Saint Seiya Fan Fiction ❯ Armaduras y secretos ❯ Reencuentro y despedida ( Chapter 14 )

[ T - Teen: Not suitable for readers under 13 ]

 
 
Capitulo 14. Un reencuentro y despedida.
 
Como era de esperarse, Seiya y Hyoga dejaron la enfermería de inmediato; Ikki y Shun se les unió poco después. De hecho todos en el santuario corrieron hacia donde sentían el peligro. Preocupados por lo sucedido y mas porque sentían que Athenea misma estaba en los limites del Santuario.
“¿Que esta haciendo fuera de sus aposentos?” -Se pregunto Seiya mientras corría desesperado - “¡Y ese otro cosmos es… de un dios!”
Apolo dejo de atacar porque no pudo hacerles daño, los caballeros dorados unidos podían conformar una poderosa barrera y además el cosmos de Athenea los protegió. El dios la miro fijamente y ella le devolvió la mirada, con un poco de enfado.
-¡Exijo ver a mi hermana! ¡Quiero verla ya!
-Con esa actitud no lo harás nunca. Ya te dije, ella regreso a la armadura y eso estuvo fuera de mi control. Pero si te tranquilizas, tal vez tu mismo lograras ayudarla a salir de ahí.
Apolo la vio fijamente por unos segundos, luego sus cabellos se encendieron otra vez y todos se prepararon para un nuevo ataque. Esta vez les era más difícil resistir la energía que provenía del dios.
 
Las amazonas seguían viendo incrédulas a Cagglio quien dijo preocupada: Shaina cree lo que te digo, su hermano puede ser muy agresivo, más que ella.
Shaina pensó: “Ella iba a verlo hoy, es cierto… y estaba muy emocionada. Pero no puedo ceder ahora ya tome mi decisión y…”
-¿De quien estas hablando? - Pregunto Marín.
-No estoy hablando contigo - Replico Cagglio enojada - Tu no tienes derecho de llamarte amazona, una amazona cuida de su alteza a pesar de todo y tu….
Cagglio se interrumpió cuando sintieron el enfrentamiento que se daba no lejos de ahí, ella no pudo menos que estremecerse al igual que las demás.
-Su hermano, el dios Apolo ya esta aquí -Interrumpió Cagglio desesperada - Es el quien ataca al Santuario… ¡Shaina acepta a su alteza otra vez!
Cagglio la vio de una forma que Shaina pudo saber que realmente estaba desesperada pero dijo que no.
-Mira… si no lo haces por Artemisa, si no la quieres a ella hazlo por Athenea, que su hermano no de detendrá ante nada.
Mientras todos se preocupaban por Athenea y corrían a su lado para defenderla, las amazonas se paralizaron al sentir el segundo ataque. Shaina cerró sus ojos e hizo lo contrario a lo que ella misma acaba de prometerse, llamo a Artemisa. Pero ella no le respondía, eso le enfado porque estaba segura que la diosa sabía lo que estaba pasando. Desesperada se levanto pero cayó debido a la sangre perdida.
-¿Qué haces? - Pregunto June tratando de levantarla.
Pero Shaina no respondió se arrastro hacia la puerta.
-Estás muy débil, así no podrás salir.
-¡¿Dónde estas?! - Grito Shaina.
-¿Donde esta quien?
June pudo darse cuenta que su mirada estaba vacía, no las escuchaba ellas, sino que le hablaba a Artemisa.
Cagglio supo a lo que se refería y respondió: Sigue llamándola, ella te responderá.
Shaina grito: ¿Donde estas? ¡Maldita sea no te escondas ahora que Athenea te necesita! ¡Dígame que hacer para detener a su hermano!
Artemisa le respondió al fin: “Creí que no volverías a buscarme y nuevamente lo haces solo por mi hermana… Realmente te preocupas por ella ¿Verdad?”
“Me entrene para servirla y cuidarla… no puedo dejar de preocuparme por ella.”
“¿A pesar de lo que ella te ha lastimado?”
“Tu también me has lastimado…”
“Cierto…” Artemisa respondio avergonzada - “Mi reacción fue exagerada… pero tu no te quedas atrás. Aunque lo que Marín dijo respecto a mi tiene mucho de verdad, no era para que tu reaccionaras de esa forma.”
“No hay tiempo para eso, te llamo porque no permitiré que su hermano lastime a Athenea.”
Artemisa le respondió: “Es simple, mi hermano quiere verme tanto como yo a el. Acéptame de nuevo, yo hablare con mi hermano y lo tranquilizare, después te dejare en paz.”
“Si la ayudo a ver a su hermano… ¿Cumplirá su palabra y me dejara en paz para siempre?”
“Cumpliré mi palabra, luego de ver a mi hermano te dejare tranquila.”
“Entonces veamos a su hermano” - Respondió Shaina y el cosmos de Artemisa la envolvió mientras las demás asombradas dieron un paso atrás cuando Shaina se incorporo y las observo a todas detenidamente con ese destello violeta característico cuando Artemisa estaba en ella, le arrebato la mascara a Cagglio para colocársela antes de salir corriendo.
-¡Espera! - dijo Marín y fue tras ella, June hizo lo mismo.
Misha no supo que hacer y Cagglio le dijo con tranquilidad: Sigue a su alteza… yo no puedo seguirla así.
La chica obedeció y corrió al igual que la demás mientras Cagglio con una sonrisa, busco algo para cubrirse el rostro.
 
 
Los caballeros de bronce llegaron a los límites del santuario cuando el dios ataco por segunda vez. Obviamente Seiya y quiso intervenir pero Athenea se lo prohibió tajantemente. El y sus amigos no se tranquilizaron al ver que a pesar del enorme poderío del dios, la barrera constituida por los caballeros de dorados era suficiente para contenerlo, porque no sabían por cuanto tiempo podrían resistir.
 
Por ello les sorprendió sentir el cosmos de la diosa Artemisa acercándose con rapidez poco después. Más porque ellos sabían que Shaina estaba en la enfermería. Apolo también sintió la presencia familiar acercarse y al reconocer el cosmos de su hermana se emociono, sus cabellos recuperaron el rubio color y su cosmos diminuyo poco a poco. Aun así ningún caballero dorado bajo su guardia tampoco Athenea quien supo la razón por la que se detuvo.
 
Pronto todos vieron a Shaina llegar al lugar del enfrentamiento, la conmoción que provoco entre la multitud el verla herida, solo era comparable con la decepción que tuvo Apolo quien aun asegurándose que el cosmos de su hermana provenía de ella, verla con su ropa de amazonas manchada con sangre y herida no era la imagen que esperaba de su hermana, pero aun así cuando intento abrazarla recibió una bofetada.
-¿Me recibes con un golpe Artemisa? - dijo Apolo sorprendido
-¿Ya terminaste tu berrinche hermano? - Replico con voz grave - Porque de seguir así no llegaremos a ningún lado.
-Artemisa…
- Vayamos lejos de aquí, ya provocaste demasiado alboroto - Le dijo a su hermano luego se volteo hacia Athenea - disculpa lo sucedido, no te preocupes que no volverá a suceder. Diles a mis amazonas que esperen aquí, en unos momentos regresare.
Los hermanos caminaron lejos de ahí, mientras todos se asombraron de la facilidad con que Shaina/ Artemisa lo controlo, Athenea respiro mas tranquila de que su hermana apareciera.
- Creo que no habrá más problemas por el momento. Les ordeno a que se retiren yo esperare aquí a mi hermana.
-Pero su alteza… Replico Canon - No es seguro.
-Yo no me moveré de este lugar - Añadió Seiya preocupado.
-Mi hermana se encargara de este asunto, es mejor alejarse de ellos. Pero si les tranquiliza, quien desee quedarse a acompañarme puede hacerlo, mientras no traspasen los límites y los molesten.
Sobra decir que nadie se retiro, las amazonas llegaron agitadas y se abrieron paso entre la multitud. June le pregunto a Shun sobre lo que sucedía y este explico lo poco que sabia, así que solo les quedo esperar.
 
Mientras tanto ya alejados de la vista del santuario Apolo sonriente intento abrazarla, Shaina instintivamente lo empujo.
-¿Porque me rechazas...?
“Shaina...”
“Fue un reflejo” - Respondió ella - “No me gusta que me abracen.”
Artemisa respondió - Fue un reflejo de esta amazona, está herida por lo que comprenderás que solo se protegió, aunque ella puede disponer de su cuerpo como quiera y cuando quiera. Pero mereces que te rechace por lastimar a mi amazona.
- Hace mucho que no veo a la cucaracha de Cagglio.
-Sabes que no me gusta que hables así de ella, pero me refiero a la amazona que lastimaste la misma noche que con amenazas le dijiste a Athenea que rompiera el pacto ¿o vas a negar eso también?
El dios replico: Eso no voy a negarlo, le dije que rompiera el pacto para evitarte más problemas de los que ya tienes. ¿Por qué crees hermana que yo lastimaría a alguna amazona? Si yo quiero solo verte, cerciorarme de que era verdad que estabas libre.
El silencio de ella indico que no le creía y el continuo: A mi no me interesa lastimar a nadie, solo tú me interesas, te extraño.
-Y yo también te extrañe hermanito. Pero no por ello perdonare las heridas que tuvo mi hija, son las mismas heridas que él tuvo.
Apolo la vio fijamente - Aun lo recuerdas ¿Verdad? A pesar de tanto tiempo no le has olvidado.
-Hermano… estar encerrada no te permite olvidar.
El respondió resentido - Así como acepto que entonces yo lo lastime a él por mandato de mi padre. Te aseguro que yo no ordene que lastimaran a ninguna amazona, pero me encargare de castigar a quien lo haya hecho, lo prometo. ¿Ahora si puedo abrazarte? - Lo dijo con una expresión de ansiedad.
“Shaina... ¿ahora no lo rechazaras?” - Pensó la diosa, era obvio que anhelaba una respuesta afirmativa.
“Supongo que esta bien...” - Pensó Shaina - “Un abrazo no duele”
Asintió con la cabeza y el no espero para abrazarla con gran efusividad. Su abrazo era calido, fuerte propio de alguien que anhelaba ese abrazo desde hacia mucho y por fin lo conseguía. No pudo evitar sentirse abrumada por los pensamientos de Artemisa que eran los de una hermana que realmente se alegraba de ver a alguien muy querido, pero por ello mismo se tranquilizo, el la mantuvo así por unos segundos más, la separo y sostuvo sus manos.
-Pero no solo a esto vine Artemisa, sino a advertirte que nuestro padre sabe que te liberaste.
-No podría ser menos... Seguro esta lanzando rayos a diestra y siniestra - Se rió.
-Al contrario - Le dijo emocionado - ¡podrás regresar al Olimpo!
Tanto Artemisa como Shaina se quedaron perplejas -¿Como es eso? Apolo ¿Estas bromeando?
-Hable con el, lo convencí de que te diera una nueva oportunidad. Aunque estarás a prueba claro. Si aceptas tu cosmos y habilidades seguirán sellados, pero en cuando le demuestres que le eres fiel te liberara por completo. ¿No es una buena noticia?
-No lo creo- Replico Artemisa y saco sus manos.
-Pero ¿por qué no hermana? Es un buen trato, regresaras a casa después de mucho tiempo.
-No esta nada mal, pero eso significa que seguiré siendo su prisionera. Lo siento, pero dile que no, además Athenea fue muy amable en ayudarme no puedo irme ahora.
-Ayudarte… -replico notoriamente enojado - Pero si ella no te ayudo en nada, ¡te mantuvo encerrada todo este tiempo!
-Ella protegió a mis amazonas de la ira de mi padre.
-Tal vez, pero no me permitió siquiera verte. Ella sabía lo que tu ausencia me hizo sufrir y ni así me permitió verte.
-Tú también tienes la culpa, de ser un poco menos necio…
-Y si ella fuera menos correcta y juiciosa me habría permitido buscar la forma de liberarte hace mucho… así como ahora.
-Hermanito, aprecio mucho tu ayuda, porque crees que de esa forma recuperaría mi libertad, pero realmente estaría condicionada a la voluntad de nuestro padre y no me gustaría vivir así.
-¡Vamos hermana! Aquí en la tierra no puedes hacer mucho, gran parte de tu cosmos esta sellado aun.
-¡Eso no importa! - Artemisa se agarro la cabeza, sentía el dolor que aquejaba a Shaina.
Apolo miro despectivo a Shaina al notar que sentía dolor - Pero mira, tienes que compartir un cuerpo con una humana... Con esta débil, inútil y...
-Es una gran persona con quien lo comparto. ¡No menosprecies a Ophiucus!
Apolo se sorprendió al oír esto, pero no más que la misma Shaina. Esperaba que ella aceptara el trato de inmediato y regresara junto con el pero no que la defendiera.
Apolo la vio fijamente -Pero entonces... ¿Qué decides?
-Dale mi respuesta hermano y no te preocupes por mi ya que regresare a la prisión donde el me dejo. No volveré a molestarlo, al menos no en un par de siglos - dijo lo ultimo tratando de reír.
-¡No Artemisa! - La abrazo otra vez sin que Shaina pudiera hacer algo por evitarlo - Ese encierro fue demasiado para mi no soportaría verte en otro.
-Lo siento Apolo - dijo mientras el le acariciaba el cabello de manera protectora - Pero debo cumplir una promesa, regresare a mi encierro. Al menos así no tendrás que preocuparte por evitarme problemas.
Apolo supo por la voz de su hermana que hablaba en serio entonces le dijo: Le daré tu respuesta, pero no la apruebo. Si tu cambias de opinión… si estas libre de nuevo sabes donde buscarme.
Ella replico: Lo se… gracias.
Apolo se separo de ella unos pasos, le sonrió y se retiro en medio de una esfera de llamas.
 
Artemisa estaba triste, si la diosa lloraba ella también, pero luego de un rato era Shaina quien no podía dejar de llorar. La conversación en que estuvo presente le mostró un lado de Artemisa que no conocía y también demostró ser mas madura de lo que creyó al principio. Rechazo una oferta que significaba volver a su hogar y al lado de su hermano por cumplir su promesa de abandonar su cuerpo. Eso le hablaba muy bien de ella.
“Shaina, no me analices por favor y regresa al santuario, en estos momentos mi cosmos te mantiene en pie. Pero en cuanto abandone tu cuerpo, te derrumbaras nuevamente. He sanado tus heridas lo mejor que pude pero no es suficiente.”
“Gracias por calmar a su hermano…”
“Te dije que cumpliría mi palabra, yo también te agradezco la oportunidad que me diste. Suerte con mi hermana…”
Shaina camino de regreso, en cuanto estuvo a la vista de Marín y las demás Artemisa le dejo y ella casi cayó al suelo.
“Cuídate Shaina.” Le dijo la diosa y Shaina aunque se sentía completamente agotada por su esfuerzo en cierta forma también más ligera. Pero al ver la mirada inquisidora de Athenea, quien esperaba respuestas al sentir que su hermana regreso a su prisión supo que tendría que dar muchas explicaciones.
-Sígueme -Dijo con firmeza la diosa - hablaremos a solas, es necesario que recuerdes cual es tu responsabilidad conmigo y todos tus compañeros en el Santuario.
Shaina la siguió en silencio mientras Marín la vio preocupada, realmente no quería estar en su lugar. Pero no alcanzo a dar más que unos cuantos pasos antes de caer desmayada. Mientras sus compañeras se apresuraban a ayudarla Athenea dijo: Regresare a mis aposentos, díganle en cuanto despierte que la espero para hablar con ella.
Marín fue quien sugirió llevarla a la cabaña de Shaina y Cagglio quien improviso una mascara con unas vendas no se atrevió a contrariarla, extrañamente se veía resignada a que la diosa volviera a su prisión.
Al entrar Marín a la cabaña de Shaina no pudo evitar leer la nota que Cagglio le dejo esa mañana a la diosa y se pregunto como sabia tanto de la diosa, desde cuando la seguía. Hasta el momento no se había puesto a pensar en ella mas que en una persona extraña, molesta y misteriosa, pero viendo la actitud de ella ante lo sucedido, ya no sabia que pensar. Cagglio deposito a Shaina sobre la cama con sumo cuidado.
Marín le pregunto entonces: ¿Realmente te preocupas por ella? ¿O solo quieres ver si regresa Artemisa?
Cagglio se quito la mascara y la vio fijamente antes de responder: Yo seguiré a su alteza donde sea, y si Shaina no la acepta, entonces la esperare nuevamente. Y no importa cuanto tiempo sea, porque siempre estaré a su lado.
Marín y June no supieron que decir ante esto, en el silencio era tan pesado que afuera solo se escuchaba el graznar de un cuervo.
-Ya que se que quieres que me vaya, no te haré esperar mas - dijo Cagglio y dejo la cabaña sin más.
-“Maestra… ¿Qué va a hacer?” - Pensó Misha sin atreverse a seguirla.
-¿Por que no sigues a tu maestra? ¡Vete! - Le dijo Marín a Misha.
La chica tembló al ver la mirada de Marín pero aun así replico: - Ni loca la sigo, cuando esta furiosa se desquita con cualquiera que se le ponga enfrente y no quiero que se desquite conmigo.
June salio en su defensa - Déjala, no creo que haga ningún daño.
-Como quieras - Replico Marín - Pero será mejor que sea útil en algo. Shaina necesitara algo de comer para recuperar fuerzas e iré a buscar algo, sígueme mocosa.
-¡No soy ninguna mocosa soy mayor que tu!
-¡Pues demuéstralo!
Misha le mostró la lengua antes de colocarse su mascara y seguirla. June solo sonrió y busco en que preparar la comida entre las cosas de Shaina.
 
Cagglio corrió lo más rápido que pudo, estaba enojada con Shaina por rechazar a Artemisa. “Shaina es una idiota, no se da cuenta de la gran oportunidad que tiene.” Pensó y corrió hacia el mar, descargo su coraje contra las olas, sabia que era algo inútil, así como esperar a que Shaina aceptase de nuevo a Artemisa. Sabía que pronto regresaría a la misma situación de antes, en espera de que alguien liberara a su diosa y no quería hacerlo… pero en ese momento no sabía que hacer.
De pronto sintió una presencia familiar y se sonrió. Después de todo alguien sabría exactamente como ayudarla.
 
Shaina despertó pero se vio en un espacio abierto, el campo…. La ahora familiar risa de Artemisa le llamo la atención a lo lejos y se enfado.
“No puede ser, ella me dio su palabra de dejarme en paz” - Pensó.
“Así que ella te dio su palabra de no molestarte - Pregunto directamente Athenea.
-Su alteza…
-Si, perdona que haya entrado en tus sueños, pero es que necesito respuestas. ¿Por qué no aceptaste a mi hermana nuevamente Shaina?
-Yo decidí que no la aceptaría más… aunque muera.- Respondió la amazona
Athenea replico: Por ello estas herida ¿Verdad? ¿Te hiciste esto para liberarte de ella?
-No tuve otra opción. Usted tampoco me la dio.
-Shaina, estas excediéndote, debo recordarte que sigues bajo mi mando. Y que este no es el momento y el lugar para una actitud tan ingrata, y aunque por tu actitud puedo concederte ese deseo de morir, no tengo la menor intención de concederte tu deseo ya que tú crees que morir más que un castigo seria una liberación.
Shaina se mantuvo sin responder, mientras Athenea la miraba fijamente tratando de entender a la chica sin éxito, Shaina había bloqueado todo pensamiento de su cabeza.
-¿Estas segura de tu decisión entonces?
-Si… su alteza.
-En tu voz escucho algo de duda y te comprendo. En parte es mi culpa por forzar algo para lo que no estabas preparada. Me duele saber que no eras la persona que creí Shaina, me decepcionas y bastante. Confié en que tú, entre todas las amazonas podrías entender a mi hermana y ayudarla a controlarse, pero veo que ambas son mas parecidas de lo que pensé. Ambas se olvidan de todo y de todos cuando se encierran en si mismas, cuando creen que sus problemas son mayores que los de los demás. Son muy egoístas.
-Su alteza…
-Shaina es triste ver que no pudiste resistir por un par de días la presión. Mi hermana Artemisa tampoco pudo resistir sus impulsos en una ocasión y por ello esta así. Yo he tenido bajo mi cuidado esta tierra por miles de años. No ha sido fácil…. En muchas ocasiones también he tenido el impulso de renunciar sobre todo cuando veo la gran cantidad de sangre derramada. Pero solo imagina cual seria la situación de la tierra, si hubiera hecho eso. La humanidad tendría un destino muy distinto al actual. Mi hermana tiene buenas intenciones pero no supo como tratarlas, hacia mucho tiempo que estuvo encerrada…
Shaina se sintió mal, Athenea decía algo muy cierto. “¿Por que estaría encerrada? es cierto nunca me lo dijo” - Pensó Shaina y Athenea escucho su pensamiento.
-¿Quieres saber por que estuvo encerrada? No puedo decírtelo en palabras… puedo mostrártelo si me lo permites.
Shaina asintió con la cabeza, acepto porque quería saber que la llevo a ese encierro ya que Artemisa guardo celosamente ese secreto. Athenea coloco una mano sobre su cabeza, una serie de imágenes y recuerdos llegaron a ella.
Shaina se vio en un espacio abierto, el campo…. La ahora familiar risa de Artemisa le llamo la atención a lo lejos, pero pronto se vio al lado de la diosa y ello no lo notaba. Ella sonreía feliz ante lo que un joven le decía al oído. Cagglio permanecía a un par de metros.
-¡Artemisa!
Ella se extraño porque ella estuvo a punto de reclamarle cuando vio al joven rubio que le grito a la diosa.
-¡¿Que estas haciendo aquí a solas con el?!
-Vamos hermano no armes tanto escándalo, solo platicábamos, además Athenea esta aquí, también Ca...
-Ninguna mis hermanas deberían estar aquí - La interrumpió - están muy por encima de este… mejor no menciono su nombre.
Artemisa se levanto y abrazo a su hermano - Vamos hermanito, no te enfades, te reto a una carrera el ultimo en llegar será el esclavo del otro por un día. Amazona… espera aquí volveremos.
Apolo sonrió y comenzó a correr, Artemisa antes de salir corriendo se acerco al otro joven y lo beso. Al le sonrió mientras Athenea se sorprendió ante esta reacción y Artemisa cerro un ojo con complicidad a su hermana antes de correr detrás de Apolo y luego igualarlo en la carrera. La risa se hizo cada vez más lejana conforme cambio de lugar.
“¿Así era Artemisa entonces?”
“Si, completamente despreocupada. No se encontraba quieta en ningún sitio, cazaba.. jugaba.” Ella al igual que yo hizo un juramento de castidad, pero Artemisa se enamoro, aunque por desgracia…
Shaina se encontró ahora en un lugar muy brillante, poco después se acostumbro a ese brillo y se dio cuenta que era el mar que reflejaba la luz del sol de mediodía como si fuera un espejo.
“¿Que significa esto?” Se pregunto Shaina y esas mismas palabras se repitieron como un eco con la voz de Artemisa, pero esas palabras estaban llenas de tristeza y rabia mientras abrazaba al joven con quien antes conversaba, él tenia clavada una flecha, una de sus flechas.
-! No Orión, nooo! - Gritaba la diosa mientras veía sus manos manchadas de sangre, entonces vio a Cagglio y Apolo mirándola preocupados.
-Hermana…
-Su alteza ¿Esta bien?”
-Yo lo amaba… yo lo amaba ¡Y lo mate!
-Hermanita…
-¡No me toques Apolo! ¡Tú me engañaste y por ello lo mate!
 
Shaina se sorprendió al ver esto -¿Artemisa mato a quien amaba? ¿Por ello la castigaron?”
-Por su impulsividad - Respondió Athenea - ella estaba furiosa con su hermano gemelo, aunque el solo siguió ordenes de nuestro padre y cuando lo supo esa furia la hizo olvidar todo y levantarse contra nuestro padre, Zeus. Debo admitir que ella no era la única que entonces deseaba hacer eso, pero su impaciencia la hizo perder.
-No entiendo.
-Mi padre ha olvidado que el tiempo de los dioses debió acabar hacer mucho. Y el se aferra a el, también debo admitir que Hera misma intento derrotarlo también con ayuda de nuestro hermano Apolo, Poseidón y la mía. En esa ocasión mi padre tuvo ayuda y nos detuvo… cada uno tuvo su castigo pero ninguno tan fuerte como el de Artemisa.
-¿Cual fue su castigo?
-Espera… ahora lo sabrás.
Cambio de escenario nuevamente, estaba en un amplio salón. Athenea estaba ahí, el hermano de Artemisa también. Una silueta sumamente brillante y una fuerte voz le decían: Tendrás que elegir tu castigo, esta armadura que te regale y utilizaste contra mí, será tu prisión hasta que encuentres a alguien digno de usarla. O veras que todas tus hijas las amazonas mueran.
Shaina sintió la desesperación de la diosa ante esto, no era fácil decidir. Su libertad y las amazonas a quienes siempre ha llamo sus hijas eran lo mas importante para ella.
-No padre no, ¡A ellas no!
-Padre… ellas son unas excelente guerreras pueden servirme - Interrumpió Athenea.
Artemisa sonrió, prefería renunciar a ellas que verlas muertas.
-Mmh… Interesante. Esta bien, toda aquella amazona que te jure lealtad Athenea, será respetada por mi… pero aquella que aun siga a Artemisa será aniquilada de inmediato.
Shaina pudo sentir el dolor de la diosa al escuchar los pasos de sus amazonas alejarse, todas menos Cagglio.
-Vaya… hay una lo suficientemente estúpida como para seguir a tu lado.
-Ca… no vete por favor - dijo Artemisa al voltear a verla.
-No su alteza, prefiero renunciar a mi nombre que dejarla sola. Es mi obligación seguir con usted y mi decisión también.
-Entonces compartirás su castigo, dejaras tu nombre, la acompañaras hasta que ella sea libre, no morirás, no se te concederá la muerte hasta que yo muera. Y eso es imposible.
 
Cuando la diosa retiro su mano de Shaina esta lloraba a más no poder.
-¿Ahora te das cuenta de cómo es Artemisa realmente?
- Lo que me mostró… ¿puede repetirse?
-Si, y en ti esta impedir que suceda nuevamente. Artemisa necesita de ti y yo también. Es necesario que la aceptes, piensa en ello…
 
 
Shaina despertó, el aroma de comida llenaba su cabaña. Su estomago le recordó que tenia ya un par de días sin comer, con tantas cosas en su mente había olvidado algo tan importante. June dejo de vigilar la olla con comida cuando la escucho tratar de levantarse.
-No te esfuerces, en unos minutos estará lista la comida.
Shaina la vio intrigada - ¿Quien me trajo aquí?
-Mi maestra… todas más bien - dijo Misha mientras limpiaba los muebles.
-Gracias por su ayuda, pero creo que puedo cuidarme sola.
-Tan orgullosa como siempre - Dijo Marín quien entraba a la cabaña - Pero será mejor que aceptes esta ayuda porque al menos de mi parte no se repetirá.
Shaina respondió - Eso espero, no me gusta deber favores.
Marín entonces le lanzo su mascara - La dejaste en mi casa, la necesitaras.
Shaina le mostró su gratitud con una sonrisa, se toco la cabeza, recordó la conversaron de que fue testigo esa tarde, lo que Athenea le mostró y al fin comprendió porque la diosa necesitaba su apoyo, entendió muchas cosas mas.
 
Athenea permanecía inquieta, estaba consiente de que la vida de muchos dependían de lo que su hermana le dijera al dios Apolo, y de lo que Shaina decidiera. Ella hizo lo mejor que pudo para convencerla de que aceptara a su hermana nuevamente.
Observo a los caballeros dorados quienes no la dejaron sola ni un momento.
-Al parecer Shaina ya despertó, Milo dile que acuda de inmediato.
-Pero su alteza ella esta herida… no creo que pueda obedecer…
-Si no puede llegar por su propio pie, entonces la traerás como sea - Athenea levanto su voz - Pero debo hablar con ella ya.
-La traeré - respondió antes de hacer una reverencia y salir. Todos se sorprendieron de la actitud de Milo, nunca antes había replicado una orden.
La diosa lamento el hablarle así a Milo, porque ella podía ver lo que había en su corazón, pero ya no había marcha atrás. Shaina sin saberlo en ese momento cargaba a sus espaldas el peso de lo que seria su derrota o su triunfo.
 
 
Terminaba el plato del guisado que hizo June cuando escucho que llamaron a la puerta. Al reconocer el tono de voz de Milo supo porque iba. Todas se colocaron rápidamente las mascaras mientras Shaina se levantaba con lentitud para no marearse. Le indico a June que podía abrir y se irguió lo mejor que pudo.
-Shaina… yo… - Milo entro dudoso.
-Ya se que te enviaron por mi ¿No es así? - Dijo Shaina - Seria una grosería hacer esperar a Athenea; anda, yo te sigo.
Antes de salir dijo: Gracias por su ayuda y les pediría de favor si me esperan de vuelta.
-Solo porque es un favor - dijo Marín pero la vio salir preocupada, realmente no quería estar en su lugar.
 
Ambos estuvieron en silencio todo el camino. Aunque Milo admiraba la valentía que mostró esta mañana al resistirse a Artemisa sabia que tal vez eso le acarrearía un grave problema con Athenea. Pero en eso si no podía ayudarla. Shaina por su parte se sentía sumamente apenada con el, no solo la ayudo cuando estaba herida, sino que recordó que el había visto su rostro, sabia que hacer al respecto, pero en ese momento esa era el menor de sus problemas.
Poco antes de entrar Milo la detuvo - espera Shaina.
-Dime.
-¿Cómo te sientes? Me refiero a tu herida.
-Esta mejor, creo que…
Canon salio en ese momento - ¿Ya están aquí? Athenea la esta esperando.
-Si, ya voy - dijo Shaina y entro al salón sin apresurar el paso. Canon observo fijamente a Milo y esbozo una sonrisa, era interesante ver las reacciones que el caballero del Escorpión tenia frente a ella.
 
En cuanto Shaina entro al salón, los caballeros dorados restantes salieron.
Shaina se mantuvo sin responder, mientras Athenea la miraba fijamente tratando de entender a la chica sin éxito, Shaina había bloqueado todo pensamiento de su cabeza.
-Entonces ¿Cuál es tu decisión?
-Su alteza, se que mi deber es obedecer sin objetar, aunque últimamente olvide ello, se también cual es mi destino ahora… - Se detuvo y luego continuo con una voz distinta - Y agradezco la conversación que tuviste con mi hija esta tarde…
Athenea se alegro al oír la voz de Artemisa nuevamente y sentir su cosmos.
-Ya acepto hermana - Le respondió Artemisa con una sonrisa - Y esta vez no por que se lo ordenaste, sino porque ella misma quiso.
Athenea dijo: Me tranquiliza verte sonreír de nuevo
-Pero no se cuanto tiempo podré mantener esa sonrisa, porque acabo de rechazar a mi hermano - dijo la diosa con tristeza.
-¡¿Qué dices?!
Artemisa le dijo lo que converso con su hermano y Athenea la escucho atentamente, pensativa. Por fin le pregunto: ¿Entonces que harás Artemisa? Era una segunda oportunidad para ti.
-Hermana, me sorprende que me preguntes eso. Pero ya dije, la única forma en que puedo agradecerte por lo que hiciste, es estar a tu lado cuando me necesites. Claro, porque eso también le conviene a mis planes de venganza.
-Lo se… no soy tonta. Demasiada gratitud y abnegación no es propia en ti.
Artemisa soltó una risilla que se apago cuando Athenea le dijo: Será muy pronto… el ya me advirtió que pronto será el día en que me castigara ¿Podrás estar lista para lo que sigue?
-Me preguntas eso porque tu ya lo estas -Replico Artemisa - Siempre lo estas…
Athenea la miro duramente -Yo no provoco las guerras, no me agradan... se derrama siempre sangre muy valiosa. Pero sabes que si debo pelear, por defender lo justo jamás soy derrotada y no permitiré que mi padre destruya la tierra, han sido demasiados sacrificios hasta ahora y no serán en vano.
-Por ello no quiero tenerte como enemiga y de aceptar el trato que me dio nuestro padre, significaría pelear contra ti pronto, porque estoy segura que esa seria su condición. No quiero hacer enemigas a mis hijas de los tuyos, no quiero separarlas.
-¿Aunque pelees contra tu propio hermano?
Artemisa le sonrió con seguridad - ¿Apolo? El nunca me podrá hacer daño, es mi hermanito lo conozco muy bien. Y me voy, Shaina necesita urgentemente descansar. ¿O hay algo mas que quieras decirme?
-Solamente… bienvenida de vuelta.
-Gracias hermana - dijo mientras se coloco la mascara - Yo le avisare a tus guerreros que entren.
Athenea la vio fijamente mientras se retiraba. Se alegro que al menos Shaina pudiera ayudarla a controlarse un poco. Realmente le servia ser su recipiente, pero no confiaba tanto en Apolo como ella, la experiencia le enseño que todos pueden cambiar mucho con los años y Artemisa aunque parecía estar ahora mas tranquila, podría ser fácilmente influenciada por el cariño hacia su hermano.
Artemisa sonrió al ver que los caballeros dorados aguardaban a que Athenea los llamara y ella se acerco a Milo quien al igual que los demás se inclinó a su paso. El se sorprendió de verla frente a el, pero no tanto como los demás.
-Debo agradecerle todo lo que hizo por Shaina - dijo y el se estremeció al oírla, era doloroso para él saber que la diosa había regresado al cuerpo de Shaina.
-Ella me dice que es realmente afortunada de contar con usted. También que aunque en su momento ella no lo comprendió, agradece lo que le dijo en la enfermería y espera demostrarle que de ahora en adelante no será mas una cobarde.
-Yo no quise…
-No diga mas, entiendo bien que deseaba hacerla sentirse bien por lo que siente por ella. Y lo logro, ahora mi hermana los llama, les esta esperando.
 
Ellos entraron y supieron por su diosa que la respuesta de Artemisa tendría el efecto que pensó en Zeus, significaba que las cosas se aceleraban, ellos debían estar preparados.
 
Al regresar a su casa luego de escuchar a Athenea Milo no podía estar más afectado. La idea de una nueva e inminente guerra no le preocuparía tanto si Shaina no estuviese tan involucrada esta vez. Pero ahora ella se arriesgaría más que nunca porque esa diosa estaba dentro de su cuerpo. Y le parecía tan injusto...
Pero no solo el estaba distraído, Aioria se topo con el, le pidió disculpas antes de seguir su camino por la escalinata rumbo a su templo. Milo recordó entonces que aun no le agradecía el llevar a Shaina a la enfermería.
- Estas muy pensativo ahora ¿Verdad?
-Si... no puedo estar tranquilo pensando en Marín. Esta mañana realmente temí por ella.
-Te entiendo, ese dios realmente se veía enfadado, de haber entrado al santuario...
-Pero no fue mas agresivo que su hermana, Artemisa si que se enfureció al encontrarme con Marín, si tan la hubiera visitado ayer…
Milo lo vio fijamente, antes de preguntar: ¿De que estas hablando?
-No es un secreto que amo a Marín, solo que nunca antes se lo había dicho, mucho menos me había atrevido a besarla, pero esta mañana ella llego justo cuando la besaba y…
Milo lo agarro por la camisa y lo vio más que furioso -Tú… ¿Tú atreviste a eso? ¿La besaste y Artemisa los descubrió?
Aioria le pareció demasiado agresiva su reacción, aunque esperaba que le recriminara por ello. Conocía su apego a las reglas. Pero su mirada le indica que realmente estaba furioso.
-Aioria, ¿Estas diciéndome que la reacción que tuvo Artemisa fue culpa tuya en primer lugar?
-Yo no iba a imaginarme que ella llegara en ese momento.
Milo grito enfadado mientras lo levanto, si lo soltaba rodaría por las escaleras. No se haría demasiado daño, pero lo extraño su reacción, a el y a Canon que pasaba también por su casa camino abajo.
-Oye… suéltalo. ¿Qué te pasa? - Pregunto Canon.
Pero Milo lo ignoro, seguía enfadado con Aioria -¿¡Tampoco imaginaste lo que Shaina fue capaz para detenerla?! ¡Ella estuvo a punto de morir!
Sus compañeros se preguntaron si acaso Milo sentía por Shaina algo más que simple amistad. Pero el caballero de Leo ato cabos. Su enorme preocupación al verla herida, el recelo que tuvo de ir por ella cuando Athenea se lo pidió, lo que Artemisa dijo y ahora esto…
- Milo… ¿Tú amas a Shaina?
El eludido lo vio fijamente y estuvo a punto de soltarlo, pero luego solo soltó un grito de enojo y tiro a Aioria a un lado.
-¿Qué esta pasando aquí? - Pregunto Aldebarán quien recién llego al lugar.
-Pregúntaselo a el - Dijo enfadado Milo - Y largo de aquí quiero descansar.
En cuanto lo dejaron tiro varias cosas al suelo descargando su rabia. Aioria tenía razón, el se había enamorado de Shaina, no supo el momento exacto en que paso. Pero el no podía permitirse sentir por ella más que una amistad. Porque no era correcto, porque le estaba prohibido. Todo su templo era un desastre y el por primera vez en su vida maldijo la hora en que se convirtió en el caballero del Escorpión.
 
 
Cuando Shaina regreso a su cabaña, las demás la esperaban no solo preocupadas por ella, sino porque querían saber cual seria su decisión. Ella se detuvo fuera de la cabaña, debía explicarles ahora si que la motivo a aceptarla nuevamente, no quería ocultarles nada, porque que Athenea le mostró la Artemisa que no conocía.
“Con que sigues analizándome ¿Eh?” - le dijo Artemisa.
“¿Pues que querías? todo lo que haces me afecta directamente y afecta a los demás también.”
“¿Lo dices porque rechace a mi hermano?”
“Claro, primero decías que lo extrañabas y ahora..., me temo que lo que tu hiciste esta tarde tal vez provoque otra guerra y eso significa la muerte para cualquiera.
“Esa guerra es inminente Shaina y si, lo que yo hice solo la precipitara. Pero por ello mismo quiero que me ayudes con tus compañeras. Athenea ocupa la mayor ayuda posible y ustedes pueden ayudar a inclinar la balanza a su favor.
“Parece muy decidida a pelar contra su padre y apoyar a Athenea, aun quiere vengarse ¿Verdad?”
“La venganza fue lo único que hizo mas tolerable mi encierro, la venganza puede ser un poderoso incentivo, eso tu misma lo sabes.”
“Pero también puede destruirte y carcomerte el alma.”
“Si, eso mismo lo se...”
“Ahora hablemos con mis compañeras, se merecen una explicación.” - Pensó Shaina mientras abría la puerta de la cabaña y vio a todas esperándola, entre ellas a Cagglio. “Merecen saber sobre Cagglio, ella fue la mas afectada entonces y también ahora.”
“Su fidelidad ha tenido un alto precio. Pero me siento muy orgullosa de ella.”
 
 
Mientras tanto Apolo regreso decepcionado. Se equivoco con su hermana, ella no acepto el trato y prefirió continuar encerrada. Lo que le dijo no tenia mucho sentido, Artemisa siempre fue libre y hacia lo que quería, luego estar encerrada durante tanto tiempo lo natural era que quisiera disfrutar de esa libertad. Pero, el trabajo mucho en conseguir ese trato pero ella lo desprecio. Lo peor fue sentir que ella se libero nuevamente y permaneció con Athenea. Pero le preocupaba lo que su padre, Zeus pensara, para el todo el que pensaba diferente era su enemigo y su hermana tal vez lo fuera entonces.
“Eres una tonta Artemisa, una tonta... pero yo no permitiré que te arruines una vez mas”
 
Apolo se dirigió con su padre. Respiro profundo antes de entrar a la cámara, para tranquilizarse un poco.
-Aquí estoy padre....
-¿Por que no acudiste de inmediato?
- Disculpe... me tarde mas de lo que creí.
-Hm…puedo sentir que andas ofuscado. Eso indica que no te fue bien con tu hermana ¿Verdad? La muy terca se negó a mi trato.
-Me temo que si...
-Entonces será castigada junto con Athenea.
-Padre no por favor... - Suplico Apolo - Déle tiempo de recapacitar.
-¿Me pides tiempo para que recapacite?- Lo vio antes de soltar una carcajada.
-Puedo convencerla de que lo mejor para ella será que deje el santuario. Porque Athenea será castigada de cualquier forma. Una vez que ella salga de ahí, podrá hacer con Athenea lo que le plazca.
Zeus se burlo: Me has hecho reír. Te daré una oportunidad y espero que esta vez tengas mejor suerte que la vez anterior. Artemisa es demasiado conflictiva... pero mi hija después de todo. Te concederé… unos días, su destino ya esta marcado, si en ese tiempo Artemisa no ha cambiado de parecer será destruida junto con todos en el Santuario....
-Gracias...
-Pero no podrás avisarle, ni decirle lo que pasara. Te lo prohíbo.
-¿Cómo podré convencerla entonces?
-Eso tendrás que averiguarlo tú.
Apolo salió del lugar tras hacer una reverencia y se sonrió… tenia un as bajo la manga que lo ayudaría a sacar a su hermana de ese lugar.