Saint Seiya Fan Fiction ❯ Armaduras y secretos ❯ Heridas ( Chapter 7 )

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CAPITULO: 7 HERIDAS.
 
Cuando Milo salio de la habitacion, Shun parecía mas tranquilo ya; así que cuando le dijo que no podía verlo esa noche acepto irse sin más discusión junto con su hermano. Una vez que se fueron Milo regreso a la habitacion y ayudo a Hyoga a volver a la cama. El caballero de bronce se había abierto la herida del pecho una vez mas con el esfuerzo realizado, esa herida que al igual que la de Marín se negaba a sanar. Se preguntaba que tipo de cosmos podía lograr lastimar tanto aun después del ataque mismo. Decidió investigar un poco mientras Hyoga trataba de dormir.
Leía entre sus apuntes de venenos cuando sintió a Ikki acercarse, esta vez venia solo. Decidió preguntarle sobre lo sucedido, tenia dudas que tal vez el le podría aclarar.
-Bienvenido de vuelta Ikki, ¿que sucede?
-Eso te pregunto yo, Milo. ¿Que le sucede a Hyoga?
-Odio admitirlo esto… pero no lo se. Normalmente una herida empieza su recuperación desde que es abierta, pero las de el parecen empeñadas en no sanar.
-Me refiero a su actitud. Se que me indicaste que lo cuidara y no dejara entrar a nadie, pero nosotros somos sus amigos, Shun es su amigo y en cuanto lo vio se paralizo lleno de miedo. Luego se oculto gritando como loco. Hyoga nunca se comporto así que yo recuerde.
-Eso es precisamente lo que estoy investigando, además de lo extraño de sus heridas, es como si algo lo asustara.
-Diría que está en una de mis pesadillas - dijo Ikki - pero cuyo efecto ha durado demasiado. Me gustaría saber quien lo ataco. Y porque ahora no quiere ver a ninguno de sus amigos.
-Me temo que no lo se. Por el momento solo podemos mantenerlo tranquilo alejado de todos. Para evitar que se lastime y lastime a alguien mas. En su mente piensa que el que dormía en Shun estuvo aquí y quiere matarlo.
- Te refieres a… ¿Hades?
-Así es, es lo que el dice.
-Será mejor no mencionarle esto a mi hermano, ya se siente bastante culpable por lo sucedido en el inframundo.
-Es lo mejor, creo que todo esto se trata del efecto de algún veneno. Tratare de buscar la solución a todo esto, gracias por cuidar de Hyoga.
-No te preocupes, es mi amigo, mañana vendré de nuevo.
-Hasta luego Ikki.
 
Milo se quedo intranquilo, no supo si era lo correcto o no haberlo dicho eso a Ikki, pero confiaba en que el manejara el asunto con la misma discreción que el. Siguió leyendo, se propuso no dormir hasta encontrar una solución a todo eso.
Ikki por su parte se alejo de ahí, pero no fue directo a su casa. Lo que Milo le comento no era para tomarlo a la ligera. El vio la reacción de Hyoga, el vio el terror en sus ojos y nunca lo había visto reaccionar así. Mas porque todo sucedió en el momento que entro su hermano a la habitacion, fue cosa de unos segundos realmente Hyoga estaba distinto. La única que tal vez supiera algo seria Marín; pero ella también decía incoherencias. Entonces solo quedaba encontrar al intruso, sabía que con tan solo seguir el rastro y lo encontraría. Debió estar oculto antes del ataque. Alguna pista debió dejar y el iba a hacer su propia investigación
Pero oscuridad de la no le ayudo a obtener pistas. El rastro se detenía de forma abrupta tras unas rocas y de ahí nada. Camino un poco más, cuando se topo con Aioria.
-Fénix....Ikki, ¿Que haces por aquí?
-Buscando rastros.
-¿Del atacante de Marín acaso? Ikki asintió con la cabeza. -Al igual que yo. Desde anoche busco sin éxito. Se que esta herida, y no puedo cuidarla porque ella no me lo permite. Lo único que puedo hacer por ella es encontrando al maldito que la hirió y destrozarlo con mis propias manos. Pero aun no lo encuentro.
Ikki sabía que la preocupación de Aioria era sincera y muy intensa, el caballero dorado sentía por ella lo que el solo se permitió sentir por Esmeralda. Si el caballero dorado lo encontraba, entonces si que podían considerarlo muerto. Pero no dijo nada al contrario se ofreció a seguir buscando.
Aioria respondió -Es tarde, pero podemos buscar hacia esas colinas.
- Ahí nadie va.
-Si, por lo mismo. Se que solía ser el refugio de las Amazonas, vale la pena buscar.
-De acuerdo.
No bien se acercaron al lugar Ikki sintió una presencia extraña. Fácilmente logro esquivar un ataque, ese cosmoenergia era algo débil pero extraña finalmente.
-¿Ikki, que paso?
-Hay extraños aquí - respondió mientras se mantenía al acecho.
En la oscuridad escucharon una voz -Fuera de aquí, caballeros, este es territorio de las Amazonas.
-Amazonas, y eso que me importa.
-Ikki, espera - Le indico Aioria -¿Ustedes son las que volvieron al Santuario? ¿El Lince y la Grulla?
Cagglio salio detrás de unas rocas y Misha atrás de ella.
-Así es, ¿que quieren en nuestro territorio?
-Buscamos a quien hirió a una amazona, Marín, Aquila Marín. ¿Saben algo?
Misha respondió altiva -¿Y si así fuera que?
-Solo estoy preocupada por ella, es mi amiga y....
-Aquí no podemos ayudarlo - respondió Cagglio - Acabamos de llegar esta tarde. Tendrá que buscar en otro lado caballero dorado. Evite este territorio de ahora en adelante.
-Así será, me retiro.
Misha agrego: Y también dígales a los demás caballeros que eviten pasar aquí.
Cagglio le dio un golpe en la cabeza -Con mi advertencia fue suficiente, no tenias que repetir mis palabras.
-Auch esta bien maestra…. Replico Misha.
-Es hora de descansar, anda a dormir.
-Sí… pero ¿Escucho lo que dijeron? Hirieron a una amazona, ¿Será la misma de la que nos comento Shaina?
Cagglio replico: Tal vez.
-Pero ella dijo que….
-¡Ya vete a dormir! - Le grito y Misha enfadada le hizo caso, sabia que cuando su maestra no quería hablar no podría hacerla cambiar de parecer.
Cagglio observo al par de caballeros alejarse del lugar. Ella también se intrigo al oír que una amazona fue herida la noche anterior.
 
Ikki siguió a Aioria conforme se alejaban del sitio, el caballero dorado se veía a todas luces decepcionado.
-Que actitud esa - dijo Ikki.
-Déjalas, es su derecho. Pero el atacante de Marín no esta ahí, será mejor dejar de buscar por esta noche, debo regresar a mi puesto.
-Está bien, igual yo debo regresar a casa, hasta luego.
Aioria camino a paso lento. Estaba furioso y adolorido, no podía olvidar la actitud de Marín al verlo. Aun herida y débil tuvo fuerza para rechazarlo como si peleara por su vida. No podía verle el rostro, pero en su voz se reflejaba miedo y resentimiento hacia el.
 
El sueño de Shaina termino abruptamente, despertó bañada en sudor. Y se recrimino por dormir, cuando debía cuidar a Marín, se le acerco. Reviso con cuidado su herida cuyo vendaje no parecía controlar el sangrado. Apretó mas las vendas y se cercioro de que la hemorragia se detuviera.
-Tal vez esto funcione - susurro, pero al ver que no fue suficiente, salio de la habitación, pudo observar que Milo estaba concentrado en sus libros. Y sin saber por que se le quedo mirando un rato como leía con atención sus libros y tomaba apuntes, nunca lo había visto tan dedicado a algo. Reacciono, estaba ahí para cuidar a Marín, se acerco y le dijo lo que pasaba.
-Eso sucede cada cierto tiempo y es lo mas extraño de lo que te mencione. Tu sabes que puedo controlar el sistema circulatorio de cualquier persona, pero con ellos no puedo, Incluso he tratado con métodos mas tradicionales como la cirugía pero igual.
Al llegar con Marín reviso la herida que pareció haberse controlado mejor.
-Hiciste lo correcto con los vendajes Shaina. Espero que no suceda otra vez, a este paso se debilitara demasiado.
-¿Es así desde ayer?
-Si, por lo tanto seguiré investigando.
Shaina se quedo pensativa mientras Milo se retiraba, esa seria una larga noche. Pero era preferible a volver a dormir y tener esos extraños sueños. Desde que fue al Amazonas no podía tener una noche tranquila y el de hace unos minutos fue el mas raro de todos.
 
Cagglio por su parte se cercioro de que Misha durmiera y corrió con destino al templo de Athenea con una velocidad asombrosa.Se detuvo al pie del templo, observo el lugar con detenimiento antes de desaparecer y luego aparecer al pie de las cámaras de Athenea.
Saori despertó al sentir su presencia y se levanto para dirigirse hacia la sala del trono. Ahí vio a una silueta sentada sobre la caja de la armadura que trajeron del Amazonas.
-¿Quién esta ahí?
-....esta armadura tiene una maligna influencia sobre quien la porta. Se debe ser fuerte para resistirse a ella. ¿No fue eso lo que dijo Athenea?
Saori se estremeció al oír a Cagglio, la amazona se quito la mascara antes de continuar: No lo dijo todo ¿no es así?... ¿Que es lo que realmente pretende con nuestro tesoro Athenea?
Saori se planto firme frente a ella - El pacto terminara si así lo quiere Artemisa.
Cagglio se rió - Hace mucho que no la llaman así. ¿No tiene miedo de que la castiguen?
-No hubiera mandado por ella de ser temerosa.
-Y ella se lo agradece, envió a una excelente candidata. Pero pobrecilla no sabe que la utiliza.
-No, la estamos utilizando - Recalco.
Cagglio se rió - Esta bien, ambas la utilizan. ¿Ahora dígame cual es su plan?
-El pacto sigue en pie. Yo me estoy preparando y pronto estaremos listos.
-¿Cuándo? Ella ya no tiene la paciencia para esperar otros dos mil años. Mientras los demás dioses renacen cada par de siglos y se pelean una y otra vez por las sobras de Zeus, ella ha estado encerrada por dos mil años en esta armadura y yo… pues ya sabe.
-Tu sabes lo que sucederá si quiere enfrentarse sola otra vez a Zeus, solo obtendrá el mismo resultado. Lo que sucedió fue por la impaciencia y arrebatada forma de actuar de Artemisa. Zeus es muy poderoso, después de todo es nuestro padre.
-¿Padre?.... Llama padre a ese controlador. Me alegro de no ser una diosa. Se que Artemisa hizo mal… pero nuestro castigo ha sido demasiado duro.
-Precisamente no quiero que se repita eso, estoy consiente que nos arriesgamos mucho, lo se y estaré lista para cuando eso suceda.
-Me decepciona con tanta precaución.
-Es necesaria, pero ¿Dime que harás tú ahora? Ya no tienen guerreras a quien controlar.
Cagglio se acerco a Athena a una velocidad asombrosa. De la parte de atrás de su armadura saco un cuchillo dorado y lo puso sobre la garganta de Athenea.
-¿Y de quien es la culpa Athenea? Las acepto como parte de sus campeones. Ellas le juraron lealtad y dijo que las protegería. Han peleado a su lado, pero permitió que Ares casi acabara con ellas.
-¡Eso estuvo fuera de mi control! - Replico Athenea
-No me salga con eso. No crea que por estar Artemisa confinada en esta armadura y yo en aquella selva no nos dábamos cuenta de lo sucedido. Se que el hecho de permitir que uno de sus caballeros fuera impersonado y controlado por Ares fue parte de su plan desde el inicio. Así eliminaba también la molesta presencia de su hermana en el Santuario. Porque no me habla con toda la verdad desde ahora.
Athenea se paralizo. La mirada fría de Cagglio era aterradora, se dio cuenta de que en verdad podía ser muy peligrosa y poderosa aun sellada por Zeus.
Una sombra se movió atrás de Cagglio y trato de atacarla. Con un rápido movimiento ella saco otro cuchillo y sin dejar de amenazar a Athenea y bloqueo el ataque, su agresor Mu reapareció en otro lado pero Cagglio ya lo esperaba se detuvo en seco antes de que la punta de este se enterrara en su garganta por completo
-Vaya, debo admitir que has mejorado Cagglio, así te llamas ahora ¿Verdad?
-No solo tú tienes la experiencia de los años Mu de Aries. Solo que yo arrastro con varios cientos. Ahora dime ¿por que intervienes en una conversación privada?
-Desde que dejo de ser una conversación cuando amenazaste a Athenea.
Cagglio guardo ambos cuchillos con rápidos movimiento -Cierto caballero Mu… cierto, me pongo es tu lugar y haría lo mismo.
Athenea interrumpió: No es necesaria la violencia. Conversemos y…
- Al fin dice algo sensato Athenea. Pero resulta ahora que no es el momento. Hace rato dije que mi diosa ya no tiene paciencia, aunque puede esperar un poco mas. Ahora una de mis hermanas me necesita, espere que no muera porque entonces ya sabe que hará su hermana…
Cagglio salio del lugar con rapidez. Mu vio como la armadura parecía recalcar las palabras de Cagglio y trato de tocarla, pero esta brillo como si lo amenazara. Athenea sintió que perdió la fuerza en sus piernas y cayo de rodillas. Mu la ayudo a levantarse.
-Realmente ha vuelto enojada - dijo Mu mientras se tocaba el cuello.
-Será mejor no hacerla enojar. Estaba tranquila ahora, enojada es impredecible.
“¿A eso le llama tranquila?” Pensó Mu, pero recordó el incidente de la noche de su partida del Santuario. Shura no pudo con ella, cierto que la armadura las protegió, pero ella sola era demasiado poderosa por si sola. Y el hecho de contar con la ayuda de Artemisa la hacia mas peligrosa.
-Pero es que llego con esa actitud - Susurro Mu.
-Tiene razón en comportarse así, llevan dos mil años en exilio. Pero gracias por estar aquí.
-Es mi deber su alteza, imagine que vendría esta noche.
-Lo que mas agradezco es que Seiya no este aquí, sino en Jamir; de lo contrario hubiese empeorado más la situación con lo impulsivo que es.
Mu se quedo en silencio por unos segundos, Atenea tenia razón - ¿Entonces que hará su alteza?
-Esperar… no podremos hacer nada hasta que todos estén listos. Y en este caso, es necesario que ella despierte por completo, de lo contrario Shaina no podrá utilizar la armadura, no lo resistiría.
-Aun no puedo creer que permita que conserven esta armadura tan peligrosa aquí de vuelta. Se arriesga demasiado.
-Lo estará el tiempo que sea necesario Mu. Gracias por todo, pero es mejor que regreses a tu trabajo.
-Así lo haré… debo hacer espacio para cuando lleguen las ultimas armaduras para reparación.
 
 
Cagglio corrió de regreso a su refugio, Misha despertó al sentirla pasar cerca de ella.
-¿Es usted Maestra?
-Si.... ¿Quien mas crees que sea? No debes dormir tan profundo cualquier enemigo podría llegar.
-Eso espero así le partiría el rostro y toda su abuela - murmuro Misha y se volteo a seguir durmiendo.
Cagglio la vio, esa chica era demasiado despreocupada -Será mejor que eso nunca suceda, eres muy débil Misha debes mejorar y mucho de lo contrario serás de las primeras en morir.
 
Seiya por su parte, se encontraba bastante ocupado. Creyó que seria tarea fácil sacar las armaduras de bronce que se encontraban el la profunda cañada que era el cementerio de Jamir. Pero la profundidad del lugar lo hacia mas complicado de lo que pensaba. Aun así con la ayuda de Kiki la tarea fue terminada en poco mas del tiempo estimado.
-Ahora lo difícil será llevarnos todas estas armaduras de regreso al Santuario.
-No para mi - dijo Kiki sonriendo como siempre.
-Ja, ja pero aun así no creo que puedas hacer todo el trabajo tan pronto.
-Veras que al amanecer ya no encontraras ninguna aquí. Aunque si ves bien la armaduras pocas podrán ser reparadas por completo.
-Lo se…. Pero Saori las pidió y ordenes son ordenes. ¡Necesito unas vacaciones! ¿Que dirían si voy con Shiryu? Esta a casi la misma distancia de aquí al Santuario.
-No… no creo que debas… hay que regresar, pero veré que dicen en el Santuario.
Kiki se sonrió y desapareció junto con un par de armaduras. Tardo unos minutos y regreso sonriente.
-Me dijeron que no puedes ir con…
Pero Seiya ya no se encontraba ahí. Había decidido ir con Shiryu aun sin el permiso de Saori.
-Ya no le pude decir que Marín se encuentra herida….
 
Seiya recorrió en poco tiempo la distancia entre las montañas de La india y los cinco picos en poco tiempo. Al amanecer llego al lugar y se sorprendió de encontrar a Shiryu junto a la cascada. Lo busco en la cabaña y no fue sino hasta que bajo a la aldea que lo vio junto con Shunrei ayudando a cosechar arroz.
Shunrei casi dejo caer la hoz al verlo. Tuvo el presentimiento que esas semanas de tranquilidad estaban a punto de terminar.
Shiryu observo la reacción de Shunrei y dirigió la mirada hacia donde ella veía -¿Que haces aquí Seiya? ¿Sucede algo en el Santuario?
-Para nada…. ¿acaso no puedo visitar a un amigo?
-Es bueno escuchar eso.
-Estaba algo cerca y decidí pasar, pero veo que estas demasiado ocupado. Pasare luego.
-Lo dices como si fuera sencillo un viaje desde Grecia. Pero si, estamos bastante ocupados, debemos cosechar esto antes de que lleguen las lluvias.
-¿Ocupan ayuda?
Shunrei decidió tomarle la palabra y le dio una hoz -Puedes comenzar ahora mismo.
Shiryu se rió ante la cara de sorpresa de su amigo y le enseño como utilizarla, mientras Shunrei no dejaba de vigilarlos. Algo en su corazón le decía que Seiya había ido con Shiryu que nuevamente iban a separarlo de su lado y no quería que eso pasara. Por lo menor lo pondría a hacer algo útil mientras tanto.
Ya avanzada la mañana se detuvieron a comer. A Shunrei la llamaron unas aldeanas y no muy convencida les acompaño. Mientras Seiya y Shiryu conversaban a orillas del río.
-Así que todo esta muy tranquilo por allá. Y mientras tú recolectas armaduras. ¿Qué sentido tiene reparar tantas armaduras destruidas?
-Si, a veces me pregunto lo mismo. Además pienso que Saori me dio ese trabajo para alejarme del santuario.
-¿Por que haría eso?
-No lo se… es solo un presentimiento. Todos están muy ocupados y ella alega que esta demasiado ocupada, muchas veces me contesta con evasivas cuando le pregunto que sucede.
-Es de esperar, tiene demasiadas responsabilidades.
-Lo se, pero además…
Kiki apareció de pronto frente a el, sorprendiéndolo - Debes regresar de inmediato al santuario.
-No vuelvas a hacer eso. ¿Acaso Sao…? Athenea se enojo.
-No, es solo que tu maestra Marín, un intruso entro y fue herida y no solo ella tambien Hyoga.
Shiryu interrumpió -¿También Hyoga?
-Si por ello te digo que regreses de inmediato.
-Yo voy contigo Seiya
Seiya lo vio fijamente y señalo colina arriba - ¿Qué hay con Shunrei?
-Ella comprenderá. Vamos.
 
La chica los veía de reojo mientras conversaba de algo con las demás aldeanas, de pronto se distrajo y ya no los vio. Interrumpió su plática y fue hacia allá. Al llegar ya Shiryu ya se había ido, solo encontró una apresurada nota en la mesa.
“¿Que esta pasando?”Se pregunto mientras veía la nota - “¿Acaso te vas otra vez?”
 
Shunrei, debo irme Hyoga esta herido y….
Lo demás le era difícil de leer con sus ojos vidriosos.
Entiende…
Esta vez solo serán unos días, tal vez solo fue un accidente y… Te prometo que regresare….porque eres muy importante para mi.
 
Shunrei soltó el llanto, aunque trataba de contenerse las lagrimas resbalaron por sus mejillas.
-Tú me prometiste… que…te quedarías. Me pregunto que tan importante soy en realidad para ti - Dijo mientras apretaba la nota inconclusa - Porque parece que no te importa ya lo que siento.
 
Shaina mientras tanto seguía vigilando el intranquilo sueño de Marín. Ella despertó de pronto y trato de levantarse. Shaina batallo para detenerla.
-Tengo que irme Shaina, debo irme.
-No saldrás - le dijo y la detuvo. Marín trataba de sacarse y solo consiguió que la herida volviera a abrirse.
-Tengo que irme o Aioria me matara… - dijo antes de derrumbarse.
A Shaina no le había tocado escucharla, realmente lo decía con tal convicción que parecería que fue así en realidad. Pero todos le decían lo contrario. En ese momento tambien a ella le gustaría saber lo que pasaba.
-No solo a ti hija - Escucho y ella volteo a todos lados para ver de donde le hablaban.
-Soy tu madre y tu diosa - le respondieron y ella se levanto. Tiro un recipiente con agua y este se rompió despertándola. Marín dormía placidamente a su lado y la noche había terminado.