Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Simplemente... ¿amigos? ❯ Capítulo 16 ( Chapter 16 )

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Simplemente… ¿amigos?
Por Daulaci Serv
 
Con los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.
 
 
CAPITULO 16
 
 
Desde el momento en que cruzó la reja de su casa notó algo extraño en el ambiente. Iba a llevar el auto a la cochera pero la detuvo el chofer que ya le hacía señas.
 
-¿Qué pasa señor Akita? -preguntó cuando el hombre se plantó a su lado y abrió la puerta para ayudarla a salir.
 
-Yo llevaré su auto a la cochera señorita -informó el hombre con cierta aprehensión-. La señora la espera y no desea que se retrace un minuto más.
 
-¿Me espera? -exclamó con sorpresa mirando a la casa-. ¿Mi mamá está en casa?, ¿a esta hora? -el chofer asintió y ella se apresuró a sacar su bolso, los libros y la cámara que llevaba en el auto negándose a que el chofer las llevara por ella.
 
Al llegar a la puerta principal ni siquiera tocó la perilla pues una sirvienta la abrió de inmediato.
 
-Buenas noches señorita -saludó la mujer de mediana edad.
 
-Buenas noches, gracias -murmuró Tomoyo entrando lentamente mientras observaba el ir y venir de otros sirvientes.
 
-¡Tomoyo, al fin llegas! -Exclamó Sonomi bajando por las escaleras portando un elegante vestido negro-. ¿Por qué no contestaste a mis llamadas? He tratado de localizarte desde hace horas.
 
-Estaba en la biblioteca ya apagué el móvil, olvidé volver a encenderlo. “Mentira” -pensó Tomoyo, llevaba días apagando el móvil para no tener que contestar las llamadas de Eriol.
 
-Yo no sé para que te lo compré si lo llevas apagado.
 
-Todavía no me acostumbro a usarlo -se excusó Tomoyo.
 
-En fin, ya no importa, tienes que subir a cambiarte en este momento -y miró el reloj-. Apenas tienes tiempo.
 
-Pero… pero… no entiendo -balbuceó mientras su madre la empujaba a las escaleras.
 
-Los Li vendrán a cenar ¿no recuerdas?
 
-¡Hoy! -exclamó volviéndose a Sonomi-. Pensé que vendrían hasta el sábado.
 
-Cambiamos la fecha -explicó Sonomi un tanto impaciente-. La señora Li debe volver a China.
 
-No sabía nada.
 
-¿No lo sabías? Le dije a Toshime que te avisara… ¡espere! -gritó Sonomi a una empleada que llevaba un pesado jarrón con flores-. ¿A dónde lleva eso?
 
-“Toshime” -pensó Tomoyo arrugando el ceño, eso lo explicaba todo.
 
El ama de llaves llevaba tiempo en una actitud muy apacible, casi le sorprendió que no hubiera intentado sabotearla de algún modo… hasta ahora. Sería tal vez porque ahora su madre estaba tan distraída con la llegada de William que quería aprovechar la situación haciéndola quedar mal con los Li. Si no hubiera estado evitando a Eriol en esos días tal vez se habría animado a pasar a La Casa de las Rosas de regreso de la escuela y se habría perdido la cena en casa.
 
Justo en ese momento Toshime apareció seguramente buscando a Sonomi. Sus miradas se cruzaron. Tomoyo disfrutó el que una vez más los planes de Toshime no se cumplieran.
 
-¿Pero que haces ahí parada? -la reprendió Sonomi con cierta desesperación-. Debes subir a cambiarte.
 
Antes de que Tomoyo tuviera oportunidad de replicar la sirvienta que custodiaba la puerta volvió a abrir esta para cederle el paso a William que llevaba un par de botellas de vino.
 
Will! Llegas temprano -sonrió Sonomi feliz mientras caminaba hacia él.
 
-Pensé que podrías necesitar ayuda -explicó Wiliam y en cuanto Sonomi estuvo lo suficientemente cerca de él se inclinó y le dio un ligero beso en los labios, cosa que abochornó a todos los presente a excepción de Toshime que se limitó a arquear una ceja.
 
-¡William! -susurró Sonomi escandalizada-. ¿Qué va a pensar Tomoyo? -y miró a su hija de soslayo.
 
-Que su madre está tan hermosa que no pude contenerme -y lanzó una mirada a la joven.
 
Tomoyo escuchó perfectamente y supo que el comentario estaba dirigido a ella. Aún cargaba sus cosas de la escuela y supo que no podría escapar, aunque tal vez fuera mejor que lo saludara ahora que estaba su madre presente.
 
-William tiene razón mamá, eres una mujer muy hermosa -replicó Tomoyo mirando fijamente al hombre-. Disculpa si no te doy la mano pero estoy un poco cargada.
 
-Eso se puede solucionar fácilmente -respondió William dirigiéndose a ella.
 
Tomoyo no podía dar crédito a lo que pasaba, cuando él hombre se inclinó hacia ella y le dio un beso en la mejilla, tardándose unos segundos más de lo apropiado.
 
-Tan hermosa como la madre -dijo él.
 
-Will eres un adulador -sonrió Sonomi pues se alegraba que su hija se llevara tan bien con él y se volvió a mirar a la sirvienta que estaba en la puerta-. Llévese las botellas que trajo el señor McAllister. No debiste molestarte Will.
 
-Es un placer -aseguró entregando las botellas-. Traje tus favoritos, se que esta noche es muy especial. Hacer negocios con la familia Li será un gran paso para tu empresa y sobre todo para ti.
 
Tomoyo aún permanecía en su lugar, con las mejillas coloreadas por la furia que sentía. Un movimiento a su lado le recordó que Toshime había presenciado todo y se obligó a aparentar una calma que estaba muy lejos de sentir.
 
-Subiré a cambiarme mamá -anunció dándose la vuelta al mismo tiempo que balanceaba el peso de sus libros.
 
-Ya era hora, Toshime ayuda a Tomoyo con eso.
 
-No. Yo puedo hacerlo, gracias Toshime.
 
-Como prefiera señorita.
 
Tomoyo subió las escaleras tan rápido como pudo y entró a su habitación conteniendo las ganas de azotar la puerta. Dejó caer sus libros sobre la cama y se tiró a un lago lanzando un gruñido mientras se limpiaba la mejilla.
 
-¡Como se atreve! -masculló furiosa.
 
Desde el día de la boda de Fuutie y Yue había tratado de buscar el modo de hablar con su madre sobre “Will” pero se dio cuenta que de momento no podría hacer nada al respecto: Sonomi lo tenía en un pedestal y nada podría tocarlo. Además su relación con su madre aún era muy frágil y la confianza entre ellas no era tan sólida como para soportar una prueba así.
 
Se levantó de la cama lanzando maldiciones contra William y se apresuró hacia el baño. A la mitad del camino notó que alguien había dejado un vestido azul celeste colgado cerca de la puerta del vestidor. Lo tomó pensando que seguramente su madre lo habría elegido para que lo usara esa noche. Observando detenidamente el vestido concluyó que no sería una velada informal y recordó el atuendo impecable de William y el vestido largo de su madre.
 
Suspiró resignada y se dispuso a cambiarse después de meditarlo un poco decidió tomar un baño rápido. Eso le daría el pretexto para no bajar de inmediato, no quería correr el riesgo de quedarse a solas con William.
 
Al final justo iba bajando la escalera cuando llegaron Ieran Li y Shaoran. No hubo nada de falso en la sonrisa de Tomoyo al recibirlos cosa que complació a Sonomi.
 
Antes de cenar pasaron al salón donde tomaron unas bebidas y platicaron largamente sobre la boda de Fuutie. Según se dijo ella y su esposo habían salido de luna de miel en un crucero por las islas griegas que duraría un mes.
 
Al poco tiempo de que hubieron llegado Tomoyo notó a Shaoran más serio de lo normal. Cuando por fin se dirigieron al comedor, ella se animó a hablar con él.
 
-¿Esta todo bien? -le preguntó tomando su brazo para que la escoltara al comedero.
 
-Eso creo -respondió él con una mirada dubitativa.
 
-¿Qué pasa?
 
-Nada, nada -agitó la cabeza-. Es solo algo que sospecho.
 
-¿Algo que sospechas? ¿Sobre qué?
 
Pero ya no pudo responderle pues ya llegaban al comedor y Sonomi les indicó el lugar que ocuparían. A Tomoyo y Shaoran los sentaron juntos, ella aún lo miraba preocupada cosa que él notó.
 
-Mira, no te preocupes -le susurró para que no lo escucharan-. Tal vez solo estoy exagerando, ya después te contaré y te reirás con lo absurdo de la idea.
 
-Está bien -asintió Tomoyo aunque no estaba segura del todo.
 
La cena transcurrió con tranquilidad. Sonomi e Ieran hablaron sobre los negocios que tenían en común. Shaoran también participó mostrando su aprobación en cuanto a los beneficios que les daría trabajar juntos. Tomoyo escuchaba atentamente lo que se discutía y para su molestia William también participó en la platica tratando en lo posible de mostrar sus conocimientos en el tema.
 
Cuando por fin regresaron al salón para tomar el café el ambiente era relajado. Shaoran se mostraba más animado y platicaba con Tomoyo sobre las ventajas de estudiar en la universidad de Tokio.
 
-Tienen excelentes programas de postgrado -le decía Shaoran-. Compitiendo con las mejores universidades del mundo, así que eso me permitirá seguir estudiando sin tener que sufrir nuevamente los inconvenientes de un traslado.
 
-Lo que significa que aún vas a estudiar mucho tiempo ahí ¿cierto?
 
-Un par de años.
 
-Entonces es posible que nos veamos por ahí.
 
-Así es.
 
-¿Qué esta estudiando usted señorita Daidouji? -preguntó Ieran interviniendo en la conversación.
 
-Llámeme Tomoyo por favor -pidió con una sonrisa, Ieran inclinó la cabeza agradecida-. Tomo cursos de arte, me gusta mucho la fotografía.
 
-Tomoyo toma unas fotografías magnificas -añadió Shaoran.
 
-Y también toma algunos cursos de administración y economía -dijo Sonomi orgullosa.
 
-Por sugerencia de mamá -aclaró la joven.
 
-Lo consideré necesario pues después de todo algún día heredará los negocios familiares.
 
-Si, claro… Tomoyo debe estar preparada para el día en que deba ponerse al frente.
 
-Bueno, la verdad es que no creo llegar a estar “al frente” propiamente, estoy segura que habrá personas mejor capacitadas que yo para dirigir los negocios.
 
-O tal vez un buen matrimonio con la persona adecuada para manejar una empresa como la suya -sugirió Ieran Li sorprendiendo a los jóvenes.
 
-Bueno, supongo que es una posibilidad, aunque es muy pronto para pensar en ello -dijo Tomoyo.
 
-No estoy de acuerdo -objetó Ieran con suavidad-. Estas en una edad muy susceptible en la que cualquier cazafortunas podrían aprovecharse de tu inocencia.
 
-Yo también opino lo mismo -secundó Sonomi-. Y es por eso que la señora Li y yo hemos hablado sobre la conveniencia de una alianza entre nuestras familias respaldada con un matrimonio.
 
Tomoyo se sintió repentinamente mareada y obligó a sus pulmones a seguir respirando. Una ligera alarma había empezado a sonar al escuchar las palabras de la señora Li, pero esta se disparo escandalosamente en cuanto Sonomi empezó a hablar.
 
Movió la cabeza para mirar a Shaoran comprendiendo al fin cual era su preocupación, la mirada que le dirigió confirmó lo que pensaba. El joven ceñudo se volvió a mirar a su madre.
 
-No puedes estar hablando en serio.
 
-Claro que si -asintió Ieran con toda tranquilidad y dejo su taza de café a un lado-. La familia Daidouji es una de las mejores de Japón, un linaje impecable. Y una alianza comercial con ellas sería solo un agregado al matrimonio.
 
-Madre, habías estado de acuerdo en dejar de lado tu búsqueda por un esposo para mi -recordó Tomoyo sin poder contenerse, animada en parte por la actitud de Shaoran.
 
-Lo sé, y habría mantenido mi palabra si no hubiera surgido esta oportunidad. Sobre todo porque ya había notado lo bien que se llevan y el joven Li es alguien serio y responsable.
 
-Siempre pensé que querrías casarme con una joven China -declaró Shaoran dividido entre la sorpresa y el enojo.
 
-Y así era, pero desde que terminaste tu compromiso con Meiling no he encontrado a otra joven que llene los requisitos. Y como ya le he expuesto a la señora Daidouji, Tomoyo los cubre mejor que cualquier otra joven que conozca. Así que la nacionalidad no es para mi ya un requisito indispensable.
 
-Pero entonces… -Shaoran las miraba sorprendido-. ¿Están hablando de un compromiso? ¿Es eso? ¿Un compromiso formal entre nosotros?
 
Tomoyo no podía creer lo que sucedía, había tantas cosas que objetar, pero su mente estaba en blanco, desesperada volvió a mirar a Shaoran en busca de ayuda.
 
-Antes de poder decir algo más -dijo el joven poniéndose de pie-. Me gustaría hablar con Tomoyo a solas… Ahora -poniéndose de pie.
 
-¿Ahora? -exclamó Sonomi y miró a Ieran-. Por supuesto, Tomoyo porque no lo llevas a la biblioteca, ahí podrán hablar tranquilamente.
 
-Si, está bien -asintió Tomoyo sintiendo un ligero alivio.
 
Claro, hablarían y encontrarían la manera de evitar todo ese absurdo compromiso. Camino junto a Shaoran en dirección a la biblioteca. Solo cuando estuvieron dentro se animaron a hablar.
 
-Esto es una locura -soltó al fin-. Estas de acuerdo conmigo ¿verdad?
 
-Por supuesto -dijo él caminando de un lado al otro-. No te ofendas Tomoyo pero no estoy listo para comprometerme, no tan joven, y no estaré listo al menos en los próximos 10 años.
 
-Yo tampoco estoy lista -admitió Tomoyo siguiendo a Shaoran con la mirada-. No estoy preparada para algo así, además… además, yo no siento nada especial por ti. ¡Ni siquiera he estado enamorada! -y la imagen de Eriol vino a su mente contradiciendo lo que decía, sonrojada agregó susurrando para si misma-. O tal vez si.
 
-Yo tampoco -admitió Shaoran deteniéndose pues había escuchado sus últimas palabras. El rostro angustiado de Tomoyo era un reflejo de lo que él sentía.
 
Masculló exasperado y se dirigió a una de las ventanas. Mirando su propio reflejo recordó a su Hada Rosa. Ahora se hacía más imperioso para él encontrarla.
 
-Tomoyo -la llamó volviéndose hacia ella-. ¿Tú sabes quien era el Hada Rosa de la fiesta de disfraces de Anessa-sama?
 
-¿Qué? -preguntó confusa pero al instante comprendió-. ¿Ha-Hada rosa?
 
-¡Tú lo sabes! -exclamó Shaoran acercándose a ella.
 
Por supuesto que lo sabía. Eriol y ella sabían lo que había pasado esa noche, al menos lo suponían. Sakura tenía una ilusión enorme por volver a ver al misterioso hombre con el extraño disfraz verde. Y Shaoran quería saber quien era el Hada Rosa. Pero también sabían que si ellos se enteraban de la verdad antes de conocerse mejor, nunca se darían la oportunidad de hacerlo.
 
-Por favor Tomoyo si lo sabes dímelo -pidió Shaoran tomándola de los hombros.
 
-No puedo, no sé -tartamudeó sorprendida por su vehemencia-. No entiendo porque… Shaoran este no es el momento para esto, tenemos un problema y debemos concentrarnos en eso.
 
Preso de la desilusión Shaoran dejó caer los brazos a los lados. Tomoyo lo sabía, pero tampoco se lo diría pero, ¿por qué? Con cansancio se dejó caer en uno de los sillones.
 
-Lo siento Tomoyo, es solo que necesito… -y exhaló un suspiró-. Necesito tiempo.
 
-No te preocupes -dijo ella sentándose a su lado al tiempo que colocaba una mano sobre su brazo-. Pero, ¿para qué necesitas tiempo?
 
-“Para encontrarla” -pensó Shaoran y miró con detenimiento a la joven-. Tu madre no dejará de buscarte marido -fue una afirmación no una pregunta.
 
-Eso parece -asintió Tomoyo con pesar.
 
-Y mi madre había decidido empezar a buscarme una esposa a mi -se dejó caer en el respaldo del sillón-. Claro ahora que ha casado a todas mis hermanas se concentrará en . De haberlo sabido no habría apoyado a Fuutie.
 
-Lo habrías hecho de todos modos -lo contradijo sabiendo pues sabía que era verdad. Eriol le había dicho cuanto amaba y cuidaba de sus hermanas a pesar de ser el menor.
 
-Si -admitió él encogiéndose de hombros.
 
-¿Qué vamos a decirles?
 
-¿A nuestras madres?
 
-Tenemos que convencerlas de que esto no funcionará.
 
-¿Cómo sabes que no funcionaría? -quiso saber él-. ¿Cómo es que estás tan segura?
 
-Porque lo sé, porque me agradas pero no hay… chispa.
 
-¿Te parece? -preguntó incrédulo y volvió a incorporarse.
 
-¿A ti no?
 
-No lo sé, nunca lo había pensado.
 
-Bueno, yo tampoco pero es la verdad.
 
-Podríamos probarlo.
 
-¿Cómo?
 
-Solo hay una manera.
 
-¿Cuál?
 
Shaoran no respondió pero la miró fijamente y aspiró con lentitud. La observó atentamente, cada uno de sus rasgos hermosos y el brillo interrogante de sus ojos. La miró con aire resuelto, levantó una mano y con cierta reserva la colocó detrás de su nuca, con su pulgar comprobó la suavidad de la piel de su mejilla.
 
Tomoyo se sobresaltó un poco por el contacto y lo miró a los ojos sin miedo y comprendió lo que pretendía. Para ella no había duda, pero al parecer él si las tenía y Tomoyo estaba dispuesta a permitirle una prueba.
 
Shaoran volvió a acariciar su mejilla y la miró a los ojos haciendo una pregunta silenciosa, ella comprendió y asintió. Él miró la suavidad de sus labios y volvió a mirarla a los ojos. Haciendo un poco de presión en su nuca la acercó un poco a él, Tomoyo no se retrajo y cerró los ojos a modo de aceptación. Shaoran solo lo dudo un momento antes de inclinar la cabeza y besarla.
 
Apenas pasaron unos segundos cuando los dos empezaron a reír.
 
-Tenía razón -dijo Shaoran pegando su frente a la suya en un gesto fraternal antes de soltarla y alejarse un poco sin dejar de reír-. Fue como besar a una de mis hermanas.
 
-Yo no tengo hermanos -dijo ella riendo-. Pero creeré en tu palabra, fue como besar a un hermano.
 
-Y ahora que no hay dudas al respecto…
 
-Y ahora que “tu” no tienes dudas al respecto -lo corrigió Tomoyo risueña.
 
-Está bien, ahora que no “tengo” dudas al respecto, ¿qué haremos?
 
-No lo sé -respondió dejando de reír-. Mamá se enojará mucho.
 
-La mía también, pero se le pasará pronto -y la miró atentamente-. ¿A la señora Daioduji se le pasara pronto?
 
-No lo creo -dijo un tanto abatida-. No puedo decirle que eres un mal partido, o un aprovechado, o un bueno para nada, o que me caes mal. Decirle que no, no servirá.
 
-Tal vez pase lo mismo con mi madre -admitió pensativo-. Eres un buen partido Tomoyo Daidouji.
 
-Tú también Shaoran Li.
 
Los dos sonrieron y guardaron silencio meditando en la situación.
 
-Espera, tal vez hay una forma -exclamó sobresaltándola y le tomó las manos-. ¿Por qué no les damos por su lado?
 
-¿Quieres decir aceptar el compromiso? No, no, no. No creo que se buena idea.
 
-No, eso no. Podríamos pedir que no dieran tiempo para conocernos.
 
-Pero ya nos conocemos.
 
-No de la manera que ellas están sugiriendo. Podríamos aceptar salir juntos por un tiempo tal vez… como novios.
 
-¿Un noviazgo?
 
-Sin el compromiso -aclaró él-. Un noviazgo informal, sin la presión del compromiso.
 
Los ojos de Tomoyo brillaron comprendiendo el plan.
 
-Pero… ¿a que se refieren con que si el noviazgo no funciona? -quiso saber Ieran una vez que le explicaron sus intenciones a sus madres.
 
-A que si no sentimos algo el uno por el otro, no estamos dispuesto a comprometernos -dijo Shaoran resuelto.
 
-¿Quieren enamorarse? -preguntó Sonomi.
 
-Si o al menos sentir… algún tipo de atracción -contestó Tomoyo y agregó a modo de explicación-. Somos demasiado jóvenes.
 
-Y no hemos experimentado algún tipo de emoción parecida.
 
Las dos mujeres los miraban confusas, mientras William que todo el tiempo había permanecido extrañamente callado, entrecerraba los ojos, suspicaz.
 
-No queremos -continuó Shaoran-. Que después aparezca la persona adecuada para nosotros, no después de comprometidos o incluso casados. Queremos estar seguros.
 
-¿Y cuanto tiempo pretenden que dure este “noviazgo informal”? -preguntó William interviniendo en la conversación.
 
Tomoyo casi hubiera querido estrangularlo o por lo menos gritarle que no era de su incumbencia pero se guardo las palabras, solo porque ya había pensando en ese detalle también.
 
-Un año -respondió Tomoyo levantando el rostro con firmeza.
 
-¡Un año! Eso es demasiado -negó Sonomi.
 
-Estoy de acuerdo -dijo Ieran-. Seis meses.
 
-Madre…
 
-Seis meses Shaoran -lo detuvo antes de que continuara-. Si el noviazgo funciona o no, no tenemos porque esperar más.
 
-Pero, ¿y si en seis meses no estamos seguros? ¿Si necesitamos más tiempo? -preguntó Tomoyo.
 
-Igual podrán tener tiempo mientras están comprometidos -razonó Ieran.
 
-Está bien -aceptó Shaoran y antes de que Tomoyo protestara agregó-. Pero será un compromiso largo. Tomoyo y yo estamos de acuerdo en que aún es demasiado pronto para nosotros el pensar en matrimonio.
 
-¿Y cuánto tiempo quieren que duré el compromiso? -quiso saber Sonomi.
 
-Hasta un año después de que Tomoyo se gradúe, solo entonces podremos anunciar el matrimonio y empezar los preparativos para la boda. Y no negociaremos eso -sentenció Shaoran apoyado por Tomoyo que permanecía a su lado.
 
-De acuerdo -dijo Sonomi después de un largo silencio-. Si la señora Li también lo está
 
Ieran miró a su hijo fijamente por un largo periodo de tiempo. Lo conocía muy bien, mejor de lo que él creía y sabía que algo estaba tramando. “Seis meses de noviazgo formal”. Y miró a Tomoyo y pensó que tal vez el acuerdo no estaría tan mal, su hijo aún podía enamorarse de ella.
 
-Está bien, que así sea -respondió al fin para alivio de los jóvenes.
 
Tomoyo sonreía abiertamente mientras Shaoran solo hizo una inclinación agradeciendo a su madre la decisión y sin apartar la vista de ella pensó.
 
-“Lo siento madre, pero lo que tu no sabes, es que tal vez, tal vez… yo ya esenamorado”.
 
Unos brillantes ojos verdes ocuparon su mente.
 
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Habían llegado en un tiempo record al parque de diversiones, Sakura soltó un suspiro de alivio y se quitó el cinturón de seguridad. Se volvió a ver a su acompañante, era la primera vez que veía a Eriol así, nervioso y tal vez un poco molesto.
 
-Recuerda que prometiste ayudarme en la fiesta infantil -le dijo ella en cuanto apago el auto.
 
-No lo olvidaré -prometió él antes de bajar del auto.
 
Sakura lo vio darle la vuelta al auto para ayudarla a bajar, aunque más que ayudarla casi a sacó volando y sin soltarle la mano la arrastró tras de si mientras se perdían en la multitud. ¿Cómo se había metido en eso?, se preguntaba la chica tratando de seguirle el paso.
 
-Flash back -
 
Esa mañana de sábado había decidido pasar a saludar Anessa-sama y la señora Seri antes de enfrascarse en los preparativos de la fiesta infantil que celebraría el próximo fin de semana. Había días que no platicaba con esas dulces señoras y Sakura deseaba al igual que ellas comentar los últimos acontecimientos.
 
Cuando llegó ya la esperaban en la mesita de la terraza con el desayuno servido. Después de los saludos y el efusivo recibimiento de Canela, las tres se sentaron en la mesa a platicar tranquilamente.
 
-Sonomi Daidouji es tan lista como imaginaba -comentó Anessa-sama mientras daba un sorbo a su café-. No dudo que estuviera planeando todo esto desde antes de salir de viaje. Seguramente llevó a Tomoyo a China para que la señora Li le diera el visto bueno.
 
-La señora Li tampoco se habrá quedado atrás -dijo Seri pues ya bastante había escuchado sobre la madre de Shaoran-. Deben llevar tiempo planeando esto, ¿Dónde se habrán conocido?
 
-Eso es lo de menos -Anessa-sama hizo una mueca-. Ahora no habrá forma de que ayudemos a Tomoyo a deshacer esto.
 
-Al menos no en los próximos seis meses -asintió Sakura-. Es el plazo que han acordado.
 
-Podría haber sido peor -dijo Seri-. Podrían haberle arreglado un compromiso con alguien nefasto.
 
-Shaoran es un caballero -dijo Anessa-sama de acuerdo-. Por lo menos esperemos que así el tal McAllister se mantenga alejado de Tomoyo. Ese tipo es horrible.
 
Las tres estuvieron de acuerdo, Anessa-sama guardósilencio y miró hacia el jardín recordando la última conversación telefónica con Tomoyo, cuando la joven le contó lo sucedido aquella noche en su casa. Habría preferido platicar con ella personalmente pero comprendía que siguiera molesta con Eriol, después de todo solo había pasado una semana desde la boda. La propia Seri estaba furiosa con él por haberse presentado con Kaho a la fiesta.
 
Anessa-sama agitó la cabeza ligeramente y cerró los ojos para dar otro sorbo a su café. “Eriol, Eriol, ¿cuándo te vas a dar cuenta?”
 
-¿Ustedes creen que podrían enamorarse? -preguntó Sakura rompiendo el agradable silencio.
 
Las mujeres la miraron con sorpresa, ninguna de ellas se había planteado esa posibilidad. Otra persona más había escuchado esa misma pregunta y se había quedado inmóvil dentro de la casa, en un ángulo desde el cual no lo verían.
 
-No había pensado en eso -murmuró Seri y miró a Anessa-sama-. ¿Usted cree que sea posible?
 
-No lo sé, tal vez -dijo Anessa-sama pensativa-. No sería imposible.
 
-Tomoyo dice que el señor Li estaba de acuerdo con ella al pensar que sus madres aceptaron el tiempo de prueba esperando que esto sucediera. Aunque Tomoyo lo cree poco probable pues ellos hicieron una prueba.
 
-¿Una prueba? ¿Qué clase de prueba? -preguntó Seri.
 
-Se besaron.
 
Eriol tuvo que contenerse las ganas de… de… ¿de qué? Ni él mismo lo sabía. ¿Shaoran besando a Tomoyo? Tan ensimismado estaba procesando la noticia que no escucho lo siguiente.
 
-¿Y qué pasó? -exclamó Seri.
 
-Nada -respondió Sakura con simpleza.
 
-¿Nada? -dijeron las dos mujeres al unísono, inclinándose hacia la joven.
 
-Tomoyo dice que fue como besar a un hermano y al parecer el señor Li estuvo de acuerdo.
 
-Bueno, eso es un alivio -sonrió Anessa-sama.
 
-¿Ah si? ¿Por qué? -quiso saber Sakura, porque a pesar de lo indiferente que le era la situación a ella también le pareció que era un alivio y necesitaba una buena excusa para justificar esa sensación.
 
-Bueno, Tomoyo es muy joven aún, puede conocer a otras personas.
 
-Tiene razón mi señora, pero, ¿ahora que planean hacer?
 
-Tendrán que salir juntos durante los próximos seis meses -informó Sakura-. Por cierto que hoy es su primeracita.
 
-¿De verdad? ¿Y a dónde irán?
 
-Al parque de diversiones, han preferido que su primera cita fuera informal.
 
-Al menos suena divertido -estuvo de acuerdo la anciana-. Esperemosque Tomoyo nos cuente como les fue.
 
-¿Has dicho al parque de diversiones? -preguntó Eriol saliendo a la terraza a tal velocidad que las sobresaltó.
 
-Buenos días Eriol -saludó Anessa-sama recobrando la serenidad, la señora Seri apenas lanzóun gruñido.
 
-Buenos días -dijo Sakura siguiendoel ejemplo de la anciana.
 
-Buenos días a todas -respondió Eriol recobrando el controly se dirigió a Sakura-. ¿Entonces, han ido al parque de diversiones?
 
-Si -asintió Sakura y miró su reloj-. Precisamente en este momento el señor Li debe estar en su casa para recogerla.
 
-Shaoran -corrigió Eriol entre dientes-. Llámalo Shaoran, no le hará daño -y miró su reloj-. Entonces estamos a tiempo.
 
-¿De qué? -preguntaron las tres mujeres al mismo tiempo.
 
-Vamos Sakura -dijo él ignorando la pregunta-. Vas a acompañarme -y tomó su mano para llevarla con él.
 
-¿A-A dónde? ¿Por qué yo? -preguntó mientras era arrastrada. Como Eriol no contestó alcanzó a agitar la mano para despedirse-. Hasta luego, gracias por el desayuno.
 
Anessa-sama y la señora Seri agitaron la mano boquiabiertas, las dos se habían levantado de sus sillas y volvieron a sentarse.
 
-¿Qué fue todo eso? -dijo Seri.
 
-No estoy segura, pero supongo que todo empieza a tomar su cauce -respondió Anessa-sama con una sonrisa en los labios.
 
-¿A dónde vamos Eriol? -PreguntóSakuramientras era sacada de la casa-. ¿Tardaremos mucho? Tengo cosas que hacer.
 
-Vamos al parque de diversiones.
 
-¡Qué!
 
-Vamos a acompañar a Tomoyo y Shaoran en su cita.
 
-¿Qué? ¿Vamos? ¿Nosotros? ¿Por qué?-balbuceó mientras se soltaba de su mano.
 
-Porque, porque… ¡porque si!
 
-Ah no, yo no voy a ir a meterme a la cita de Tomoyo con, con… con ese hombre -espetó Sakura-. No lo soporto unas horas,menos todo el día.
 
-Por favor Sakura.
 
-No, no puedo -negó cruzándose de brazos.
 
-Sakura, Tomoyo aún esta enojada conmigo.
 
-Y con justa razón.
 
-Lo sé, lo admito, pero hasta ahora no me ha dado la oportunidad de disculparme, necesito hablar con ella.
 
-No lo sé.
 
-Por favor Sakura.
 
-Tengo cosas que hacer -dijo renuente.
 
-¿Qué cosas?
 
-Debo hacer algunas compras y recoger los disfraces.
 
-¿Disfraces?
 
-Para la fiesta infantil del próximo sábado -explicó Sakura-. Todos los del staff nos disfrazaremos de animales de granja.
 
-Te ayudaré con lo que quieras -ofreció Eriol-. Te ayudaré en la fiesta.
 
-Mmm no lo sé.
 
-Yo iré a recoger los disfraces.
 
-¿Me ayudarías a decorar?
 
-Lo que sea, lo que quieras, pero por favor haz esto por mi.
 
-Es un gran favor.
 
-Estoy consciente de ello, pero prometo que no te arrepentirás.
 
-Fin Flash Back-
 
-“Ya me estoy arrepintiendo” -pensaba Sakura mientras era llevada de un lado al otro.
 
-¿Dónde crees que podrán estar? -preguntó Eriol deteniéndose un momento.
 
-No lo sé.
 
-¿Qué le gusta a Tomoyo?
 
-A Tomoyo le gusta todo, aunque seguramente querrá empezar con algo tranquilo. Tal vez a la casa de los espejos.
 
-¡Vamos! -y volvió a tomarle la mano apresurando el paso.
 
Eriol empezaba a sentirse frenético, quería hablar con Tomoyo, quería que lo perdonara y sobre todo quería oír de sus labios lo que pensaba de todo ese disparatado plan. Shaoran ya había hablado con él por teléfono informándole lo sucedido. Claro que el muy canalla había olvidado mencionar lo del beso, aunque también le había dicho otras cosas que resultaban igualmente preocupantes.
 
-Flash Back-
 
-No puedo creerlo que me estás diciendo -dijo Eriol apretando el teléfonoen la mano mientras caminaba de un lado al otro en su habitación-. Te estás burlando de mi.
 
-Yo no haría eso. Jamás bromearía con algo así-respondióShaoran al otro lado de la línea, disfrutando de la reacción de Eriol-. Ya no tendrás que preocuparte por con quien sale Tomoyo en los próximos seis meses.Te sentirás tranquilo de que está a salvo conmigo.
 
-Pero, ¿por qué aceptaron? Pudieron decir que no.
 
-Que fácil suena cuando lo dices, pero no es tan sencillo.
 
-ES sencillo.
 
-No, no lo es. Mi madre estádecidida y por lo que vi la señora Daidouji también. Al menos tenemos una tregua y eso nos dará tiempo para pensar algo.
 
-El tiempo pasa volando -objetó Eriol-. Y si no se nos ocurre nada.
 
-Nos comprometemos y ya -dijo Shaoran con ligereza.
 
-¡Qué fácil!
 
-La verdad es que si -dijo Shaoran disfrutando cada vez más-. Eso nos daría por lo menos tres años más para decidir que hacer. Recuerda que no nos casaríamos de inmediato.
 
-Muy reconfortante -dijo Eriol con sarcasmo.
 
-Aunque también podría suceder algo más -hablópausadamente preparando a su amigo.
 
-¿Qué cosa?
 
-Que nos gustemos -lo dejó sin habla-. Tal vez que nosenamoremos, porque Tomoyo estuvo de acuerdo conmigo en que esto podría pasar -mintió-, y entonces con gusto cumpliríamos el deseo de nuestras madres.De todas maneras es alguien agradable y muy considerada. Muy diferente a las demás ¿No estás de acuerdo?
 
El silencio era tal que la línea parecía muerta.
 
-¿Eriol? -Shaoran contenía a duras penas las ganas de reírse-. ¿No te parecería fantástico, tus mejores amigos unidos por el matrimonio?
 
-Fin Flash Back-
 
-No, no me parece fantástico -murmuró Eriol vislumbrando la casa de los espejos disminuyó el paso y miró de reojo a Sakura. Aún le quedaba un AS bajo la manga.
 
Mientras tanto Tomoyo y Shaoran pasaban de espejo en espejo, riendo con las diferentes formas que adoptaban sus reflejos.
 
-Creo que nunca había visto a mi madre tan contenta -dijo Tomoyo.
 
-La mía estaba un poco escéptica pero también estaba satisfecha.
 
-¿Crees que se lo tomen muy mal cuando terminemos con todo esto?
 
-Tal vez, pero no podrán decir que no lo intentamos.
 
-Tienes razón. Aún no se como no me di cuenta de lo que sucedía. La visita a tu casa, la invitación a la boda.
 
-Parecía inofensivo ¿verdad?
 
-Pero a pesar de eso sospechabas, ¿o por qué estabas tan serio al principio?
 
-Si, me pareció rara, la urgencia porque nos reuniéramos en tu casa antes de que ella regresara a China y el que yo la acompañara.
 
-¿No se lo preguntaste a tu madre?
 
-Si, y me respondió que tu madre quería devolver el gesto por la invitación a la boda, aún así me pareció muy raro.
 
Siguieron caminando, comentando lo sucedido esa noche hasta que Shaoran se detuvo y miró de frente a la joven.
 
-¿Tomoyo? Aquella noche ya no me respondiste.
 
-¿Sobre que?
 
- sabes quien es el Hada Rosa -afirmó con tranquilidad.
 
-Bueno yo…
 
-No me respondas, solo dime una cosa, ¿Eriol te pidió que no me dijeras nada? -Tomoyo asintió dubitativa-. ¿Por qué? ¿Por qué es tan importante? ¿Quién es ella?
 
-No puedo decírtelo ahora, pero pronto lo descubrirás, lo prometo y entonces entenderás porque.
 
-¿Es algo malo? -preguntó con cautela-. ¿Está comprometida o casada?
 
-No, nada de eso. Ya verás cuando todo se descubra.
 
-Está bien -dijo no muy convencido-. Tomoyo, ¿puedo pedirte un favor?
 
-Si, claro.
 
-Bueno, verás… ayer por la noche platiqué con Eriol y le conté todo este enredo, pero le di a entender que tal vez tú y yo podríamos enamorarnos.
 
-¿Por qué?
 
-Para molestarlo -respondió encogiéndose de hombros-, para desquitarme por lo del Hada Rosa, para no desaprovechar la oportunidad de llevarle la ventaja alguna vez.
 
-No entiendo, ¿por qué habría de molestarle que nos enamoráramos?
 
-Le molesta créeme. Por eso quería pedirte que no me desmintieras al respecto, al menos por un tiempo.
 
Aunque no podía creer que Eriol pudiera molestarse por algo como eso, Tomoyo pensó que si eso era posible no estaría mal que Eriol sufriera aunque sea un poquitito.
 
-Está bien, lo haré, aunque no creo que Eriol lo pase muy mal.
 
-Así será lo prometo.
 
Al salir se encontraron con una sorpresa…
 
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Minutos más tarde las jóvenes caminaban un par de metros delante de ellos. Aprovechaban los breves momentos brindados para platicar mientras comían un helado.
 
-Todavía no se como es que me encuentro aquí -se quejaba Sakura.
 
-¿Pero como se enteró de que estábamos aquí?
 
-Fue culpa mía, lo siento. Me escuchó cuando hablaba con Anessa-sama y la señora Seri.
 
-No te preocupes; realmente no me molesta tenerte aquí o a él, es solo que no me he sentido con ganas de hablar con él, todavía.
 
-Está muy arrepentido -aseguró Sakura mirando de soslayo a los jóvenes-. Y desesperado por hablar contigo, el señor Li le contó lo sucedido y quiere saber lo que piensas.
 
-¿Por eso ha venido hasta aquí a buscarme?
 
-Así parece, incluso prometió ayudarme con los preparativos de la fiesta del próximo sábado, también me ayudará durante la fiesta.
 
-¿De verdad? -preguntó Tomoyo haciendo una mueca, pues ella también se había ofrecido a ayudar el día de la fiesta-. Supongo que alguna vez tenía que hablar con él.
 
-Si, pero por favor no me abandones a mi suerte con el señor Li, por favor.
 
Sakura aún se sentía apenada por lo sucedido en la boda y sabía que si se quedaba sola con él se sentiría muy nerviosa.
 
-No te preocupes, cada una de nosotras permanecerá con sus parejas -aseguró Tomoyo-, no pienso dejársela tan fácil a Eriol.
 
-Gracias -dijo aliviada y volvió a concentrarse en su helado.
 
-No puedo creer que te aparecieras aquí de esa manera -se quejaba Shaoran-. Y sobre todo no puedo creer que la hayas traído a ella.
 
-No pude evitarlo, además tenía que venir con algún pretexto, necesito hablar con Tomoyo y pedirle perdón.
 
-Como sea, pero si ella no quiere yo no la obligaré, además no me emociona que me dejes solo con la señorita Kinomoto.
 
-Sakura, se llama Sakura, ¿por qué te cuesta tanto trabajo llamarla por su nombre?
 
-No lo sé -murmuró Shaoran entre dientes.
 
-No entiendo por qué -prosiguió Eriol-. Es una mujer preciosa, interesante y divertida.
 
-¿Mujer? Es apenas una niña.
 
-Una niña no tendría esas piernas tan largas y torneadas -señaló Eriol con una sonrisa picara.
 
Shaoran lanzó una mirada furiosa a Eriol quien insistía con la mirada para que observara las precisas extremidades. Como si hubiera sido posible ignorarlas desde el primer momento, cuando se apareció con la señorita Kinomoto vestida con una blusa de algodón y unos pantalones cortos. Llevaba el cabello recogido en una coleta y algunos mechones escapaban de ella. Una imagen angelical y seductora.
 
-No me interesan sus piernas -mintió-. Se supone que estoy en mi primera cita con Tomoyo y no dejaré que la estropees.
 
-No lo haré -aseguró Eriol cruzando los dedos en su espalda.
 
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El resto de la tarde pasó rápidamente Tomoyo mantuvo su palabra y no dejó a Sakura sola con el “señor Li” ni un momento. Shaoran por otra parte receloso de las intenciones de Eriol cooperó en todo momento sin despegarse de Tomoyo en parte claro por molestar a su amigo y por otro lado porque no quería quedarse a solas con a señorita Kinomoto y sus delicadas piernas.
 
Pasaron la tarde de atracción en atracción, Sakura fue la más entusiasta en todo momento, siendo ella quien eligiera los juegos más arriesgados. Tomoyo aceptaba renuente en algunos casos y la mayoría de ellos acababa abrazada a Shaoran.
 
Después de montar en los caballitos y comer algodón de azúcar, se subieron a los coches de choque donde Tomoyo dejó ver un poco su agresividad sorprendiendo a todos incluso a si misma, su desahogo fue un todo momento contra el coche que ocupaba Eriol.
 
-¡Hey! -gritó Eriol en el décimo ataque y observó la satisfacción en el rostro de su amiga a lo que agregó sonriendo-. ¿Después de esta tortura podrás perdonarme?
 
Tomoyo respondió volviendo a chocar su carro.
 
-¿Al menos dejarás que me disculpe antes de matarme?
 
-Tal vez -gritó la joven alejándose para volver a enfilar su coche hacia su objetivo favorito.
 
Cuando por fin dejaron los coches de choque Tomoyo suspiró feliz y se acercó a Shaoran. Sakura ocupó su lugar junto a Eriol manteniendo la distancia con el otro joven con un aire de inocencia observaba alrededor. Después de ver a Tomoyo chocando el coche contra el de Eriol ella no pudo evitar probar esa misma satisfacción y chocó un par de veces y con mucha fuerza el coche de Li.
 
Para el atardecer decidieron comer algo y mantuvieron una charla amena e intrascendente lo que les permitió relajarse. Después de la comida decidieron concentrarse en los juegos de premio.
 
Era el turno de elegir de Shaoran y se decidió por el tiro al blando con rifles. Dejaron a las chicas probar primero. Sakura demostró gran destreza derribando la mayoría de los blancos. Tomoyo no tuvo tanta suerte y solo tiró uno.
 
-¿Cómo le haces Sakura?
 
-Es fácil -aseguró la joven-. Touya me enseñó
 
-Te mostraré como Tomoyo -ofreció Shaoran adelantándose a Eriol y sacó un billete para pagar un par de rondas más para ambas chicas-. Debes tomar el rifle así.
 
Shaoran se colocó detrás de Tomoyo y pasó los brazos a su alrededor para ayudarla a levantar la mira y colocarle las manos en posición adecuada. El disparo salio acertando en el centro.
 
-No es tan sencillo -comentó Tomoyo insegura y permitió que Shaoran volviera a mostrarle como hacerlo.
 
-Ahora entiendo -murmuró Sakura apuntando y disparó acertando en el blanco.
 
-¿Qué cosa? -preguntó Eriol sin apartar la vista de sus amigos.
 
-Ahora entiendo lo que me dijo Touya al enseñarme -respondió volviendo a disparar aunque esta vez falló, hizo una mueca antes de dejar el arma-. Touya me enseñó según él para no permitir que algún “mequetrefe” me abrazara con el pretexto de enseñarme y pues… -señaló a la otra pareja-. Ahora entiendo a lo que se refería.
 
Eriol escuchó a Sakura observando con los ojos entrecerrados, cada movimiento de Shaoran. No parecía haber nada atrevido en ellos, la tocaba solo lo necesario y aunque sus rostros estaban cerca no intentaba rozar la piel de la joven. Después de que Tomoyo acertara el tercer tiro consecutivo se volvió sonriendo a Shaoran provocándole un nudo en el estómago a Eriol.
 
-Es tu turno Eriol -dijo Sakura.
 
-No gracias, sigue tú por favor.
 
-¿Estás seguro?
 
-Seguro -dijo sin apartar la vista de Tomoyo que ya lo intentaba sin la ayuda de Shaoran.
 
-Es divertido -comentó Tomoyo al terminar su turno y dejarle el lugar a Shaoran-. Te toca, déjame ver que tan buena es tu puntería.
 
Y era realmente buena, al final le ganó a Sakura por apenas diferemcia de un punto cosa que molestó a la chica.
 
-Quiero intentarlo otra vez -anunció Sakura buscando dinero para pagar pero Shaoran se le adelantó.
 
-¿Una competencia señorita Kinomoto? -la retó sin poder contenerse.
 
-Porque no -respondió Sakura con ligereza.
 
Y empezaron con la competencia, empataron en la primera ronda y Sakura dio unos pequeños saltos de felicidad pues era la primera vez esa tarde que no fallaba. Entonces iniciaron la segunda ronda.
 
Eriol observaba la “amistosa” competencia con aire satisfecho. De repente miró hacia un lado para mirar a Tomoyo. Llevaba unos jeans azules y una blusa de algodón sin mangas. Ese día se había recogido el cabello en una trenza larga, tal y como hacia cuando se conocieron. Sonrió mirando por arriba de su cabeza algo que llamó su atención y su mirada brilló con picardía.
 
Tomoyo estaba tan absorta observando a sus amigos que apenas y se dio cuenta cuando Eriol la tomó de la mano cuando ya la llevaba con él.
 
-¡Eriol! ¿A dónde me llevas?
 
-Por ahí, es hora de que hablemos.
 
-Pero, pero… no podemos, no podemos dejarlos solos -objetó justo cuando miró a su amiga por última vez quien ni siquiera había notado que ellos se había ido.
 
-Si podemos, ya son adultos, podrán estar a solas unos minutos.
 
-Pero…
 
Y ya no pudo decir más pues ya se perdían entre la multitud.
 
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Minutos más tarde Sakura entregaba a regañadientes el rifle al encargando del local. Después de cinco juegos había perdido en el último tiro, dándole la victoria al señor Li.
 
-No se enfade señorita Kinomoto -dijo Shaoran procurando sin mucho empeño evitar una sonrisa satisfecha.
 
-No me enfado, solo ha sido un tiro. Estoy segura que los años de notable sabiduría que nos separan fueron de gran relevancia para el éxito que obtuvo -sonrió sarcástica-. Con un poco de suerte la situación habría sido al revés.
 
-Tal vez -concedió Shaoran.
 
Los dos miraron hacia atrás notado al fin con sorpresa y horror que Eriol y Tomoyo no estaban en ningún lado.
 
-¿Dónde están? -preguntó Sakura con un gemido.
 
-No deben estar lejos -respondió Shaoran molesto mientras buscaba alrededor.
 
-No puedo creerlo -se quejó Sakura-. Seguramente…
 
-Eriol -terminó Shaoran-. Tendremos que esperar a que regresen, señorita Kinomoto.
 
Sakura miró alrededor con cierta aprehensión, la mayoría de los locales estaban vacíos, la gente estaba disfrutando lo más posible de las atracciones antes de la hora de cierre.
 
Había estado tan concentrada en el juego que no había notado que ya estaba oscureciendo.
 
-¿A dónde va? -preguntó ella al notar que Shaoran empezaba a caminar.
 
-No regresarán enseguida señorita Kinomoto -respondió él con las manos en los bolsillos, en una postura relajada pero muy, muy alejada de lo que en realidad sentía-. Y no pienso quedarme aquí esperando.
 
-¿No irá a dejarme aquí sola?
 
-No, no pretendía hacerlo. ¿Por qué no caminamos alrededor y vemos algunos juegos? -sugirió.
 
-Pero, ¿y si regresan y no estamos?
 
-Estaremos cerca -prometió empezando a caminar.
 
-Que remedio -murmuró mientras lo seguía.
 
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-¡Allá están! -señaló Tomoyo desde las alturas.
 
-Te dije que desde aquí los veríamos -dijo sonriendo satisfecho apenas le había llevado unos minutos estar subidos en la rueda de la fortuna. Era un poco vieja, con asientos de madera en los que apenas había espacio para dos personas.
 
-Nos están buscando, te dije que nos buscarían, tal vez estén preocupados.
 
-No lo creo, además no tardaremos demasiado, será fácil encontrarlos.
 
-Muy bien -Tomoyo notó que estaban muy apretados y sintió un escalofrío.
 
-¿Tienes frío?
 
-No.
 
-Te pasaré el brazo por los hombros -dijo Eriol.
 
-No hace falta.
 
Eriol la ignoró sonriendo mientras la abrazaba.
 
-¿Ves? Así estamos mejor.
 
Siguieron moviéndose y otra vez iba para arriba. Nerviosa Tomoyo pensó que le hubiera gustado ser un poco más moderna, tomarse las cosas con calma. Pero cada vez que Eriol la tocaba se ponía de nervios.
 
La rueda volvió a bajar, intentó respirar más tranquila. Volvieron a subir, una vuelta más y estarían en el suelo.
 
Pero el alivio duro poco, ya estaban llegando a la parte más alta cuando la luz se fue, la rueda se detuvo dejándolos en el punto más alto.
 
-¡Oh no! -gritó Tomoyo aferrándose a los asientos. Otros gritos se escucharon alrededor.
 
-Calma -le susurró Eriol apretándola un poco más-. La energía no tardará en volver y nos bajaran.
 
Tomoyo no dijo nada, no le preocupaba tanto estar en las alturas, lo que la tenía de verás intranquila era estar ahí a solas y a oscuras con Eriol Hiraguizawa.
 
-Esto nos da la oportunidad perfecta para hablar -bromeó Eriol pero de inmediato cambio a un tono más serio-. Ya en serio Tomoyo, perdóname por haber llegado a la boda con Kaho.
 
-No importa -mintió ella tensándose al instante en que escuchó el hombre de la modelo.
 
-Si importa, no debí llegar con Kaho. Me la encontré en el aeropuerto y ahí no pude deshacerme de ella. Pero debí ser más firme y no dejarme llevar por sus caprichos, es un hábito del que no he podido olvidarme.
 
-No importa -insistió exhalando un suspiro-. Yo entiendo, no podías dejar a tu novia para encontrarte conmigo…
 
-Ella no es mi novia.
 
-Y nosotros -continuó ignorando la protesta de Eriol-, somos simplemente amigos. Ella es tu novia y las novias tienen prioridad.
 
-No es mi novia. No lo es.
 
-Eriol no mientas -lo reprendió molesta.
 
-No estoy mintiendo. Kaho no es mi novia, ella nunca fue mi novia, era… era…
 
-Tú amante -soltó Tomoyo agradecida porque la oscuridad ocultara su sonrojo y tristeza.
 
-S-si, eso éramos -tartamudeó incómodo-. Éramos, ya le he dicho que no quiero seguir así y ella estuvo de acuerdo en que después de la boda ya no nos veríamos.
 
-¿De verdad? -preguntó incrédula, aunque su corazón empezó a latir con fuerza.
 
-De verdad.
 
-¿Por qué?
 
-Porque me di cuenta que no es la persona adecuada para . Los planes que tenemos para el futuro no son los mismos.
 
-Lo lamento Eriol, ella debió ser importante para ti.
 
-En realidad no, ella era buena… -carraspeó-, amiga. Nuestra relación nunca fue formal, era más bien cómoda.
 
-¿Cómoda?
 
-Si, nos gustábamos, nos gustaba estar juntos, frecuentábamos los mismos lugares, la misma gente y cuando coincidíamos en una ciudad… nos gustaba estar juntos.
 
-¿Y ya no te gusta?
 
-No, ya no. Tomoyo por favor perdóname.
 
-Te perdono -dijo suavemente, Eriol sonrió agradecido.
 
-Ahora quieres explicarme que es todo eso del compromiso con Shaoran.
 
-No estamos comprometidos -recordó lo que Shaoran le había pedido y agregó evitando su mirada-. Bueno, al menos no todavía.
 
-¿Todavía no? -exclamó horrorizado provocando que el asiento se moviera.
 
-¡Eriol! Mueves el asiento -se quejó temblorosa aferrando su brazo.
 
-Lo siento pero, ¿es que realmente estas considerando comprometerte con él?
 
-Pues… -dudo un momento antes de agregar-. Si, lo estamos considerando.
 
-¿Estamos?
 
-Todo podría pasar -se encogió de hombros-. Shaoran no es un mal partido, tal vez… tal vez con el tiempo…
 
-¿Podrías sentir algo por él?
 
-Tal vez -murmuró ella sintiéndose un poco mal por mentirle.
 
-Se besaron -dijo él casi como una acusación-. Hicieron una prueba -ella asintió-. ¿Qué sentiste?
 
-Pues yo, es que bueno… no estoy segura. Olvida esto Eriol, estoy confundida no sé…
 
Él tomó su cara entre las manos y la protesta de Tomoyo se perdió en los labios de Eriol.
 
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Un momento antes de que se fuera la luz Shaoran estaba intentando ganar un oso de peluche explotando globos con dardos. No cualquier oso, era el peluche que le había gustado a la señorita Kinomoto. Ella había intentado ganárselo pero su puntería con los dardos era pésima.
 
Shaoran aún no entendía como o porque pero el ver su mirada desilusionada fue como un golpe en el pecho y por simple impulso estaba ya pagando por su turno y lanzando dardos con mejor puntería. De repente, enfadado, tiró los dardos que le quedaban explotando 10 globos.
 
-Oiga, no tiene que hacerlo tan rápido -dijo el encargado del local con expresión asustada. No parecía tener ganas de darle más objetos punzantes.
 
-Deme el oso -gruño Shaoran.
 
-Tome, tome -dijo el hombre bajando el enorme oso blanco.
 
Shaoran se volvió a Sakura y prácticamente le puso el oso en la cara y en ese momento la luz se apagó.
 
La poca gente que había alrededor gritó incluida Sakura que sin pensarlo abrazó a Shaoran por la cintura.
 
-¡Oh no! Lo siento -se disculpó ella soltándolo al instante-. Me asusté.
 
Shaoran estaba tan sorprendido que no había podido decir o hacer nada.
 
-Tome -dijo dándole el oso.
 
-Gracias -susurró Sakura apenada-. ¿Q-qué haremos ahora?
 
-Nada, esperar a que regrese la energía.
 
-Está bien.
 
Ninguno dijo nada. Pasaron los minutos y seguían a oscuras, cosa que puso a Sakura más y más nerviosa. Apenas y distinguía la gente, simples sombras que murmuraban a su alrededor. Sin darse cuenta se había colocado muy cerca del señor Li.
 
Shaoran percibiendo su proximidad pasó saliva rogando porque la luz regresara pronto. Notó un estremecimiento en el cuerpo de la chica y recordó la renuencia que mostró de entrar a la casa de los sustos, Tomoyo había secundado su negativa y no entraron. Otro estremecimiento.
 
-Tranquila -murmuró colocando un brazo sobre sus hombros de forma protectora. La chica debía haber olvidado quien era él porque asintió pegándose un poco más a Shaoran, al mismo tiempo aferraba el oso de peluche con fuerza-. La luz regresará pronto.
 
-Si.
 
Al poco rato aparecieron un grupo de adolescentes que aprovechando la situación se propusieron asustar a la gente lanzando gritos espeluznantes. Cuando se acercaron sigilosos a Sakura y Shaoran este último ni siquiera les dio tiempo de nada pues sin soltar a la chica alargó el brazo y sujetó a uno de ellos por el cuello de la camisa.
 
-Ni siquiera lo intentes -utilizó un tono suave pero amenazador.
 
-Yo no iba a intentar nada -dijo el chico luchando por soltarse.
 
Otro de sus amigos al ver el apuro en que se encontraba se acercó rápidamente y gritó por el otro lado asustando a Sakura que también gritó y soltó el oso para abrazarse a Shaoran que de inmediato soltó al joven para rodearla con sus brazos.
 
-Tranquila -susurró meciéndola entre sus brazos-. Solo eran un par de chiquillos idiotas.
 
-Lo sé, lo sé -repitió Sakura avergonzada.
 
-¿No te gusta la oscuridad? -preguntó mientras acariciaba su espalda esperando a que se relajara.
 
-No mucho -admitió ella sintiendo el movimiento de su mano y la calidez de su cuerpo.
 
-¿Duermes con la luz encendida? -preguntó conmovido.
 
-No -respondió ofendida-. En casa no tengo miedo, ahí me siento segura.
 
Shaoran dejó de sonreír sintiendo algo cálido dentro de él probablemente provocado por el aliento femenino en su cuello y él olor de su cabello. Siguió masajeando su espalda pero cambió el ritmo permitiéndose así percibir cada centímetro del delicado cuerpo, desde los hombros hasta la cintura. De repente le vino a la mente la imagen de ella con el vestido de novia.
 
-Estás segura conmigo.
 
-Lo sé -dijo ella consciente de que era verdad, estaba segura y levantó la cara para buscar su mirada a través de la oscuridad-. Gracias.
 
Shaoran no pudo decir nada, sentía un nudo en la garganta y cierta opresión en el pecho, un dolor agudo que solo podría aliviarse si…
 
Se inclinó hacia ella hasta rozar sus labios. Sakura no se movió y suspiró antes de cerrar los ojos, un segundo después Shaoran la besaba.
 
Continuará…
 
Notas de autora: ¡Hola! Ya se que soy mala, muy mala por dejarlo ahí, pero me ha parecido emocionante hacerlo de esa manera. ¿Qué les pareció? ¿A qué no se lo esperaban? Ni yo misma pensé que esto sucedería tan pronto, con ninguna de las dos parejas, pero tanto me lo han pedido en los reviews que he decidido darles una probadita. ¿Qué les pareció el compromiso entre Shaoran y Tomoyo? ¿Y el beso? ¿Acaso sintieron lo mismo que Eriol? Todavía faltan muchas cosas por ocurrir, hay mucha confusión, muchos conflictos, alguno que otro susto, tal vez un accidente y un descubrimiento. Espero empezar a trabajar la siguiente semana en el nuevo capitulo, tengan paciencia, ya ven esta vez fui más rápida.¡Hasta pronto!