Saint Seiya Fan Fiction ❯ Armaduras y secretos ❯ mascaras invisibles ( Chapter 3 )

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Saint Seiya y sus personajes no me pertenecen. No así Cagglio. Misha Jost y algunos otros mas.

Perdon por tardar tanto en actualizar, cuando entre a la escuela entre tantas tareas y trabajos ya no tengo tiempo!!!!

Muchas gracias a todos aquellos que se dieron el tiempo de leer y darme sus comentarios, que siempre son bien recibidos. Si alguien mas tiene comentarios no duden en enviarmelos. Ahora disfruten lo que sigue.

En el santuario Marín continuaba enfrascada en su trabajo del archivo. A pesar de no llevarse bien con Shaina comenzaba a extrañarla, era alguien con quien podía discutir en ese solitario lugar y el trabajo era menos pesado entre dos personas. Al menos ese día no fue tan aburrido, los caballeros de bronce la visitaron e incluso insistieron en ayudarle un poco, pero a pesar de sus buenas intensiones terminaron haciendo mas desorden. Ella prefirió seguir trabajando sola y ya en la tarde, la poca luz de la lampara comenzaba a cansarla y pensó en retirarse temprano, cuando escucho unos pasos acercarse al lugar, los reconoció de inmediato.

-¿Que te trae hasta este pequeño infierno Aioria?

-Nada en especial, tan solo vine a buscar algo en mi archivo.

-Curiosidad… eh? A todos nos gana un día. - Respondió y se levanto de la silla - Acompáñame, estan aquí cerca, aunque te digo que no encontraras demasiada información, mas que la recabada desde tu llegada al santuario junto con tu hermano y cuando iniciaste tu entrenamiento.

-Lo se, de igual forma quiero leerlo.

Marín lo guió hasta la sección correspondiente a los caballeros dorados donde el mismo Caballero dorado tomo su archivo y dejo al lugar sin decir mas palabra. Marín apago las lamparas y también dejo al sitio, quería dormir pero de igual forma decidió llevar un poco de trabajo a casa y avanzar con este. Sorprendida vio lo que la esperaba en su mesa de trabajo. En la mesa Aioria le dejo una rosa y un recado: Te veré esta noche.

Eso le hizo sonreír.

Ya en su cabaña, tras hacer un ligero trabajo de limpieza y prepara algo para cenar reanudo su trabajo. Varios archivos muy maltratados la esperaban en la mesa. Se lo había llevado precisamente porque necesitaba coserlos y repararlos antes de ponerlos nuevamente en su lugar. Llevaba un par de ellos terminados cuanto al tomar el tercero este se le resbalo y las hojas cayeron las piso desorganizándose.

-Maldita sea… Levantó el archivo, mientras lo ordenaba, una frase llamo su atención : "Esta amazona tenia muchas expectativas… lastima que terminara así, enviarla con ella fue lo mejor para todos, Athenea hubiera corrido con gran peligro."

Nunca le había tocado ver un comentario tan personal en un archivo anterior, todos se concentraban en los hechos y la vida de los caballeros. Una descripción de su personalidad y habilidades. Un registro exacto de todos y cada uno de ellos. Además encontró este archivo demasiado descuidado, casi como si no quisieran que lo leyesen.

-"Armadura de plata Linx" - Leyó Marín y dejo el archivo a un lado. Estaba estrictamente prohibido leer archivos de un caballero del mismo rango, porque eso significaba tener una ventaja ante un posible oponente. Pero eso la extraño el tenerlo ahí, ella no podría siquiera tocarlo. Leyó la ultima fecha y vio el apunte. Fallecida el 14 de noviembre de 17…

-Supongo que ya no podré dañarle…

Unos golpes a su puerta la asustaron, y sonrió nerviosamente. Después de todo leyó un archivo que ni siquiera debía tocar. Oculto el archivo bajo otros mas y abrió la puerta. Era hora de dejar al lado el trabajo por esa noche...

Asiria la abrazo con fuerza haciéndola estremecerse, no llevaba su armadura y sentía su músculos apretarla.

-Pasa de una vez, la cena aun no esta lista pero...

-No es necesario, yo traje la cena, sonrió juguetón y le mostró un canasto. Seguramente te llenara mas que esa sopa aguada que tienes allí.

-MI sopa no esta aguada! - Replico aunque sabia que tenia mucha razón, no tenia siquiera un pedazo de carne.

-Calma, deja que te consienta, es mi turno.

A Marin no le quedo mas remedio que obedecer. Pero disfruto la comida enormemente, no solo porque estaba deliciosa, también porque la compartía con Aioria, quien permaneció observando la pared sin despegarle la vista un segundo mientras ella.

Ella lo amaba y pesar de sentirse correspondida no se animaba a decírselo, sentía que aun no era tiempo, aun no estaban bien.

-¿Como esta tu alumno?

-Bien, avanzaría mas si dejara de juguetear tanto con Jost.

-¿El pupilo de Milo? Ese niño es muy inquieto… Me recuerda a Seiya antes de que obtuviera su armadura … Guardo silencio y su rostro cambio.

-¿Estas bien? Deberías estar orgullosa de tu trabajo. Es un campeón en todo el sentido de la palabra, el mas poderoso caballero.

-Como amazona lo estoy, ha mejorado mucho como guerrero, pero como persona…

-No me digas otra vez que lo notas extraño… ya hemos hablado de ello, es natural que las personas cambien. Mas el, con todo lo que ha pasado.

-Se que todas esas batallas te pueden cambiar, pero hasta antes de bajar al inframundo no fue así ahora ha cambiado radicalmente, es como si fuera otro.

- De ser así, Athenea no confiaría en el como lo hace. Tranquilízate, ya estas poniéndote nerviosa otra vez.

-¿Calmarme?, no estoy nerviosa o histérica. ¿Acaso nadie puede darse cuenta? Se incorporo tan rápido que hasta tiro la silla

Aioria se levanto y ella oculto su rostro - No he dicho que estas histérica, tienes demasiado trabajo es todo. Cálmate, necesitas reposo, o mas bien relajarte un poco y yo quiero que estes tranquila porque yo..

-Ella se puso mas nerviosa. Tal vez iba a decirselo ya era hora …

Se escucho que llamaron a la puerta - Marin puedo pasar?

Ella tomo su mascara y respondio : Claro Hyoga pasa.

Ambos sintieron que no pudo llegar en peor momento.

Athenea por su lado observaba las estrellas desde el balcón, la noche era fresca pero no le daba la mayor importancia porque Seiya no había vuelto ese día, y eso le preocupaba mas. Ya casi llegaba el día señalado y el comenzaba a cambiar muy sutilmente. Era un milagro que nadie se hubiese dado cuenta aun de ello pero no sabia cuanto tiempo mas podría soportar la farsa. Necesitaba mas tiempo aunque sabia bien que eso era imposible, el día tenia que llegar.

Fue una pesada mañana en el amazonas al menos para la aprendiz pero no para Shaina quien tras una vida de ser una amazona se había acostumbrado al horario de los entrenamientos. Ella solía levantarse todos los días en plena madrugada para entrenar un poco antes de ir a su trabajo en los archivos. Solía ser su única forma de desahogo, quemaba energía y se mantenía en forma. Shaina se levanto temprano mientras que la chica se quedo dormida y Cagglio debió sacarla de la hamaca.

Observo a Cagglio castigar a la chica con una serie de pesados ejercicios por varias horas. Todo eso le recordó un poco a su propio entrenamiento, ella también solía quedarse dormida algunas veces, cuando se había ejercitado demasiado el día anterior y su cuerpo le pedia a gritos descansar. Pero siempre compensaba ese tiempo entrenando mas duro, mas fuerte y por mas tiempo aún. Esa gran disciplina le permitió ser la mejor de las amazonas, obtener una armadura de plata y ser de gran ayuda para Athenea. Aunque últimamente dudo mucho de su utilidad, con tantas cosas que pasaron. Sabia que nunca podría llegar a ser como los caballeros de bronce, ella los había visto y peleado a su lado. Tenia la certeza de sus limitaciones y se odiaba por ello.

Tras un ligero desayuno la chica continuo con sus entrenamientos a lo largo del día. En algunas ocasiones Cagglio la acompañaba y la motivaba a salir adelante. Parecía muy comprometida a hacer de ella una buena amazona. Y los entrenamientos no parecían fuera de lo común.

También Cagglio estaba contenta de que Shaina estuviese ahí y cumpliera su palabra. "Ella es una buena amazona. No se entromete ni cuestiona mi autoridad tal como prometio. Es realmente una amazona de mucho honor. Veríamos como reacciona ante la prueba. Por ahora es tiempo de forzar un poco mas a Misha y ver que hace."

Ya casi al atardecer Shaina conversaba con Misha, la joven se había golpeado fuertemente en la cabeza tras un leve combate que tuvo con ella. Shaina se resistió un poco al principio pero no pudo rechazar la petición de Cagglio, la chica necesitaría experiencia en combate y que mejor que un caballero de plata para ello. Pero las cosas dieron un giro inesperado y la joven tras un combate algo difícil se resistió a atacarla y recibió un fuerte golpe por parte de Shaina, quien creyó que bloquearía el ataque con facilidad.

-Ay, ay, ay. Me duele - Grito la chica mientras Cagglio le puso unas hierbas y le vendaba la cabeza.

-Claro que te debe doler, fue una estupidez no atacar, pudiste ganar la pelea.

-Pero ella tiene una armadura de plata me lleva ventaja.

-Sí continuas pensando así claro que la tiene. Recuerda lo que te dije, tu sola te pones las limitaciones, ningún otro enemigo es mas poderoso que tu misma si te conformas o te pierdes confianza.

Shaina escucho esto y sintió como si le cayera un balde de agua fría, ella se estaba conformando también, pero ella lo había intentado y se dio cuenta que no era tan fuerte, había personas mas fuertes que ella, muchas otras.

Cagglio seguía hablando -La herida fue bastante grande y no podras continuar con el mismo nivel de entrenamiento por ahora. Pero solo por hoy, aun así termina las abdominales y podrás descansar de lo contrario no habrá cena.

-Maestra…

-Sin replicar

Cagglio se dirigió a la cabaña y Shaina contuvo una carcajada al ver los gestos que Misha hacia a espaldas de su maestra y que le provoco dolor de cabeza.

-Será mejor que comiences con las abdominales si quieres cenar.

-Ya lo se… ¿Y tu no cenaras?

-Más tarde, recién refresco aquí afuera.

-Pues quítate la mascara y te sentirás mejor.

-No lo creo, debes portarla siempre.

-Qué fastidio, uno, dos - Comenzo con las abdominales - es lo único que no me gusta de ser amazona, cinco, seis. Son demasiadas reglas… nueve, diez… yo ni loca me enamoraría de aquel que por error mío vea mi rostro.

-Prefieres matarlo.

-Naahh de ser así creo que casi toda la selva estaría sin hombres.

Shaina se levanto sorprendida - ¿Eso significa que has salido sin tu mascara fuera del campamento?

-Si, pero no es necesario armar tanto escándalo ya que… - Se quedo con la palabra en la boca porque Shaina fue a hablar con Cagglio.

-Así es, hemos salido sin la mascara, es una regla absurda, no tengo porque seguirla.

-Es cuestión de honor Cagglio! Son reglas que la misma Athenea impuso siglos atrás. Debemos seguirlas o morir.

-Pero en esa regla nunca se penso en nuestros sentimientos ¿Debemos matar a un pelele solo porque me vio un día? ¿Someternos a un hombre solo porque no pudimos matarlo ? Es una regla absurda, e inútil que no acepto

-Tu elegiste ser una, así que acepta las consecuencias.

-Y ya las aceptaste tu por lo visto.

-Claro que si!

Cagglio sonrío y la observo fijamente unos segundos, Shaina se estremeció ante la penetrante mirada -Veo que no dices la verdad. Ya amas a alguien.

-Solo sigo las reglas.

-Olvidas que todo caballero tiene prohibido el amor, eso incluye las amazonas y si sigues esa regla en particular te contradices.

-Una amazona no elige a quien amar solo hace lo mejor para el santuario y Athenea.

Cagglio volvió a mostrar su extraña sonrisa y le acaricio su mano -Pues mi maestra y yo pensábamos diferente, y fue bueno que dejáramos el santuario. ¿Quieres quedarte aquí también?

Shaina retiro su mano con rapidez -Esa fue la verdadera razón por la que abandonaron el santuario ¿no es así?

Cagglio se encogió de hombros y sonrío. A Shaina le molesto la desvergüenza con que ella hablo. No le extrañaba en realidad, después de todo había escuchado muchos rumores acerca de la forma en que las amazonas elegían parejas. Eso no significaba que lo aprobara.

-Será mejor que me largue.

-Piensa lo que quieras, Athenea te ha mandado aquí. ¿Vas a regresar sin la armadura? ¿Vas a desobedecerla?

Shaina se fue a la cabaña sin responder. Las palabras de Cagglio tenían mucha razón, pero ella siempre fue fiel a Athenea, aunque todo eso la había hecho sufrir demasiado y no solo física sino sentimentalmente. Todo era tan difícil…

Cagglio se sonrío al verla -Ya te darás cuenta de la realidad Shaina. Y volverás.

Era media noche y Shaina, por una extraña razón no podía dormir últimamente sin tener ese maldito sueño que la perseguían. Pero esa noche pudo ver algo mas, un detalle que la sorprendió, el rostro de la mujer que le sostenía la mano y gritaba su nombre era Cagglio. Lo atribuyo a toda esa locura reciente.

Dejo la seguridad del árbol donde se refugio y en poco tiempo sus pupilas se acostumbraron a la oscuridad. Fue a la cabaña y se sorprendió al ver que tanto Cagglio como Misha no se encontraban ahí. El blanco de un papel brillo resalto en la mesa.

"Hasta luego Shaina. Espero que podamos disfrutar del pastel de chocolate esta tarde. Es hora de realizar la ultima prueba y este mensaje es por si recapacitabas. Sigue las instrucciones y llegaras al lugar donde esta enterrado el tesoro. Hasta luego.

Cagglio"

Shaina exploto : Esa mujer no va a jugar conmigo otra vez, maldita!