Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Simplemente... ¿amigos? ❯ Capítulo 11 ( Chapter 11 )

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Simplemente… ¿amigos?
Por Daulaci Serv
 
Con los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.
 
 
CAPITULO 11
 
 
Agitado llega por fin hasta la calle. Ella había desaparecido.
 
-¡Maldición!
 
Parado en la acera delante de la casa de las rosas miró a su alrededor. No había nadie y apenas alcanzó a ver las luces de dos autos que se alejaban en direcciones opuestas.
 
“Ella” podría estar en cualquiera de esos dos autos. Fuera como fuera, ya no estaba.
 
Sentía ganas de estrangular a alguien en especial a ese par de “Barbies” que ya sin las mascaras era fácil reconocerlas. Vera Tessari y su inseparable Nami Mishka. ¿Cómo lo reconocieron? Era un misterio pues ni siquiera se había quitado su mascara, aunque también podría achacárselo a su mala suerte.
 
Fue difícil desentenderse de la persistente Vera, aún más difícil cuando su mente solo tenía un objetivo en mente, llegar a la entrada principal para alcanzar a la misteriosa Hada antes de que su hermano se la llevara de la fiesta.
 
Hubiera querido empujar a Vera y gritarle que lo dejara en paz, pero el sentido común se impuso, recordándole que él era un caballero y no podía hacerle eso a una chica que aparte de todo era la hija de un importante hombre de negocios con quien él tenía trato.
 
Soltó otra maldición con bastante rabia. De todas las mujeres que había conocido tenía que ser esta precisamente con quien sintiera una conexión especial.
 
Con ningún había sentido una conexión semejante, la crujiente tensión de la excitación. Por primera vez había agradecido el simple hecho de estar vivo y de respirar el mismo aire que ella. Su mente había viajado tan rápido, imaginándose a si mismo visitando la casa de la joven y enfrentando a ese hermano sobre protector. Iba a hacerlo todo por ella, iba a colmarla de pasión y de sueños compartidos.
 
Y sin embargo…
 
Volvió a maldecir, pero esta vez con pesar.
 
Y sin embargo, apenas y sabía de qué color era sus ojos, el de su cabello, suave como la seda y el cálido sabor de sus labios.
 
-“No va ser fácil encontrarte” -pensó mirando hacia la mansión que se cernía a sus espaldas-. “Pero maldición si dejo que eso sea un obstáculo” -y se encaminó al interior dando largas y furiosas pisadas. Alguien iba a tener que dar respuesta a sus preguntas.
 
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Ya en el interior del auto y camino a su casa, Sakura se sentía mareada de la preocupación. “¿Cómo se habrán enterado?”. Se preguntó sintiendo el agitado latir de su corazón.
 
De todas las desagradables sensaciones que experimentaría en su vida esta era una que jamás olvidaría. Aún no se recuperaba del impacto que había recibido al ver a Toshime.
 
El alma se le fue al suelo e instintivamente tomó la mano de su amiga, con el profundo deseo de poder escapar volando de ahí. Pero ella no tenía poderes mágicos y no se podía huir de lo inevitable.
 
Miró sus manos recordando el frío del contacto de las de su amiga. Sakura había dirigido su atención hacia ella quien se veía mortalmente pálida, sus ojos se volvieron hacia ella, vacíos, ausentes evitando pensar en lo que sucedería.
 
Sakura la abrazaba deseando poder transmitirle un poco de calor y fuerza. “No es el fin del mundo”, pensó negándose a llorar.
 
-Esto iba a suceder tarde o temprano -había susurrado Tomoyo.
 
Sakura había mirado a Tomoyo quien trataba de sonreír inútilmente.
 
-Todo irá bien -le había dicho ella, esperando que fuera cierto.
 
-¿Cómo se enteraron?
 
-No lo sé -respondió Touya sorprendiendo a Sakura, no se había dado cuenta que había hablado en voz alta-. Esa mujer, Toshime -gruñía al recordar a la mujer-, apareció un poco antes de que yo saliera para acá, preguntó por Tomoyo, papá fue quién le abrió la puerta.
 
Sakura se encogió en su asiento pensando en la escena, no le había contado nada a su padre o a Touya. Tomoyo diría en casa que se quedaría a dormir con Sakura para una pijamaza.- ¿Por qué iría a buscarla?
 
-No lo dijo -respondió Touya, de nuevo había hablado en voz alta-. Pero tampoco se sorprendió cuando papá le dijo que aún no iba a recogerlas. Esa mujer dijo que iría también para recoger a Tomoyo y que me seguiría en el auto.
 
-Ella sabía que no encontraría a Tomoyo en la casa -concluyó Sakura.
 
-Si, la señora Daidouji no sabía de la fiesta, ¿verdad?
 
-No -Touya suspiró con fuerza ante esa respuesta-. Tomoyo quería decirle, siempre ha querido pero…
 
-Esperó demasiado.
 
-Si.
 
Sakura no pudo decir más y se mordió el labio al sentir que sus ojos se llenaban de lágrimas. Estaba preocupada por Tomoyo, lo estaría el resto del fin de semana. No sabría de ella hasta el lunes. Sonomi Daidouji nunca había golpeado a su hija, no era eso lo que le preocupaba, pero si su dura indiferencia y lo que se ocultaba tras ella.
 
Seguramente le prohibiría su amistad y suspiró acongojada, seguramente creerían que había sido ella quien la animara a desobedecer a su madre, pero esto nunca había sido necesario, desde que Tomoyo conociera a Eriol algo despertó dentro de ella y su amiga estaba decidida a defenderlo.
 
¿Pero que hará la señora Daidouji? ¿Cuál será el castigo esta vez? No se la llevaría a un internado, no cuando estaban en el último año ¿o si?
 
-Ella estará bien -dijo Touya sacándola de sus pensamientos, había detenido el auto fuera de la casa.
 
-Tal vez -respondió con la cabeza agachada y las lágrimas surcando sus mejillas.
 
Apenas se dio cuenta de que Touya bajaba del auto y daba la vuelta al mismo para abrir la puerta de su lado.
 
-Anda monstruo -dijo suavemente, inclinándose para quitarle el cinturón de seguridad-, vamos adentro, ahí seguiremos hablando.
 
-Touya -lo miró animada por la ternura con que le hablaba-. Estoy preocupada -admitió mientras su hermano, la obligaba a salir del auto.
 
-Lo sé -respondió Touya limpiando sus lágrimas con los dedos.
 
-Oh Touya -sollozó ella abrazándolo.
 
Él la acunó en sus brazos protegiéndola del dolor susurrando suavemente.
 
-Todo estará bien.
 
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Después de despedirse de Sakura y Touya había caminado hacía el auto de su madre sin titubear, fue el único momento en que se animara a mirar a Toshime de frente directo a los ojos y observar ese brillo triunfal en su mirada.
 
-“¿Qué ganas tu con todo esto?” -hubiera querido preguntarle, pero… ¿para qué? Había tantas cosas más importantes que ocupaban su mente.
 
Al entrar en el auto descubrió con alivio que no había nadie más aparte del chofer. El trayecto a casa se hizo en un silencio absoluto. Tomoyo hizo un esfuerzo sobrehumano por aparentar una indiferencia que estaba lejos de sentir, no le daría a Toshime una satisfacción más, ella no tendría el privilegio de observar su miedo e incertidumbre.
 
Cualquiera creería que durante ese espacio de tiempo Tomoyo aprovecharía para pensar en lo que diría a su madre, pero no era necesario, durante meses la chica se había preparado para ese momento. Cuántas conversaciones imaginarias con su madre se habían desarrollado en su mente. Cuántos distintos desenlaces, y aunque ninguno de ellos había sido favorable, ella sabía que nada podría acercarse a la realidad que iba a enfrentar.
 
Habían llegado a la mansión Daidouji y de inmediato Toshime la escoltó por la casa como si ella misma no supiera hacia donde se dirigían.
 
Tomoyo la miró de soslayo y aspiró aire lentamente, infundándose valor para enfrentar lo que estaba por venir.
 
Llegaron al pasillo que las conduciría al despacho de su madre. Al mirar esa puerta que nunca antes había parecido tan enorme e intimidante como ahora. Por una fracción de segundo deseo correr en dirección opuesta, pero no iba a hacerlo. Este momento llegaría tarde o temprano, ella lo sabía.
 
Toshime tocó a la puerta y durante unos segundos eternos no hubo respuesta.
 
-Adelante -respondió Sonomi.
 
-Ya he regresado señora -dijo Toshime nada más entrar, Tomoyo la seguía.
 
-¿La trajiste contigo? -preguntó Sonomi sin levantar la vista de los papeles que estudiaba.
 
-Si señora, ella esta aquí.
 
-“Ella” -pensó Tomoyo con desagrado y apretó los puños con fuerza-. “¡Soy su hija!” quiso gritarle a Toshime. “¡Soy tu hija!” quiso gritar mirando en dirección a su madre.
 
-Esta bien, puedes retirarte Toshime -ordenó Sonomi, aún concentrada en lo que hacia.
 
-Si señora.
 
Tomoyo miró al ama de llaves lanzándole una sonrisa a la mujer que no parecía feliz con la orden. Seguramente esperaba poder quedarse a mirar, pero ese era un privilegio que no se le concedería.
 
Como Sonomi aun no levantaba la vista de los documentos, Toshime se atrevió a mostrarle su disgusto a Tomoyo, al menos entre ellas nunca abría hipocresía.
 
En cuanto la puerta se cerró Sonomi dejo los papeles de lado y por fin le dirigió la mirada a su hija. Tomoyo la miró fijamente, decidida a no dejarse intimidar, no iba a disculparse. No por ser amiga de Eriol Hiraguizawa.
 
-¿Es maquillaje lo que tienes en la cara? -preguntó Sonomi con dureza.
 
-Si.
 
-Entonces, es cierto, fuiste a la fiesta de disfraces en “La casa de las rosas”.
 
-Si.
 
-Creí haber sido clara contigo Tomoyo, te ordené que te mantuvieras alejada de Eriol Hiraguizawa.
 
-Yo… no pude -musitó sin fuerzas.
 
-¿No pudiste o no quisiste? -preguntó Sonomi desdeñosa mientras se ponía de pie para rodear el escritorio y situarse frente a su hija.
 
Tomoyo no apartó los ojos de su madre y apretó los puños con fuerza.
 
-No pude y no quise -respondió sin el más mínimo temblor en su voz.
 
-No sabes como me decepcionas Tomoyo.
 
-“A mi me decepciona que no puedas comprender” -pensó Tomoyo sintiendo una dolorosa opresión en el pecho.
 
Sonomi miró largamente a su hija, empezaba a comprender que no sería una situación sencilla. La observó con cuidado, con ese maquillaje y esa entereza digna de una Daidouji descubrió que su hija ya no era más una chiquilla, ya no era una niña a la que podía manejar con facilidad, se estaba convirtiendo en una joven y por lo visto sería una muy rebelde.
 
Ya no es una niña” le dijo una vocecita muy dentro de ella. “¿Cuándo fue que creciste Tomoyo?”. “¿Dónde estaba yo que no me di cuenta?”
 
Para sorpresa de Tomoyo, Sonomi fue la primera en romper el contacto visual. Dio la vuelta y volvió a ocupar el lugar detrás del escritorio.
 
-Shirou Hironobu es el hombre más despreciable que he conocido -habló con voz baja pero decidida-. Mujeriego, irresponsable, sin escrúpulos. Ese hombre intentó aprovechar que me encontraba en el peor momento para abusar de mí.
 
Tomoyo bajo la vista con un leve suspiro, no le sorprendía lo que su madre decía, era algo que sospechaba. Aún así sintió pena por su madre y volvió a mirarla.
 
-Veo que no te sorprende.
 
-No, yo no sabía nada, no estaba segura -aclaró ella-. Es solo algo que sospechaba.
 
-Y aún así desobedeciste mis órdenes.
 
-Si.
 
-Ese hombre quiso sacar el mayor provecho posible, no solo de mi persona sino de los negocios que teníamos en común -puntualizó levantando la voz y al notarlo volvió aun tono más bajo pero igualmente duro-. He hecho todo lo posible por no tener contacto con él incluso evito estar en el mismo sitio, creo que ya lo habrás notado también.
 
-Si, yo me he dado cuenta.
 
-Hironobu sabe que lo detesto y que no le temo. Fue gracias a él que me di cuenta de lo que tendría que enfrentar sin tu padre -Sonomi volvió a levantarse y le dio la espalda a su hija para mirar por la única ventana de su despacho.
 
Tomoyo sintió que su corazón se desbocaba, no recordaba la última vez que su madre había mencionado a su padre, contuvo la respiración esperando que dijera algo más, deseando que dijera algo más, pero no sucedió.
 
-No sería el único “hombre de negocios” que intentaría aprovecharse de la ingenua viuda -continuó Sonomi con aire ausente pero aun con un dejo de amargura en su voz-. Por eso mismo lo use como ejemplo, terminé toda relación comercial con él, perdimos algo de dinero -y agregó orgullosa-, pero no tanto como él. Y desde entonces es bien sabido que si él está involucrado en algún negocio directa o indirectamente yo no participaré en él.
 
Tomoyo miraba a su madre con los ojos muy abiertos, hasta ahora siempre se había preguntado como sería Sonomi Daidouji la mujer de negocios y ahora lo sabía “implacable”, esa era la palabra que la describía mejor. ¿Cómo no lo adivino antes? Ella no podía ser muy diferente de cómo era en casa.
 
-¿Puedes imaginar lo que pensaría la gente si se sabe que mi hija frecuenta a Eriol Hiraguizawa, el sobrino de mi enemigo? -preguntó Sonomi volviéndose para mirarla.
 
-A la gente no debe importarle…
 
-¡Claro que le importa! -exclamó golpeando el escritorio con la palma abierta-. Además, Hironobu podría estar usando a su sobrino para llegar a ti y así a mí.
 
-¡Eso no es cierto! -Tomoyo había levantado la voz sorprendiendo no solo a su madre sino a si misma, se dijo con insistencia que debía calmarse-. Eso no es cierto, ellos apenas se hablan.
 
-Eso es lo que quieren hacerte creer, el joven Hiraguizawa trabaja junto a su tío en Industrias Hiraguizawa.
 
-Eso es cierto -balbuceó la chica-, pero ellos no…
 
Se interrumpió repentinamente, Tomoyo no sabía hasta que punto podría decirle a su madre la situación real en Industrias Hiraguizawa, que tanto podría confiar en ella. Sonomi podría aprovechar la oportunidad que el desacuerdo que hay en la empresa le daba para vengarse, creando rumores para afectarlos. Y sabía muy bien que eso era lo menos que Eriol necesitaba en este momento cuando estaba luchando tanto por hacerse de un lugar en la empresa de su padre.
 
-Ellos no ¿Qué? -quiso saber Sonomi.
 
-Ellos no se tratan mucho, antes de que Eriol regresara no habían tenido contacto.
 
-Con que Eriol ¿no?
 
-Él es mi mejor amigo -se justifico la chica.
 
-Tu amigo -se burlo Sonomi-. La amistad entre hombres y mujeres no existe. Ellos siempre quieren algo más.
 
-Eriol no es así.
 
-¿Y tu Tomoyo? ¿Tú no quieres algo más? -preguntó Sonomi endureciendo la mirada.
 
-Eriol es mi amigo -respondió después de una pequeña aunque significativa pausa.
 
Sonomi no respondió abrió uno de los cajones de su escritorio y sacó una carpeta de la que extrajo unos documentos que colocó frente a su hija.
 
-¿Estás segura de conocer bien a tu amigo? -señaló con confianza los documentos.
 
Tomoyo confundida dio un par de pasos hacia ellos.
 
-¿Investigaste a Eriol? -preguntó con un jadeo.
 
-¿Sabes la cantidad de aventuras que ha tenido? ¿El tipo de mujeres con las que sale?
 
Tomoyo solo pudo agitar la cabeza con incredulidad: no alcanzaba a comprender lo que pasaba.
 
-¿Sabes el tipo de relación que tiene con ellas? -continuó implacable-. Son sus amantes Tomoyo, en especial esta.
 
Y colocó sobre los papeles la fotografía de una mujer.
 
-Kaho -exclamó Tomoyo.
 
-¿La conoces?
 
-Si, la conocí hoy, ella estaba en la fiesta.
 
-¿Cuánto tiempo crees que pasaría antes de que ocuparas su lugar? -y suspiró exasperada-. A menos que eso sea precisamente lo que quieres.
 
-¡Madre!
 
-Seguramente ya llenó tu cabeza de ideas, tal vez te ha prometido cosas -Sonomi se colocó frente a ella.
 
-No, no.
 
-¿Oh es que acaso tu y él…?
 
-¡No! Tú no sabes, tú no lo conoces…
 
-¿Y tu si?
 
-¡Si! Es amable, considerado, inteligente, es un caballero -respondió desesperada.
 
-¡Y estas enamorada de él! -la acusó con vehemencia.
 
-Eriol es el mejor hombre que he conocido -gritó Tomoyo.
 
Ninguna de las dos lo vio venir, fue algo que simplemente sucedió. El sonido de la bofetada pareció silenciar todos los demás.
 
Tomoyo se tapó la mejilla dolorida con una mano y miró a su madre con temerosa incredulidad mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
 
Sonomi respiraba agitada y se miró la palma de la mano sorprendida al mismo tiempo que sentía que la furia que bullía dentro de ella se evaporaba lentamente. Cerró el puño antes de mirar a su hija.
 
-Eres tonta -susurró con amargura-. Y no voy a permitir que te sigas comportando así. De ahora en adelante me aseguraré que hagas lo que te ordeno -se volvió lentamente para reunir los papeles sobre su escritorio. Mientras Tomoyo aun no se recuperaba de lo que había ocurrido-. De momento no saldrás bajo ningún pretexto, ya he mandado retirar el teléfono de tu habitación y no podrás recibir visitas.
 
Cuando por fin se volvió a mirar a su hija ya había recobrado la serenidad. Tomoyo aún se mantenía en la misma postura, conteniendo las lágrimas que pugnaban por salir a borbotones.
 
-Toma esto -ordenó extendiendo la carpeta con la información sobre Eriol-. Será mejor que conozcas la verdadera naturaleza de “tu amigo”.
 
Tomoyo miró la carpeta y retrocedió un paso, apretando los puños a ambos lados de su cuerpo.
 
-Conozco a Eriol, no necesito de eso -respondió con valor.
 
-Tómalo Tomoyo -insistió con un brillo iracundo en su mirada.
 
-No -dijo la joven retrocediendo-. No me interesa -y antes de perder el valor salió de la habitación sin mirar atrás.
 
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El silencio imperaba en la habitación, solo era interrumpido por los suspiros de Canela que echada a un loado de los pies de Anessa-sama parecía comprender y compartir el sentimiento de tristeza que reinaba.
 
Durante varios días en “La Casa De Las Rosas” no se supo nada sobre las chicas hasta ese día en que Sakura se había dirigido ahí directo de la escuela con la noticia sobre Tomoyo.
 
-He esperado hasta hoy -explicaba Sakura a Anessa-sama y la señora Seri-, porque quería saber que había pasado aquella noche con Tomoyo y así podría traerles noticias, pero...
 
-No has sabido nada de ella -concluyó Anessa-sama.
 
-No -respondió la chica con tristeza-, Ya son tres días sin que se presente a la escuela.
 
-Pero alguna explicación habrá para ello -replicó Seri preocupada.
 
-El ama de llaves, la señora Toshime ha ido todos los días a recoger las tareas, pero no me atrevo a preguntarle y aunque lo hiciera estoy segura que no me diría nada.
 
-Esa mujer -masculló Seri-, si la tuviera frente a mi, le diría unas cuantas verdades.
 
-Eso sería algo digno de verse -dijo Sakura sonriendo por primera vez desde que llegara-. Hoy pregunté a uno de mis maestros y dijo que habían reportado enferma a Tomoyo, pero no se si realmente estará enferma o solo será un invento, no lo sé.
 
-Mi pobre niña -suspiró Anessa-sama-. Tendremos que ser pacientes.
 
-¡Pacientes! -exclamó Seri pensando en lo imposible que eso resultaría.
 
-Si Seri, no podremos hacer nada más, debemos esperar hasta saber de ella.
 
-¿Pero cuando será eso? Ni siquiera Sakura a podido comunicarse con ella, ¿cierto? -dijo mirando a la chica.
 
-Si, he tratado de hablar por teléfono con ella, pero me la niegan y la última vez contestó Toshime y me dejó muy claro que Tomoyo no podía recibir llamadas.-“Usted sabe muy bien porque” -había dicho la mujer antes de colgar.
 
-No pueden tenerla así para siempre -dijo Anessa-sama esperanzada en que tuviera razón. Sonomi Daidouji no podía ser tan irracional.
 
-Pero, ¿y si no sabemos de ella pronto? -insistió Seri.
 
-No lo sé, supongo que algo se nos ocurrirá. De momento lo que me preocupa es como reaccionará Eriol ante estas noticias.
 
-Es cierto -jadeó Seri llevándose una mano a la boca-. La última vez no se lo tomó muy bien.
 
-Y entonces al menos teníamos noticias de Tomoyo -recordó Sakura-, y yo podía ser el lazo entre ustedes, pero ahora...
 
-Ahora nada -suspiró Anessa-sama y agregó resuelta-. Esperaremos, tal vez la próxima semana sea diferente. Regresará a la escuela y sabremos que pasó -y alargó el brazo para colocar su mano sobre la de Sakura-. Y vendrás a avisarnos de inmediato, ¿verdad querida?
 
-Por supuesto Anessa-sama, en cuanto sepa de ella, les traeré noticias.
 
-Gracias cariño.
 
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Sakura salió de “La Casa De Las Rosas” sintiéndose un poco mejor después de hablar con Anessa-sama y la señora Seri. En casa Touya y su papá también compartían su preocupación por Tomoyo pero con estas adorables señoras se sentía más en confianza para expresar sus miedos. En casa solo preocuparía de más a su familia y eso no le agradaba.
 
Como siempre el señor Tarisume le había ofrecido llevarla de regreso a casa en auto, pero esta vez Sakura había rechazado el ofrecimiento pues prefería caminar para así tener tiempo para pensar. Se había alejado unos pasos cuando alguien la llama.
 
-¡Sakura! -gritó Fuutie mientras bajaba del auto.
 
-Hola Fuutie -saludó Sakura con una sonrisa.
 
-Precisamente a ti te estaba buscando -dijo Fuutie con alegría mientras se acercaba a la chica-. Y a Tomoyo también, ¿no ha venido contigo? ¿Ella sigue adentro?
 
-Oh no, Tomoyo no vino conmigo -respondió triste.
 
-¿Pasa algo malo?
 
-Es una larga historia.
 
-¿Quieres hablar sobre ello? -La chica negó con la cabeza-. ¿Te invito a tomar algo? así hablaremos un poco -insistió Fuutie y sin esperar respuesta la arrastró hasta el auto.
 
Al poco rato se encontraban en una pequeña y acogedora cafetería, sentadas en una mesa en un rincón, donde hablarían con cierta privacidad.
 
-Comprendo -dijo Fuutie después de escuchar el relato de Sakura-. En cierta forma entiendo a Tomoyo; mi madre también es muy estricta, muy apegada a sus tradiciones, a sus ideas. Hasta ahora de las hermanas, yo soy la única que se ha revelado aunque no con mucho éxito -y recordó que estaba sujeta a lo que su hermano mejor o incluso Yue decidieran.
 
Un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar a su “socio”. De momento había estado evitándolo, sus piernas temblaban y su corazón corría desbocado solo de pensar en el beso que habían compartido; su estómago daba un vuelco cuando pensaba que no podría evitarlo eternamente. Suspiró con aire ausente mientras tomaba de la malteada que había pedido.
 
Sakura observaba a Fuutie quien parecía estar muy lejos de ahí. Notaba el rubor que cubría su rostro mientras colocaba a pajilla entre sus labios. Pensó que Fuutie era muy diferente de cualquier persona que conociera. Era muy divertida, relajada, “libre”, parecía gozar de cada diminuto detalle. La había sorprendido que pidiera una malteada de chocolate para cada una aduciendo que no había nada mejor para el alma que ese delicioso ingrediente.
 
-Fuutie, ¿qué es lo que querías hablar con Tomoyo y conmigo? -preguntó Sakura.
 
-¿Qué? -Fuutie parpadeó confundida-. ¡Ah, si!, es cierto -y se enderezó en su asiento-. Bueno, quería ver a Tomoyo para preguntarle por las fotografías, aunque la señora Hiraguizawa ya me había dicho que Tomoyo se las entregaría y que cuando ella pudiera estaría bien, pero… quería ver las fotos y saber si estaría interesada en volver a trabajar para mí, pero ahora no sé si se podrá.
 
-Si, bueno, aunque estoy segura de que a Tomoyo le encantaría el trabajo, pero no creo que a su madre le guste la idea.
 
-Si eso suponía -suspiró y volvió a tomar de su malteada-. Como sea también quería preguntarte a ti si te interesa trabajar para mí.
 
-¿Trabajar? ¿Para ti? -preguntó sorprendida, sintiéndose por primera vez en varios día un poco animada.
 
-Si bueno, he decidido contratar gente joven para crear mi propio equipo de trabajo. En particular, meseros; gente que yo pueda entrenar para que sepan lo que espero de ellos. También debo buscar un servicio de catering que trabaje conmigo en diversos eventos, una florería y en fin, tantas cosas.
 
-¿Y quieres que yo trabaje para ti?
 
-¡Si! Creo que nos llevamos bien y estamos en la misma sintonía. También quería pedirte si podrías preguntar a alguno de tus compañeros de la escuela si esta interesado en el trabajo, además podría ayudarme a conocer algunos sitios, yo aún no estoy familiarizada con la ciudad -enumeró emocionada—pero primero dime si te interesa, ni siquiera te pregunté si estás interesada en trabajar o si ya tienes trabajo.
 
-No, no tengo trabajo y si me interesa pero…
 
-¿Pero qué?
 
-Debo preguntarle a mi padre, hasta ahora no me ha dado permiso para trabajar, ni siquiera en verano, además… esta mi hermano.
 
-¿Tu hermano?
 
-Si -asintió con una mueca y tomó un sorbo de su malteada-. Mi hermano me cuida mucho y él también se involucra en las decisiones que a mi se refieren, seguramente pondrá miles de pretextos, que estoy en la escuela, el horario, no querrá que trabaje en las noches.
 
-Te entiendo, yo también tengo un hermano ¿recuerdas?
 
-Si, creo que tenemos algo en común ¿no?
 
-Yo creo que tenemos más de una cosa en común Sakura. Pero si quieres yo puedo hablar con tu padre, de momento el horario no será problema aún no tengo mucho trabajo, entre semana solo te necesitaría algunas horas y los fines de semana solo él sábado.
 
-No parece difícil.
 
-Solo un poco -admitió Fuutie mientras buscaba su agenda-. Podría proponerle a tu papá una prueba, el próximo evento que tengo es una fiesta para niños, dentro de 3 semanas. Sería un sábado en la mañana y solo algunas horas.
 
-Pues si, podría ser -dijo Sakura pensando en las posibilidades-. Siempre he querido trabajar.
 
-¡Perfecto! Podría hablar con tu papá ahora mismo.
 
-Mmmm, yo preferiría decírselo primero y después podrías ir tu a hablar con él, ¿qué te parece?
 
-¡Maravilloso! Te dejaré mi tarjeta y te anotaré el teléfono de mi casa, bueno es la casa de mi hermano, pero él casi nunca esta, aunque te confieso que espero poder mudarme algún día.
 
-¿No te gusta vivir con él? ¿Tan malo es? -preguntó Sakura pensando que si así era, esperaba no toparse con él nunca.
 
-Oh no, Shaoran es un pan de Dios, cuando sabes como tratarlo, pero es un pesado controlador.
 
-Mi hermano es un pesado controlador y sobre protector.
 
Las dos rieron, al poco tiempo salieron juntas del lugar. Fuutie ofreció llevarla a casa para que después cuando regresara a hablar con su papá no se perdiera. Mientras platicaban en el auto, Fuutie pensó que sería muy fácil hacer amistad con esa chica a pesar de la diferencia de edad.
 
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Sakura suspiró nerviosa moviendo una pierna incesantemente y cruzando los dedos, esperando que ese fuera el día en que viera a Tomoyo.
 
Ahí estaba como todos los días, esperando a que apareciera su amiga. Casi sin esfuerzo madrugaba y salía corriendo en dirección a la escuela, si en su casa se sorprendieron no habían mencionado nada, ni siquiera Touya quien durante esas dos semanas se había mostrado amable, no demasiado pero como sea también eso era una novedad.
 
Llegaba antes que nadie imaginado que tal vez su mejor amiga estaría ahí, pero esa era la primera decepción del día, la siguiente venía cuando después de esperar a que el último chico entrara a la escuela y sonora la campana su amiga aún no apareciera. La última, la que apagaba toda esperanza para ese día era ver a Toshime aparecer puntual para recibir de manos del jefe del grupo la tarea del día.
 
Uno a uno empezaron a llegar alumnos y maestros y la escuela se llenó de gritos, risas y conversaciones. Los compañeros de clase pasaban y saludaban a Sakura, ya todos se habían acostumbrado a verla en la escuela a temprana hora, aunque siempre entraba última al salón.
 
Incluso el chico que llegaba corriendo, siempre tarde ya no se sorprendía al verla esperando en el mismo sitio. Sakura le sonreía levemente, ellos dos llevaban años llegando tarde a clase y generalmente se topaban a la entrada de la escuela.
 
Las campanas anunciando el inicio de clases sonaban y la segunda decepción del día se hacía presente en su corazón. Sakura se dejó caer de espaldas contra el árbol que día a día le hacía compañía esperando por su ansiado milagro.
 
Con la cabeza gacha se inclina lentamente para recoger su mochila cuando escuchó que un auto se detenía y una puerta se abría y cerraba.
 
-Dese prisa señorita -se escucha la voz de Toshime, provocando que el corazón de Sakura diera un vuelco.
 
Caminó un par de pasos hasta tener el auto negro frente a ella a unos metros de distancia y alcanzó a ver cuando Toshime abría la puerta trasera del auto y un rostro muy querido salía de el.
 
Si se hubiera dejado llevar por el primer impulso habría corrido a abrazarla pero algo en su cabeza le previno a tiempo de que no sería prudente, así que siguiente otro impulso se escondió detrás del árbol.
 
-No entiendo porque trae tantas cosas -replicó Toshime al ver que el chofer sacaba una segunda bolsa más voluminosa que su portafolios escolar.
 
-Solo es tarea y algunos libros -contestó Tomoyo sin expresión.
 
-¿Quiere que le ayude a llevar el bolsa hasta adentro señorita? -preguntó el amable chofer.
 
-Esta bien así, señor Akita -agradeció la chica-. Puedo con la bolsa, no se preocupes.
 
-Es muy pesada señorita -insistió el hombre.
 
-Ya la escuchaste Akita -masculló Toshime impaciente-. Ella ha dicho que puede hacerlo.
 
Tomoyo no respondió nada simplemente sonrió al chofer y tomó sus cosas para dirigirse al interior de la escuela.
 
-No olvide que estaré esperándola aquí afuera -dijo Toshime con un dejo de burla en su voz. Tomoyo ni siquiera se molestó en mirarla y siguió caminando.
 
Al poco tiempo escuchaba dos puertas cerrarse antes de que el auto se alejara del lugar. Dejó sus cosas en el suelo y miró a la escuela con añoranza, había extrañado tanto ese lugar. De repente un movimiento atrajo su atención y pudo ver a su amiga, quien salía detrás de su escondite.
 
-¡Tomoyo! -gritó Sakura feliz y corrió para recibir a su amiga con un caluroso abrazo.
 
-Sakura -sollozó Tomoyo-. Me da tanto gusto verte.
 
-¿Cómo estas? ¿Qué paso con tu madre? -preguntó Sakura atropelladamente-. ¿Fue muy dura contigo? ¿Estas bien? Hemos estado tan preocupados por ti.
 
-¿De verdad?
 
-¡Claro que si! ¿Cómo puedes dudarlo? Casi no he dormido de la preocupación.
 
-Lo sé, lo siento, es solo que estos días he estado tan sola.
 
-Oh Tomoyo, me da tanto gusto verte -dijo volviendo a abrazarla-. Quisiera que me platicaras todo con detalle, ¡ahora mismo!, pero creo que debemos entrar a clases.
 
-Si creo que si, me sentiré bien de estar rodeada por todos de nuevo -y comenzaron a caminar al salón, Sakura la ayudó con su bolso.
 
-Si que esta pesado, no hemos tenido tanta tarea, ¿por qué…?
 
-Ya te lo explicaré más tarde, cuando podamos platicar con calma.
 
-Esta bien.
 
Más tarde durante el receso las chicas se sentaron en un sitio apartado para poder platicar con calma. Tomoyo relató con calma lo que había sucedido con su madre.
 
-Entonces fue por el tal Hironobu que te descubrieron.
 
-Si algo así -contestó Tomoyo encogiendo los hombros-. Pero de todos modos me hubieran descubierto, Toshime también empezaba a sospechar.
 
-Pero no había dicho nada.
 
-No, tengo la impresión de que quería atraparme con las “manos en la masa”, pero para disgusto de ella, mi madre se enteró primero.
 
-Dices que ha investigado a Eriol.
 
-Si, todo un informe, me negué a leerlo, pero aún así mando que lo llevaran a mi habitación, para que lo hiciera cuando “entrara en razón”.
 
-¿Y lo leíste? -preguntó Sakura pensando que ella no habría podido resistir la curiosidad.
 
-Si, algunas cosas -confesó Tomoyo con la cabeza baja-. No debí hacerlo, pero…
 
-La curiosidad fue más fuerte.
 
-Si, el informe, solo hablaba de algunos datos generales, como su fecha de nacimiento, su lugar de residencia en Inglaterra, las escuelas a las que asistió pero sobre todo hablaba sobre las mujeres con las que se le ha visto, recortes de periódicos, chismes -hizo una mueca de disgusto-, parecía todo muy sórdido. Nada sobre el trabajo que realizo en la matriz de Londres Industrias Hiraguizawa, nada de sus logros académicos ó su participación en torneos de atletismo de la escuela. Nada de lo que habla Anessa-sama con tanto orgullo.
 
-Tal vez tu madre no contrató a un investigador muy bueno.
 
-O tal vez, solo vio lo que quería ver, o me dejó la parte del informe que quería que yo viera.
 
-Y… ¿es cierto que ha salido con muchas chicas? -preguntó Sakura con cautela.
 
-Pues… algunas, pero no parecían ser nada serio, tal vez eran amigas, las fotos no mostraban nada íntimo o escandaloso. Solo una aparecía con frecuencia, Kaho.
 
-¿Quién?
 
-Kaho Mitzuki La mujer que apareció en la fiesta de disfraces, tu no la viste, pero me la presento Eriol. Al parecer… ellos, ellos son algo más que amigos.
 
-¿Tu crees?
 
-Si, mi mamá asegura que es su amante en turno.
 
-Vaya.
 
-Si, bueno es posible que sea cierto, noté una actitud en ellos, como decirlo… demasiado íntima, ¿me entiendes?
 
-Creo que si.
 
-Y aunque así fuera, Eriol esta en su derecho a hacer lo que quiera con su vida, es un joven con muchas cualidades, ¿por qué habría de sorprendernos que tenga ese tipo de relación con ella?
 
-Tienes razón.
 
-Kaho es modelo -susurró Tomoyo-. Ella es preciosa, muy elegante y sofisticada.
 
-Pero si Eriol tiene novia, porque habría de molestarle a tu madre que fueras amiga de él.
 
-Mamá tiene la peor opinión de Hironobu y cree que Eriol es igual, solo porque trabajan juntos.
 
-Pero no trabajan juntos.
 
-No puedo explicarle eso a mi madre, ella esta esperando la oportunidad para darle un duro golpe a Hironobu, un chisme que afectara gravemente a la empresa de Eriol sería un estupendo medio para lograrlo.
 
-¿Te lo dijo tu madre?
 
-No, pero deberías ver como se expresa de Hironobu, no puedo confiar en ella, no le importaría perjudicar a Eriol con tal de vengarse de su tío -suspiró exasperada-. Mamá cree que Hironobu usa a Eriol para llegar a mí, o para vengarse de ella a través de mí.
 
-¿Pero como lo haría?
 
-Cree que Eriol quiere aprovecharse de mí, de la misma manera que Hironobu hizo con ella.
 
-¡No!
 
-Eso es lo que ella cree.
 
-Pero entonces, ¿qué hará? No puede tenerte encerrada toda la vida.
 
-Creo que eso ya lo había notado, por eso estoy aquí. De todos modos me tendrá vigilada. No puedo salir de la casa a menos que sea a la escuela o que salga en su compañía. Oíste a Toshime en la mañana, ella vendrá a recogerme y así será todos los días.
 
-¡No es posible!
 
-Si, además no permitirá que vayas más a la casa, Sakura -dijo Tomoyo apenada-. Como sabe que estuviste en la fiesta de disfraces, ella piensa…
 
-Que yo tengo la culpa.
 
-No, no. Ella piensa que tú me mantendrás en contacto con Eriol.
 
-Bueno, eso es cierto -las dos chicas sonrieron.
 
-Pero no puedes estar así para siempre.
 
-Lo sé y estoy segura que ella también lo sabe, hasta ahora no se lo que me salvó de no ir camino a un internado, no se lo que planea y eso me asusta.
 
-A mi también -admitió Sakura-. No quiero que nos alejen.
 
-Yo tampoco -dijo Tomoyo tomando su mano.
 
-Tendremos que esperar a ver que es lo que hace.
 
-Si -asintió Sakura y recordó algo-. Prometí a Anessa-sama avisarle en cuanto tuviera noticias tuyas, esta tarde iré a verla saliendo de la escuela. Ella y la señora Seri están muy preocupadas por ti -Tomoyo sonrió.
 
-¿Y Eriol?
 
-Eriol… -dudo un momento-. Eriol esta desesperado, creo que incluso ha planeado conseguir una cita en la oficina de tu madre.
 
-¡No! No puede, no debe -dijo angustiada-. Eso solo empeoraría las cosas.
 
-Eso le ha dicho Anessa-sama, pero duda que pueda contenerlo por mucho tiempo.
 
-Ojalá pudiera hablar con él -gimió Tomoyo.
 
-Ya encontraremos la manera -la animó Sakura-. De momento no debes preocuparte, saber de ti lo calmara un poco, lo mismo que a todos.
 
-Eso espero -suspiró Tomoyo un poco más tranquila-. Pero ya no hablemos de mi, cuéntame, ¿qué has hecho estos días?
 
-¿Aparte de morir de la preocupación y visitar a Anessa-sama? -bromeó Sakura.
 
-Si, aparte de eso.
 
-¡Es cierto! -recordó la chica-. Fuutie me ha ofrecido trabajo.
 
-¿Fuutie?
 
-¡Si! Me ha pedido que trabaje para ella, quiere crear su propio equipo de trabajo. De momento va a entrenar gente para que hagan el trabajo de meseros, pero también piensa buscar a personas que solo atiendan el bar, ya sabes, que sepan preparar todo tipo de bebidas -informó emocionada-. Además quiere crear su propio negocio de catering, así que estará buscando chefs, Fuutie esta pensando en grande.
 
-Eso veo -comentó Tomoyo feliz al ver el entusiasmo de su amiga, hasta que recordó algo-. ¿Y qué dice el señor Kinomoto de eso?
 
-Bueno, ha estado un poco renuente pero esta noche Fuutie vendrá a casa a hablar con él, ella lo sugirió.
 
-¿Y crees que ella lo convenza?
 
-Yo espero que si, si la escucharas hablar, creo que ella puede convencer a cualquiera.
 
-¿Incluso a Touya?
 
-Yo creo que si -y habló un poco bajo como si confiara un secreto-. Ella tiene experiencia tratando a hermanos difíciles.
 
-Es cierto, es hermana de Shaoran -y se llevó una mano a la cabeza-. Como pude olvidarlo ella es una Li.
 
-Si, y dice que su hermano es muy difícil, casi tanto como Touya.
 
-Mmmm yo pensé… -pero no se animaba a continuar.
 
-¿Qué cosa?
 
-¿Conoces a su hermano? -preguntó con prudencia. En la fiesta Yue les había comentado que estaban juntos. No podía haberse equivocado, ellas eran las únicas Hadas de la fiesta.
 
-No aún no -dijo con un escalofrío-. Por lo que me ha dicho Fuutie es malhumorado.
 
-¿En serio? A mi no me lo parece.
 
-Olvidaba que tú lo conoces, ¿qué piensas de él?
 
-Es amable y divertido, aunque un poco serio, ya te he contado que Eriol siempre aprovecha esto ultimo para hacerle bromas, también es tímido con las mujeres, según entiendo.
 
-No se como sea con las mujeres, de eso Fuutie no me ha dicho nada, pero aun con lo que me dices no se si me interesaría conocerlo.
 
-¿Estas segura? -preguntó dubitativa, no se animaba a preguntarle sobre la fiesta.
 
-Si, muy segura -contestó Sakura y lo estuvo aún más cuando se le vino a la mente la pequeña conversación telefónica que había tenido con él.
 
- Flash Back -
 
-Habla Li -contestó con voz ausente y seria.
 
-Mmm, ho-hola -saludó intimidada por la voz y paso saliva antes de continuar-. Bu-buenas tardes, ¿se encontrará la señorita Fuutie Li?
 
-¿Fuutie? -preguntó con extrañeza y no tanto por la pregunta sino por la voz, había algo familiar en ella. Dejó los papeles que revisaba a un lado y se concentró en la conversación.
 
-Si, ¿vive ahí la señorita Fuutie Li? -repitió un poco más segura, aunque revisaba la tarjeta que le diera la joven, estaba segura de haber marcado bien el teléfono.
 
-Si, aquí vive -respondió con un ligero cambio en su tono de voz, lo mismo que su presión arterial. Esa voz era conocida para él, le recordó a… -. ¿Quién la busca? -se puso de pie de un salto, esperando.
 
-Sakura… Kinomoto Sakura.
 
-Sakura -murmuró desorientado, ajena a esto la chica continuo.
 
-Ella me pidió que la llamara y yo…
 
-Sakura Kinomoto -interrumpió.
 
-Si yo…
 
-¿Conoce a Eriol Hiraguizawa? -volvió a hacerlo.
 
-Bueno si, yo…
 
-¿Es amiga de Tomoyo? -preguntó con cierta desilusión en su voz.
 
-Si, y si me dejara explicarle le diría que yo…
 
-Es amiga de Tomoyo Daidouji -dijo ya más tranquilo pero sumamente decepcionado.
 
-¡Si! Eso es lo que le estoy diciendo y si dejara de interrumpirme…
 
-No he hecho tal cosa, solo verificaba algunas cosas.
 
-No puedo creerlo -dijo la chica exasperada-. Ha vuelto a hacerlo señor…
 
-Li, Li Shaoran
 
-Ah, es usted -exclamó comprendiendo y murmuro-. Tenía que ser
 
-¿Perdón?
 
-Esta o no esta la señorita Li -preguntó al borde de la histeria, ni siquiera su hermano la ponía en ese estado, ese hombre debía ser peor de lo que imaginaba.
 
-¿Estas ocupado? -preguntó una voz femenina al otro lado del teléfono, Sakura pensó esperanzada que podría ser Fuutie.
 
-Es para ti -dijo Shaoran molesto y le tendió el aparato.
 
-¿Para mi? -preguntó Fuutie con cierta aprensión.
 
-La señorita Kinomoto -dijo Shaoran arrastrando las palabras.
 
-Ah ella -suspiró aliviada y tomó el aparato-. Hola Sakura.
 
- Fin Flash Back -
 
-¿Sakura?
 
-¿Qué? -parpadeó la chica confundida-. Perdón, ¿qué me decías?
 
-Parecías muy lejos de aquí -comentó Tomoyo observando atentamente a su amiga-. Bueno no importa, te preguntaba si podrías hacerme un favor.
 
-Si, por supuesto, lo que quieras.
 
-¿Recuerdas el bolso que traigo?
 
-¿El de la tarea?
 
-Si ese -sonrió Tomoyo-. Pero no es la tarea -Sakura la miró con extrañeza-. Son mis álbumes de fotos.
 
-¿Tus álbumes?
 
-Si -asintió con nostalgia.
 
-Pero… no entiendo.
 
-Toshime anda muy rara y mamá esta muy desconfiada -explicó su amiga con cierta aflicción-. Temo que en cualquier momento mande a registrar mi habitación.
 
-Tomoyo…
 
-Todo es posible, desconozco a mi madre -confesó-. No se quien sea, ya no se, ya no puedo seguir negándolo, la desconozco, hace años que no se quien es, no se lo que piensa o lo que sueña o si sueña con algo. Ahora se que es una mujer amargada y que no se detendrá ante nada para conseguir lo que quiere. Y si quiere apartarme de Eriol…
 
-Tomoyo no creo que tu madre…
 
-Hará lo que sea -interrumpió con vehemencia-. Y es por eso que no quiero que descubra mis fotos favoritas, tu sabes cuales.
 
-Si pero, ¿por qué me das todos tus álbumes?
 
-No quiero que Toshime se ponga a revolver todo y menos mis álbumes.
 
-Muy bien Tomoyo, me los llevaré hoy mismo, estarán seguros en mi casa. Ahora que recuerdo, ¿qué paso con las fotos de la fiesta?
 
-Están casi listas, solo terminaré de revelar los rollos y te las traeré para que se las entregues a Anessa-sama.
 
-Estoy segura que serán estupendas -dijo Sakura tratando de animar a la chica. Fue buena idea no haberle mencionado sobre el trabajo que quería ofrecerle Fuutie, no era el momento, solo se deprimiría más.
 
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Cuando llegaron a la mansión Daidouji, Tomoyo iba cabizbaja y observando por la ventana al exterior. Toshime sentada delante junto al chofer observaba desde el espejo retrovisor y sonrió sutilmente, la señorita Daidouji la estaba pasando mal. Tal y como advirtió y por órdenes de su madre, Toshime y el chofer estaban esperando puntuales a que apareciera a la puerta del colegio. Tuvo mucho cuidado de mirar alrededor. No vio a la espantosa señorita Kinomoto, ya muy bien sabía ella que esa chica no podía ser buena influencia. Miró hacia los lados y observo muy bien, había recibido órdenes estrictas de no permitir que Eriol Hiraguizawa se acercara a la joven Daidouji.
 
Eriol Hiraguizawa, por fin tenía una explicación para su cambio de humor y de actitud de las últimas semanas. Estuvo muy cerca de ser ella quien descubriera a la joven en esa actitud reprobable. Pero la señora se había adelantado y de alguna manera descubrió que su hija y el joven tenían alguna clase de relación. Sabía que Sonomi Daidouji no permitiría que aquello se volviera a repetir; la muchacha había desobedecido sus ordenes, y a escondidas frecuentaba a una familia que había sido alineada de las relaciones de los Daidouji.
 
A pesar de su fracaso, una vez más se había demostrado que para las Daidouji, su presencia era indispensable. Fue ella quien pensó que sería buena idea vigilar los movimientos de la joven el día de la famosa fiesta de disfraces en la no menos famosa “Casa de las Rosas”. Y había acertado, justo como pensaba la señorita no estaba en casa de su amiga y ambas habían asistido a la fiesta. Que satisfacción tan grande había sentido al ver salir a la chica de la mansión Hiraguizawa.
 
Llegaron a la casa y dejó que la señorita subiera directo a su habitación donde seguiría recluida hasta que su madre ordenara lo contrario. La observó mientras subía por la majestuosa escalera y sonrió satisfecha Sonomi Daidouji tendría que prestar oídos una vez mas a las ideas que durante años le había sugerido para controlar a Tomoyo. Y esta vez la chica simplemente había puesto las armas en sus manos, podría deshacerse de ella y finalmente tendría el poder para controlar la casa. Con mucha seguridad en poco tiempo Tomoyo estaría camino a un internado suizo y ella finalmente se libraría de esa carga.
 
Siempre había despreciado el tener que trabajar en una casa con niños. Sin embargo, la mansión Daidouji ofrecía ventajas que eran difíciles de rechazar. Cuando conoció a la pequeña Tomoyo fue fácil el amoldarla a sus requerimientos y poder dominar su actitud y por supuesto, guiar a Sonomi para que delegara la crianza de su hija en sus manos y también gran parte de las responsabilidades de la casa. Pronto Toshime ocupaba un puesto importante en la mansión y en la vida de Sonomi. Con Tomoyo como carta de jugada pudo determinar con astucia como amoldar a su gusto a la chica restándole importancia y así también dominar la voluntad de una madre que en su momento estaba demasiado estresada y preocupada por las obligaciones que tendría que enfrentar. Abrumada como estaba Sonomi jamás sospecho que dejaba a su hija en manos de un monstruo.
 
Bueno, pensó consecuente no podría considerarse a si misma un monstruo. Más bien era alguien que merecía respeto y odiaba a los niños. Y no iba a seguir las órdenes de una chiquilla que económicamente era más poderosa que ella.
 
Avanzó por la mansión supervisando que todo estuviera hecho y disfrutaba caminando por lo que sentía como sus dominios. Cuando ingresó al salón principal, descubrió a un par de empleadas platicando alegremente. Solo fue necesario que lanzara una mirada de advertencia para que de inmediato las jóvenes desaparecieran de su vista. Afortunadamente para ellas en ese momento se sentía demasiado complacida como para tomarse la molestia de reprenderlas.
 
Seguía con su inspección pasando los dedos por las brillantes superficies cuando la dueña de la casa ingresaba por la puerta sorprendiendo a Toshime con su visita.
 
-¡Señora que…! -Toshime alcanzó a contener la pregunta y corrigió con presteza-. Qué gusto tenerla en casa tan temprano -Sonomi miró con suspicacia a su ama de llaves antes de contestar.
 
-Solo he venido por algunos papeles regresaré de inmediato ala oficina.
 
-Señora si usted me hubiese avisado habría mandado a el Señor Akita con los papeles que necesitaba.
 
-Tal vez -concedió Sonomi-. ¿Mi hija esta en casa?
 
-Si señora, tal como ha indicado; Akita y yo fuimos a recogerla. No hubo ningún contratiempo.
 
Sonomi avanzó por el pasillo camino a su despacho y sin indicar que le siguiera Toshime le siguió de cerca y ambas ingresaron notándose un inquieto silencio entre ellas.
 
En un gesto particularmente informal, Sonomi se despojo de la chaqueta que llevaba encima quedándose solo con su camisa blanca mangas cortas. Sonomi guardo silencio y Toshime creyó que este era un buen momento para aprovecharlo a su favor.
 
-Espero que le haya quedado claro finalmente lo que le he dicho todo este tiempo Señora… le advertí que la chica estaba saliéndose de control -haciendo una pausa que considero oportuna y añadió un poco de preocupación e inquietud a su tono de voz-. Le dije que tarde o temprano esto pasaría. Esa influencia de esos amigos que tiene… esa preparatoria no es la mejor del mundo. Ninguno de esos chicos tiene costumbres o hábitos adecuados para una señorita de sociedad. Fíjese en esa Sakura Kinomoto por ejemplo. Seguramente fue ella quien le metió a Tomoyo la idea de ir a esa fiesta y verse con ese Hiraguizawa a escondidas -negando con su cabeza-. Es una muchacha salvaje ¿Qué se podía esperar de una chica criada entre hombres? Se que ese amigo de los Kinomoto no sale de su casa… es decir ¿Qué puede hacer una inocente señorita en casa desconocida con dos hombres? Es muy arriesgado para el honor de alguien como su hija. ¡Y ni hablemos de ese horrendo Hiragizawa! ¿Vio que clase de gente mas horrible?
 
Sonomi en todo aquel tiempo y durante su discurso, no decía absolutamente nada. Parecía querer saber toda su opinión al respecto, lo que animaba más a Toshime a desbocarse de críticas contra todos los amigos de Tomoyo.
 
-Ese muchachito es un Don Juan señora. He escuchado cosas horribles de él ¿Qué esperar de alguien con tan mala reputación? Ya se que me contó de su tío, Señora Sonomi. Y pensar que después de todas las advertencias que le hizo la señorita no perdió oportunidad para frecuentar a esa familia… yo tendría mis dudas respecto a la clase de relación llevan esos dos… -dijo lamentándose.
 
-¿Qué clase de relación crees que sea esa? -preguntó Sonomi con un acento algo extraño pero Toshime estaba tan entusiasmada hablando que no se percato el tono de voz utilizado.
 
-Una relación que es mejor cortar de raíz -dijo con firmeza-. Seguramente el hombre ha llenado la cabeza de la señorita de ideas locas. Hasta el momento puede estar orgullosa de su hija, después de todo no se ha sabido sobre la relación que mantienen, pero ¿cuánto tiempo más podrá ser esto? Aun esta a tiempo de que ese muchacho no se haya aprovechado de la pobre e inocente señorita.
 
-¿Tu crees? -y aspiró con fuerza-. ¿Crees que aún no…?
 
-¡Si, lo creo! Pero no debemos confiarnos, si deja que su hija siga asistiendo a esa escuela y con esas amistades que tiene ahí, no podrá seguir evitando una tragedia semejante, sus planes de organizar un buen matrimonio para su hija se vendrán abajo.
 
Toshime tomo aire esperando por una reacción de la señora pero nada sucedía, Sonomi tenía un aire ausente y para su desgracia hasta tranquila. “¿Qué más argumentos quiere?” Pensó exasperada, aunque aún no se rendiría.
 
-Recomiendo que cortemos esa amistad de raíz. Será mejor mandar a Tomoyo a un lugar sano y seguro para ella… Tal y como usted quería, un sitio donde no tenga contacto con esos muchachos nunca mas… que ella no tenga contacto con nadie de su pasado. Y cuando la señorita regrese de allí le aseguro que estará más manejable y toda una dama, lista para comprometerse con algún joven de su elección.
 
Ya estaba había hecho uso de todos los argumentos a su disposición, solo quedaba esperar la respuesta de Sonomi, quien seguía sin mirarla, concentrada en sus cavilaciones. Toshime sabía muy bien que ese podía ser el momento de su triunfo. Por fin Sonomi se digno a mirarla.
 
-Jamás Ha sido mi deseo enviarla lejos -dijo mirándola a los ojos, inconscientemente tomó un abrecartas y jugo con él en sus manos.
 
-Pe-pero señora usted…
 
-Nunca dije nada semejante -insistió con tranquilidad-. Nunca he deseado alejarla, prefiero tenerla cerca y vigilar sus movimientos.
 
Toshime se obligo con fiereza a mantener la calma esto no era en lo absoluto lo que ella deseaba que dijera.
 
-Me siento aliviada de que pienses que mi hija aún no ha llegado a intimar con ese Hiraguizawa, lo pensé largamente y si así hubiera sido lo habríamos notado, sobre todo tu Toshime -la señaló con el objeto en sus manos-. A ti no se te hubiera escapado algo así.
 
El ama de llaves maldijo con fuerza para sus adentros.
 
-Y se que a pesar de todo sigo siendo capaz de adivinar lo que piensa mi hija -dijo en un tono más bajo. -Tomoyo sigue siendo inocente e ingenua, se esta rebelando, de eso no hay duda, pero prefiero mantenerla todavía conmigo. Iremos buscando una universidad adecuada para ella. Seguramente aún hay universidades exclusivas para señoritas.
 
-Es muy posible señora -asintió Toshime conteniendo a duras penas su decepción y enojo, aún faltaba mucho para que la señorita fuera a la universidad. Ocho meses eran mucho tiempo.
 
Continuara…
 
Nota de autora. ¡Hola! Primero que nada me disculpo por este pequeño retraso. De verdad que he sufrido mucho escribiendo este capítulo, creo que hasta ahora es el más difícil. Después de haber escrito la primera escena con Shaoran y la segunda con Sakura y Touya mi mente quedo en blanco, fui escribiendo el capítulo por retazos, raro en mi porque generalmente escribo escena por escena.
Como habrán visto Shaoran esta más que dispuesto a encontrar a la chica que conoció en la fiesta, y aunque en este capítulo no vimos ninguno de sus esfuerzos ya habrá algo de eso en el siguiente.
Como siempre he disfrutado escribiendo una pequeña escena sobre mi querido Touya, algo que mostrara cuan profunda es su preocupación por su hermana y hasta que grado la conoce.
La escena con Tomoyo y Sonomi fue difícil porque había que mostrar amargura, desconfianza y decepción sobre todo esto último por parte de ambas, hubo algunas peticiones desde tiempo atrás de que Tomoyo se mostrara más valerosa y creo que logre un poco de eso, tal vez estarían esperando a una Tomoyo más aguerrida pero recuerden que ha estado dominada durante mucho tiempo y esto es solo el principio de su liberación lo prometo.
Se que no vimos nada de Eriol pero ya me resarciré en el próximo capítulo, entonces si veremos de lo que es capaz este joven por su amiga. Lo mismo que todo el clan Hiraguizawa y ahí incluyo a la encantadora señora Seri.
Esta vez deje ver un poco más de la relación que hay entre Sonomi y Toshime y también de un poco de cada una de estas mujeres. Sonomi quiere a su hija pero hace tiempo que olvido como demostrar su afecto incluso a ella, y creo que deje ver un poco de ello, de este afecto dependerán muchas cosas en el futuro y poco a poco iré sacando algo más de él. Esto último por supuesto para desgracia de Toshime que como ven tiene motivos ocultos para desear sacar fuera a Tomoyo, como he dicho muchas veces ella es la verdadera villana de esta historia.
Quiero agradecer a todos aquellos que me han enviado sus opiniones sobre esta historia y todos los que han profundizado un poco más. Me han dado ideas, me han dado ánimos y sobre todo me han sorprendido con sus deducciones o predicciones para el futuro de la historia, lo que a veces me preocupa porque al parecer soy demasiado predecible, pero me emociona porque a pesar de todo hay una que otra sorpresita que al parecer nadie a descubierto.
Haré todo lo posible por tenerles la última actualización de este año, me obligaré a escribir lo prometo, las cosas en mi vida van calmándose y eso me da tiempo para pensar y para soñar y por supuesto para crear. Por favor, ténganme paciencia, como siempre he dicho no me detendré hasta terminar, esta vez me esta costando un poquito más de trabajo pero seguiré hasta llegar al FIN.
Besos
Daulaci