasiada importancia pero…
 
-Te importa.
 
-¡Si! -gruñó desesperada-. No soy un aniña y me he esforzado mucho para merecer la confianza que Fuutie ha depositado en mi, además, adoro mi trabajo, ahora se que podría dedicarme a esto toda la vida.
 
-¿Y que piensas hacer?
 
-Aún no lo sé, pero voy a demostrarle a ese Li que no soy una niña -y se quedó callada un momento-. Tomoyo, ¿crees que mi apariencia es infantil?
 
-Para nada -aseguró Tomoyo observando a su amiga, también miró a su alrededor pensando que seguramente ninguno de los jóvenes en el lugar pensaba así, y alguno de ellos debían ser incluso un par de años mayores que Shaoran-. ¿Por qué lo preguntas?
 
-He estado pensando en hacer un cambio en mi apariencia, no sé, tal vez un corte de pelo, lo he llevado mucho tiempo largo -dijo jugueteando con las puntas de su cabello.
 
-No te preocupes Sakura, que te ayudare con eso. Algo se nos ocurrirá, además te he traído algunos regalos de Paris que seguramente ayudaran a darte una apariencia más profesional en el trabajo.
 
-¿Si? ¿Qué me trajiste? -preguntó entusiasmada.
 
-Es una sorpresa, he pedido al chofer que más tarde cuando venga por nosotras traiga todo lo que traje para ti y los demás, hasta a Canela le compre algunas cosas. Los franceses adoran a sus mascotas.
 
-Pensé que para estas fechas ya tendrías tu auto.
 
-Si yo también, es solo que mamá ha estado ocupada en otras cosas.
 
Sakura notó la molestia de su amiga pero prefirió no comentar nada de momento y cambio el tema.
 
-¿Hiciste muchas compras?
 
-Algunas -confesó Tomoyo pensando en los paquetes que el chofer tendría que subir al auto. Pero antes de decir más miró su reloj y exclamó-. Sakura, ya es hora de ir a clase.
 
-Es cierto, tendremos que correr -dijo levantándose de la mesa y siguiendo a su amiga. Al llegar a la puerta se volvió y agitó la mano para despedirse-. Hasta luego Tigashi y gracias.
 
-Hasta luego -suspiró Tigashi agitando la mano incluso después de que las jóvenes se marcharan. Cuando salió de su ensimismamiento se volvió hacia adentro y solo entonces notó las miradas envidiosas que le dirigían.
 
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La bienvenida en La Casa de las Rosas fue de completa algarabía. Las exclamaciones, besos, abrazos y una que otra lagrima se hicieron presentes. Canela incluso tardo mucho más de lo acostumbrado en serenarse y después de eso se mantuvo todo el tiempo pegada a las piernas de Tomoyo.
 
La joven no había exagerado en cuanto a la cantidad de obsequios que llevó para todos. Entre perfumes, ropa y recuerdos de cada ciudad que visitó, fueron varios los paquetes que terminaron en el salón.
 
Después de eso les mostró la enorme cantidad de fotografías que sacó durante el viaje. Sakura, Anessa-sama y Seri se sentaron en un mismo sillón para poder apreciar las imágenes al mismo tiempo mientras Tomoyo comentaba cada una de ellas.
 
-Estas son de Londres por supuesto -dijo Anessa-sama emocionada al reconocer los lugares.
 
-¡Aquí estás con Eriol! -exclamó la señora Seri.
 
-Si, todas esas fotos las tomé el mismo día, cuando Eriol me acompaño.
 
-Debieron pasarla muy bien -comentó Sakura.
 
-Si -respondió Tomoyo con un suspiró que no pasó inadvertido para ninguna de las dos señoras.
 
Siguieron pasando las imágenes hasta llegar a algunas donde aparecían Tomoyo y su madre y una en particular donde Sonomi estaba acompañada por un caballero.
 
-William McAllister -concluyó Anessa-sama, Tomoyo ya les había hablado de él.
 
-Si, es él -asintió Tomoyo sin entusiasmo-. Esa se la voy a regalar a mamá.
 
-Parece decente -observó la señora Seri mirando fijamente la fotografía.
 
-Es amable -admitió Tomoyo.
 
-¿Pero? -inquirió Anessa-sama
 
-No sé, hay algo en él que me provoca desconfianza.
 
-Tienes buenos instintos mi niña. Así que solo será cuestión de tiempo para saber si estas en lo cierto. ¿Cuándo vendrá a vivir a Japón?
 
-Pronto, mamá ha empezado a buscarle apartamento. Incluso me ha pedido que la acompañe este sábado a ver algunos.
 
-Será cosa de tener paciencia, no me esperaba esto de Sonomi -admitió Anessa-sama.
 
-Creo que nadie -comentó Tomoyo-. Pensé que mamá odiaba a los hombres.
 
-Ahora sabemos que no.
 
Volvieron a concentrarse en las fotografías hasta que llegaron a la parte del final de viaje misma que Tomoyo había cuidado muy bien de no comentar.
 
-¿Y estas fotos de donde son? -preguntó Sakura notando el cambio.
 
-De China -respondió Tomoyo-. Fue el último sitio que visitamos.
 
-Es hermoso -comentó la señora Seri.
 
-Si, hay muchos sitios impresionantes.
 
-Tomoyo -dijo Anessa-sama-. Dijiste que tu mamá había prometido dos sorpresas, una fue el señor McAllister, ¿y la otra?
 
-China -respondió Tomoyo-. Esa fue la otra sorpresa, aún no entiendo porque, es decir, Hong Kong es precioso pero no sé…
 
-¿Hicieron algo en particular?
 
-Pues no, a excepción tal vez de que pasamos más tiempo juntas.
 
-¿A qué te refieres? -quiso saber Seri.
 
-Bueno, en otros sitios que visitamos siempre tuvo una o dos reuniones de negocios.
 
-¿Y en China no?
 
-Si, solo que esta vez me permitió acompañarla -y viendo los rostros confundidos explicó-. Mamá quiere iniciar negocios en China y lo hará a través de la familia Li.
 
-La familia Li -exclamó Sakura sorprendida-. ¿Quieres decir…?
 
-La familia de Fuutie y Sharoan. Visitamos la mansión de los Li incluso nos hospedaron ahí.
 
-Es una de las familias más poderosas y antiguas de China -informó Anessa-sama.
 
-Me di cuenta -asintió Tomoyo-. La mansión es aún más grande que mi casa y La Casa de las Rosas juntas.
 
-¡Tanto así! -Sakura estaba boquiabierta, no podía imaginar algo más grande.
 
-Eriol nos comentó algo cuando Shaoran lo invitó a pasar una temporada en su casa -dijo Anessa-sma-. Dicen que sus jardines son impresionantes.
 
-Esa es justo la palabra, impresionantes, hay varias fuentes distribuidas por el lugar y un pequeño estanque con peces y un puente. Un área de juegos para los niños, piscina, cancha de tenis. Un dojo de entrenamiento, los Li guardan grandes secretos en las artes marciales que pasan de generación en generación. Fue muy agradable estar ahí -Tomoyo hizo una pausa antes de agregar-. Shaoran estuvo presente mientras estuvimos de visita.
 
Sakura no pudo evitar lanzar un gruñido y hacer una mueca de disgusto, casi había olvidado que él pertenecía a esa familia.
 
-Aún no comprendo como es que Shaoran se comporta de esa manera contigo -comentó la señora Seri.
 
-Conmigo siempre ha sido atento -dijo Tomoyo-. Y somos de la misma edad.
 
-Tal vez es nov -dijo Sakura.
 
-No, no, eso no -negó Anessa-sama con seguridad-. Ese joven es una persona sencilla, jamás le ha dado demasiada importancia al dinero o a la posición social, es una de las razones por las que se lleva tan bien con Eriol.
 
-Entonces, lo que ese jovencito necesita es un buen regaño -concluyó Seri dispuesta a ofrecerse para la labor.
 
-Oh no, por favor -exclamó Sakura levantándose de un brinco-. No quiero que él sepa que lo escuché.
 
-Seguramente lo sabe cariño -dijo Anessa-sama.
 
-Pero no quiero que nadie diga nada, ya me siento bastante humillada. Además no quiero que piense que no puedo defenderme sola.
 
-Por supuesto que no -la secundó la señora Seri-. ¿Pero, entonces, ¿qué harás?
 
-No lo sé, estoy pensando en un cambio de look, tal vez un nuevo corte de cabello, algo que me haga ver más madura.
 
-Si, podría ser -dijo Anessa-sama mirándola de forma evaluativo.
 
-Yo conozco el sitió donde podrían hacerte el corte, son muy profesionales -ofreció Tomoyo-. Tal vez hasta yo me anime a hacerme algo.
 
-Debemos hacer planes, el cabmio debe ser paulatino, casi imperceptible -dijo Anessa-sama.
 
-¿Por qué? -preguntó Sakura.
 
-De esa manera, Shaoran irá notando los cambios poco a poc y ni siquiera se dará cuenta de que fue lo que paso. De repente “pum” le caerá de golpe el descubrimiento -Anessa-sama dio una palmada enfatizando el efecto-. De todos modos los hombres rara vez se dan cuenta de esas cosas.
 
-Pero yo quiero que se de cuenta.
 
-Y lo hará -prometió Anessa-sama-. Seri, creo que es hora del té, nos vendrá bien pues tendremos que hacer planes.
 
-En un momento estará listo -dijo Seri emocionada y salió disparada a la cocina.
 
Tomoyo y Sakura rieron contagiadas por la emoción, y pasaron el resto de la tarde ocupadas en el nuevo cambio de Sakura.
 
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Unos días más tarde Sakura y Tomoyo se encontraban en la pequeña boutique de vestidos de novia propiedad de la señorita Dita, esperando a que les entregaran el vestido de Fuutie.
 
Tomoyo miraba alrededor observando cada detalle del acogedor establecimiento. En la entrada había un aparador donde se exhibían dos vestidos, uno a cada lado de la puerta de entrada, en el interior había otros dos vestidos colocados en maniquies. Un estante con varias tiaras y gargantillas completaban la fachada exterior. Al fondo se notaban dos puertas una de ellas entreabierta que dejaba ver un enorme guardarropa y otras cajas esparcidas por el suelo. Al otro lado había otra puerta que conducía al vestidor y a un lado una zona con un par de confortables sillones y justo enfrente una parte muy especial, una pequeña tarima de forma circular de unos 10 cm de alto, donde la futura novia se paraba bajo unas luces especialmente dirigidas a esa zona y frente a esta tres espejos colocados en diferentes ángulos para que pudiera mirarse en ellos. Todo muy sobrio, acogedor, elegante y sencillo.
 
-No entiendo -decía Sakura mirando el reloj-. Se supone que el señor Li estaría aquí puntual.
 
-Tal vez se retrasó.
 
-¿Tal vez? Yo más bien diría que “ya” se retrasó. Y tanto que me exigió que estuviera aquí unos minutos antes porque no podía perder mucho tiempo.
 
-Seguramente se atoró en el tráfico, ya sabes como es a esta hora.
 
-No importa, al menos logre llegar antes que él.
 
Tomoyo no comentó nada pero contenía las ganas de reírse. Con Sakura y su acostumbrada manía de llegar tarde a todos lados, la pobre había sufrido bastante para estar puntual a la cita con “el señor Li”, incluso habían llegado 10 minutos antes de lo acordado.
 
-Y yo que le dije a mi hermano que no necesitábamos que nos llevaran -se quejó haciendo un puchero-. Y es que no podía imaginar nada peor que tener a mi hermano y al señor Li en el mismo lugar, solo puedo soportar a uno de ellos a la vez.
 
-Deja de pensar en eso -le aconsejó su amiga, y buscó la manera de distraerla-. Veamos los vestidos, a mi me gusto este -señaló Tomoyo.
 
-Es preciso -estuvo de acuerdo la ojiverde-. A mi me gustó aquel -señalando uno de los aparadores-. ¿Te imaginas cuando nos toque buscar nuestro vestido? -dijo soñadora-. Creo que son seguridad compraría mi vestido aquí.
 
-Yo también.
 
-Será divertido venir justas y probarnos los vestidos.
 
-¿Y por que no hacerlo ahora? -preguntó una voz detrás de ellas, las dos se volvieron para encontrarse con la señorita Dita-. Veo que les han gustado esos modelos, ¿por qué no se los pruebas?
 
Dita era no solo una joven diseñadora prometedora sino muy astuta. Desde que la joven Kinomoto las presentara había reconocido a la señorita Daidouji, heredera de una gran fortuna. Sería muy provechoso para ella si en el futuro la señorita Daidouji usara uno de sus modelos.
 
-¿De-de verdad? -tartamudeó Sakura emocionada.
 
-Por supuesto, el vestido de la señorita Li estará lista en unos minutos y mientras tanto pueden probarse algún modelo.
 
-¿Y si viene el señor Li? -preguntó Sakura recelosa.
 
-No te preocupes -dijo Tomoyo-. Si llega que se lleve el vestido, además no te había dicho pero Eriol quedó de pasar por aquí, así que seguramente él lo controlará.
 
-Entonces…. ¿lo hacemos?
 
-¡Si!
 
Al poco rato Tomoyo salía del vestidor con el vestido de novia que había elegido. Un diseño clásico con un top tipo corsé, que favorecía su figura, un escote un tanto atrevido para lo que la joven acostumbraba usar.
 
-Se ve muy bien señorita Daidouji -dijo la diseñadora, ayudándola a colocarse un pequeño velo.
 
-Es un vestido hermoso -suspiró Tomoyo.
 
-Y más aún la persona que lo lleva.
 
Tomoyo se quedó paralizada. Aquella voz profunda y algo burlona solo podía pertenecer a un hombre. Levantó la mirada y lo vio a través del espejo.
 
Llevaba puesto una camiseta negra ajustada al cuerpo y pantalones vaqueros desteñidos. Tenía las caderas apoyadas con aire indolente contra uno de los sillones y los brazos cruzados sobre el pecho. Una gran sonrisa recorría su atractivo rostro de oreja a oreja.
 
-¡Eriol! No me di cuenta que habías llegado.
 
-Mejor así -encogiéndose de hombros-. He podido disfrutar del momento en que has aparecido. Te ves espectacular.
 
La señorita Dita dándose cuenta de lo cercanos que eran prefirió desaparecer sigilosamente para darles intimidad.
 
-Fue idea de la señorita Dita -explicó Tomoyo buscando a la mujer y al no verla continuó nerviosa-. A mi me gustó este vestido y a Sakura otro y nos permitió probarlos, es solo por jugar.
 
-Pues tienes buen gusto como siempre -dijo Eriol acercándose a ella, desde donde estaba Tomoyo apenas quedaba a la misma altura que él-. Fantástica -susurró deteniendo la mirada unos segundos en el escote antes de mirar a su amiga a los ojos.
 
-¡Eriol! -exclamó Tomoyo golpeándolo en el pecho y trato de salir huyendo hacia el vestidor.
 
-Y el color es muy bonito -insistió él que adivinando sus intenciones no le permitió escapar.
 
-Bueno si, se supone que el blanco es el color ideal para una novia -suspiró resignada y en entonces volvió a mirarlo a los ojos y comenzó a derretirse ante la mezcla de calor y humor que vio en ellos.
 
-Me refería a este color -aseguró Eriol acariciándole levemente la mejilla con el dorso de un dedo-. Es muy favorecedor.
 
-“Cielo santo” -pensó Tomoyo sintiéndose indefensa ante su sonrisa y desorientada por su contacto.
 
-Aquí viene la señorita Kinomoto- anunció Dita rompiendo el mágico momento cosa que Tomoyo no supo si agradecer o no.
 
Eriol no dijo nada pero le tendió la mano para ayudarla a bajar de la tarima y juntos esperaron a que Sakura apareciera por la puerta.
 
Sakura salió sonriendo y ya había dado un par de pasos cuando notó la presencia del joven.
 
-¡Eriol! -exclamó horrorizada y trató de correr de regreso al vestidor.
 
-Alto ahí -dijo Eriol riendo y tomó a Sakura del brazo para impedir su huída-. No me van a privar de semejante belleza -y diciendo esto casi la arrastró a los espejos, la tomó de la mano y la ayudó a subir a la tarima.
 
Después de eso regresó a su sitio junto a Tomoyo y de forma automática volvió a tomar su mano. La joven trató de mantener su atención en Sakura y lo que Eriol le decía para animarla a girar, pues el joven al parecer de forma inconsciente acariciaba su mano haciendo círculos con el pulgar. Por fin las carcajadas de su amiga atrajeron su atención.
 
-Eres perverso Eriol Hiraguizawa -lo acusó Sakura-. Está bien giraré para que puedas “admirar” el vestido.
 
-Y la joven que lo lleva -aclaró Eriol.
 
-Por supuesto -dijo Sakura haciendo un gesto coqueto antes de empezar a girar.
 
Li Shaoran llegaba en ese momento y bajaba de su auto con aire decidido y apresurado al tiempo que hablaba con su secretaria por el móvil.
 
-No se cuanto más tardaré, el tráfico el día de hoy es terrible, es mejor que cancele mis citas de la tarde no creo poder…
 
Casi llegó a la entrada de la boutique cuando todo intento de pensar se esfumó como por arte de magia. Igual que su capacidad para hablar.
 
La señorita Kinomoto estaba sobre una tarima mirándose frente a tres espejos que la reflejaban vestida con un traje de novia que dejaba sus cremosos hombros al desnudo, el encaje del corsé se adhería a su figura hasta la cadera para después fundirse en una vaporosa tela que parecía flotar a su alrededor.
 
Estaba preciosa.
 
Inconscientemente volvió a resbalar la mirada sobre la piel desnuda de sus hombros.
 
Sakura no era consciente ni por asomo de lo sensual que estaba. No tenía idea de que en aquel vestido había algo ineludiblemente seductor y romántico.
 
Una fila de delicados botones se abría paso desde el borde de la espalda haciendo alto en las caderas. A pesar de su apariencia ingenua, las posibilidades de aquellos botones despertaron en Shaoran una imagen de lo más erótica.
 
Levantó la mirada hacia el rostro que reflejaba uno de los espejos justo en el momento en que un suave y sedoso mechón escapaba de lo alto del improvisado moño y rozaba una de sus mejillas sonrosadas. Una tímida sonrisa iluminaba su rostro.
 
Casi dejó caer el móvil cosa que lo devolvió a la realidad. Eso y la voz de su secretaria que lo llamaba preocupada.
 
-Llamaré más tarde -logró decir con dificultad y regresó al auto con el rostro encendido y la mente sumergida en un mar de confusiones.
 
-¿Sabes Sakura? -Decía Tomoyo mientras tanto-. Tal vez un corte de cabello no sea tan mala idea, algo por arriba de los hombros te quedaría bien, ¿verdad Eriol?
 
-Si creo que si -respondió Eriol no muy seguro de esos temas femeninos.
 
-Si, creo que me gustaría -dijo Sakura mirándose al espejo.
 
-Tal vez hasta yo me anime a cortarme el cabello -comentó Tomoyo y dio un paso hacia Sakura para poder mirarse al espejo.
 
-¿Qué? -exclamó Eriol apretando un poco más su mano para volverla hacia él-. ¿No hablarás en serio?
 
-¿Por qué no?
 
-Eso sería un crimen.
 
-Eriol tiene razón Tomoyo, tu cabello es precioso.
 
-El tuyo también y no ha parecido un escándalo.
 
-Me niego a permitir esa locura.
 
-Estás exagerando.
 
-No -Tomoyo lo miraba sorprendida pues se le veía muy serio-. Y haré lo que sea por hacerte olvidar esa idea.
 
-Tomoyo -dijo Sakura-. ¿Por qué no mejor nos cambiamos? El señor Li debe estar por llegar y no quiero que me encuentre así.
 
-Está bien, vamos a cambiarnos -y trató de seguir a su amiga a los vestidores.
 
-¿El señor Li? ¿Shaoran? -preguntó Eriol sin soltar su mano.
 
-Si, Shaoran. Es muy largo de contar -y trató de soltarse pero Eriol no se lo permitió.
 
-No era en serio eso de cortarte el cabello ¿verdad?
 
-No lo sé -dijo Tomoyo poniendo los ojos en blanco-. Lo dije por impulso, tal vez, no me he decidido, ¿qué importa si lo hago?
 
-A mi me importaría.
 
-¿Por qué?
 
-Me gusta tu cabello así como está -y tomó un mechón de cabello entre sus dedos-. No lo cortes.
 
Tomoyo sentía que el corazón le martillaba dolorosamente contra el pecho.
 
-“Cielos, ¿por qué tiene que mirarme así?”. Está bien, no me lo cortaré… todavía -y por fin logró soltarse para desaparecer en el interior del vestidor.
 
-No si yo estoy ahí para impedirlo -gritó Eriol para que lo escuchara.
 
-¿Por qué tienes que gritar tanto? -preguntó Shaoran sobresaltándolo.
 
Al fin había logrado tranquilizarse lo suficiente para entrar a la boutique, aunque también se había asegurado de que la señorita Kinomoto no estuviera cerca.
 
-¡Shaoran! Ya era hora, te perdiste de algo espectacular…
 
-No lo dudo -respondió Shaoran en tono aburrido.
 
-¿Qué te pasa? Te noto raro.
 
-Nada, solo estoy presionado -dijo masajeándose el cuello-. ¿Me harías un favor?
 
-Si.
 
-¿Podrías acompañar a la señorita Kinomoto a mi casa?
 
-¿La señorita Kinomoto? ¿No es eso demasiado formal?
 
-Se supone que lo haría yo -continuó Shaoran ignorando el comentario de su amigo y miró con aprensión hacia el vestidor-, pero el tráfico está terrible y debo regresar a la oficina. ¿Podrías hacerlo?
 
-Si claro, de todos modos pensaba invitarlas a comer.
 
-Perfecto, te debo una, despídeme de Tomoyo y de…
 
-Sakura -interrumpió Eriol-. ¿Por qué no la llamas así?
 
-Si de ella también. Wei estará en casa para recibirlos. Hasta luego -y apresurado salió del lugar.
 
No pasó mucho tiempo antes de que las chicas aparecieran y Eriol les explicara lo sucedido.
 
-Estuvo aquí -exclamó Sakura molesta-. No puedo creerlo, ya me imagino lo que dirá cuando hable conmigo -y ceñuda se alejó para recibir el vestido de Fuutie de manos de Dita.
 
-Es una larga historia -se limitó a decir Tomoyo.
 
-Después de llevarlas a casa de Shaoran las invitaré a comer para que me expliquen lo que esta sucediendo.
 
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Ya en el restaurante, cuando por fin Eriol logró sacarles toda la historia sobre el “señor Li”, la comida estaba servida y Sakura aún continuaba entre bocado y bocado con sus quejas.
 
-A estado molestando todo el tiempo, llamando a mi casa, o al trabajo, recordándome constantemente cuales son mis obligaciones, ¡como si no lo supiera!
 
-Constantemente ¿eh? -dijo Eriol pensativo.
 
-¡Si! Fuutie me dejó encargada de dos eventos, una reunión de exalumnas de una escuela para señoritas, una muy pequeña realmente y una fiesta para niños. Nada complicado. Pero el señor Li me cree incapaz de tomar decisiones sola.
 
-¿Y como es que no está en China apoyando a Fuutie en este momento -preguntó Eriol incrédulo.
 
-Fuutie así lo quiso, esperó a que su hermano regresara para hablar con él y después partir a China con su prometido.
 
-Ya veo -asintió comprendiendo. Conociendo a Shaoran era seguro que ya habría dejado algo arreglado con su madre ó no habría dejado a Fuutie y Yue enfrentar solos a Ieran Li-. Entonces Shaoran se ha dado a la tarea de supervisar lo que haces.
 
-Pues si -respondió Sakura con pesar-. Fuutie me dijo que podía acudir a él si tenía alguna emergencia, pero el señor Li prefiere evitar esas emergencias.
 
-Esa ha sido siempre parte de su ideología -explicó excusando a su amigo.
 
-Para mi mala suerte -dijo Sakura resentida-. Aunque es una fortuna que Fuutie contratara a una personas para que me ayudara en su ausencia.
 
-¿Eso hizo? -preguntó Tomoyo-. No me habías dicho, ¿quién es?
 
-Se llama Kahure Mihara pero le dicen Kahu. Es una persona muy agradable. Trabajara como jefe de meseros y además es un gran repostero. Al parecer su padre tenía una pastelería y él y sus hermanas aprendieron todo de él. Hace unos postres riquísimos.
 
-¿Los has probado?
 
-Si -asintió entusiasmada sintiendo que se le hacía agua la boca de solo recordarlo-. Hace un par de días invitamos a la señora Taidame la que esta al frente de la reunión de exalumnas a probar lo que serviremos en la reunión. Al final no podía dejar de alabar a Kahu y sus creaciones, es un genio.
 
-Quisiera conocerlo, ¿cómo es? -quiso saber Tomoyo curiosa.
 
-Es muy guapo -dijo Sakura inclinándose hacia su amiga-. Alto, de ojos café claro, lleva el cabello largo siempre sujeto en una coleta. Cuando está concentrado sus ojos se oscurecen, aunque nunca pierde el semblante amable y es un tanto misterioso.
 
-Amable y misterioso -repitió Tomoyo tratando de imaginar al hombre pero no pudo hacerlo pues Eriol carraspeó en ese momento llamando su atención.
 
-Y este señor Mihara… ¿cuántos años tiene?
 
-25, es un hombre emprendedor y muy seguro de si mismo…
 
-¿Ah si? -Sakura asintió-. ¿Y Shaoran lo conoce?
 
-No aún no, pero insiste en que debe hablar con él antes de la reunión de exalumnas.
 
-Pero con todo lo que dices sobre él Shaoran no podrá decir nada contra el señor Kahu ¿no crees? -dijo Tomoyo.
 
-Estoy segura que no, es perfecto para el negocio -Y suspiró-. Solo tiene un defecto.
 
-¿Cuál? -quiso saber Eriol muy interesado. ¿Era casado, divorciado… varias veces? ¿Inestable emocionalmente?
 
-Es gay.
 
-¿Cómo? -exclamó Tomoyo.
 
-Así como lo oyes, es gay. Un hombre que podría ser perfecto para cualquier mujer y es…
 
-Gay -terminó Eriol sintiendo un alivio inexplicable.
 
-¿Cómo lo sabes? -preguntó Tomoyo.
 
-Él mismo se lo dijo a Fuutie en la entrevista, dice que no esta dispuesto a trabajar con alguien que tenga prejuicios, incluso me lo dijo a mi directamente, por si yo tenía algún problema con eso.
 
-¿Y Shaoran lo sabe? -preguntó Eriol.
 
-No lo sé, no lo creo.
 
-Espero que el señor Mihara no se lo diga -dijo sonriendo.
 
-¿Por qué? ¿Acaso el señor Li es prejuicioso? “Aparte de todo” -pensó para si.
 
-No, en lo absoluto. Es muy respetuoso en esas cuestiones, es solo que será divertido que él lo averigüe por si solo.
 
Mientras que Sakura no comprendía donde podía estar lo divertido Tomoyo si lo entendió y miró a Eriol quien satisfecho le guiñó el ojo.
 
Siguieron comiendo, cambiando de un tema a otro permitiendo que Sakura recuperara su buen humor y olvidara por un momento al “odioso señor Li”
 
Cuando Sakura se excusó un momento para ir al tocador Eriol aprovechó para platicar con Tomoyo.
 
-Entonces mi abuela y la señora Seri también están involucradas en toda esta conspiración para darle una lección a Shaoran.
 
-Si, ninguna de nosotras comprendemos porque Shaoran se porta así con Sakura y queremos ayudarla.
 
-Yo puedo imaginarlo -dijo Eriol.
 
-¿Ah si? ¿Y cuál crees que es el motivo?
 
-Prefiero esperar hasta verlos juntos para confirmar mis sospechas.
 
-Tal vez puedas hacerlo en la boda de Fuutie, Sakura dice que será para el próximo mes, al parecer la señora Li no puso inconvenientes en que se llevara a cabo la boda.
 
-Ya me lo imaginaba, Fuutie siempre fue reacia al matrimonio y Yue es un buen partido, no creo que la señora Li dejará pasar esta oportunidad para casar a su hija más pequeña, ahora solo quedara Shaoran: pobre no tardaran en querer casarlo a él también. ¿Pero dices que será el próximo mes?
 
-Si, Fuutie y Yue no quieren esperar, solo están ajustando el día exacto con la familia Li.
 
-Espero que no sea justo cuando tenga que salir fuera.
 
-¿Vas a salir de viaje?
 
-Si, un viaje corto pero necesario. Hironubu insiste en que de una vuelta a una fabrica que tenemos.
 
-Mmm ¿otro pretexto para alejarte?
 
-Es posible, pero no hablemos de eso ahora, estoy de buen humor como para estropearlo.
 
-Esta bien, pero espero que tu viaje no coincida con la boda.
 
-Yo también -dijo Eriol viendo que Sakura se acercaba y se apresuró a decir-. Hazme un favor cuando renueven el guardarropa de Sakura incluye algunas minifaldas.
 
-¿Minifaldas? ¿Por qué?
 
-A Shaoran lo vuelven loco un par de piernas bien torneadas -explicó Eriol con una sonrisa pícara.
 
-De acuerdo -aceptó Tomoyo sonriendo a su amiga que ya llegaba a la mesa y pensando que nadie podía tener mejores piernas que las de Sakura Kinomoto.
 
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Estaban en una habitación anexa que se les proporcionaba a los novios y su cortejo para que se refrescaran después de la sesión de fotos. Ya todos habían salido excepto Sakura y Fuutie que terminaba de arreglar su vestido.
 
-La ceremonia fue preciosa ¿no crees Sakura?
 
-Si Fuutie, muy emotiva -asintió la joven que arreglaba el bajo el vestido.
 
-Estaba tan nerviosa -admitió Fuutie abanicándose con una mano-. Creí que iba a llorar, a gritar, a desmayarme pero…
 
-¿Pero? -sonrió Sakura incorporándose.
 
-En cuanto lo vi, tan sereno, tan gallardo… ya nada más importó. Casi ni me di cuenta de lo que sucedía a mi alrededor.
 
-Son una pareja estupenda -añadió Sakura recordando la forma en que se miraban. Aunque a diferencia de Yue, Fuutie sonreía todo el tiempo algo en la mirada de él decía que compartía los mismos sentimientos.
 
-Todo ha salido maravilloso Sakura, muchas gracias. No había tenido la oportunidad de decírtelo antes…
 
-Has estado muy ocupada, no te preocupes yo lo entiendo. Además mientras estés satisfecha con todo, eso será suficiente para mí.
 
-Te has encargado de todo estupendamente -y la miró fijamente-. Espero que mi hermano no haya sido un dolor de cabeza.
 
-Oh no, no lo fue -respondió Sakura sincera. Algo había ocurrido con el señor Li pues casi no estuvo en contacto con él.
 
Ya no supervisó la reunión de exalumnas, ni el cumpleaños. Y cuando Fuutie la llamó para pedirle que iniciara los preparativos para la boda ya con una fecha fija, el señor Li se limitó a enviar mensajes con su secretaria y a firmar cheques.
 
Cuando la familia Li en pleno arribo a Japón, todo se volvió un poco más caótico. Hubo una cena de compromiso días antes pero esta fue organizada por la señora Li.
 
Sakura aún no se acostumbraba a la matriarca de la familia. Una mujer que pese a su edad seguía conservando su belleza. Su porte y elegancia intimidaban pero a pesar de todo era una persona amable y sencilla. Serena, esa era la palabra que la describía mejor, parecía que nada podía tocarla o afectarla. A Sakura le recordaba más a su hijo que a cualquiera de sus hijas, tal vez por eso la ponía tan nerviosa.
 
Afortunadamente las hermanas de Fuutie la trataban como si fuera una más de ellas. Tan bulliciosas y sonrientes, la elección de los trajes de dama fue como una fiesta. Afortunadamente Tomoyo estuvo con ella ese día pues con su diplomacia habitual logró que las hermanas se pusieran de acuerdo respecto al color y el modelo.
 
-Es hora de regresar a la fiesta -dijo Sakura mirando su reloj de pulsera-. Ya casi es hora del baile nupcial.
 
-Tienes razón -dijo Fuutie volviéndose para lanzar una última mirada al espejo, alguien tocó a la puerta.
 
-Adelante -dijeron al mismo tiempo.
 
-Así que aquí está señora Tsukishiro -dijo Yue entrando al lugar. Fuutie no respondió solo se limitó a sonreír-. Por un momento pensé que te habías fugado con el padrino. -bromeó llegando hasta ella y rodeando su cintura con un brazo.
 
-A pesar de que el padrino es igualmente atractivo no me atrevería a abandonar a mi flamante esposo.
 
-Los dejo un momento, pero por favor no tarden o desaparezcan de repente -pidió Sakura acercándose a la puerta. Las escapadas de la pareja eran ya habituales, cuando más se les necesitó durante los días previos a la boda más difícil era localizarlos.
 
-No te preocupes Sakura, no iremos a ningún lado -prometió Fuutie un tanto sonrojada.
 
Apenas Sakura cerró la puerta, Yue abrazó a su esposa atrayéndola hacia él para besarla profundamente. Fuutie gimió un tanto sorprendida pero respondió al beso con la misma intensidad, entrelazando los brazos alrededor de su cuello.
 
-Me moría de ganas por besarte -dijo Yue contra sus labios con voz entrecortada.
 
-Pero si ya nos hemos bes…
 
No pudo seguir pues Yue volvió besarla con la misma intensidad, apretándola más contra su cuerpo, robándole el aliento.
 
-Si, pero apenas podía rozar tus labios, si intentaba algo más no podría contenerme y acabaría escandalizando a tu madre.
 
-¿Ah si? ¿Y como querías besarme? -preguntó provocativa.
 
-Tal y como a ti te gusta -susurró contra sus labios-. Quería provocarte y acariciarte, tenerte lo más cerca posible para poder aspirar tu olor.
 
-Yue -gimió Fuutie vibrando con cada palabra.
 
Volvieron a unir sus labios y si bien el beso igualaba en intensidad a los anteriores esta misma fue mermando en un intento de ambos por no perder el control.
 
-Es una lástima que no podamos escaparnos ahora -sonrió Yue sin dejar de abrazar a su esposa.
 
-No podemos -suspiró Fuutie pensando en todas las ocasiones anteriores que desaparecieron cuando ya no podían soportar más sin un momento a solas. Se obligó a pensar en algo más para no cometer la locura de pedirle a su esposo que la sacara de ahí-. Fue una sorpresa la elección del padrino.
 
-Si, lo sé. Si no fuera por Sakura jamás habría sabido que Yukito vivía en la misma ciudad.
 
-Es una lástima que hayan perdido el contacto tanto tiempo.
 
-Si, al morir nuestros respectivos padres, la madre de Yukito no pudo soportar la pérdida y se mudó más cerca de su familia. Mi madre por el contrario prefirió quedarse aquí cerca de todo lo que le recordaba a mi padre.
 
Fuutie sintió un escalofrío al pensar en lo que haría ella si de repente Yue no estuviera a su lado. Lo abrazó con más fuerza ocultando el rostro en su hombro.
 
-No pienses esas cosas -le dijo él al oído adivinando lo que sucedía.
 
-No -negó ella alejando sus temores-. El parecido con tu primo es asombroso, casi parecen hermanos.
 
-Nuestros padres eran gemelos.
 
Esta vez Fuutie sonrió pensando en lo feliz que sería si tuviera un par de gemelos, los hijos de Yue, sus hijos.
 
-A mi también me gustaría -dijo su esposo.
 
Fuutie empezó a reír disfrutando de la seguridad de su abrazo. No podía verle la cara pero sabía que él sonreía. Le gustaba la forma en que adivinaba sus pensamientos aunque no siempre fuera conveniente.
 
-Creo que es hora de reunirnos con los invitados -dijo ella echando hacia atrás la cabeza para mirarlo.
 
-Está bien -suspiró él resignado mientras tomaba su cara entre sus manos-. Pero antes… -y se inclinó para besar el rostro sonriente de su esposa.
 
Los novios fueron recibidos con aplausos y el baile dio inicio con música lenta, poco a poco y con la invitación del animador algunas parejas se fueron uniendo a los novios en la pista de baile.
 
Más tarde fue servida la exquisita cena. Sakura pudo tomarse un descanso mientras comía pues Haku había insistido mucho en eso según él por órdenes de la misma Fuutie.
 
Sakura optimista como siempre se dispuso a disfrutar de la cena aunque estuviera en la misma mesa que Yukito, Yukari y Touya. Fuutie también había insistido en que llevara una pareja para el baile y no habiendo más le había pedido a su hermano que la acompañara, frunció el ceño al recordar que eso le iba costar lavar los platos de toda la semana.
 
Volvió a mirar a Yukito y Yukari; y le sonrió a esta misma cuando ella inicio la conversación. Ya hacia tiempo que se había resignado a la perdida de Yukito pero aún sentía algunos aguijonazos de dolor al verlos juntos. Miró a su hermano y mantuvo la sonrisa esforzándose por que esta se viera reflejada en sus ojos.
 
Después de un rato desvió su atención a su alrededor, el salón era precioso, la iluminación perfecta y el conjunto que amenizaba la fiesta cumplía con su cometido. Esta vez no tuvo que fingir la sonrisa que iluminó su rostro, había sido la primera vez que organizaba un evento casi al 100 por ciento y eso era todo un logro, sobre todo si se tomaba en cuenta que era la boda de su jefa y que la madre de esta había mirado todo con aprobación después de darle su visto bueno.
 
Volvió a mirar alrededor para buscar en una mesa cercana a su mejor amiga. Ella también la miraba y levantó su copa a modo de saludo cosa que ella imitó.
 
Fue una sorpresa descubrir que la familia Daidouji había sido incluida en la lista de invitados, sobre todo porque era una celebración muy íntima. Solo familiares y amigos, la única excepción había sido Sonomi Daidouji que era solo una futura socia comercial de los Li.
 
Sakura dedicó un poco de atención a la señora Daioduji quien gozaba de un brillo particular y todo gracias a la persona que la acompañaba: William McAllister. No estaba segura si era porque Tomoyo le había hablado de él y se sentía predispuesta en su contra, pero no le había agradado en lo absoluto. Había algo en sus ojos que le producía desconfianza e incomodidad.
 
Volvió a ver a su amiga que no parecía muy cómoda, Tomoyo no había querido llevar pareja esperando que Eriol pudiera posponer su viaje en el último momento pero fue imposible. Había prometido hacer un esfuerzo por llegar al menos para la cena pero esta estaba por terminar y no había aparecido.
 
Anessa-sama había declinado la invitación pues no quería acudir a la boda sin su nieto y también se mostraba un poco cansada en esos días y prefería quedarse en casa.
 
Al terminar la cena se volvió a invitar a todos a pasar a la pista de baile. Sakura miró su reloj pensando que pronto sería la partida del pastel y pensó en ir a dar la vuelta para supervisar que ya lo hubieran entregado. Pero antes hizo unas señas a Tomoyo para que se acercara a ella.
 
-Veo que no estás muy contenta -le dijo en cuanto se encontraron.
 
-No mucho -admitió Tomoyo-. No me siento muy a gusto con la pareja -señaló con la cabeza a su madre y Wiliam.
 
-Mira, yo debo ir un momento a la cocina, ¿por qué no te sientas con mi hermano, Yukito y Yukari seguro estarás mejor ahí.
 
-Muchas gracias Sakura, no podría soportar otro minuto más a William y sus comentarios melosos.
 
Sakura sonrió y después de dejar a su amiga en la mesa se excusó para dirigirse a la cocina.
 
-Que bueno que llegas -suspiró Haku-. Tenemos un problema.
 
-¿Qué? ¿Qué pasa? -preguntó mirando a su alrededor.
 
-No han entregado el pastel.
 
-¡Cómo! No es posible, para esta hora ya debería estar aquí.
 
-Lo sé y no he podido comunicarme con ellos. ¿Por qué no lo intentas tú?
 
-Lo haré y ese pastel estará aquí aunque yo misma tenga que ir por él.
 
Sakura se dirigió a la recepción del salón y buscó en su agenda el número de la pastelería y se dispuso a llamar. Pasaron algunos minutos antes de que regresara a la cocina.
 
-¿Y bien? -preguntó Haku nada más verla.
 
-Ya están en camino, al parecer tuvieron algunas complicaciones y habían confundido varios envíos, el nuestro no debe tardar en llegar.
 
-Perfecto.
 
-Iré a dar un vuelta al salón, avísame cuando llegue el pastel ¿quieres?
 
-Como tú digas.
 
Al salir de la cocina y dirigir una mirada a su mesa, notó el momento en que el señor Li sacaba a bailar a Tomoyo. Poco después Yukito y Yukari los imitaron y entonces Sakura decidió acompañar a su hermano.
 
-Touya, ¿por qué no bailamos? -sugirió en cuanto llegó a la mesa, su hermano hizo un gesto de disgusto y Sakura añadió-. Está bien lavaré los platos de la siguiente semana también, pero bailaras conmigo cada vez que quiera.
 
-Si insistes -dijo Touya en un tono condescendiente que irritó a Sakura, aunque una vez que estuvieron en la pista de baile se olvidó de todo pues su hermano era un buen bailarín.
 
Tomoyo sonrió al ver que su amiga se divertía en la pista de baile, después miró a su pareja notando que estaba dirigiendo su atención a la misma persona que ella. Shaoran al verse descubierto se sonrojó levemente y se dispuso a explicar la situación.
 
-Mi madre me hizo notar que no habías bailado y que te encontrabas sentada junto a un joven tan serio que no parecía saber bailar, al menos en eso estaba equivocada ¿no crees?
 
-Si, como puedes ver Touya es un excelente bailarín -y después de una mirada especulativa agregó-. Sakura también baila muy bien, después de todo su hermano le enseñó.
 
-“Su hermano le enseño” -volvió su mirada a los hermanos Kinomoto y súbitamente llegó a su mente el recuerdo de otra persona, un hada rosa cuyo hermano le había enseñado a bailar.
 
Shaoran continuó bailando un tanto distraído mientras Tomoyo lo miraba con curiosidad, iba a hacer un comentario cuando un movimiento en la entrada del salón atrajo su atención. Shaoran por su parte fue sacado de su ensimismamiento al momento de sentir tensarse a su pareja.
 
-¿Pasa algo malo?
 
-No, nada de eso -contestó ella forzando una sonrisa y carraspeó antes de agregar-. Eriol acaba de llegar.
 
Shaoran se volvió hacia donde Tomoyo señalaba y comprendió al instante la incomodidad de la joven. Eriol estaba en la entrada del salón y acompañado ni más ni menos que por Kaho Mitzuki.
 
-Debe haber alguna buena explicación para esto -comentó Shaoran.
 
-Si, supongo que si -respondió Tomoyo conteniendo su irritación.
 
Eriol miraba alrededor cuando distinguió entre las parejas en la pista de baile a sus dos amigos. Levantó la mano y los saludó con entusiasmo. Aunque ellos le respondieron con una sonrisa también pudo notar que lo miraban con expresión interrogante, miró hacia la persona que lo acompañaba y justo en ese momento Kaho se colgó de su brazo, no le quedó más que suspirar resignado.
 
Volvió su mirada a sus amigos que continuaban bailando, no pudo evitar pensar que si no fuera por ese maldito viaje, él estaría bailando en ese momento con Tomoyo.
 
-Creo que es mejor que me acerque a saludar -dijo Shaoran-. ¿Me acompañas?
 
-Si no te molesta, preferiría regresar a mi mesa.
 
-Como quieras -respondió Shaoran mirándola fijamente.
 
Iban a adelantarse a la mesa cuando a Shaoran le llamó la atención un hombre alto vestido de mesero que hacía señas a la pista de baile. Confuso miró a su alrededor y notó que la persona a la que llamaba era justamente a la señorita Kinomoto.
 
-¿Quién es ese? -preguntó en voz alta sin proponérselo.
 
-¿Quién? -Tomoyo que siguiendo su mirada vio a Sakura salir de la pista de baile para reunirse con un mesero-. ¿No lo conoces?
 
-¿Debería?
 
-Pues… si -titubeo la joven-. Es decir, es la persona que recién contrató Fuutie, el jefe de meseros.
 
-¿El repostero? -Tomoyo asintió-. Parece que algo va mal -sin decir más se acercaron a la pareja, justo para escuchar la exclamación angustiada de la joven.
 
-No puedo creerlo, no puedo creer que pase esto.
 
-¿Qué es lo que no puede creer señorita Kinomoto? -preguntó Shaoran justo detrás de ella.
 
-“Lo que me faltaba” -pensó Sakura cerrando los ojos un segundo antes de volverse a mirarlo-. Nada que no pueda arreglar señor Li.
 
-¿Y qué es lo eso que necesita arreglo? -insistió Shaoran.
 
-¿Por qué no mejor me acompañan a la cocina para que lo vean con sus propios ojos? -sugirió Haku al notar que estaban llamado la atención.
 
Todos asintieron y se alejaron en dirección a la cocina, en cuanto entraron no hubo necesidad de preguntar el problema era obvio. El pastel de betún blanco era de una fiesta de aniversario y las palabras en dorado 25 ANIVERSARIO, parecían una broma cruel.
 
-¿Y ahora que haremos? -preguntó Shaoran un tanto exasperado.
 
-No podemos cambiarlo -dijo Sakura.
 
-¿Por qué no?
 
-Porque no hay tiempo, además el repartidor dijo que sería muy difícil saber donde estaba nuestro pastel.
 
-¿Cómo pudo suceder esto?
 
Tomoyo y Haku miraban a uno y otro como espectadores silenciosos.
 
-No me miré así, esto no es mi culpa. La pastelería se equivocó.
 
-Pero usted los contrató.
 
-No es la primera vez que lo hacemos, y no había sucedido nada parecido antes -y viendo que su respuesta no ayudaba se sintió al borde de la desesperación-. Pero claro eso no cuenta porque no importa lo que diga usted disfrutara echándome la culpa a mi.
 
-Está equivocada…
 
-No lo creo -aseguró Sakura enfrentándolo-. Ahora podrá agregar algo más a la lista de defectos que piensa que tengo.
 
-¿Cuál lista de defectos? ¿De qué esta hablando? -preguntó mirándola fijamente.
 
-Esto le dará un motivo perfecto para decirle a Fuutie que debe despedirme -continuó Sakura envalentonada.
 
-No tengo intención alguna…
 
-¡Basta! -gritó Tomoyo poniéndose entre ellos-. Esto no servirá de nada en este momento.
 
-La señorita tiene razón -secundó Haku alegrándose de que el altercado terminara pues la tensión en el lugar era perceptible-. Debemos pensar en el modo de solucionar esto.
 
-Pero que podemos hacer -gimió Sakura, todos miraron hacia el pastel.
 
-Puedo arreglarlo -dijo Haku repentinamente-. Solo que necesitaré tiempo.
 
-¿Estás seguro? -preguntó Sakura esperanzada.
 
-Puedo intentarlo.
 
-Pero no lo empeorará ¿o si? -soltó Shaoran.
 
-Estoy segura que Haku lo hará de maravilla -dijo Sakura vehemente, provocando que Shaoran frunciera el ceño-. Dejemos que trabaje, aún tenemos que pensar en algo para ganar tiempo.
 
-Dejemos que el conjunto siga tocando -sugirió Shaoran.
 
-Pero ya hemos anunciado que pronto se partirá el pastel, debemos hacer algo que justifique el retraso.
 
La mente de Sakura trabajo al máximo, saltando de una idea a otra hasta que s atención se centró en su amiga.
 
-¡Tomoyo!
 
-¿Qué?
 
-Tu puedes ayudarme.
 
-¿Yo?
 
-Si, por favor.
 
-¿Pero que puedo hacer yo?
 
-Recuerdas lo que hiciste hace un año en el festival de la escuela.
 
-¿Qué? -exclamó Tomoyo enrojeciendo-. No puedes hablar en serio.
 
-¡Claro que si! Lo hiciste maravillosamente -insistió con cierta desesperación-. Además recuerda cuanto lamentaste que tu mamá no estuviera presente, ahora esta aquí, podrá escucharte.
 
-Pero Sakura, no creo recordar…
 
-Yo creo que si, cuando estás contenta aún la tarareas.
 
-Pero hace mucho que no…
 
-Por favor Tomoyo.
 
-Está bien -aceptó la joven sintiendo que las piernas le temblaban.
 
-¿Qué está sucediendo? -preguntó Shaoran que apenas había comprendido lo que pasaba-. ¿Qué es lo que hará Tomoyo?
 
-No se preocupe, todo está bajo control -aseguró Sakura antes de tomar de la mano a su amiga y apresurarse a la pista de baile.
 
Detrás del escenario Sakura habló con el animador de la fiesta explicándole a grandes rasgos la situación, después junto con Tomoyo platicó con el pianista de la agrupación explicándole lo que pretendían, el hombre asintió de acuerdo.
 
-Damas y caballeros -dijo el animador-. Necesito su amable atención.
 
-No sabes como apreció esto Tomoyo -dijo Sakura a su amiga mientras le entregaba el micrófono que tomaba con manos temblorosas.
 
-Ni siquiera he ensayado -musitó Tomoyo recordando las largas horas de ensayo para el festival.
 
-Lo harás bien, como siempre -aseguró Sakura.
 
-Tenemos una sorpresa esta noche -continuó el animador-. Una buena amiga de la pareja les tiene un pequeño regalo: una canción dedicada a ellos. Por favor un aplauso para la señorita Tomoyo Daidouji.
 
Se escucharon los aplausos seguidos por algunos murmullos en el salón y después silencio. Tomoyo apareció con micrófono en mano y al sentir toda la atención en ella simplemente sonrió y dirigió una mirada al pianista para que empezara a tocar.
 
Te quedaras en mis sueños,
recorriendo mi mente,
habitando mí espacio.
Te quedaras en mis sueños,
hasta que logre sacarte...
¡Eso si algún día puedo!
Te quedaras en mi mente,
como algo inalcanzable,
como una fantasía que
nunca lograre realizar
Y aunque tus palabras
y tus gestos me hieran,
disimulare con una sonrisa
mi dolor de no tenerte.
Pienso en tu mirada
buscando algún sendero,
he imagino tu cabello
deslizándose por mis manos,
He imaginado tomarte entre mis brazos
para compartir un suspiro
y sentir el calor de tu cuerpo,
rozando con el mío,
pero solo eso es, solo un sueño.
Un sueño de recorrer con mis labios
tus besos perdidos y saborear el néctar que
despliega tu encanto,
Ese encanto que me lleva
a hacer locuras incontroladas,
ese encanto que se apodera de mi mano,
la culpable de escribirte estas letras,
porque escribiendo es la única manera
de poner mi corazón, cerca de tu lado
 
 
Al final de la última nota no había ningún ruido, unos segundos de silencio y después una enorme ovación
 
Tomoyo sonrió y se inclinó, entregó el micrófono y bajo del escenario donde las hermanas Li ya la esperaban para felicitarla. Yue y Fuutie se acercaban también. Sakura desde lejos seguía aplaudiendo cuando Tomoyo la miró le lanzó un beso gesticulando un gracias antes de salir corriendo a la cocina.
 
Cuando al fin terminaron todas las felicitaciones y el alboroto de las hermanas, Tomoyo se encaminó hacia la mesa pero al notar que Eriol había sido instalado en la misma mesa que Sakura y los demás, prefirió dirigirse a donde estaba su madre.
 
Cuando Sakura llegó a su destino pudo presenciar el momento en que Haku le daba los últimos toques al pastel. Las letras doradas habían desaparecido y salidos de la nada aparecieron una pareja de novios para coronar el pastel.
 
-No preguntaré como lo hiciste -dijo Sakura entusiasmada-. Pero si diré que eres genial.
 
-Muchas gracias Sakura, siempre es bueno complacer a alguien que aprecia mi trabajo.
 
-Te adoro -exclamó Sakura sin poder resistirse y se lanzó al cuello del hombre para darle un beso en la mejilla.
 
Shaoran desde de la cocina fue testigo del gesto de la joven. Inmóvil por la impresión fue incapaz de pronunciar palabra, había sentido una especie de golpe seco en el pecho cuando la vio posar sus labios sobre la mejilla de Haku.
 
-¿Está todo en orden? -preguntó con una voz que hasta el mismo le sonó extraña.
 
-Si, si -asintió Sakura feliz-. Puede verlo usted mismo.
 
Shaoran apenas dio unos pasos, observó el trabajo y asintió.
 
-Perfecto, podemos continuar -y miró a Haku-. Buen trabajo.
 
-Gracias señor Li -dijo inclinándose.
 
-Me has salvado la vida -susurró Sakura a Haku mientras Shaoran salía-. Ese hombre me odia.
 
Haku miró a Sakura con incredulidad pues a él no le pareció ver odio en las miradas que el señor Li le dirigía.
 
Ya mas sereno y mientras presenciaba la partida del pastel, Shaoran aprovechó la oportunidad para saludar a Eriol. Los jóvenes se apartaron un poco de la mesa para poder platicar.
 
-Creo que Tomoyo está un poco molesta -dice Eriol a Shaoran mientras observa en dirección a la chica.
 
-¿Y qué esperabas? -responde Shaoran-. No trajo pareja esperando que tu aparecieras, y cuando lo haces vienes acompañado.
 
-Lo sé, no pude evitarlo.
 
-Como que no pudiste evitarlo…
 
-Me encontré a Kaho en el aeropuerto y ya no pude deshacerme de ella.
 
-Si ya me imagino.
 
-¡Es la verdad! Insistió en acompañarme.
 
-Creí que habías dicho que terminarías con ella.
 
-Lo he intentado -dijo con un suspiro-. Ella está aferrada a que estoy confundido y ha aceptado a que después de hoy me dará un tiempo para reflexionar.
 
-Comprendo -murmuró Shaoran lanzando una mirada a la modelo, cuando se lo proponía Kaho podía ser testaruda. Además estaba seguro que esta sería la primera vez que la dejaran y no al revés.
 
-¿Y tú, no trajiste pareja? -preguntó Eriol a su amigo.
 
-No -gruñó a modo de respuesta-. Meiling iba a venir, pero en el último momento se quedó a cuidar a uno de mis sobrinos -Eriol lo miró sorprendido a lo que Shaoran añadió-: Varicela, solo así Shiefa vendría, no hubiera dejado al pequeño al cuidado de cualquier desconocida.
 
-Y entonces, ya no te dio tiempo invitar a nadie más.
 
-Aunque lo hubiera tenido no lo habría hecho, ya sabes lo que una invitación a la boda de una de mis hermanas supondría -y frunció aún más el ceño-. La chica supondría que la invito para que conozca a mi familia y ya estaría escuchando las campanas de boda sin que yo dijera una palabra al respecto.
 
-Así que preferiste venir solo.
 
-Mejor solo que mal acompañado.
 
La música volvió a sonar y las parejas se acercaron a la pista de baile. Eriol notó a Ieran Li acercándose a platicar con Sonomi Daidouji.
 
-Parece que tu madre ha hecho una nueva amiga -comentó mirando a la mesa donde estaba Tomoyo.
 
-Si, ha sido toda una sorpresa -Shaoran guardó silencio antes de añadir-. Hace tiempo que quería preguntarte algo.
 
-¿Qué? -dijo Eriol con aire ausente pues su atención estaba en el tal William que sacaba a Tomoyo a la pista de baile.
 
-Es sobre la fiesta de disfraces en tu casa… -y carraspeó incómodo-. Quiero saber quien era la chica con el disfraz de Hada.
 
-Eso es fácil -respondió Eriol conteniendo una sonrisa, Shaoran lo miraba con atención-. El Hada era Tomoyo.
 
-Estoy hablando en serio -gruñó Shoaran molesto-. Me refiero al Hada rosa de cabello castaño y ojos verdes.
 
-Con que un Hada rosa -y fingió pensarlo detenidamente.
 
-¡Eriol! -Lo llamó Kaho acercándose a ellos para tomarlo de la mano-. No he venido para estar sentada, vamos a bailar.
 
-¡Eriol! -gritó Shaoran exasperado.
 
-Lo siento amigo -se disculpó Eriol mientras era arrastrado a la pista de baile-. Lo pensaré lo prometo.
 
Tomoyo mientras tanto captó el momento exacto en que Eriol y Kaho aparecieron en la pista y no le quedo otro remedio que poner atención a lo que William le decía en ese instante.
 
-Fue una canción muy bonita -decía William al tiempo que se inclinaba un poco más hacia ella-. Tienes una voz hermosa Tomoyo.
 
-Gracias -respondió ella con incomodidad. Jamás hubiera aceptado bailar esa pieza con él si la mirada que le lanzó su madre no la hubiera obligado a ello-. La canté hace tiempo en la escuela.
 
-Sonomi no me había mencionado que cantabas tan bien.
 
-Es la primera vez que me escucha, ya sabes siempre está ocupada.
 
-Si claro, el trabajo. Pero podrías dedicarte a cantar profesionalmente -sugirió acercándola más a él-. Yo podría ayudarte con eso si quisieras…
 
-No lo creo -negó Tomoyo tratando de empujarlo y descubrió con molestia que él continuaba acortando el espacio entre ellos.
 
-¿Por qué? Con esa cara -y acarició su mejilla con un dedo-. Y ese cuerpo…
 
Tomoyo escandalizada sintió la palma de su mano bajando lentamente por la espalda. Iba a empujarlo y gritarle que la soltara cuando vio que alguien estaba detrás de él.
 
-Disculpe -dijo Touya tocando el hombro de William que de inmediato eliminó la presión de sus manos-. Esta pieza es mía.
 
-No lo creo -replicó William.
 
-A mi me parece que si -aseguró Touya con una fría mirada y sin esperar más liberó a Tomoyo de sus brazos y bailando se alejaron.
 
-Muchas gracias -dijo Tomoyo liberando el aire de sus pulmones.
 
-No me agrada ese tipo -respondió Touya viendo como William recobraba la compostura y se dirigía a su mesa como si nada pasara.
 
-¿Cómo te diste cuenta?
 
-Simplemente lo noté -dijo encogiéndose de hombros-. ¿Estás bien?
 
-Si, solo un poco sorprendida, no me esperaba… eso.
 
-Debes tener cuidado con él.
 
-Antes no estaba segura, pero ahora… -las palabras quedaron en el aire-. Tendré cuidado, gracias Touya.
 
Continuaron bailando. Tomoyo hizo un esfuerzo por dejar a un lado el incidente y de repente su mirada se topó con otra azul que la miraba fijamente. Eriol, también él se había dado cuenta y la miraba preocupado. A pesar de de seguir molesta sonrió para hacerle saber que estaba bien, aunque al posar su mirada en Kaho volvió a apartar la vista y miró en dirección a la mesa donde William y Sonomi platicaban con las manos entrelazadas, sintió una profunda tristeza, su madre no había notado nada, parecía tan ciega respecto a él.
 
Sakura llegó hasta su mesa vacía, pues todos estaban en la pista de baile y se sentó con un suspiro. Esa había estado cerca, pero gracias a (¿) y Tomoyo todo había resultado bien. Miró a la pista y sonrió al ver a Tomoyo y Touya bailando, se sorprendió al ver a Eriol pues no había notado el momento en que llegó y doble fue su sorpresa al ver a su pareja. Volvió a mirar a su amiga, pobre Tomoyo tan ilusionada que estaba con que Eriol apareciera.
 
Otra pareja atrajo su atención y un conocido dolor se instaló en su pecho. Ahí estaban y se veían tan felices. Yukari abrazaba a Yukito con ambas manos detrás de su cuello, y él la abrazaba por la cintura mientras le decía al oído algo que la hacía reír y peinó su cabello con mucho cuidado. Sakura dejó salir su dolor, no importaría que lo hiciera en ese momento cuando nadie la veía.
 
-¿Me permite esta pieza? -dijo Li Shaoran inclinándose hacia ella y ofreciéndole una mano.
 
-S-si -tartamudeó Sakura y colocó su mano en la de él, arrepintiéndose en ese momento. La había sorprendido, nada más podía explicar el que ella hubiera aceptado.
 
¿Por qué le importaba tanto? Se preguntaba Shaoran llevando a la señorita Kinomoto a la pista de baile. Aún estaba rumiando su mala suerte pues Eriol no parecía dispuesto a revelarle la identidad de su Hada cuando miró a la señorita Kinomoto sentada sola en la mesa y con una expresión tan triste en el rostro que le partió el corazón.
 
Adivinó el motivo de su tristeza al ver hacía donde dirigía su mirada. Yukito Tsukishiro padrino y primo del novio. En la cena de compromiso organizada por su madre, donde habían convivido las dos familias, había tenido oportunidad de tratar al hombre y también de notar la adoración con que la señorita Kinomoto lo miraba, absorbiendo cada una de las palabras que el hombre pronunciaba. Frunció el ceño ante el recuerdo. Ni siquiera tuvo que pensarlo demasiado y ya estaba caminando hacia ella para preguntarle si quería bailar. ¿Por qué no dijo que no?
 
-Resolvió muy bien lo del pastel -dijo él cuando estuvieron en la pista de baile.
 
-Gra-gracias -musitó Sakura comprendiendo que la estaba felicitando.
 
-Debo reconocer que la organización en general ha sido un éxito -añadió notando que el brillo volvía a sus ojos.
 
-Fue un reto -admitió Sakura alegre-. Pero me esforcé al máximo por Fuutie, merecía lo mejor.
 
-No voy a negar eso. Lo ha hecho bien señorita Kinomoto.
 
Sakura sonrió abiertamente ante el cumplido, era la primera vez que oía algo bueno de los labios de ese hombre.
 
-Siempre está sonriendo -murmuró él.
 
-Me gusta sonreír.
 
-Me gusta verla sonreír -confesó Shaoran con voz ronca.
 
La sensación de deja vú los envolvió a ambos, tensándose al mismo tiempo. Esas palabras ya se habían dicho antes en otro momento pero…
 
-Shaoran -lo llamó Eriol desde atrás.
 
-¿Qué? -gruñó Shaoran sin dejar de mirar a la señorita Kinomoto.
 
-La canción terminó.
 
Sakura y Shaoran rojos como la grana se soltaron al notar que ya nadie bailaba a su alrededor.
 
-“Tragame tierra” -pensaron mientras huían de la pista.
 
Continuará…
 
Nota de autora: Hola a todos, espero que hayas tenido unas lindas vacaciones de semana santa. Creo que ya seria cinismo de mi parte si me disculpo una y otra vez por no actualizar con la frecuencia de antes. Me esta tomando tiempo y hasta energía poder escribir cada capítulo, no se que me pasa la verdad. Me esta costando darle un rumbo ahora que he empezado con esta segunda parte y en realidad ahora tengo menos tiempo que antes para dedicarle al fic. Como sea insistiré en que seguiré escribiendo hasta llegar al final, hay muchas cosas que aun pueden suceder en este fic, muchas que siguen en mi cabeza y que se niegan a quedarse ahí aunque de repente me cueste tanto trabajo ponerlas en papel.
Como verán fue un capítulo largo pero estoy estableciendo lo que será para los siguientes capítulos, ahora si se habrán dado cuenta que ya hay más participación de Sakura y Shaoran y así seguirá. Por favor no se enojen con Eriol, ya le tocara su momento de sufrir. Yue y Fuutie no se con que frecuencia aparecerán tal vez no con la misma que hasta ahora. Me han dicho que tal vez pueda hacer algo para buscarle pareja a Touya y aunque me parece una tarea titánica creo que algo se me esta ocurriendo aunque OJO no prometo nada.
La canción que interpreta Tomoyo en realidad es un poema que saque de un mensaje de un grupo de Hotmail al que pertenezco el poema se llama Te quedaras en mis sueños y desconozco el autor, si alguien lo sabe que me lo diga para hacer la aclaración pertinente.
Una vez más les pido por favor, que me avisen cuando quieran añadirse a mi msn, no puedo admitir a nadie si no se de quien se trata, ya saben pro aquello de los virus. Así que esta es la ultima oportunidad para que alguien me diga si reconocen los siguientes nicks: MELISSA, manacols, feniiitha_x, thecrazyayame, tay_yen, karen_ss8, DINA. Se los agradeceré mucho.
Bueno, como siempre espero que les guste el capítulo, que no sea demasiado tedioso y espero sus reviews.
Hasta pronto
Daulaci